(1) Ya estaba España sentenciada, dividida en dos, el terror rojo en la zona republicana, según nos decían, y el terror blanco en esta zona que estábamos viviendo, viendo y sufriendo. Fallaron los politicos europeos, falló la propuesta francesa de "no intervención", falló el gobierno Giral, incapaz de sofocar la rebelión militar en sus comienzos, falto de muchas precauciones y otras medidas... pero este no es el caso de estas crónicas, no debo lanzarme a un análisis crítico y politico del gobierno republicano, que sería duro e interminable. Con los medios de que dispongo pretendo referirme principalmente a lo acaecido en La Isla, aunque para aclarar situaciones deba hacer comparaciones y referir hechos ocurridos en otros lugares.
Penal naval militar de La Casería de Ossio
Imagen: El Exilio de los Marinos Republicanos (2)
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Si, ese mismo dia diez de septiembre de ese mismo año trágico, que no glorioso, como pretendieron hacernos creer, tratando de tergiversar los hechos y darnos gatos rabiosos por conejos inocentes, ese día, repito, fueron despertados brutalmente doce personas, doce hombres, para ser fusilados; así de fácil, así de brutal e inexorable, del Penal de la Casería, aproximadamente a las seis de la mañana.
Fueron los siguientes:
Manuel Barea Varo
Domingo Moreno Martínez
Horacio Rodríguez. Marinero de Segunda.
José López Hermoso
Miguel Blanco Ferrer. Pastor protestante. Secta irlandesa. Se negó a confesar y a ser bautizado. Vivía en la calle San Servando.
Manuel Varela Herrera
Félix Hernández Coco
Leocadio Fernández Alama. Natural de Guijo (Córdoba). 41 años. Casado con Adelaida Blanco Silva. Hijo de Domingo y Sebastiana. Dejó de ser carabinero antes del alzamiento. Se negó a confesar. Dejó tres hijos, el último, Leopoldo, póstumo. Vivía en la calle Hernán Cortés.
Antonio Pérez Heredia. Concejal. Confesó antes de morir, devolvió el escapulario de la Virgen del Carmen y se negó a recibir la absolución.
Ramón Campos Chaves. Vivía en la calle Rosario,37, Cádiz. Mecánico de la Armada.
Francisco Marchante Noria.
Antonio Girón Casulla. Maestro Nacional.
Una vez más quedaron al descubierto aquellos esbirros y sus perfidias, asesinando a un modesto y sencillo pastor protestante sin causa ni razón. No cabian explicaciones aditivas, se habían saltado a la torera los slóganes que tanto cacareaban y que pretendían usar como tapadera a sus ignominias, contra los comunistas, socialistas, masones, judíos, etc., porque el pastor era un señor respetable, muy conocido y no pertenecía a ninguna de esas banderas. Fue víctima de la locura desatada por aquellas hordas, impostores, verdugos, inquisidores, ferinos..."Abominable jurisprudencia la de sostener la religión por medio de verdugos", frase esta de Voltaire, dicha allá por el año de 1768, aplicable, tristemente, a aquellos días, meses y años de terror franquista.
Imperaba la misma psicosis destructiva que en 1492. El escritor I.Ehremburg decía:
"Pero los bárbaros que adaptaron el cristianismo a la mezquita de Córdoba no eran niños, eran unos degenerados. Odiaban el espíritu mundial de la mezquita. Cegados por el dogma eran enemigos de la razón. Eran fanáticos por su conducta, sabían destruir mezquitas, quemar herejes, pero carecían de la inspiración de los fanáticos. En su fuero interno, estos fracasados envidiaban seguramente la pericia de los arquitectos árabes que habían levantado la Mezquita que ellos afeaban".
Aquí en La Isla hay algunos que temen, tanto a la verdad histórica como a la crueldad que ellos mismos ejercieron durante muchos años, porque la conocen bien. Recientemente, Rosa Castelló, del Instituto Genus, en la revista Interviú, nº 32, págs. 23-29, dijo que la iglesia crea enfermos mentales o psíquicos. Yo no lo creo así, pues los enfermos mentales no saben defenderse tan bien ni vivir sin producir el material necesario para sostener la vida, dejando a los demás que se lo produzcan, a no ser que haya querido referirse al rebaño domesticado, obediente y productor.
(1) Trigo Tronzado. José Casado Montado. 1992. ISBN: 84-604-3726-4
(2) El Exilio de los Marinos Republicanos