Existe una versión sobre la actuación de la escuadra española en Cuba, en la pagina web del Almirante Cervera, sobre este asunto leí con interés todo lo que en ella se publica sobre el particular. Igualmente he intentado valorar las circunstancias políticas del momento, e incluso lo acertado o no de la decisión de enviar la escuadra a Cuba en las condiciones en que se envío. Esta claro que conocer la versión de Cervera no era para mi suficiente. Después de varias consultas me reafirmé en la conclusión de que Cervera ya desde el momento de zarpar desde España carecía de la intención de enfrentarse a los buques estadounidenses, es más por sus propios escritos se pueden comprobar sus objeciones sobre la operación antes, durante y después de llegar a Cuba. Resulta normal, aún hoy en día, que lo acaecido en Cuba esté sometido a discusión, ya que el tema ha sido “ocultado” desde el principio sistemáticamente en base a muy diversos intereses y en muchas ocasiones los relatos sobre lo que sucedió se tergiversan en aras de salvaguardar una errónea concepción del honor, tanto de España como de Cervera.
Parte de sus escritos, cables y comunicados leídos y estudiados con cierto detenimiento, nos avisan de que Cervera no contaba toda la verdad sobre lo que estaba sucediendo en Cuba ni sobre sus intenciones. Entresacado rápidamente del blog 1898 Punto de Encuentro, con fuentes de “Santiago de Cuba : La Batalla que pudo no haberse perdido” de Juan Batista Gonzalez y de “El desastre Naval de 1898” de Agustín Rodríguez Gonzalez, transcribo lo siguiente :
“Cervera fue sumariado tras la contienda por la pérdida de su escuadra, siendo la causa – tras un relato de los hechos un tanto flojo por parte del fiscal- ¡¡que señaló que la conducta verdaderamente punible fue la del Colón!- sobreseída por un solo voto de diferencia en el Tribunal que la juzgó. Considerándose moralmente condenado, Cervera solicitó la publicación de los documentos que había ido atesorando incluso antes de la campaña para justificar su conducta. Algunos lectores poco avisados han considerado sus documentos como una defensa de la Armada en la guerra, cuando en realidad solo defienden su actuación y la de sus subordinados, con implícitas o explícitas condenas de sus superiores, sean estos el propio Bermejo, la Junta de Almirantes, el gobierno o el Capitán General de Cuba. Lo cierto es que el Almirante Cervera se vió beneficiado en el juicio por su valor personal…”
Aunque la lista es larga y está sobradamente documentada, en resumen se acusa a Cervera de:
1º Falta de familiarización con la táctica de cruceros y torpederos y con los supuestos tácticos y estratégicos, únicos factibles con los buques que disponía. Se llega a decir que, como mando de la Flota, “Cervera dejaba que desear”.
2º Polemizar excesivamente con las órdenes de sus superiores, tanto con el Ministro de Marina como con el Capitán General de Cuba, buscando en ocasiones el apoyo de sus subordinados directos. Esto es calificado de “muy grave” por A. R. Rodríguez, y otros incluso hablan de una actitud “cobarde y derrotista”.
3º Pasividad en la campaña, especialmente en su permanencia en Santiago de Cuba. Cervera frustró sistemáticamente todas las oportunidades que tuvo de escapar antes de que la totalidad de la US Navy le bloqueara, acabando con las posibilidades de la Escuadra a pesar de que el mismo declaró que intentaría lo contrario. Primero, antes de ser bloqueado, en los siete días que transcurrieron entre el 19 de mayo y el 26, día que se presentó Schley con su escuadra. Durante estos días no solo no demostró la menor intención de salir, sino que ambos autores coinciden en que el Almirante, que sabía perfectamente por donde se movían los yankees, faltó a la verdad cuando el 25 comunicó al gobierno que estaba bloqueado, ya que Schley llegó un día después. Incluso en el acta de 24 de mayo, dos días antes, ya se declaraba que la Escuadra “estaba bloqueada”, cuando en ese momento Sampson estaba a 24 horas de la Habana y Schley todavía en Cienfuegos, esto es, a unas de 400 millas de Santiago de Cuba.
Y luego, cuando Schley se retiró, no volviendo a la boca del puerto hasta el día 29. En esta segunda ocasión, ya con las dos escuadras yankees muy cerca pero con todas las posibilidades de salir, también se acordó, en una segunda junta celebrada ese mismo día 26, y por razones nada convincentes, quedarse en Santiago de Cuba y no tratar de aprovechar tampoco esta oportunidad. Batista dice a este respecto:
"¿Que las circunstancias no eran tan extremadas? Entonces, ¿Cómo se explica el telegrama de Cervera a Auñón, emitido solo veinticuatro horas antes, expresando agriamente "estamos bloqueados"? En cuanto a "esperar que se calme la mar", equivalía a aguardar a que toda la fuerza naval (incluída la división de Sampson, entonces todavía ausente) intensificase el bloqueo, como así sucedió. La otra ocasión aludida por Cervera tendría, forzosamente, que presentarse con mala mar aunque con más barcos enemigos, con lo que sería menos favorable que la que se había perdido".
Entiendo que este es un tema espinoso y que puede herir la sensibilidad de muchos.......familiares de Cervera, pero cada vez más estoy convencido que enviar a Cervera a Cuba al frente de la Escuadra fue un error... o quizás una maniobra sutil para terminar una guerra desigual que debía desarrollarse en ultramar sabiendo lo que Cervera iba a hacer, que bajo mi punto de vista no fue otra cosa que rendir la Escuadra. Nunca sabremos lo que hubiera pasado si la Escuadra Española hubiera cumplido lo que se espera de una flota de barcos de guerra, para lo que hicieron en Cuba mejor que se hubieran quedado en Cadiz, que es precisamente lo que quería Cervera.
Mi postura sigue siendo de desconcierto pero desde luego desfavorable a Cervera. Tampoco entiendo como se le encomienda esta misión a un militar que no tiene ninguna fe en la victoria, ni la más mínima. O quizás se envió a Cervera en base a una de sus conversaciones con la marina USA:
Del mismo foro transcribo un escrito sacado a la luz por un bisnieto de Cervera, que recoge una declaraciones del Capitán de Navío norteamericano Mahan, en un artículo publicado a raíz de la guerra en el periódico inglés The Times :
"Hace poco más de un año (algo antes de estallar la guerra) visitamos al general Cervera en La Carraca, Arsenal de Cádiz, y le dijimos: Parece que es usted el indicado por la opinión del Cuerpo para mandar la escuadra, en caso de que se declarase la guerra. En este caso -contestó- aceptaré, sabiendo, sin embargo, que voy a un Trafalgar. Y ¿cómo se podría evitar tamaño desastre? le dijimos. "Permitiéndome consumir de antemano 50.000 toneladas de carbón y 10.000 proyectiles en ejercicios. De otra manera, iremos a un Trafalgar; acuérdese de lo que le digo".
Realmente ¿ Que quería decir Cervera con lo de Trafalgar?
Benito Sacaluga