lunes, 16 de mayo de 2022

LAS FUERZAS NAVALES DEL CANTÁBRICO Y UNA REUNIÓN ESPERPÉNTICA

 


Durante poco más de un mes, entre el 1 de junio y comienzos de julio de 1937, más de 200 miembros de la Marina Auxiliar sustituyeron a otros tantos tripulantes de los destructores “Císcar” y “José Luis Díez” considerados indisciplinados. Alejo Bilbao, excomandante del bou armado “Bizkaya”, fue nombrado Comisario Político del destructor “Ciscar”. Dimitió de su cargo el 5 de julio, cuando la mayoría de los tripulantes del destructor que procedían de la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi fueron desembarcados.




El 23 de junio de 1937, la Jefatura de las Fuerzas Navales del Cantábrico, a cargo del CN Valentín Fuentes López, convoca una reunión a la que asisten los comandantes de los buques y delegados políticos de la Flota que operan en la zona. La reunión tiene lugar en Santander. Alejo Bilbao asiste a ella en su calidad de Comisario del destructor “Ciscar” y elabora el Informe que transcribo literalmente a continuación. Una reunión que no sirvió para nada. Dos meses más tarde de celebrarse la reunión, Los submarinos “C-2” y “C-4” ponen rumbo a puertos franceses, una vez allí sus comandantes desertan. Los bous vascos también huyeron a Francia y el “José Luis Díez” se refugió en el puerto inglés de Falmouth. En el Norte quedaron el “Císcar”, uno de los destructores más modernos, al mando del entonces alférez de navío Juan Antonio Castro Izaguirre (1), el "Torpedero nº 3", al mando del teniente de navío Ruiz de Ahumada (2) y el submarino “C-6”, al mando del capitán de corbeta ruso Eguipko (3)


 

INFORME SOBRE LA REUNIÓN CONVOCADA EN FUERZAS NAVALES DEL CANTABRICO A LOS COMANDANTES Y DELEGADOS POLITICOS DE LA FLOTA REPUBLICANA (Literal) 

 

El día 23 de los corrientes por la tarde y bajo la Presidencia del Jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico, estando presente el Sr. Jefe del E.M y Comisario Político de las Fuerzas Navales en el Norte, se reunieron los Comandantes y Delegados Políticos de los destructores “Ciscar” y “José Luís Díez” y de los submarinos “C-2”, “C-4” y “C-6”.

El Jefe de las Fuerzas navales explica a los reunidos el motivo de la reunión diciendo que ello obedece a haberse recibido un telegrama del Ministro desde Valencia en el cual hace saber el temor existente de un posible ataque de buques de guerra Alemanes e Italianos (sin indicar lugar) y ordenando se tomen las debidas precauciones y para ello ruega a los reunidos expongan sus puntos de vista.

Hace uso de la palabra el comandante del “C-2” que se expresa en el sentido de que para evitar los lamentables sucesos ya ocurridos nos hace falta conocer la situación exacta, como es la defensa artillera de la costa, la situación de los frentes y la información completa de la costa, cuyas informaciones deberían enviarse diariamente a todos los buques.

El Jefe de las Fuerzas Navales hace saber que hace bastantes días se pidió al E.M. del Ejercito informe sobre la artillería de costa y aún no ha respondido, por lo cual y en compañía de cualquiera de los reunidos se trasladaría inmediatamente al E.M. del Ejército para enterarse de ello. A lo que se refiere a la información de la costa adice que cada media hora y por medio de estaciones costeras se anuncian a las aeronaves dando la situación de los piratas, haciendo saber que si tarda algún tiempo de una aeronave a otra es debido a que no varia la situación de los piratas.

Interviene el Comisario Político diciendo que cree que se ha variado el tema de la discusión pues a su entender lo que hace falta es tener una idea sobre la manera de proceder en caso de un posible ataque.

El comandante del “Ciscar” dice que el entiende que en cuanto se acuse la presencia de buques Alemanes e Italianos se debe perder contacto con ellos y caso de ser atacado replicar la agresión.   

Pregunta el Comisario Político si eso seria dentro de las tres millas, a lo cual todos responden que en todas las aguas.

De nuevo pregunta el Comisario Político si no sería conveniente hacer una llamada telegráfica a los buques de guerra del Control, respondiéndole el comandante y Delegado Político del “Ciscar” que siendo esto la primera medida a tomar, no se debe esperar a replicarles pues mientras acuden los buques del Control puede hundirse el buque atacado, quedando conformes todos en ello.

En cuanto a la defensa toma de nuevo la palabra el comandante del “C-2” para decor que siendo Santander el único puerto que tiene más garantía en el Norte, se debían reunir lo antes posible todos los buques, incluidos el “Torpedero 3” y los Bous para poder disponer de más elementos en caso de una agresión, sumándose a esta manifestación el Delegado político del “José Luís Díez”.

El Comandante del “José Luís Díez” dice que el entiende que siendo por el momento en el Norte el pirata “Cervera” el único enemigo, ya que a los otros se les puede enfrentar, debía de permanecer un destructor en Gijón con objeto de que aquel tenga que andar más vigilante recorriendo toda la costa.

El Jefe de las Fuerzas Navales dice que eso no puede ser puesto que Gijón no tiene petróleo por lo cual tiene que venir por fuerza a Santander y aunque aquí por el momento solamente hay un stock de 390 tons. Se podrá repartir a ambos destructores, quedando todos conformes en esto.

Hace uso de la palabra el Delegado Político del “Ciscar” para decir que en lo que refiere a los Bous se debía proceder a desartillarlos y con los cuatro cañones de estos aumentar la artillería de costa, ya que entiende que la efectividad de los Bous es nula no contando en la defensa que se les pueda hacer desde la costa, pues no podrían salir más de cinco millas y aún dentro de estas cinco millas serían barridos por cualquier pirata debido a la superioridad artillera de estos.

A esta manifestación se une el Comandante del “Ciscar” agregando que los Bous tendrían alguna eficacia si se contara con baterías de costa como en Punta Galea y Lucero, pero aquí e ignorando la batería de defensa que tenemos no tienen ninguna eficacia los Bous, opinando que la artillería de estos se debía emplazar en la costa, para en un momento poder refugiarse a su amparo, quedando todos conformes en que una vez sabido la artillería que hay en la costa proceder o no a desartillarlos.

Insiste el Comandante del “C-2” en que los Bous se deben de dotar de cargas de profundidad y un cañón pequeño contra submarinos, respondiéndole el Comandante del “Ciscar” preguntando haber si tendría efectividad las cargas de profundidad eb los Bous sin lanzacargas, a lo cual contesta el del “C-2” diciendo que los Bous piratas tienen solamente u tubo a popa por donde arrojan las cargas. De nuevo el Comandante del “Ciscar” dice que debido al poco andar de los Bous teme les haga daño dicha carga.

Toma la palabra el Delegado Político del “Ciscar” y dice que el Gobierno Vasco estaba estudiando la manera de dotar a los Bous de cargas de profundidad con sus correspondientes lanzacargas, por lo cual deduce que siendo posible el dotarles de cargas solamente sin lanzacargas ya hubieran estado dotados aquellos, quedando por fin y sin aclarar debidamente lo referente a los Bous.

El Comandante del “Ciscar” toma la palabra para decir que el por su parte entiende que acusando la presencia de un submarino se debe proceder a hundirle inmediatamente y tras varias aclaraciones quedamos conformes con este criterio.

Valiéndose de un interprete hace uso de la palabra el Comandante del “C-6” quien hace las mismas observaciones, respondiéndole estar conformes en todo.

Y por fin preguntando la situación actual de los buques a los Comandantes respectivos por el Jefe de las Fuerzas Navales damos por terminada la reunión, quedando todos en reunirnos con más frecuencia para cambiar impresione

Fuente: Archivo del Comisario Político del destructor “Ciscar”

Que cada cual saque sus propias conclusiones sobre el contenido de la reunión y de los participantes en la misma.

Benito Sacaluga


(1) Juan Antonio Castro Iizaguirre nace en Tolosa el 26 de junio de 1911. Falleció en Biarritz el 23 de junio de 1994. Estudia el bachiller en el Colegio de los PP Escolapios e impulsado por decidida vocación, ingresa en 1931 en la Academia Naval de San Fernando (Cádiz) donde cursa los estudios correspondientes al Cuerpo General de la Armada, saliendo el año 1936 con el grado de Alférez de Fragata. En la guerra civil hace sus primeras armas en tierra, en la defensa de Tolosa y más tarde en Irún, pasando a continuación a la Base Naval de Cartagena donde se le destina al crucero "Méndez Núñez" de segundo Comandante. En abril de 1937 pasa a Bilbao, tomando el mando del destructor "Ciscar" con el cual hace la campaña del Norte hasta su parcial hundimiento en El Musel, puerto de Gijón. De allí pasa a Francia por mar y se reúne con su familia en San Juan de Luz, poniéndose inmediatamente a las órdenes del Gobierno de la República, quien le da orden de tomar el mando del destructor "José Luis Díez", que se encuentra en reparación en el puerto francés de El Havre. Durante parte de 1938 se ocupa de la reparación del destructor, al que cambia de tripulación, rodeándose de algunos marinos vascos de confianza. Más información de Castro Izaguirre en este enlace: Un marino leal a la República.

(2)  José Ruiz de Ahumada, teniente de navío, comandante del Torpedero n.º 3, secretario de la Base Naval Principal de Cartagena y comandante del destructor Gravina, que lleva hasta Bizerta. Volvió con Salvador Moreno. Figura como miembro de la Quinta Columna que “solicitó acreditamiento de su condición una vez terminada la guerra” (Martinez Pastor, 210). Juicio en Cádiz. Fue condenado a seis años y un día y como pena accesoria es dado de baja en la Armada (BOE 30/01/1940, nº 30). Sentencia recurrida en el Supremo que le condenó a 20 años de reclusión militar. Revisada por orden expresa de Franco fue finalmente condenado a 3 años y un día con separación del servicio (Ruiz, op. cit. P. 229). Daba clases preparando para Marina en una academia en Cartagena 1941 (El Noticiero, 27/02/1941). La prisión le duró poco. (Fuente: Buiza en webmar 01/07/2015).

(3) Nikolai Pavlovich Eguipko en Memoria de la Guerra de España (1936-1939) Submarinos Republicanos. Revista de Historia Naval nº 75 (2001)


Nicolai Pavlovich Eguipko

"...La dificultad para mandar un submarino de la República provenía, principalmente, del hecho de no contar con oficiales leales y experimentados, capaces de arrastrar a la dotación a luchar contra el enemigo. Hubo ocasiones en que algunos comandantes se hicieron a la mar, se sumergieron, se posaron en el fondo y permanecieron callados y ociosos, para más tarde, informar de que no habían encontrado al enemigo. Otros, actuando por su cuenta, se dirigieron a puertos franceses y se internaron en ellos. Todas estas circunstancias contribuyeron a que el enemigo, confiado de la pasividad de la Flota republicana, se permitieran actuar descaradamente en las proximidades de las costas para entorpecer el transporte de vivieres y municiones. Nuestra tarea principal en aquellos días era escoltar los convoyes de buques cargados con suministros diversos."