miércoles, 2 de junio de 2010

LOS MAQUINISTAS DE LA ARMADA ESPAÑOLA







La implantación de máquinas de vapor para la propulsión en los buques trajo consigo la aparición de una nueva figura en las tripulaciones, entraron en acción los maquinistas.

El funcionamiento de los barcos quedaba supeditado a la maquinaria. Era pues imprescindible la incorporación a bordo de especialistas en el funcionamiento y mantenimiento de las máquinas, y además considerar esta incorporación como definitiva.

La estructura humana de la marina de guerra y mercante debía por tanto adecuarse al nuevo escenario.  Al ser una especialidad nueva no existían en España centros de formación en donde obtener los recursos humanos necesarios, estamos hablando de la segunda mitad del siglo XIX, por lo tanto las plazas fueron cubiertas por trabajadores extranjeros, principalmente ingleses, con un coste económico muy alto, sus salarios a veces superaban al del capitán del barco.

En el seno de la marina mercante la nacionalidad de las tripulaciones no representaba ningún problema para los armadores, sin embargo en lo que a la marina de guerra se refiere el problema era evidente al tener que contar dentro de la tripulación con personal de otros países, carentes por tanto de toda motivación diferente a su retribución salarial. Parece claro que esta situación, completamente irregular en el seno de las fuerzas armadas, y sobre todo en la Armada, debía ser objeto de una reforma total.

Ante la ausencia en España de estos especialistas la solución pasaba por formarlos desde su base por la Armada y su posterior encuadramiento en el organigrama de la marina de guerra, en definitiva se creó el entonces denominado Cuerpo de Maquinistas (1850). No tenían los mismos derechos que los marinos integrados en el Cuerpo General, pero si que se les aplicaban las Ordenanzas Navales en cuanto a leyes penales y disciplina.

El Cuerpo General de la Armada, (Almirantes, Vicealmirantes, Contralmirantes, Capitanes de Navío, Capitanes de Fragata, Capitanes de Corbeta, Tenientes de Navío y Alféreces de Navío), estaba integrado en exclusiva por aquellos marinos de carrera procedentes de la Escuela de Guardiamarinas, (creada en 1717), que se nutría de aspirantes procedentes de las altas categorías sociales del país, portadores supuestamente de los más altos valores, sin embargo el Cuerpo de Maquinistas estaba integrado por personal procedente de las clases sociales más humildes, con una escasa o nula cultura.

A lo largo de los años el Cuerpo de Maquinistas tuvo la necesidad de una constante formación, debido esto a las continuas innovaciones técnicas de aplicación a su labor, por otro lado lo que en un principio limitaba su labor a lo referente a la propulsión de las naves se implementaba constantemente a causa de la incorporación a los buques de todo tipo de maquinaria auxiliar.

Desde un primer momento el Cuerpo General se opuso de forma frontal a integrar al  Cuerpo de Maquinistas en sus Ordenanzas, impidiendo la promoción de unos especialistas que dedicados a la Armada al 100%, con unas responsabilidades vitales en la navegación y con unos conocimientos técnicos extraordinarios, no obtenían la debida consideración a su trabajo, es más dentro del barco sus derechos tendían a cero mientras sus obligaciones eran cada día mayores. Poco a poco y a lo largo de muchísimos años, al mismo tiempo que se reconocía el valor de su trabajo, se fueron consiguiendo ciertas mejoras, todas ellas precarias.

El Cuerpo General, y muy principalmente los mandos intermedios, a la vista de los extraordinarios avances técnicos que se iban incorporando a los barcos, veían con preocupación creciente como su protagonismo al frente de los buques iba mermando. Su desconocimiento y falta de preparación relativos a los nuevos sistemas de navegación les hacia "dependientes" de los maquinistas.

La lucha del Cuerpo de Maquinistas para que le fuesen reconocidos sus derechos fue exhaustiva, al ser considerados como una clase inferior dentro de la Armada y como históricamente siempre ha sucedido en estos "caldos de cultivo", sus reivindicaciones se convirtieron en parte en una "lucha de clases", organizándose en asociaciones, fundaciones, de carácter que hoy llamaríamos progresista, siendo no pocos los maquinistas captados por la masonería. Las respuestas  de los altos cargos de la Armada, tímidamente a favor de las pretensiones de los maquinistas, fueron meramente promesas incumplidas.

El Cuerpo de Maquinistas, a lo largo de los años, fue asumiendo cada vez más responsabilidades y cometidos ajenos a su función principal en beneficio del Cuerpo General, que encontraba en ellos una herramienta más a disposición de otras tareas del buque en apoyo a los cuerpos subalternos. Los Maquinistas lejos de considerar cualquier protesta cumplieron con las tareas asignadas esperando lo que no tardaría en producirse.

En 1.915 se publica un nuevo Reglamento para su Cuerpo, atribuyéndole por fin carácter militar, (reconocido como Cuerpo Militar en 1.929), con  nuevas funciones, como por ejemplo servicios de guardia y vigilancia cuando las naves estaban en puerto. En dicho Reglamento se define como principal misión del Cuerpo de Maquinistas la de prestar un servicio con aplicación inmediata al combate.

Se establecieron, dentro del Cuerpo de Maquinistas, dos secciones :

Jefes
Subalternos Contramaestres

La correspondencia entre las categorías existentes y las nuevas quedó establecida de la siguiente forma:

Maquinista Inspector /Capitán de navío
Maquinista Jefe de 1ª/Capitán de fragata
Maquinista Jefe/Capitán de corbeta
Maquinista Oficial de 1ª/Teniente de navío
Maquinista Oficial de 2ª/Alférez de navío
Maquinista Mayor/Contramaestre Mayor
Primer Maquinista/ Primer Contramaestre
Segundo Maquinista/Segundo Contramaestre


En 1919, Benito Sacaluga Rodríguez (a los 37 años) estaba destinado en el submarino Isaac Peral (A-1) con la categoría de  Primer Maquinista, por tanto su nuevo grado en 1.919 pasó a ser el  equiparado al de Primer Contramaestre.

En 1.918 se publica un real decreto estableciendo los sueldos y prestaciones económicas del Cuerpo.

El Rango de los Cuerpos de la Armada pasó a tener  la siguiente estructura :

Cuerpo General
Cuerpo de Infantería de Marina
Cuerpo de Ingenieros Navales
Cuerpo de Artilleros
Cuerpo de Contaduría e Intervención
Cuerpo de Sanidad
Cuerpo Eclesiástico
Cuerpo Jurídico
Cuerpo de Maquinistas
Cuerpo de Archiveros
Cuerpo de Secciones de Archivo
Cuerpo de Guardalmacenes

Este nuevo panorama abría nuevas expectativas al Cuerpo de Maquinistas, aparte de los escalafones aparecieron las nuevas condiciones de estudio, acceso y promoción.  poco después, en 1.923, empezó a diseñarse una nueva estructuración del Cuerpo considerando las nuevas necesidades en el servicio aparecidas como consecuencia del  nuevo escalafón y pretensiones de equiparación de los Jefes a sus homólogos de las marinas europeas.

Importantes fueron los acontecimientos acaecidos en 1.931 en el seno del Cuerpo de Maquinistas, no ya tanto por su relevancia inmediata como por lo que años más tarde significaron. Para centrar el escenario haré un pequeño resumen de la situación general en la España de 1.930 a 1.931.

En 1.930 y desde 1.886 reina en España Alfonso XIII de Borbón, aunque el poder lo asumió al cumplir los 16 años de edad, en 1.902. El régimen político queda retratado con el calificativo, bastante dudoso, de Monarquía Liberal. Durante la etapa de su reinado, que concluye el 14 de abril de 1.931 con la proclamación de la II República, España consigue un importante desarrollo industrial, cultural, colabora de forma importante en la política internacional durante la guerra europea y sale airosa de la Guerra de Marruecos, aunque como veremos esta contienda tuvo mucho que ver en los acontecimientos coetáneos españoles, sobre todo a partir de la derrota de un cuerpo de ejercito español en Annual,(Desastre de Annual), por parte de Abd-el-Krim en 1.921. Derrota que debido a las criticas parlamentarias contra el ejército y contra el rey provoca el golpe de estado realizado por diferentes sectores del ejército liderados por Miguel Primo de Rivera en 1.923,  golpe de estado que triunfa sin grandes inconvenientes y que recibe el entusiasta beneplácito de Alfonso XIII.

La crisis mundial de 1.929 afecta extremadamente a España al no haber seguido el camino de la expansión económica real, una escasa competitividad y la fuga de capitales; esta situación tiene como consecuencia la destitución de Primo de Rivera por Alfonso XIII, nombrando a Dámaso Belenguer primero y a  Juan Bautista Aznar-Cabañas después, Jefes de Gobierno, ninguno de ellos consiguió detener la decadencia de España. En 1930 el PSOE, los republicanos y los catalanistas de izquierdas firman el Pacto de San Sebastián  por una unión de las izquierdas y con el objetivo de proclamar la República.

En 1.931 los partidos republicanos triunfan en las elecciones municipales, principalmente en las zonas urbanas. El 14 de abril del mismo años se proclama en Eibar la II República, con las consecuencias de la salida del rey y el fin de la restauración borbónica en España. La nueva Constitución se aprueba  el 9 de diciembre de 1.931.

Pocos días después de la proclamación de la II República el entonces Ministro de la Guerra, Manuel Azaña, acomete la Reforma Militar del Ejercito Español, conocida popularmente como la “Ley Azaña”.

El 25 de  Abril de 1.931, solo once días después de la proclamación de la II República, Azaña firma un Decreto que permite a todos los generales y a la mayoría de los oficiales del ejercito, tanto en activo como en situación de reserva, pasar a la segunda reserva, lo cual equivalía prácticamente al retiro, con únicamente presentar una solicitud dentro del plazo de 30 días a contar desde la fecha de publicación oficial del decreto.

Como consecuencia del Decreto el 50% de la oficialía paso a la situación de 2ª Reserva, se pasó de 21.000 oficiales a 8.000, de 17 Tenientes Generales a 4, se eliminaron 8 Divisiones de las 16 existentes así como todas las Capitanías Generales, el resultado de esta drástica reducción de efectivos se justificó por la necesidad  de  sentar las bases para la consecución de un estamento militar profesional y apolítico. En el mes de mayo de 1931 y por otro decreto se estableció que los suboficiales podían ascender a oficiales de complemento mediante la realización de exámenes. En junio de 1.931 Azaña clausura la Academia Militar de Zaragoza dirigida por Francisco Franco, hoy Academia General Militar.

Este conjunto de reformas, como era lógico y de esperar, crearon un enorme descontento en la cúpula militar sobre todo en aquellos que habían tenido especial participación en la guerra de África, no obstante las medidas fueron aceptadas de manera disciplinada, aunque si es cierto que muchos de los mandos afectados participaron de forma singular en los preparativos y ejecución de la sublevación militar de 1.936.

En el seno de la Armada y a raíz de la Ley Azaña se crea una comisión para estudiar la reorganización del Cuerpo de Maquinistas, comisión de la que formó parte Benito Sacaluga Rodríguez. De los cinco integrantes de la comisión dos de ellos pertenecían a la masonería, Benito Sacaluga Rodríguez no estaba incluido como perteneciente a ella al igual que el Presidente de la Comisión, el quinto miembro restante era hermano de un masón.

Del trabajo de esta Comisión se extrajeron  graves consecuencias y poco beneficio,  terminada la guerra y en los procesos de Burgos uno de los componentes declaró la existencia de un documento elaborado por los dos comisionados masones en el cual se incluían graves términos ofensivos contra el Cuerpo General, el texto tenía como destino el entonces Ministro de Marina D. Santiago Casares Quiroga, de conocida militancia masónica, para su aprobación, incluso a uno de los comisionados masónicos se le procuró un destino cercano al ministerio para estar más cerca de Casares Quiroga, cargo “inventado” y denominado Auxiliar Jefe de Ingenieros de la Ayudantía Mayor del Ministerio. Benito Sacaluga nada tuvo que ver con el documento elaborado en exclusiva por dos miembros de la comisión. A la hora de aprobar las bases elaboradas por la Comisión, los representantes del Cuerpo General las rechazaron íntegramente no admitiendo posibilidad alguna para la discusión y / o reforma del contenido. 

En julio de 1.931 mediante decreto se establece el nuevo rango de los cuerpos de las Armada quedando en segundo lugar en importancia el Cuerpo de Maquinistas :

General de la Armada
Maquinistas
Sanidad
Intendencia
Jurídico

a todos los cuerpos se les reconoció su identidad militar con iguales derechos y prerrogativas, así como la necesaria autonomía, aunque en el articulado del Decreto se exponía claramente que el mando en situaciones de combate sería ejercido exclusivamente por los oficiales del Cuerpo General.

El Cuerpo de Maquinistas comprendía los siguientes empleos :

General Maquinista de la Armada
Coronel Maquinista de la Armada
Teniente Coronel Maquinista de la Armada
Comandante Maquinista de la Armada
Capitán Maquinista de la Armada
Teniente Maquinista de la Armada

parecía que la situación de inferioridad con respecto al Cuerpo General se iba resolviendo, nada más lejos de la realidad.

Como dato interesante transcribo el contenido de una declaraciones efectuadas por Francisco Franco en 1.955 sobre el estado de la Armada antes de la guerra civil y recogidas por su ayudante Francisco Franco Salgado-Araujo, extraídas del libro “El Cuerpo de Maquinistas de la Armada Española 1.850-1.950”, escrito por el Capitán de Navío D. Antonio de la Vega Blasco (*) y  editado por el Ministerio de Defensa en 2.009.

"Afortunadamente va desapareciendo la rivalidad que en la época de la Monarquía y la República había entre el Cuerpo General de la Armada y los restantes cuerpos auxiliares ; ello se debía a que aquel se consideraba superior y miraba a los demás por encima del hombro, lo que constituía una equivocación, pues una cosa es primacía y superioridad de función militar y otra el tomar esto como superioridad de personas y familias. Los funcionarios de los cuerpos auxiliares son muy importantes, y para llevar a cabo su misión hace falta una técnica y muchos conocimientos, fue injusto haber tenido postergado durante muchos años al Cuerpo de Maquinistas de la Armada y a otros auxiliares que realizaron siempre una función técnica muy valiosa. Los maquinistas poseen elevados conocimientos científicos y han sido en todo tiempo la garantía del comandante del barco para la buena marcha de éste”.

Benito Sacaluga




(*). Mi más sincero agradecimiento a D. Antonio de la Vega Blasco de cuyo libro he obtenido cuantiosa información y muy especialmente por el trato educado, amable y objetivo que dispensa en el mismo a la figura de mi abuelo y a su memoria.