Los últimos días de Tomás de Azcárate nos llevan de la mano para conocer con detalle la caída de Cádiz en manos de las tropas sublevadas, así como las represiones llevadas a cabo contra los leales a la República en los días inmediatos al 18 de julio de 1936.
Tomás de Azcárate García de Lomas Imagen : flickr |
Tomás de Azcárate estuvo al mando del submarino "A-3" entre el 6 de enero de 1920 y el 6 de enero de 1922. Posteriormente obtuvo el mando del destructor "Lazaga", desde el 11 de diciembre de 1934 hasta el 16 de mayo de 1936. Desde el 18 de mayo de 1936 Azcárate era el 2º comandante del crucero "República" (antiguo "Reina Victoria Eugenia" y futuro "Navarra"), que en esos momentos se encontraba en el curso de grandes reparaciones en el Arsenal de La Carraca. Vivía en la 2ª planta del número 18 de la gaditana calle Valverde, con su esposa Josefa Ristori Älvarez y sus nueve hijos, de edades comprendidas entre los 18 y los 3 años.
Mariano Zapico (Imagen: La Nueva España) |
El capitán de navío Fernando Barreto Palacios, comandante del "Churruca", había zarpado de Cartagena con órdenes de dirigirse a Cádiz. Sin embargo durante la travesía recibió una orden directa de Madrid para entrar en el puerto de Algeciras. Allí debería entrevistarse con Zapico. Esta reunión se celebró pasada la medianoche del día 16, y asistieron Zapico, Barreto y Azcárate. También les acompañó Antonio Macalio Carisomo, secretario particular de Zapico. El gobernador quería asegurarse de la lealtad de Barreto cuando recibiera instrucciones, caso necesario, de impedir el paso por el Estrecho de tropas del Ejército de Marruecos. Parece ser que el comandante del "Churruca" no fue demasiado convincente y Azcárate, en el viaje de regreso a Cádiz, expresó su pesimismo al gobernador.
Castillo de Santa Catalina (Cádiz) |
Al comenzar la noche el general Varela telefoneó a Zapico para que se rindiera. Azcárate y otras personas allí presentes también se lo aconsejaron. No había municiones ni víveres para soportar un asedio y la posibilidad de refuerzos salvadores era impensable. Zapico no quiso rendirse pero accedió a que pudieran ser evacuadas las mujeres y los niños, así como aquellos paisanos que lo desearan. Azcárate y los representantes civiles decidieron quedarse con él. Tras salir los que quisieron, continuó toda la noche el fuego de fusilería. Sobre las 2,50 horas del día 19 se recibe en el centro de comunicaciones de la Marina en San Fernando un mensaje de Madrid, en el que se cesa al vicealmirante Gámez-Fossi y al contralmirante Manuel Ruiz de Atauri. Para relevarlos se nombra interinamente como primer y segundo jefe de la Base Naval de Cádiz a Azcárate y al capitán de corbeta Virgilio Pérez y Pérez. Azcárate se enteraría de este nombramiento estando en prisión, y Pérez, que fue quién recibió directamente el mensaje, al ser el jefe de comunicaciones, se presentó a Gámez, no para intentar su cumplimiento sino solo para informarle. Gámez sorprendentemente ordenó su detención. Posteriormente sería trasladado al penal de La Carraca y fusilado en oscuras circunstancias el 28 de agosto de 1936 junto a otros jefes y oficiales de la Armada. El capitán de corbeta Pérez dejo viuda y cinco huérfanos, siendo póstumo uno de ellos. (1) .
Destructor "Churruca" |
Una vez dominados por los sublevados los otros focos de resistencia en la ciudad, estos centros de detención se irían llenando. La maquinaria judicial de los vencedores se puso bien pronto en marcha. La acusación sería siempre la misma: delito de rebelión militar previsto y penado en el número 4 del artículo 237 del Código de Justicia Militar y en el apartado b) del artículo 3º del bando que declaraba el estado de guerra. El 22 de julio se inicia el juicio sumarísimo contra Zapico y tres más: el teniente coronel Leoncio Jaso Paz, jefe de la 11ª Comandancia de Carabineros; el capitán de Artillería Antonio Yañez Barnuevo-Milla, jefe de los guardias de asalto y el funcionario Luis Parrilla Asensio, jefe de teletipos del Gobierno Civil. El día 23, el hijo mayor de Azcárate llevaría a su padre, ya preso, un telegrama del "República", enviado a las 21 horas del día 18 desde San Fernando para que se incorporase a su destino.
Como juez instructor fue nombrado el comandante Joaquin Camarero Arrieta y como secretario el capitán Romualdo Carretero Luque, ambos de Infantería y destinados en la Caja de Reclutas nº 13. Tras tomar declaración a los encartados ya citados y a otros entre los que se encontraba Azcárate, se dictaría auto de procesamiento para todos ellos el día 28 de julio. La declaración indagatoria tomada ese día a Azcárate es impresionante teniendo en cuenta la situación en que se encontraba. Al ser preguntado si se estimaba autor del delito de rebelión militar del que se le acusaba, no solo lo rechazó sino que afirmó según consta textualmente en dicha causa:
"...que el acto realizado por las tropas era ilegal y violento y que oponerse a toda rebelión era una virtud y deber de todo militar".
Castillo de San Sebastián (Cádiz) |
Respecto a Azcárate , Zapico confirmó que el 18 de julio estaba en el edificio como asesor suyo sin autorización expresa de Gámez. El comisario de policía Adolfo de la Calle, el capitán de Infantería Julio Almansa Díaz, el teniente de la Guardia Civil José López Lanjarín, el teniente de Infantería Joaquín Rodriguez Llanos e incluso el falangista Joaquín Arcusa Corbacho harían declaraciones favorables. La única declaración contradictoria fue la de su vicealmirante. Por un lado reconoció que Azcárate estaba en el Gobierno Civil con autorización expresa suya a petición de Zapico y que le informó de lo del "Churruca" y del inicio de la sublevación en África. Pero por otra parte declaró que cuando Zapico le telefoneó sobre las 11 horas del día 18 para pedirle que Azcárate continuara como asesor suyo y dio su permiso, ignoraba que estuviese destinado en el "República". Cuando minutos después su jefe de Estado Mayor se lo dijo, le escribió una carta a Zapico para pedirle que Azcárate regresara a su destino y que si lo continuaba necesitando debía solicitarlo al comandante de dicho barco. A continuación se la dio a su cabo cartero para que la llevara urgentemente al Gobierno Civil. Dicha carta, que aparece unida en el procedimiento judicial con su sobre, nunca llegaría a manos de Azcárate y la primera noticia que tendría sobre ella se la daría su cuñado, el coronel de Artillería de la Armada Felix García de los Fayos, durante una visita que le hizo el seis de agosto.
Hay dos preguntas inmediatas: ¿Por qué Gámez, que acababa de hablar con Zapico no le telefoneó enseguida para revocar su autorización y decirle que se lo pidiera al comandante del "República"? ¿Por qué no dijo la verdad respecto al destino de Azcárate?. Desde luego una llamada telefónica hubiese sido más rápida y eficaz que una carta llevada en mano desde San Fernando hasta Cádiz un 18 de julio de 1936. También hubiese sido muy interesante que se hubiera tomado declaración al comandante del "República", al jefe del Estado Mayor y al cabo cartero. Pero desgraciadamente el 16 de agosto se fusiló sin conocimiento formal del juez instructor a los tres procesados. Ese mismo día Azcárate había designado como defensor a Rafael Casares Uceda, capitán de Infantería y a Cossi y Macalio les notificaron la vergonzosa renuncia de su abogado.
Sobre las 16,30 del domingo 16 de agosto, se encontraban en el castillo de Santa Catalina visitando a Azcárate su esposa y sus dos hijos mayores, cuando sin explicación alguna los echaron de la fortaleza. Mientras esperaban en el exterior salió un vehículo escoltado por guardias civiles. El capitán Jaime Puig Guardiola, jefe del Estado Mayor de la Comandancia Militar de Cádiz, había dispuesto por orden del general López-Pinto que la Guardia Civil trasladara a Azcárate y al capitán de Infantería retirado Antonio Muñoz Dueñas hasta el Regimiento de Infantería nº 33. El teniente Luis Salas Rios de la Guardia Civil se hizo cargo de ellos y firmó el correspondiente recibo conduciéndolos hasta el acuartelamiento de Infantería situado junto a Puerta de Tierra. Allí Azcárate pidió ser confesado por su amigo el padre Vicente de los carmelitas, pero por error avisaron al padre Vicente de los paules. Días después este sacerdote entregaría a la viuda un papel con el membrete de la sala de oficiales del regimiento en el que su esposo había podido escribir solo un nombre: "María Ristori de Azcárate". Su último pensamiento fue para su esposa y madre de sus nueve hijos.
Unos soldados de Infantería al mando de un oficial lo trasladaron hasta uno de los fosos exteriores de Puerta de Tierra (2), en donde le esperaba un pelotón de guardias de asalto para proceder a su ejecución. Alguien había ordenado esa mañana aplicarle el bando de guerra. Nunca fue juzgado.
Francisco Cossi Ochoa Un republicano olvidado |
Tomás, su hijo mayor, tuvo que pedir prestado el dinero para comprar el ataúd. Se lo pidió al propietario de una sastrería de la calle Columela, de la que su padre era cliente y conocido. Al serle negado se lo solicitó al dueño del bar Sol de la calle San Francisco, quién en medio del silencio de todos los allí presentes se lo dio. Alberto Hirón Castañeda, amigo tinerfeño de Tomás, se encargó de comprarlo. Al día siguiente fue enterrado en San Fernando. El cadáver de Azcárate fue recogido en el cementerio de Cádiz por su hijo Tomás y su cuñado Felix, transportándolo en un furgón de la Marina. Al llegar al panteón familiar les esperaban media docena de personas junto a Recaredo García Sabater, capellán de la Armada. La muerte se inscribió en el registro civil de Cádíz el 30 de agosto de 1936.
(1) Nunca se aclararon las confusas circunstancias que rodearon todo aquello ni quién dio la orden. Cualquier investigación al respecto obtiene como respuesta que la documentación se destruyó en el incendio que sufrió el dos de agosto de 1976 el Archivo Naval de San Fernando.
(2) El Castillo de San Sebastián y el foso derecho de las Puertas de Tierra fueron el escenario de decenas de fusilamientos colectivos. Desde el 16 de diciembre de 2016 están identificados como Lugares de Memoria.
Fuentes:
Jesús Nuñez. "Tomás de Azcárate García de Lomas. La verdad sobre la muerte de un marino republicano". Diario de Cádiz. 16 de agosto de 1999.
"Hombres de Armas de la República". Juan Barba Lagomazzini. Ministerio de Defensa. 2015.