lunes, 28 de diciembre de 2015

MARINERO SUBE AL PALO



Luis de Tapia
Luis de Tapia Romero, republicano convencido, poeta y periodista español. Diputado a Cortes como republicano independiente (1931). En la Guerra Civil española  siguió publicando sus famosas “Coplas del Día”, por medio de Socorro Rojo, llamando a la resistencia contra el fascismo.

Luis Miguel Cerdera, autor de “Málaga, Base Naval Accidental”, me hace llegar una de ellas. Una copla a la que al parecer puso música Salvador Bacarisse, una partitura que no localizamos pidiendo desde aquí vuestra ayuda para ello. Os dejo con la copla, su cita del Acorazado "Potemkin" me hace pensar que los cañones a que se refiere son los del acorazado "Jaime I".





Marinero sube al palo
y dile a la patria hispana
que se ha cubierto de gloria
la escuadra republicana

Marinero del estrecho,
marinero capitán.
los cañones de tu barco
retumban "No pasarán,
retumban "No pasarán,

Marinero sube al palo
y dile a la patria hispana
que se ha cubierto de gloria
la escuadra republicana,
los hijos del Potemkin.

Marinero de Algeciras
estando tu barco allí,
ya no llegarán más moros
de la costa marroquí,
de la costa marroquí.

Marinero que en la noche,
te orientas al navegar;
la estrella de cinco puntas
será tu estrella polar,
será tu estrella polar.



Benito Sacaluga.


Enlace al libro aquí




viernes, 27 de noviembre de 2015

VICTIMAS CIVILES DEL BOMBARDEO DE MÁLAGA DEL 23 OCTUBRE DE 1936



El 23 de octubre de 1936 será recordado en Málaga por haber sufrido uno de los bombardeos más cruentos sobre la capital llevados a cabo por la aviación fascista sobre zonas civiles. A consecuencia de los bombardeos perdieron la vida más de 40 personas entre hombres, mujeres y niños:


(1)
  • Alarcón Gómez, Sebastian, 41 años
  • Alasid Caballero,José, 32 años
  • Berjar garcía, Joaquina, 3 años
  • Berjar García, Juan, 5 años
  • Cabello Guerrero, José, 20 años
  • Domínguez cañada, Dolores, 55 años
  • Domínguez Dominguez, Catalina, 6 años
  • Domínguez Dominguez, Juan, 5 años
  • Domínguez Herrera, Amalia, 19 años
  • Dominguez Herrera, María, 33 años
  • Escalona Vega, Antonio, 46 años
  • García Gil, Ana, 28 años
  • Gonzalez, Antonio, 29 años
  • Gonzalez Velasco, Francisco, 36 años
  • Gonzalez, Francisca
  • Jimenez Rodriguez, Felipe, 56 años
  • Jimenez Vilchez, José, 46 años
  • López López, Manuel, 40 años
  • López Romero, José, 53 años
  • Luque García, Concepción, 51 años
  • Masó Gómez ,Francisco, 26 años
  • Masó Luque, Concepción, 19 años
  • Masó Luque Francisco José, 18 años
  • Masó Luque, Josefa, 15 años
  • Masó Luque Victoria, 17 años
  • Medina Bellido, Manuel, 35 años
  • Moreno Doblado, Ana, 24 años
  • Palomino Martín, Juan, 34 años
  • Rodriguez Suarez, Evarista, 19 años
  • Ruiz Ruiz, José 61 años
  • Silva Bueno, José, 20 años
  • Tellez Jimenez, Federico, 40 años
  • Yuste Pérez, Rafael, 39 años
  • Hombres sin identificar : 3 cadáveres
  • Mujeres sin identificar: 1 cadáver
  • Niños sin identificar: 1 cadáver
  • Varios restos de cuerpos humanos no identificados
  • Un brazo



Benito Sacaluga



(1) Málaga: Base Naval Accidental. Autor: Luis Miguel Cerdera Jiménez.ISBN: 978-84-16513-32-1. Datos del Archivo Municipal de Málaga.Registro de Cementerios.Legajos 4601 a 4603.Muertos a causa de heridas por cascos de metralla y aplastamiento. http://www.malagabasenavalaccidental.com/








martes, 13 de octubre de 2015

HUNDIMIENTO DEL KOMSOMOL







"Komsomol" es el nombre abreviado de la “Kommunisticestij Sojuz Molod’ozi”, sección juvenil del partido comunista de la desaparecida URSS. Con este nombre fue bautizado un carguero construido por la Severney Ship Building Yard de San Petersburgo en el año 1932.  Con un tonelaje de 5.109 toneladas de registro bruto y 116,2 metros de eslora, era movido por los 746 NHP que le proporcionaban sus motores diésel de fabricación rusa. Su tripulación habitual era de 36 personas. El buque era propiedad del gobierno soviético, registrado en "Odessa", y su actividad se centraba exclusivamente en el transporte de carga.

El "Komsomol" ya incendiado.
El 14 de diciembre de 1936 fue atacado y hundido en aguas internacionales entre Orán y Cartagena por el crucero rebelde "Canarias", contraviniendo las leyes internacionales. El "Canarias" fue avisado por un buque de guerra italiano de la presencia del "Komsomol". El entonces contralmirante sublevado Moreno Fernández, comandante del "Canarias", solicitó al "Komsomol" información sobre la carga que transportaba, a lo que el capitán ruso contestó indicando que transportaba 6.000 toneladas de mineral de manganeso con destino a Gante (Bélgica), amparada por documentación de un banco de Amberes. Moreno lejos de comprobar, inspeccionando la carga,  la veracidad de lo manifestado por el capitán ruso, procedió a hacer prisionera a la tripulación del carguero, para después bombardearlo a placer y hundirlo para siempre. El hundimiento fue fotografiado desde la cubierta del "Canarias".

El ejercito sublevado justificó esta acción en base a que el "Komsomol" ya había atracado dos veces en Cartagena con material de guerra soviético, y ante la posibilidad de que el carguero, (totalmente desarmado y mucho más lento que el "Canarias"), se diera a la fuga. 

La prensa soviética escribe el día 20:

"Los rebeldes fascistas juegan con fuego y aún no ha llegado el momento de calibrar las consecuencias de esta criminal provocación. Lo que claramente se deduce es que aquellos que guardan las espaldas a los fascistas no podrán eludir la responsabilidad de este acto de piratería"

Según Pravda : "Con el incendio y hundimiento del vapor "Komsomol" se comete un nuevo crimen que habrá que agregar a los ya cometidos por los fascistas españoles, los cuales con el pretexto de capturar armas soviéticas han realizado numerosos ataques contra buques rusos, deteniéndolos en alta mar, inspeccionándolos e interrumpiendo por la violencia sus itinerarios".

En Madrid el diario "La Libertad" publica el 23 de diciembre:

Con motivo del hundimiento del barco ruso "Komsomol" por. un crucero faccioso, el ministro de Estado envió al embajador de España en Moscú el siguiente telegrama:

"Ruégole visite Comisario Negocios Extranjeros para  expresarle nombre mío, Gobierno y pueblo español profunda indignación por último acto piratería de los rebeldes al hundir barco soviético "Komsomol". Gran impaciencia nos embarga a todos por suerte que haya podido correr tripulación. En los escasos días que pasó en .región valenciana se hizo tan popular que para sus componentes guardamos recuerdo emocionado de su sana solidaridad. Por lo demás, hundimiento "Komsomol" es una nueva prueba de la justa tesis española sobre el grave peligro que corre por horas la paz mundial si se sigue permitiendo a las fuerzas conocidas de destrucción y de guerra hacer el juego a quienes, carentes de todo sentido de responsabilidad europea, no vacilarán en arrastrar tras su propio fracaso la causa general de la paz".

(1) Las repercusiones propagandísticas que la acción naval tuvo en cada uno de los bandos fue enorme. La indignación rusa subió hasta el punto de que su diplomacia propuso a Londres y París el trato a los nacionales como piratas, y atacarlos sin previo aviso. En la zona republicana, tanto el Partido Comunista como el Socorro Rojo constituyeron un comité con el fin de adquirir por suscripción popular otro barco para los rusos. Algo que evidentemente no lograron, a pesar de imprimir miles de postales, sellos y viñetas con este motivo. 


La Asociación de Amigos de la Unión Soviética organizó en Madrid "El Día del Komsomol". Prospecto declaración anunciando la apertura de la campaña Komsomol en la España republicana. Fuente: AHN-SGC.


Benito Sacaluga






(1) ABC 11/03/2014

Fuentes consultadas: 
wrecksite.eu
Hemeroteca Digital BNE
Lloyd's Register 1935-1936

lunes, 17 de agosto de 2015

ATAQUES A LA FLOTA REPUBLICANA





Que durante la dictadura y los años inmediatamente posteriores el aparato franquista dedicara miles y miles de páginas a desprestigiar a  la Flota Republicana y su papel en la Guerra Civil era lo esperado, sin embargo y a pesar de los años transcurridos y la ingente información hoy existente nuestra Armada sigue golpeando a los marinos republicanos, sin ningún pudor además de con muy escasa o nula veracidad y rigor, unos ataques que no deberían ser consentidos y ni mucho menos financiados por el Estado.

En el nº 16 de la publicación "Cuadernos de Pensamiento Naval" correspondiente al primer semestre de 2014, publicación editada por el Ministerio de Defensa y por tanto pagada por todos los españoles, nos encontramos con un artículo del capitán de navío retirado D. José Manuel Gutierrez de la Cámara y Señán titulado: "Importancia de las Operaciones Navales en el desenlace final de la Guerra Civil. La lucha por el control del Estrecho y el Mediterráneo Occidental" . Ante este sugerente título se hace imposible ignorar sin más su contenido, máxime si como ya he expuesto está elaborado en 2014, setenta y cinco años después de que acabase la guerra. Puesto a su lectura con la ilusión de encontrar un relato objetivo la decepción aflora en el primer párrafo, que nada tiene que ver con la Armada y todo con el ataque a la República Española desde la falsedad a la que el régimen franquista y sus actuales partidarios nos tenían y nos tienen acostumbrados, dice así:

"En el programa de Lenin, apoyado por la propaganda y el dinero ruso, España era el próximo objetivo del bolchevismo, para lo que se creó el Partido Comunista que aunque no fue muy bien aceptado, dada la inclinación a la anarquía y aversión a las leyes del carácter español, logró establecer unas células que más adelante evolucionarían. La República fue en principio bien acogida, ante la caótica situación, pero ninguno de los políticos en el poder presentó un programa realista. Entretanto, creció con fuerza un anarquismo acentuado que actuó mediante asesinos pagados, primero en Barcelona y más tarde en Madrid, llegándose a un estado de repulsa de la opinión pública, y cuando se alcanzó el plazo de las elecciones, los partidos de derechas obtuvieron abrumadora mayoría, pero a la hora de acceder al poder las izquierdas se rebelaron, culminando la revuelta con el levantamiento de Asturias que mostró la verdadera cara de los propósitos antidemocráticos y aunque se logró dominar, dejó tras de sí una estela de odio que el gobierno no fue capaz de controlar.

En las elecciones de 1936 el Frente Popular consiguió hacerse con el poder en un segundo escrutinio realizado de modo abusivo por los partidos de izquierda que tras hacerse con los escaños discutidos, utilizaron la mayoría para anular los escaños obtenidos en las provincias y adjudicárselos, aún cuando el porcentaje de derechas era muy superior, pero las turbas incontroladas se hicieron con el poder".

La lectura de lo anterior, así sin avisar y más aún viniendo de un oficial de la Armada española, además de revolver el estómago nos da una clara idea de por donde van las cosas en nuestra Armada o al menos en parte de ella, no olvidemos que el panfleto está editado por el Ministerio de Defensa hace tan solo un año. No voy a entrar en detalle sobre lo escrito por el CN (RR) Gutiérrez de la Cámara, estos dos párrafos iniciales de su artículo contienen tantas falsedades que hacen imposible cualquier análisis o discusión.

A continuación siguen 35 páginas en las que el autor trata de relatar las operaciones navales de la flota republicana y de la flota sublevada, (a la que él denomina nacional), desde el golpe de estado franquista hasta el final de la guerra. Un relato basado principalmente en un trabajo de los hermanos Moreno, adheridos al golpe y sublevados ambos desde sus inicios, "La Guerra silenciosa y silenciada". Un relato en el que como de costumbre se minimiza la importancia de la ayuda de las marinas italiana y alemana y en el que no se desaprovecha ocasión para tirar por los suelos a mandos, oficiales y marinería de la Flota Republicana. Un relato más contra los defensores de la libertad.

Ciertamente el panfleto no tiene ninguna importancia, se trata, imagino, de un simple divertimento del autor sin ningún valor histórico ni documental, con demasiadas imprecisiones y carente de objetividad. No obstante el hecho de que aún hoy en día se siga intentando desprestigiar con falsedades e imprecisiones a la República y a su Flota y que además se lleve a cabo desde instituciones del Estado es lo que en cierto modo me preocupa y desde aquí me tomo la libertad de denunciarlo.


Benito Sacaluga


viernes, 31 de julio de 2015

LA LEGIÓN CÓNDOR



Guernica tras el bombardeo de la Legión Condor.
Después de la salida de las fuerzas facciosas de la línea Maqueda-Toledo, Franco se mostraba reacio a avanzar hacia Madrid hasta no asegurar una superioridad aplastante, sobre todo en el aire, con las nuevas ayudas que esperaba recibir de Italia y Alemania.

El 24 de octubre, el conde Ciano, yerno de Mussolini, se entrevistó con Hitler en Berchtesgaden. En aquella conversación se trató de intensificar la ayuda a los sublevados españoles. Tenían las potencias fascistas gran prisa en que los rebeldes entrasen en Madrid y en reconocerlos como Gobierno de España.

Ciano relata la entrevista con el Führer como sigue:
«Actualmente estamos dispuestos y decididos a hacer un mayor esfuerzo con el fin de dar el golpe de gracia al Gobierno de Madrid. Indico al Führer la intención del Duce de enviar 50 aviones más y 2 submarinos. El Führer dice que está plenamente de acuerdo... y me asegura que dará las instrucciones en este sentido a sus autoridades militares. Si fuera necesario. Enviaría contingentes de tropas.»
A fines de octubre, Hitler encomendó de nuevo al almirante Canaris que fuese a España (era su segundo viaje desde que había comenzado la guerra) para comunicar a Franco las condiciones que Alemania ponía al incremento de su ayuda. En compañía del general de aviación Sperrle, Canaris se entrevistó con Franco. Las condiciones dictadas por el Ministerio de la Guerra hitleriano especificaban que la aviación alemana actuaría en España bajo el mando de un jefe alemán. ¡Esas condiciones fueron aceptadas por Franco! Alemania exigió asimismo que se intensificasen las operaciones militares para acelerar la toma de Madrid por los rebeldes. El Gobierno hitleriano decidió crear en España una unidad especial de las fuerzas armadas alemanas, designada con el nombre de «Legión Cóndor» y cuyo primer jefe fue el citado general Sperrle.

Dicha «Legión» estaba compuesta esencialmente en aquel tiempo por fuerzas de aviación, cuya estructura era la siguiente:

2 grupos de 4 escuadrillas de cazas Messerschmidt 109.
2 grupos de 2 escuadrillas de cazas Heinkel 51.
1 grupo de 3 escuadrillas de reconocimiento Heinkel y Dorniers 17.
4 grupos de 3 escuadrillas de bombarderos Heinkel 111 y Junkers 52.
(Las escuadrillas de caza y reconocimiento comprendían 9 aparatos; las de bombardeo, 12 aparatos).

Además de las fuerzas de aviación, que constituían el grueso de la «Legión Cóndor», a ella estaban agregados destacamentos de artillería antiaérea y unidades de diferentes servicios, como transmisiones, sanidad, de mantenimiento y otras. Los primeros efectivos de la «Legión Cóndor» desembarcaron en España en el mes de noviembre. Estos sumaban de 6 a 7 mil hombres, los cuales fueron multiplicándose en el curso de la guerra.

En noviembre comenzaron también a llegar grupos numerosos de oficiales de marina alemanes, que participaron activamente en la dirección de las operaciones navales de los rebeldes. Las transmisiones y los servicios técnicos del ejército franquista, de la marina y de la aviación estaban organizados y dirigidos por un elevado contingente de oficiales y técnicos alemanes. Alemania envió a España un cuerpo de tanques, que, en un principio estuvo integrado en la «Legión Cóndor», pero actuó luego como una unidad independiente, bajo el mando del coronel von Thoma. El cuerpo de tanques alemanes estaba formado por 4 batallones, cada uno de los cuales se componía de 3 compañías de 15 tanques ligeros cada una. Iba acompañado por 30 baterías de artillería antitanque.

Envió también un elevado número de instructores militares para el adiestramiento de los cuadros del ejército franquista: durante la guerra prepararon más de 56.000 oficiales españoles. Un testimonio elocuente de la considerable ayuda que Alemania prestó a Franco es la declaración hecha por Hitler el 6 de abril de 1938, en un momento de aguda tensión en el centro de Europa:
«Una parte considerable de nuestra aviación está en España, mientras la necesitamos para reconstruir la fuerza aérea en Austria.»
En la Operación Rügen —como se llamó en clave el bombardeo de Guernica— llevada a cabo el 26 de abril de 1937 fue la primera vez que la acción de la Legión Cóndor causó un gran número de víctimas civiles. El Gobierno vasco de la época cifró las víctimas del bombardeo en 1.654 muertos y 889 heridos, sin precedentes en bombardeos de objetivos civiles hasta el momento.

La Legión Cóndor nazi con el apoyo de la aviación italiana bombardeó la ciudad vasca durante más de tres horas ininterrumpidamente,  bombarderos Junkers y Heinkel arrojaron sobre la ciudad cientos de bombas de 500 kilos además de una cantidad superior a tres mil proyectiles incendiarios de aluminio. Los cazas Junkers que escoltaban a los bombarderos se dedicaron en vuelo rasante a ametrallar a la población que huía de la ciudad para refugiarse en los campos. Guernica estaba alejada del frente y no tenia defensas antiaéreas, la fabrica de armas situada en sus afueras resultó intacta. El bombardeo, cifrado como Operación Rügen, se diseñó y se llevó a cabo como una masacre indiscriminada de la población civil. La Casa de Juntas y el Árbol de Guernica no fueron afectados por el bombardeo. El 28 de abril, dos días después del bombardeo, las tropas sublevadas entraban en la villa foral, tomando el control de la misma y quemando los archivos que hallaron en la iglesia de Santa María, imposibilitando el recuento final de fallecidos.El batallón carlista de requetés se dirigió a la Casa de Juntas donde rindió honores al Árbol de Guernica, poniéndole una guardia de honor como símbolo de los fueros. 

Acusado el ejercito franquista sublevado por el lendakari Aguirre de dar la orden del  bombardeo, el franquismo le contesta de esta forma :
"Son completamente falsas las noticias transmitidas por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica. Nuestros aviadores no han recibido ninguna orden de bombardear esa población. Los incendiarios son los que, el verano pasado, incendiaron Irún y ayer Éibar. En la imposibilidad de contener el avance de nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan a los nacionalistas de hechos que no son más que la puesta en práctica de sus criminales designios. 
¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo" 
Estas manifestaciones fueron mantenidas por el régimen franquista hasta el año 1971, fecha en la que el Servicio Histórico Militar reconoce la autoría del plan y de la orden del bombardeo. En 1997 el presidente de Alemania, Roman Herzog, pidió públicamente perdón por la autoría alemana del bombardeo, sin embargo se le olvidó pedirlo también por los bombardeos llevados a cabo por la Legión Cóndor sobre Madrid, Durango, Barcelona y Alicante y por el ametrallamiento en masa de civiles republicanos que huían por la carretera existente entre Málaga y Almería. 


Benito Sacaluga


Extractado de "Guerra y Revolución en España".  Capítulo VII.  Pgs: 129-130-131 y Cartagena Nueva 27-04-1937



lunes, 6 de julio de 2015

EL BLOQUEO DE LA REPÚBLICA Y LA AYUDA PORTUGUESA



Serrano Suñer, Franco y Salazar en Sevilla. Foto:ABC
Es sobradamente conocido, o debería serlo, el abandono a su suerte de la República Española llevado a cabo por países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos. El denominado acuerdo de No-Intervención en el "conflicto" español, fue realmente un bloqueo a los ejércitos y la marina de la República, o lo que es lo mismo a la defensa de la nación española. Las actuaciones de estos países junto con su permisividad total ante la flagrante ayuda de todo tipo que alemanes, italianos y portugueses prestaron desde el inicio de la guerra al ejercito sublevado, sin duda marcaron el curso de la guerra y decidieron su resultado.

Según Benavides (1), las guerras se hacen con máquinas y municiones, y las máquinas y municiones para el Ejército republicano debían venir o traerse del extranjero. No nos las dejaron traer. Nuestra relativa superioridad naval , la mejor técnica de los marinos leales y el valor combativo de las dotaciones, fueron contrarrestados por Alemania e Italia con sus marinas y por Inglaterra, con sus atracos al Derecho Internacional.

El bloqueo de España lo estableció el Comité de No-Intervención. En virtud del mismo se privaba al Gobierno de la República de la posibilidad de adquirir, en el exterior, los medios para defenderse. Italia, Alemania y Portugal se obligaban, al igual que los otros signatarios, a prohibir "Las exportaciones directas o indirectas, la reexportación o el tránsito por España, por las posesiones españolas o por la zona española de Marruecos, de armas, municiones y material de guerra".

La política de No-Intervención, aplicada unilateralmente por el Comité de Londres, bajo la dirección de Inglaterra, terminó por constituir un verdadero bloqueo de la España republicana. El 7 de octubre de 1936, el Delegado soviético propuso la "discusión del control de los puertos portugueses". Portugal había sido convertido en la base principal de aprovisionamiento de los facciosos. La replica de Lord Pylmouth, presidente del comité, fue hecha pública el 15 de octubre: La petición se desestimaba porque faltaba la evidencia de que el acuerdo estuviera siendo violado en efecto. El 30 de octubre, Mr.Eden se refirió a lo mismo en la cámara de los Comunes: "Debo afirmar categóricamente que el Gobierno, jamás ni por un momento, admitió tal proposición. No poseemos prueba alguna que permita sostener las alegaciones soviéticas".

Está claro que los ingleses "no sabían" porque "no querían". A través de sus consulados en Galicia le era fácil conocer los que realmente sucedía en relación con las intervenciones alemana e italiana, por ejemplo la existencia de baterías antiaéreas nazis en Ferrol. También obviaron la llegada en 1937 de una comisión italiana acompañada por Suances, para analizar la capacidad de los astilleros ferrolanos para montar destructores con piezas traídas desde Italia. La idea se descartó, la marina italiana prefirió ceder a Franco los destructores "Falco", "Aquila" "Guglielmo Pepe" y Alexandro Poerio" y dos submarinos a los que los rebeldes bautizaron como "Sanjurjo" y "Mola" y a los que se les hizo responsables del torpedeo del "Cervantes", cuando en realidad el ataque fue efectuado por un submarino italiano en presencia de un destructor inglés.

El 2 de enero de 1937 desembarcaron en Cádiz 10.000 italianos, los mismos que participaron en la toma de Málaga y en la Batalla de Guadalajara. Tras la derrota de los fascistas en Guadalajara, los nazis consiguieron que Inglaterra, Italia, Alemania y Francia autorizasen el bloqueo de España por los Pirineos, la frontera con Francia fue cerrada y se entregó la vigilancia de los puertos republicanos a las marinas alemana e italiana. La tenaz defensa de los derechos españoles hecha por el delegado soviético en el Comité de Londres se estrelló contra la voluntad inglesa de favorecer a Franco y dejar libre el camino a italianos y alemanes. Igualmente la URSS politicamente tuvo que mirar para otro lado ante el apresamiento o hundimiento de barcos rusos cargados de suministros para la República, (17 buques mercantes entre agosto y diciembre de 1936), su intervención habría sido considerada como una efectiva declaración de guerra.

La ayuda alemana e italiana a los sublevados está sobradamente puesta de manifiesto en infinitas publicaciones y siempre ha sido de dominio público, no así la intervención portuguesa, decisiva para el resultado de la guerra pero prácticamente desconocida por la mayoría de los españoles.

(2) Aunque el gobierno portugués no manifiesta claramente su apoyo a los sublevados hasta que corta relaciones con el gobierno de Madrid actúa, desde el primer momento, como si de hecho estuviese ya en hostilidades con aquel; a todos los efectos sus acciones conducen a un inestimable apoyo al ejército insurrecto tanto en el plano internacional, con maniobras dilatorias en las negociaciones de los acuerdos, como en la ayuda material. No se puede ocultar la colaboración oficiosa del gobierno de Salazar con los sublevados siendo Portugal la principal base de encuentro de los rebeldes; autoridades civiles y militares andaban abiertamente por Lisboa donde tenían su centro político a través del cual obtenían material de guerra para el ejército sublevado. La libertad de maniobra es manifiesta y se dispuso del territorio portugués como lugar de conspiración donde relevantes personalidades de la derecha española encontraban todo tipo de facilidades otorgadas por parte del Estado Novo, y, aunque esta ayuda se presenta en los medios diplomáticos como un mero gesto de cortesía y de hospitalidad a los emigrados políticos del país vecino, no tiene nada de extraño que Lisboa conociese la preparación del levantamiento contra la República Española.

El gobierno de Salazar ofrecería un auxilio de primordial importancia dando facilidades para la adquisición y transporte de material vía Portugal. Esta nación no podía aportar armas pero permitió la utilización de su territorio para que otras naciones facilitaran el abastecimiento necesario y fue allí donde tuvo lugar la llegada de los primeros aviones de los que Burgos carecía, tras las diligencias efectuadas antes de estallar la insurrección.  Si los aeropuertos portugueses fueron lugar de escala de los aviones que Hitler enviaba a los sublevados, el suelo lusitano sirvió de paso para traslados de tropas y material y los puertos estuvieron abiertos a los navíos con abastecimiento bélico . Otro aspecto, también de gran importancia, de la ayuda de facto a los sublevados  fueron las facilidades concedidas para las operaciones financieras. Agentes nacionalistas podían adquirir material en fábricas extranjeras a través de industrias portuguesas; igualmente firmas nacionales lusitanas hacían transacciones con el extranjero y luego con los sublevados españoles, directamente o a través del Estado portugués.

Pero mucho más que un refugio de preparación política, un cuartel general para sus actividades, un lugar donde encuentran hospitalidad figuras relevantes del 18 de julio, un camino por donde atraviesa el material de guerra, una actividad doctrinaria en la radio y la prensa, Salazar va a ofrecer a la causa nacionalista toda una máquina diplomática a su servicio; ciertamente, si valioso es el apoyo de Salazar a Franco en el terreno peninsular, su mayor batalla la va llevar a cabo en la escena internacional donde «Portugal defiende la causa nacionalista con el mismo interés que defiende la cuestión nacional». Cuando estalla la sublevación Salazar tenía tomada la decisión. Desde el principio Portugal define una postura de apoyo a los sublevados. Portugal decide desde el mismo 19 de julio utilizar sus medios políticos y diplomáticos al servicio de los golpistas.

Portugal nunca ocultó su decidido apoyo a Franco, el presidente Salazar así lo puso de manifiesto ante la Asamblea Nacional el 22 de mayo de 1939:
«En todos los dominios en que era libre nuestra acción, ayudamos en lo que pudimos al nacionalismo español ...enfrentados por todas partes a la incomprensión y a la ceguera de Europa, donde la España nacional tan pocas amistades contaba, fuimos desde la primera hora lo que debimos ser: amigos fieles de España, en el fondo, peninsulares. Perdimos vidas, corrimos riesgos, compartimos sufrimientos, y no tenemos cuentas que presentar. Vencimos, es todo» 
Olvidaba aquí el dictador Salazar su adhesión al Pacto de No Intervención que firmó el 27 de agosto de 1936.

El dictador Salazar y el dictador Franco establecieron a lo largo de dos décadas una relación de conveniencia con la que pretendieron reforzar sus posiciones en el contexto internacional. Los dos dictadores ibéricos no llegaron a ser amigos, se aproximaron y alejaron en varias ocasiones, pero se ayudaron y fueron solidarios el uno con el otro. A pesar de existir la desconfianza característica cuando se trata de una relación entre vecinos, Franco y Salazar supieron sacar sus dividendos.(3)


Benito Sacaluga




(1) La Escuadra la mandan los cabos. Manuel Dominguez Benavides
(2) Portugal ante la Guerra Civil Española. Soledad Gómez de las Heras Hernandez
(3) ABC (31.07.2013)

viernes, 12 de junio de 2015

MUERTE EN FERROL TRAS EL 18 DE JULIO DE 1936




Contralmirante D. Antonio Azarola
Es el triunfo de los alzados en Ferrol lo que determina la caída de todo el territorio de su influencia en menos de diez días, como caen las fichas de un dominó. Pero la importancia de Ferrol va más allá de ser centro de comarca: su pérdida para la República es la caída de la Base Naval lo que es determinante para el triunfo del alzamiento en Galicia y para el dominio marítimo en el Atlántico Norte y en el Cantábrico. ¿Habría triunfado el alzamiento en esa base si los mejores navíos no hubiesen sido enviados a intentar detener el paso de tropas a la península por el Estrecho? Desde luego que no, fue providencial para el éxito del levantamiento la salida del Arsenal de los cruceros "Libertad" y "Cervantes" el día 18 con órdenes gubernamentales de dirigirse al sur, ya que eran los dos mejores barcos de los disponibles junto al acorazado "Jaime I", el día 19 en Vigo, que recibió idéntica orden. El "España" estaba prácticamente desarmado y el "Almirante Cervera" en dique seco limpiando fondos. Los otros buques del Arsenal no tenían gran valor militar, por anticuados o por hallarse en reparaciones. 

Los cruceros "Libertad" y "Cervantes", y el acorazado "Jaime I", que habían salido por estar en mejor situación de navegación y combate, se mantuvieron fieles al Gobierno, por la acción de suboficiales y marinería. Probablemente Ferrol no hubiese sido ganado por el bando sublevado de haber permanecido en Galicia esos tres navíos, con más de dos mil hombres. Al salir hacia el sur los cruceros y el acorazado pasaban a formar parte de la flota de la República, pero se había perdido la Base de Ferrol, en la que se hallaban en construcción dos modernos cruceros -el "Canarias" y el "Baleares"- y cuatro minadores que enseguida prestarían servicio a los sublevados.

Una vez que la sublevación fascista triunfa en Ferrol, y casi inmediatamente, comienzan las actuaciones contra aquellos marinos que intentaron sofocarla o que simplemente no se adhirieron a ella desde el primer momento. El segundo maquinista de la Armada, Don Pedro López Amor, es sometido a Consejo de Guerra Sumarísimo acusado de un delito de sedición a bordo del acorazado “España”. Este consejo de guerra, presidido por el contralmirante Franco Villalobos y del que forman parte el coronel maquinista Manso, el teniente coronel maquinista Mauriz, el coronel de infantería de Marina Liaño, el teniente coronel de infantería de Marina De las Huertas y el capitán de fragata Luis Vierna, mientras actúa de fiscal el coronel auditor de la Base Conde Pumpido, condena a muerte a López Amor.

Su ejecución tuvo lugar el jueves 30 de madrugada, por disparos de una sección de infantería de Marina en el cementerio de Canido. No se ha hallado en los archivos el sumario abierto contra Amor, que entra el 26 de julio en el “Plus Ultra”, del que desembarca el 29 por orden del Estado Mayor de la Base -como consta en su expediente personal-, por lo que consideramos probable que el maquinista hubiese sido fusilado sin sentencia, dada la extrema rapidez con la que se obró en este caso. De ser así, el primer fusilado tras consejo de guerra en Ferrol sería el contralmirante Azarola, el 4 de agosto. 

Pero no es necesaria la celebración de un proceso sumarísimo, muchas veces se pasa por las armas sin juicio. El domingo 16 de agosto es sacado del “Plus Ultra” un grupo de quince que son abatidos en el cementerio de Canido. Uno de ellos es Jaime Quintanilla Martínez, presidente de la Federación Provincial Socialista (PSOE). Médico de profesión, contaba 45 años y dejaba viuda a la maestra Ángela Ulla, con la que había tenido dos hijos, Jaime, militante de Juventud Socialista, y Ángel.  Juan García Niebla, maestro de escuela en Ferrol, de la Institución Libre de Enseñanza, director de una revista pedagógica, es otro de esos quince. Su ingreso en el “Plus Ultra” como detenido por Marina tiene lugar el 11 de agosto. 

Hay que decir que la versión oficial sobre la muerte de Niebla y Quintanilla es ejemplo de como se justifican los crímenes por referencias a pesquisas y, conjuntamente, por intentos de huida. La comunicación de la Delegación de Orden Público de Ferrol, publicada en “La Voz de Galicia” el 18 de agosto bajo el titular "QUINCE FUSILADOS POR DESARMAR A LOS FALANGISTAS", señala que varios detenidos en el "Plus Ultra" son conducidos por fuerzas de la Guardia Civil y falangistas, de noche, a un lugar no concretado, con el objeto de practicar gestiones sobre un supuesto depósito de armas y concretar cargos, cuando de repente los detenidos se lanzan en masa sobre sus guardianes, tras el llamamiento de García Niebla a por ellos y abajo los fascistas, desarmando a dos falangistas, es entonces cuando el jefe de la GC da la orden de disparar y mueren los detenidos.

Los quince son enterrados en una fosa común del camposanto de Canido, como consta en el libro registro de este cementerio, lugar donde se producían casi a diario los paseos de grupos enteros de presos sacados del “Plus Ultra” y de la Escollera. Algunos afirman que el fusilamiento del exalcalde y sus compañeros fue en el castillo de San Felipe, en el municipio de Serantes, lo que hubeira provocado el esfuerzo de llevar luego los cuerpos hasta el cementerio de Ferrol. Realmente, lo que se procuraba en las ejecuciones, como en la mayoría de las actividades humanas, era ahorrar trabajo: los condenados, sobre todo si nos referimos a los paseados, eran eliminados lo más cerca posible de su sepultura. La lista completa de asesinados ese 17 de agosto en Canido es ésta:

Alfonso Abrodes Rey, obrero de 23 años.
José Pérez Cisneros, 24, carpintero, vecino de Fene.
Ramón Souto González, 36, industrial, alcalde de Fene; candidato del PSOE a diputado en 1933.
Jesús Tenreiro Prim, 34 años, secretario del Ayto. de Fene.
Alfonso Raja Coronado, auxiliar del acorazado "España", 33 años.
Ángel Monteagudo Carro, maquinista del “España”, 33 años.
Avelino Parrilla Ares, suboficial de la Armada, de Mugardos.
Jaime Quintanilla Martínez, 45 años, médico, socialista.
Juan García Niebla, 60 años, maestro, natural de La Graña-Ferrol.
Ángel García Toribio, 36 años, de Pontedeume, registrador de la propiedad, de Izquierda Republicana.
Ramón Ríos Sordo, maquinista naval retirado, teniente de alcalde de Mugardos, militante de Izquierda Republicana.
Cipriano Canosa Caruncho, 39 años, maquinista.
Manuel Besteiro Luaces, 37 años, radiotelegrafista.
Manuel Serantes Canosa, oficial del “España”.
Juan Romalde Prieto, 40 años, oficial 3º de artillería de la Armada.

Según la época predominó una u otra forma de represión: el método ilegal fue el más utilizado en los primeros meses, entre agosto y octubre de 1936, a partir de noviembre de ese año el "paseo"(1) decayó (sin desaparecer) y fue la actividad incesante de los consejos de guerra la que le sustituyó como medio represor: la apariencia de legalidad se imponía. Sin embargo, entre julio de 1936 y diciembre de 1939 de los 709 ejecutados en Ferrol y comarca, un 65 por cien fueron víctimas de un paseo, lo que hace concluir que la represión en la comarca, y probablemente en toda Galicia, se caracterizó por el predominio de ejecuciones extralegales.

Agosto y setiembre de 1936 son los meses más sangrientos, con trescientas ochenta víctimas. Se producen ejecuciones colectivas sin juicio previo; se saca a los detenidos de la Escollera, del “Plus Ultra”. El camposanto de Canido ve la muerte de Jaime Quintanilla (alcalde desde 1931), Juan García Niebla (maestro), Guillermo Cedrón (del PCE), José López Bouza, el exsacerdote Matías Usero (de Unión Republicana), el sindicalista Mario Rico...; el 22 de setiembre treinta y tres personas en el cementerio de Serantes; en el mismo lugar a finales de ese mes cuarenta y dos del mercante “Udondo” son pasados por las armas por decisión de las autoridades de Marina. ¡Viva la muerte! La borrachera de la violencia baja en los meses siguientes, quizás por falta de víctimas, dada la amplia mortalidad anterior, y son los consejos de guerra los que ahora provocan fusilamientos a veces masivos, como el de treintay dos marinos del “España” en diciembre. La aplicación de la pena máxima, o duras penas de cárcel, a los opositores al nuevo régimen se mantiene como norma y sobrepasará el final de la guerra.

Del total de ejecutados en tres años (709), los domiciliados en la comarca ferrolana serían algo más de quinientos represaliados. Con domicilio en Ferrol y Serantes (estos dos municipios se unen en 1940) más de doscientos, le siguen en cuantía los vecinos de Fene (39), Mugardos (36), Cedeira (31), Pontedeume (24), Narón (23), Ortigueira (19), Ares (16), Mañón (12), Monfero (11), Cabanas (9), Cerdido (9), Neda (9), Miño (8), As Pontes (7), Valdoviño (5), Vilarmaior (3) y Moeche (1). Del exterior destacan los procedentes del resto de Galicia, de la zona norte (Asturias, Vizcaya, Cantabria) y de otras costeras (de Murcia, Barcelona, Valencia). En la lista aparecen doce mujeres, hay por tanto mayoría abrumadora de varones; por edades se puede hablar de una cierta juventud de los represaliados: casi el setenta por cien tenía menos de 41 años, siete de cada diez, mientras que el cuarenta y cuatro de cada cien era menor de 31 años, con 45 casos que no llegaban a los 21 años, los más jóvenes sólo tenían dieciséis o diecisiete años. La represión afectó a todos los sectores sociales, pero lo hizo en mayor proporción sobre los asalariados, obreros de la construcción naval, trabajadores del mar, labradores y militares sobre todo de la Armada, en su mayor parte marineros o fogoneros, cabos y suboficiales, por este orden. Esos dos grupos aportan más de la mitad de los ejecutados, pero el perfil profesional de los represaliados muestra un amplio abanico, con estamentos de clase media (funcionarios, maestros, oficiales militares,abogados, comerciantes, propietarios rentistas, profesionales por cuenta propia...) junto a clases populares, todos interesados en la defensa de un régimen de derechos individuales y libertades que garantizaba la Constitución de 1931.

Lo anterior no es más que un brevísimo resumen, una mínima muestra de la represión llevada a cabo en Ferrol por los golpistas en los días inmediatos a su levantamiento en armas contra la República. La represión y el terror se extendió durante toda la guerra y continuó durante la dictadura, tanto en Galicia como en el resto de España.


Benito Sacaluga.



Extractado de: "DE PERPETUA A MUERTE. HISTORIAS DE LA GUERRA CIVIL..." Autor: XOSÉ MANUEL SUÁREZ.



(1) En el llamado paseo, no se precisaban retorcer las normas del Derecho: las víctimas eran sacadas de las cárceles (barcos, prisiones del Arsenal, cuarteles...), para ser fusilados contra los muros de un cementerio, cerca de una fosa común preparada al efecto. Luego una nota de la comandancia de la Guardia Civil, del Jefe de Policía o del Delegado de Orden Público, bastaba para justificar la“ejecución” un intento de fuga de los reos, o simplemente las victimas quedaban en el anonimato, desaparecidas.

lunes, 11 de mayo de 2015

LA BASE NAVAL DE MAHÓN EN JULIO DE 1936





Considerada una base menor, la Base Naval de Mahón (Menorca) prestaba apoyo logístico a la flotilla de submarinos allí destacados. Excelente para fuerzas ligeras, pero por sus reducidas dimensiones no lo era tanto para una fuerza naval de mediana importancia. El fracaso del golpe en ella supondrá un durísimo coste para la oficialidad sublevada.




1916. COMENZABAN LOS TRABAJOS DE CONSTRUCCIÓN DE LOS 3 PANTALANES PARA EL NUEVO APOSTADERO DE SUBMARINOS DE LA BASE NAVAL DE MAHÓN (Archivo Fernando Andreu)

Proclamado el estado de guerra en la isla de Menorca en la mañana del 18 de julio, por el gobernador militar, general José Bosch Atienza y por el jefe de la Base, contraalmirante Luis Pascual del Pobil, la nueva situación provoca un estado de tensión y desagrado entre las clases subalternas, tanto de la Armada como del Ejército, presionados por los suboficiales del Ejército, que se han hecho con el mando de la guarnición, impidiendo el traslado a Mallorca de Bosch Atienza para sustituir a Goded en la Comandancia General de Baleares. Tenido conocimiento del fracaso de este último en el intento de sublevar Barcelona, los auxiliares de la Base y la marinería proceden a desarmar y detener a jefes y oficiales, que quedan detenidos, incluido el comandante de la misma Pascual del Pobil.


BANDO FRANQUISTA DECLARANDO EL ESTADO DE GUERRA EN MENORCA

BANDO

Don José Bosch Atienza, general de brigada, Comandante Militar de Mahón. 
HAGO SABER: que en esta fecha acuerda y declara el estado de guerra en esta isla y en su consecuencia 
ORDENO Y MANDO:
Artículo. 1.- Serán repelidos por la fuerza sin previa intimación todos los actos de violencia realizados contra cuarteles, polvorines, dependencias militares, conducciones de agua y energía eléctrica y los que se cometan contra edificios públicos y particulares, bancos, fábricas y establecimientos, estén o no custodiados por fuerzas del Ejército y Seguridad.
Artículo. 2.- Queda suprimido el derecho a la huelga, debiendo reintegrarse al trabajo todos los obreros a la orden de empezar. Los directivos de las Sociedades Obreras serán directamente responsables del incumplimiento de este artículo siendo sometidos a juicio sumarísimo.
Artículo  3.- Queda terminantemente prohibida la formación de grupos que excedan de tres personas así como la celebración de reuniones, mítines, conferencias o manifestaciones públicas, ni aun las juntas generales ordinarias o extraordinarias de asociaciones y sindicatos sin mi autorización. Los infractores de la primera serán violentamente disueltos por la fuerza pública sin intimación de ninguna clase; los organizadores de los segundos serán sujetos asimismo a juicio sumarísimo. 
Artículo  4.- Las autoridades o Corporaciones civiles continuarán funcionando en todos los asuntos que no se relacionen con el orden público, limitándose en cuanto a éste a las facultades que mi Autoridad les delegue. 
Artículo  5.- Los funcionarios o Corporaciones que no presten el inmediato auxilio que por mi Autoridad o por mis subordinados sea reclamado, o que se opongan en cualquier concepto al exacto cumplimiento de este bando, serán juzgados inmediatamente en juicio sumarísimo. 
Artículo  6.- Se declaran incautados y a mi disposición los automóviles de carga, viajeros, motocicletas y vehículos de todas clases, quedando absolutamente prohibida la circulación rodada, tanto en el interior de las poblaciones como fuera del caso de las misma y en las carreteras, caminos, pistas y veredas, debiendo los conductores proveerse de una licencia especial para cada caso y viaje que será solicitada de mi Autoridad o de la que en caso designe. 
Mahón 18 de julio de 1936. El Comandante Militar José Bosch.

Pedro Marqués Barber, brigada de Artillería, es quien toma la iniciativa para anular los efectos de la proclamación del estado de guerra en Menorca, lo hace en unión de los también brigadas Francisco Martínez Sánchez-Moreno, Jaime Palou Msanet, y José Montaña Galbán, junto a los sargentos Antonio Venegas Ibarra, Pedro Quintanilla Quintanilla y Jesús Gabaldón Paños. Después de neutralizar y detener a los sublevados, envía al Gobierno el siguiente mensaje: 
“De comandante militar accidental de Mahón a Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra (Giral): Al tomar mando militar de la plaza por haberme sublevado en unión Cuerpo suboficiales y tropa, acatando la voluntad pueblo y Gobierno constituido, saludo a V.E. y Gobierno en pleno, ofreciendo la más leal, entusiasta y fiel colaboración a la obra de la República”.
En cuanto a lo ocurrido en el interior de la Base Naval, la iniciativa de los suboficiales de la Armada de detener a los jefes sublevados y hacerse con el control de la Base parte del Oficial 1º Naval Nicanor Menéndez Casanovas, que tras la destitución del contraalmirante Pascual del Pobil pasa a ser nuevo jefe de la misma, seguido del Auxiliar 1º de Oficinas José Sánchez Sepulcre como jefe de Estado Mayor, Auxiliar 1º de Torpedos José Cortázar Zabala jefe de la Flotilla de Submarinos, Oficial 3º de Radio Antonio Hernández Domínguez jefe de Comunicaciones, Segundo Maquinista Antonio Barrera Rodríguez jefe de Máquinas, Oficial 1º de Servicios Técnicos Antonio Romero Díaz jefe de Ingenieros, Auxiliar 1º Antonio Otero Brañas Jefe de Sanidad, Auxiliar 2º de Oficinas Fernando Quintas Miranda Comisario Habilitado, Auxiliar 1º de Aeronáutica Naval don Francisco Sauri Servera jefe de la Escuadrilla de Hidros, Oficial 2º de Artillería Francisco Martínez Roldán jefe de Artillería, Oficial 2º Torpedista Joaquín Coronilla Parejo jefe de Defensas Submarinas y Auxiliar 2º de Artillería Pedro Pena Sixto ayudante del jefe militar de la Base. 

El nuevo poder naval comunica la situación al Ministerio de Marina mediante un despacho redactado en los siguientes términos: 
“Comité Cuerpos Auxiliares, Segunda Sección Maquinistas y marineros a Ministro de Marina.- Habiendo permitido autoridades esta Base y Cuerpos patentados de la misma que se de cumplimiento a bando autoridad militar esta plaza declarando estado de guerra contrario a lo ordenado por el poder legalmente constituido, este Comité los declara facciosos, y más cuando con anuencia y beneplácito de estos ha sido llevado por hidro a Barcelona el general Goded sin que esta autoridad de esta Base tomase resolución alguna no mereciendo confianza a este Comité el personal de los Cuerpos Patentados, los cuales en todo momento han demostrado su adhesión entusiasta a los enemigos del régimen republicano; constituido éste, han acordado nombrar jefe militar de esta Base al oficial 1º Naval Nicanor Menéndez haciendo nombramientos de los demás servicios.- Después de haber efectuado estos nombramientos acordó detener en su domicilio bajo vigilancia al almirante de esta Base y a los demás jefes y oficiales de los Cuerpos Patentados en el pabellón de submarinos, procediendo antes al desarme de dicho personal con toda la marinería de esta Base que voluntariamente se ha unido a nuestra voz de mando.- El brigada con mando en la plaza nos ha ofrecido fuerzas por si las necesitábamos agradeciendo su ofrecimiento puesto que las nuestras como siempre esperábamos nos han sido leales.- Esperamos que esta nuestra determinación merezca la aprobación de V.E. o en caso contrario, sus órdenes.- ¡Viva la República!”.


La Base Naval de Mahón, al igual que toda la isla de Menorca, no desempeñó ningún papel crucial en la guerra, aunque tuvo que soportar importantes bombardeos aéreos. Una vez perdida Cataluña, Menorca quedó sin contacto con los territorios republicanos. La isla se rindió en febrero de 1939 con la mediación del gobierno británico.


Benito Sacaluga.



Fuente: La Armada Española durante la Guerra de los tres años.



viernes, 1 de mayo de 2015

CARTAGENA NUNCA SE SUBLEVÓ (ll)




En la entrada anterior puse de manifiesto la lealtad republicana de Cartagena ante la revolución Casadista de la primera semana de marzo de 1939. En esta ocasión quiero referirme al comportamiento de la Base Naval y el Arsenal de Cartagena observaron ante el golpe de estado fascista de julio de 1936. Si bien los mandos de  las Bases y Arsenales de San Fernando (Cádiz), Ferrol (Coruña) junto con las Escuelas de Tiro de la Armada ubicadas en la ría de Marín (Pontevedra) y la Comisión Hidrográfica de Las Palmas (Canarias) se adhirieron con entusiasmo al levantamiento, la Base y Arsenal de Cartagena y la Base de  Mahón (Menorca) consiguieron hacer fracasar el golpe en esas plazas y permanecieron fieles a la República.

En Cartagena y su Arsenal el fallo de interconexión de los marinos sublevados con el ejército al mantenerse éste leal a la República tanto en la propia ciudad como en Valencia hará que el Bando de Guerra nunca llegue a leerse. Con una buena parte de los jefes y oficiales de la Base conjurados a favor de Franco, sin embargo, el tiempo perdido a la espera de la proclamación del estado de guerra por el gobernador militar de la plaza, general Martínez Cabrera, o por la jefatura de la División en Valencia, será aprovechado por los leales al Gobierno para hacer fracasar el golpe.

En la madrugada del 17 al 18 de julio, se recibe en el Arsenal y en algunos buques radiograma de Franco invitando a los jefes de las Divisiones, Escuadra y Bases Navales a unirse al levantamiento dándose cuenta del mismo de inmediato al jefe de la Base, vicealmirante Francisco Márquez Román, que envía una comisión a entrevistarse con el Gobernador Militar, el cual recomienda esperar hasta tanto no se tengan noticias de lo que esté ocurriendo en Valencia. Eso lleva al jefe del Arsenal, contraalmirante Camilo Molíns Carreras, a suspender la salida de dicha dependencia de las compañías de Marinería preparadas para intervenir en la proclamación del estado de guerra, al tiempo que una sección de guardias de asalto se sitúa en sus alrededores para tratar de impedir cualquier salida de fuerza naval hacia la población.

En la mañana del 19 se sabe que la base aérea de San Javier ha sido asaltada por la plantilla de auxiliares apoyada por personal del aeródromo de Los Alcázares siendo sofocado el amago de sublevación de sus mandos, que quedan detenidos. 

A primeras horas de la mañana del 20 el Gobierno de la República, fracasados todos los intentos de los sublevados de la Armada de proclamar en Cartagena el estado de guerra, domina y controla la situación en la Base Naval, de la que el vicealmirante Márquez entrega el mando al teniente de navío Antonio Ruiz González, el cual publica de inmediato en la Orden del Departamento un mensaje dando cuenta de la nueva situación. El texto del mismo, de clara e inequívoca significación republicana, dice:

“Marinos: La insensatez y locura de unos malos patriotas están haciendo pasar en estos momentos horas de dolor a nuestra España, a este pueblo heroico, que en los momentos más decisivos de la historia, supo tener gestos gloriosos que sirvieron de admiración y ejemplo al mundo entero. Al dirigirme hoy a vosotros, dotaciones todas de los buques y dependencias a mis órdenes, lo hago con el propósito de agradeceros la eficacísima ayuda que estáis prestando a la defensa de una causa justa, como es la de mantener las libertades del pueblo español. Me siento orgulloso de tener a mis órdenes hombres tan bravos, hombres tan dispuestos a cualquier sacrificio; en una palabras, hombres tan hombres. La República necesita, en estos momentos, de todos los que se sientan españoles honrados. Fuerte ha sido hasta ahora el estado de vuestro espíritu, y así debe continuar hasta el aplastamiento de los traidores, ya en estos momentos debatiéndose en sus últimas resistencias a las fuerzas leales al régimen.
Por las calles de las ciudades y en el campo, las milicias del Frente Popular, las tropas leales y la aviación, conscientes de su deber, se baten y dan su vida generosa por la República; pero vosotros, en vuestro lugar, no habéis cumplido menos que los otros; a vosotros, dotaciones todas, os cabe el orgullo de haber contribuido a ahogar, en su nacimiento, este criminal intento; a vosotros os corresponde quedaros en vuestro sitio, pero siempre dispuestos a cumplir las órdenes que, para el bien de España, os den vuestros superiores, dentro de la mayor disciplina, el mayor orden y la mayor serenidad, para que nunca puedan achacaros delitos que el enemigo comete; continuad siendo fieles; aprestaros a la lucha y, cuando sea hora, demostrad con vuestra fuerza al servicio de la justicia, que todo lo dais por una patria noble a la que unos bastardos han intentado deshonrar en su criminal intento. De esta manera salvaréis a la República y daréis honor a la Marina, cuyo glorioso uniforme, para el bien de España, vestís. 
Pocas horas le quedan a los traidores de resistir el impetuoso ataque que nuestras fuerzas le dirigen; pero por pocas que sean, aún seguirán regando el suelo patrio con la sangre generosa de los españoles honrados. Hay que vengar esa sangre derramada, pero para eso es preciso que, pensando en España, continuéis dispuestos a defenderla. Hasta ahora habéis dado un buen ejemplo. ¡Seguid dándolo!
Dotaciones de mi mando: ¡Viva España! ¡Viva la República! ¡Viva la valiente Marina republicana! 
Vuestro jefe: Antonio Ruiz. Vicealmirante jefe de esta Base Naval”.

En el Arsenal mientras tanto, su jefe hasta ese momento, el contraalmirante Molins, traspasará sus poderes al segundo maquinista don Manuel Gutiérrez Pérez. La lista de nuevos nombramientos, refrendada por el Ministerio de Marina, la completan Jesús Hernández Guirao, oficial 1º de Oficinas, y Eusebio Vivancos Cerezuela, nombrados jefe y segundo jefe de Estado Mayor de la Base; Carlos Balandrón Vences, auxiliar 1º Naval, ayudante mayor del Arsenal; José Meliá García, auxiliar 2º de Oficinas y Archivos secretario del anterior; por último se nombra jefe de la Flota al capitán de Fragata, Fernando Navarro Capdevila. Aquí, en Cartagena, el medallero golpista, al contrario de lo ocurrido en San Fernando y Ferrol, brillará por su ausencia.


Benito Sacaluga




Fuente: LA ARMADA ESPAÑOLA DURANTE LA GUERRA DE LOS TRES AÑOS (1936-1939)

domingo, 12 de abril de 2015

CARTAGENA NUNCA SE SUBLEVÓ (I)





Tras la sublevación y golpe de estado del coronel Casado y siguiendo sus instrucciones, el cuatro de abril de 1939 los mandos de la Base Naval de Cartagena, comandados por el coronel Gerardo Armentia Palacios, comandante jefe del Parque de Artillería de la Base Naval, se adhieren a la rebelión contra el Gobierno de Juan Negrín, contra la República. Tres días más tarde, la 206 Brigada Mixta, a las órdenes de Artemio Precioso, recuperó para la República la Base Naval y los cuarteles de Cartagena. Al referirse a estos hechos, la sublevación de los mandos navales de Cartagena, los historiadores y cronistas lo hacen como “La sublevación de Cartagena”, yo mismo lo he hecho el alguna ocasión, expresión que induce al error de pensar que el pueblo cartagenero participó o apoyó la sublevación. No fue así, ni mucho menos.

En “La Escuadra la mandan los Cabos”, obra de Manuel D.Benavides, editada en México en 1944 y prohibida en España hasta 1976, se dedica el último capítulo a los sucesos de Cartagena de abril del 39, capitulo que por su extensión transcribiré extractado en varias entregas. 

Así comienza:

Cartagena fue una de las ciudades cuya población obrera trabajó mejor para la guerra. En los últimos meses los mineros solo se alimentaban a base de ensalada de alfalfa, no obstante bajaban diariamente a las minas y trabajaban hasta la extenuación. Estaban agrupados en las dos centrales sindicales, UGT y CNT, ni recibieron elogios ni los pidieron. Semanalmente extraían entre 2.000 y 2.500 toneladas de pirita.

En la ciudad, la lucha sindical no hizo desmerecer la calidad y la cantidad del esfuerzo. La fábrica de cartuchería, -sacada de Toledo, llevada a Madrid primero y después a Cartagena- que, nueva, daba un rendimiento normal por jornada de ocho horas de 75.000 cartuchos, en manos de los obreros de Cartagena, que ignoraban las conspiraciones y las anécdotas del Ministerio de Marina, llegó a producir, trabajando dos jornadas y media, 210.000 cartuchos diarios.

La fábrica de dinamita, la única de las Zonas Centro-Sur-Levante que, en fabricación normal, solía entregar de 60 a 70 cajas, produjo hasta 400 cajas. Hubo semanas que se enviaron a Madrid 10 toneladas diarias.

La Constructora Naval reparó los barcos averiados y terminó los destructores que se hallaban en periodo de armamento el 19 de julio de 1936 – “Almirante Miranda”, “Gravina” y “Escaño”-, y en el transcurso de 1937, los tres últimos destructores del mismo grupo: “Ciscar”, “Jorge Juan” y “Ulloa”.

En el Arsenal se fabricaban proyectiles de acero de 10,2 con una producción diaria de 450 unidades.

Granada de mortero Valero
http://www.amonio.es/
En el año 38 se montó en la Fábrica de productos químicos la fabricación de coedita y oleum, y en El Albujón, un taller-fábrica de artificios: estopines y espoletas antiaéreas, con una producción media de 3.000 semanales de cada una. Se habilitaron y montaron en la zona de Cartagena 14 fundiciones para la fabricación de granadas de mano y de mortero Valero, con una producción de 35.000 al mes de las primeras y unas 15.000 de las segundas. Cuatro talleres de herramientas, instalados en Cartagena, Alhama, Novelda y Elche, fabricaban cartuchería y vitolaje. Los obreros de Murcia facturaban espoletas para la Artillería y en Alhama de Murcia se montó con chatarra una fábrica en la que se manufacturaba la granada completa Valero, con un total de 350 diarias.

Todo eso se hizo con material requisado, sin importar ni una tuerca. Las mujeres realizaron el 30% del esfuerzo.

Fue a esos obreros a quienes abandonó la Flota, a los hombres y mujeres de los talleres y de las fábricas y a los mineros, todos trabajando llenos de fe en la causa republicana. Ellos no supieron nunca de los complots de la Base.

La población obrera de Cartagena, se dirigía al tajo cuando se produjo la insurrección de los mandos y de los burócratas. El mundo de los trabajadores era un mundo aparte; el de los mineros que en julio del 36 se ofrecieron para bajar a la Sierra y reducir a los marinos sublevados; el de las Juventudes Socialistas Unificadas, que se incorporaron a las fuerzas de Ortiz para rendir el aeródromo de San Javier y marcharon luego sobre Hellín y Albacete; el de los auxiliares y marineros que se sometieron a sus jefes…..

¡Cartagena no se sublevó !


Benito Sacaluga

martes, 24 de marzo de 2015

EXILIO REPUBLICANO. EL INCIDENTE DEL VAPOR CUBA. EXILIADOS O ESCLAVOS.




La Republica Dominicana sufrió la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, desde 1930 hasta 1961. Su mandato estuvo acompañado por la represión absoluta y abundantes asesinatos, tortura y métodos terroristas contra la oposición. En 1937, Trujillo ordenó al Ejército matar a los haitianos que vivían en la zona fronteriza. El Ejército mató a unos 35.000 haitianos en solo seis días, desde la noche del 2 de octubre de 1937 a 8 de octubre de 1937, (Masacre de Perejil). Para evitar dejar pruebas de la implicación del Ejército, los soldados utilizaban machetes en vez de balas. Los Estados Unidos apoyaron el gobierno de Trujillo, al igual que la Iglesia católica y la élite dominicana. Este apoyo persistió a pesar de los asesinatos de políticos de la oposición, la masacre de los haitianos, y de las conspiraciones de Trujillo contra otros países. Los Estados Unidos finalmente rompieron con Trujillo en 1960, después de que agentes de Trujillo trataran de asesinar al presidente venezolano, Rómulo Betancourt, un crítico feroz de Trujillo. El 30 de mayo de 1961 Trujillo fue asesinado con armas proporcionadas por la CIA a través del estadounidense Simon Thomas Stocker. Los exiliados republicanos españoles también padecieron la dictadura de Trujillo.


El 6 de julio de 1940, sábado, arribó al puerto del viejo Santo Domingo de Guzmán el trasatlántico francés Cuba, transportando poco más de 600 refugiados de la Guerra Civil Española destinados al país en arreglo a los tratados migratorios establecidos entre el gobierno dominicano y el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Dentro del contingente a bordo del Cuba se hallaban personalidades cuya captura resultaba desde todo punto de vista interesante a las autoridades franquistas, como las de Ramón González Peña (dirigente de la Unión General de Trabajadores y ministro de Justicia durante el segundo gobierno de Negrín), Demófilo De Buen (jurisconsulto del Tribunal Supremo) o Matilde De la Torre (periodista y política), cercana a Negrín y a Julián Zugazagoitia, quien fue fusilado por Franco en 1940 tras su aprehensión en territorio francés. Reclutado mayormente en los campos de concentración franceses de Vernet y Colliure, el nuevo contingente hubiese elevado a cerca de 3,600 el número de los que por ese mecanismo habían llegado al país, cosa que no se produjo dado que, sorpresivamente, el gobierno desautorizó el desembarco, dando lugar a un poco claro incidente que canceló de facto la apertura inmigratoria del régimen de Rafael Leónidas Trujillo hacia los vencidos.

Llegado en la madrugada, al barco se le ordenó permanecer en el antepuerto, en tanto los representantes de los organismos de evacuación españoles hallaban una solución al delicado impasse en que se hallaba el contingente, carente desde ese momento de un destino cierto en América y ya bajo la jurisdicción formal del gobierno proalemán de Vichy, a cuyas órdenes quedaría el barco si la tripulación desertaba del bando aliado. De ocurrir esto, el contingente de refugiados enfrentaba el terrible acecho de ser enviado de vuelta a la Francia ocupada una vez el Cuba arribase a la Martinica, escala final de su travesía.

Al día siguiente, la prensa dominicana filtraba versiones de los motivos del gobierno dominicano para prohibir el ingreso de los refugiados al territorio nacional. Según el diario La Nación, la premura impuesta por el avance alemán había hecho que la mayoría de los pasajeros lo abordase careciendo de la documentación consular necesaria, aventurándose «a salir de Francia en cualquier forma» y entrando en el barco de forma intempestiva. Añadía, además, que el contingente no se había sujetado a la reciente disposición oficial de que los refugiados europeos llegasen al país por medio de la Asociación para el Establecimiento de Colonos Europeos en la República Dominicana (DORSA), con sede en Nueva York.

Durante tres días, el asunto se mantuvo envuelto en una aureola de misterio. Anclado frente al viejo Alcázar de Diego Colón, en la desembocadura del río Ozama, la prohibición absoluta de subir o bajar del barco llenó de expectación la vida de quienes esperaban en el muelle. La prensa de día 8, por ejemplo, describe con tonos dramáticos el incesante viajar de pequeñas embarcaciones repletas de personas que se acercan al trasatlántico tratando de encontrar entre los de abordo a algún pariente o amigo.

Fue hasta el martes 9 cuando, al fin, se produjo una declaración en torno al Cuba. Citando fuentes oficiales, La Nación de esa mañana publica una extensa explicación sobre las razones de la negativa dominicana. En ella, acusa a la Compañía General Trasatlántica Francesa de haber aceptado, movida por el lucro, a todo el que le pudo pagar el pasaje, desentendiéndose de observar los requisitos sobre visado consular. También se señala que dos meses atrás el gobierno dominicano había comunicado a los comités de evacuación la decisión de no seguir aceptando inmigrantes españoles pues no se había cumplido con el precepto de que un 50 por ciento de éstos se integrase por agricultores. Dice La Nación:

El gobierno dominicano fue sorprendido al encontrarse con que entre los miles de españoles enviados por los comités citados, no se encontraba ningún agricultor propiamente dicho, y que en cambio, de manera sistemática, era enviada a nuestro país una cantidad de inmigrantes francamente indeseables–con muy pocas excepciones- ya que no se trataba meramente de personas cuyas ideas o filiación política les obligaron a salir de España [...] sino de gente de profesión desconocida aún en su propio país, y cuya historia prácticamente comienza con la guerra [...] con títulos y cargos equívocos, que sólo justifican –en algunos casos - papeles de dudosa garantía. A esto se añade que las susodichas organizaciones sólo les entregaron cincuenta dólares a cada refugiado. Con suma tan pequeña, apenas podía vivir una persona dos meses en el país. Después, sin un organismo que se dedicara al estudio de las posibilidades de nuestro territorio para crear fuentes de trabajo [...] quedaron abandonados a su suerte, sin recursos para subsistir y sin preparación para realizar trabajos agrícolas, por ser gente que evidentemente no ha trabajado en la mayor parte de su vida [...]. Así pues, la actitud de una gran mayoría de los refugiados, ha sido y sigue siendo desde todo punto de vista censurable. Algunos, en vez de olvidar aquí sus rencillas [...] y deponer sus pasiones, continúan tratando de formar grupos políticos, comités, organizaciones, realizando así actividades incompatibles con su condición de refugiados; y lo que resulta aún peor es que con esto diseminan prejuicios e ideas perjudiciales para el país que les ha acogido, en el disfrute de una era de paz y trabajo.

Por lo anterior, el gobierno decidía no aceptar a los refugiados del Cuba, reiterando que todo aquel que, en lo sucesivo, llegara debía hacerlo por conducto de la DORSA. El trasatlántico permaneció en el antepuerto de Santo Domingo dos días más y zarpó el día 11 de julio hacia La Martinica, donde los emigrantes trasbordaron al vapor Saint Domingue que los condujo a México, país que los había admitido por las gestiones de la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE) ante el general Lázaro Cárdenas.

El tono del enfoque dado por La Nación al tema de los refugiados contrasta vivamente con el trato que ese diario, en particular, había dispensado a los desembarcos iniciados ocho meses atrás con la llegada del Flandre, el 7 de noviembre de 1939 y con la versión general sostenida por los medios de comunicación sobre la solvencia moral e intelectual del colectivo refugiado en el país, sobre sus esfuerzos por adaptarse a una nueva vida y sobre los beneficios que derivaba la sociedad dominicana de todo ello. Viniendo de La Nación, medio propiedad del dictador, lo publicado era signo de que, profunda y amenazadoramente, las relaciones del régimen de Trujillo con los refugiados habían cambiado. La negativa a dar refugio al contingente del Cuba dejaba definitivamente atrás los días en que la Guerra Civil Española motivaba de parte del régimen dictatorial sonadas declaraciones humanitaristas en defensa del derecho de asilo, para abrir paso a una etapa de confrontación política con el colectivo refugiado en el país.

Curiosamente, no sería La Nación el medio por el que los refugiados y la sociedad dominicana en general seguirían percibiendo los contornos del cambio de actitud del régimen. Poco más de ese tenor aparecería en las páginas del diario, que, justo en la víspera, había dedicado dos notas editoriales dedicadas a destacar la vigencia de los principios humanitarios proclamados por Trujillo y el interés y el deber de practicarlos, incluso, por sobre los peligros de infiltración del enemigo extranjero.

A poco de partir el Cuba, el diario La Tribuna publicaba una caricatura alusiva al tema de los refugiados extranjeros en cuyo cintillo podían leerse algunas de las ideas con que comenzaría a representarse en círculos oficiales la presencia de los refugiados españoles: la decepción inmigratoria y la peligrosidad política.

Puesto al calce de la escena donde un hombre levanta en vilo a otro con la intención de lanzarlo al mar, el cintillo decía:

Extranjero ingrato ¡...te abrimos nuestros brazos hospitalarios y nos pagas con ingratitudes, haciendo propagandas subversivas de empresas que merecen todo crédito. Viniste en barco de tu país, de donde te arrojaron por algo mal hecho que hicistes... pero ahora vas a tener que regresar nadando. Como estoy haciendo a ti se le debe hacer a todos aquellos que en vez de regar nuestros campos con agua extraída de la fuente de la gratitud, se complacen en hacer todo lo contrario... PERRO INDESEABLE!...

Algunos días después, era el diario La Opinión el que volvía sobre estas representaciones. Comentando la «Apelación aTrujillo», una carta abierta donde una fracción de los exilados le solicitaba intervenir en defensa de los principios del derecho de asilo violados en Francia por la Gestapo, que había entregado a Franco a Julián Zugazagoitia, Cruz Salido y otros lideres, próximos a ser ejecutados, La Opinión afirmaba:

Hay muchos de estos refugiados que observan una conducta discreta y agradecida, pero la mayor parte de ellos, con una tozudez digna de haber sido aplicada en mejor ocasión, no piensan en otra cosa que en la política de España, aprovechando las garantías condicionales de que disfrutan para desahogar sus odios y para hablar en el país de doctrinas que jamás podrán aclimatarse, ni siquiera superficialmente, entre nosotros...Porque ya lo hemos dicho muchas veces... lo que aquí deseamos y necesitamos en materia de emigración es la llegada de gente trabajadora e inclinada a arraigar entre nosotros DEFINITIVAMENTE y no a los que carecen de todo sentimiento de gratitud y se expresan o se conducen de una forma censurable o desdeñosa.

Semanas más tarde, cuando visitaba el país el Sr. José Tomás y Piera, enviado por la JARE para conocer sobre la angustiosa situación en que vivía la mayoría de los exilados, la pizarra pública del Nuevo Diario sentenciaba lo siguiente:

Están de pláceme los refugiados españoles con la llegada al país del Ex-Ministro D. José Tomás y Piera, que a manera de Mesías viene a resolver la situación económica de los mismos y a prepararles la maleta a cuantos deseen trasladarse a México. Es una buena oportunidad que se nos presenta a los dominicanos de que nos saquen de aquí a muchos elementos que se han hecho acreedores a nuestro desprecio. ¡Que se vayan de aquí los que no desean vivir aquí!

En suma, la explicación que comenzó a configurarse oficiosamente sobre la política de inmigración de refugiados españoles desarrollada desde mediados de 1939 tendió a construir imágenes que hacían aparecer, por un lado, al gobierno dominicano como parte defraudada en los arreglos migratorios establecidos con los organismos de evacuación republicanos, en tanto, por el otro, presentaba a los llegados como una colectividad que no había sido consecuente en cuanto a corresponder la hospitalidaddominicana. ¿En qué medida reflejaban estas versiones las realidades del proceso de incorporación a la sociedad dominicana seguido por los refugiados en los meses previos?

En relación con los presuntos fines agrícolas de la política del régimen había existido, ciertamente, una gran desorganización. A la hora del incidente, la gran mayoría de las colonias agrícolas pobladas con refugiados ostentaba un perfil productivo muy bajo, por no decir que inexistente. Iniciados muchos de los asentamientos hacia finales del mes de febrero de 1940 (apenas cuatro meses antes del arribo del Cuba), la situación imperante en la mayoría de ellos era humana y productivamente deplorable. Poseyendo, generalmente, profesiones de base urbana, una gran mayoría de los llegados no era apta para el trabajo agrícola y presentaba graves problemas de adaptación climática al medio rural dominicano, lo que aunado a la ausencia de apoyos productivos y técnicos que facilitasen su esfuerzo de adaptación a la vida de las colonias intervino de modo relevante en los magros resultados que registraban hacia julio de 1940.

La fallida campesinización y el éxodo hacia las ciudades presionó en tal modo los espacios urbanos que pronto, muy pronto, el exilio español comenzó a ser considerado como un fenómeno problemático. Justo en los días en que el régimen se empeñaba en interesar a Roosevelt en la capacidad de la República Dominicana para absorber refugiados europeos, cientos de españoles desocupados se amontonaban en las ciudades, reclamando ayuda de sus organismos para ser evacuados del país. Sin embargo, el gobierno dominicano no podía, en rigor, declararse defraudado por el fracaso agrícola de la inmigración.

Como veremos, ese fracaso no obedecía, estrictamente, a la capacidad organizativa y financiera del SERE en cuanto a cumplir con la proporción de agricultores establecida y dotar los recursos adecuados para su establecimiento productivo, sino que tuvo también mucho que ver con la propia capacidad –o interés– del gobierno para impulsar los fines que decía perseguir. De hecho, más de un lector tuvo que sentirse confundido al leer en La Nación que al contingente del Cuba se le negaba la entrada por el envío sistemático de población no agricultora. No sólo porque los fines de fomento agrícola se hallaron relativamente ausentes como marco explicativo en la llegada de los tres contingentes que arribaron durante 1939, sino porque el propio diario se había encargado de difundir imágenes triunfalistas y promisorias sobre los alcances de la colonización agrícola. Entre abril y junio de 1940, el diario publicó reportajes y notas editoriales que proyectaban una visión exitosa del proceso de colonización; sus títulos son suficientemente expresivos: «Colonización progresiva y eficaz», «Un nuevo aspecto de la colonización agrícola dominicana», «Españoles en la agricultura», «Los colaboradores de Trujillo. Hombres de España en El Seibo», además de un extenso reportaje a doble página dedicado a la colonia de Pedro Sánchez.

Pero si las imágenes vertidas por la prensa en los meses previos al arribo del Cuba contradecían la versión de la decepción agricultora, en mucho mayor medida contradecían la idea de un colectivo inmigrado integrado por personas «francamente indeseables –con muy pocas excepciones». Muchos eran los técnicos y profesionales que en esos días, «títulos equívocos» o no, elevaban el nivel de desempeño de las políticas públicas del régimen, según podía leerse en las propias páginas del diario, que se constituyó en foro sistemático de la acción cultural del exilio en los distintos ámbitos en que este incidía. La «diseminación de prejuicios e ideas», –aspecto que, sin eufemismos, debe entenderse como la difusión de ideologías anarquistas, socialistas o comunistas– no dejaba de ser, a lo más, un fenómeno de carácter informal y cotidiano, pues las distintas configuraciones políticas del exilio evitaron premeditadamente la manifestación pública de sus representaciones políticas, o al menos lo hicieron hasta los días del incidente. En principio, la inquietud política por el posicionamiento crítico que los exilados asumían colectivamente frente al escenario de la Guerra Mundial, los avances del totalitarismo y el problema de la democracia, resulta ser el único elemento que podría explicarnos la sorpresiva dureza de lo expresado por La Nación, cosa que obliga a resolver analíticamente la paradójica apertura de un régimen totalitario a la inmigración de un exilio liberal en todos sus matices posibles.

¿Por qué facilitó el dictador la inmigración de una colectividad que había librado una guerra por principios e ideologías sociales por su inspiración proscritos en la ley dominicana?

El hecho de que la política que hizo llegar a la República Dominicana poco más de tres mil refugiados españoles tuviese un carácter en muchos aspectos informal, carente de bases institucionales claras e inmerso en el secreto mundo de la tiranía, traslada una apreciable carga de ambigüedad a las interpretaciones esbozadas por los historiadores sobre los determinantes y la naturaleza de la política seguida hacia el exilio republicano. En ausencia de bases documentales firmes, las interpretaciones sobre la paradójica política de inmigración del régimen dictatorial han hecho jugar diversos factores. Por una parte, los historiadores han tendido generalmente a convalidar los propios argumentos esgrimidos por el régimen como motivo para negar el ingreso a los pasajeros del Cuba y cancelar la apertura a la inmigración masiva de refugiados españoles, esto es, se ha admitido que los intereses de colonización agrícola realmente estimularon los contactos con el SERE. La tesis del trujillismo sobre el fracaso del proyecto inmigratorio por incumplimiento de la contraparte española en cuanto al envío de agricultores –tesis que siguió figurando en explicaciones oficiales posteriores–, ha sido aceptada sin crítica por los académicos a la hora de explicar la hechura de la política.

El interés colonizador del régimen dominicano se asume bajo el doble aspecto de política para el incremento de la producción agrícola y de política con objetivos de carácter demográfico. Según Naranjo, Trujillo inscribía la llegada de los refugiados españoles dentro de los «deseos de poblar el país con mano de obra blanca y fomentar el desarrollo de la agricultura mediante la creación de colonias». Lo racial pesa más en la explicación de Vega, para quien el interés del tirano se vio, además, mediado por «su deseo de mejorar la raza» y acentuar el carácter hispánico de la cultura dominicana, concibiendo la llegada de los refugiados dentro del proyecto de dominicanización de la frontera con Haití.

Aunque muchos dominicanos, de cualquier condición intelectual, leyeron desde ópticas racistas e hispanistas la política que traía a los refugiados españoles, es difícil sostener que el régimen efectivamente se hallase interesado en asentarlos en el país. Analizado como proceso de implementación, desde el reclutamiento en los consulados de París y Burdeos la política del estado dominicano deja ver un débil interés por lograr la efectiva inserción de los llegados en la agricultura. Basta observar, en ese sentido, la dinámica posterior a su llegada para comprender que ni la recepción, ni el asentamiento, ni las medidas de sostén de los refugiados en las colonias agrícolas del estado dominicano parecieron enmarcarse en la lógica de una política que persiguiera ese tipo de fines.

Trujillo admitió a los exiliados españoles en el contexto de una campaña de imagen ante la sociedad internacional,  para lavar sus muchos crímenes. Una vez conseguido este objetivo impidió la llegada de más republicanos españoles y a los que admitió les hizo la vida imposible para que abandonaran el país, prácticamente les trataba como a esclavos. 


Benito Sacaluga.


Fuente: Academia Dominicana de la Historia