Destructor "Escaño" |
(1) Se necesita poner mucha atención y disfrutar de una capacidad relevante, para glorificar, cual merece, lo que en sí encierra el heroísmo de los marinos que prestan sus servicios en nuestra Flota Republicana.
Triste es para quien desde estas líneas trata de elogiar a la Marina, más que por nada por carecer de esa capacidad que se requiere para poder darle el realce merecido. Otros más competentes sabrán darle algún día la importancia valiosa que tiene, como resultado de los constantes y valiosos servicios que ha realizado en el transcurso de la guerra. No obstante, quiero, modestamente, hacer resaltar en pequeña cosa impresiones que a todo luchador antifascista le satisfacen y atraen.
No han habido pocos botarates que, desconociendo en absoluto los servicios de guerra de nuestra Marina Republicana, como el heroísmo de sus combatientes, han alegado una serie de quejas injustificadas—desde el despacho, el cine y el café— por la actuación de la Marina, llegando hasta el insulto, además, de quienes forman el complemento que son sus dotaciones y, en especial, a quienes por sus cargos son directamente más responsables en el cumplimiento del deber defendiendo la justa causa de la República española, cumpliendo y haciendo cumplir sin vacilación todas las órdenes que emanan del Gobierno.
Hecho demostrado recientemente con el hundimiento del buque faccioso «Baleares», ha hecho a muchos variar de opinión y a todos demostrar lo que es, representa y puede representar todavía en el desarrollo de nuestra contienda, la Flota Republicana.
Nuestros marinos no han sido solamente valientes y abnegados luchadores antifascistas el día que hundieron al pirata del Mediterráneo. Lo fueron mucho antes como lo serán después. Porque antes, entonces y después de echar a pique al «Baleares», en nuestros marinos existió siempre—debido a un gran trabajo de organización y sacrificio— el espíritu combativo de todo buen antifascista y en su ánimo no ha cabido otro anhelo que cumplir cuantas misiones se les ha encomendado y efectuarlas de la mejor manera que han podido realizarse en todas las circunstancias y sin mirar peligros, por lo que, algún día, de todo ello podrán darse vastos detalles, hasta que se empapen bien los más curiosos y los más criticones.
Lo que ocurre— y es muy importante— es que los hombres sobre quienes pesa enorme responsabilidad desde los altos cargos que ocupan en la Flota Republicana, han preferido trabajar intensamente sin querer darle importancia a su trabajo, porque ven que la guerra de invasión que padecemos exige eso: TRABAJAR MUCHO Y CHILLAR POCO. Ojalá desde que estalló la guerra hubieran seguido todos la conducta de los marinos de la Flota Republicana.
Todavía es tiempo y pueden seguir su ejemplo todos los que sienten verdadero afán por Ja victoria del pueblo antifascista español, que ha de conseguirla a toda costa, trabajando mucho y guardando silencio, que es el tributo como sacrificio que saben rendir nuestros heroicos y disciplinados marinos, para que las frases que emplean de ¡Viva la República! cada vez que se hacen a la mar, siempre con la ilusión de buscar y pelear con el enemigo, sean coronadas con el aplastamiento total del fascismo y el triunfo de nuestra República.
Antonio Boiofer
Comisario Político del destructor «Escaño»
(1) Artículo "La Flota Republicana y sus marinos". Revista "La Armada" Órgano Oficial de los Marinos de la República. (02 abril 1938)