Fuente: Marinos Republicanos en los Campos de Concentración Soviéticos. 1938-1956. José Vicente García Santamaría y Juan Carlos Sánchez Illán. Ed. Catarata (2025). ISBN: 978-84-1067-214-7
Teniente Coronel Maquinista de la Armada. Submarinista.Jefe de Máquinas del Acorazado "Jaime I". Jefe de los Servicios de Inspección de Máquinas de la Flota Republicana - Director de la Escuela Naval Popular de Cartagena - Cádiz 1.882 - Cartagena 1.939
Fuente: Marinos Republicanos en los Campos de Concentración Soviéticos. 1938-1956. José Vicente García Santamaría y Juan Carlos Sánchez Illán. Ed. Catarata (2025). ISBN: 978-84-1067-214-7
CONCLUSION FINAL
No es posible determinar la causa o causas del hundimiento del ‘C-5’. Ninguna de las dos teorías, digamos que oficiosas, podrían darse por ciertas sin más, pero hay suficientes indicios de la existencia de una causa más, siendo ésta la intervención de un buque de guerra alemán.
Desde las Fuerzas Navales del Cantábrico se informó que, a pesar de los intentos de comunicación con el submarino los días 30 y 31 de diciembre, les fue imposible ningún tipo de contacto, situación ésta que viene a justificar sin más la "decisión" de dar por perdido al "C-5". Sobre este punto debemos considerar que el sistema de comunicaciones instalado en el submarino dejaba totalmente de funcionar cuando se navegaba en inmersión a cualquier profundidad.
Los submarinos de la Clase C tenían tres antenas que podían recibir, la del radiogoniómetro, instalada en la vela con el receptor multibanda, OC, OM, y emisoras comerciales terrestres instalado en la estación radio, la antena de cubierta fija, que recorría el buque desde las bases de las antenas principales pasando sobre la vela en unos soportes aislados y solo servía para OM si estaban secas, y las antenas principales que iban instaladas sobre unos puntales abatibles de 12 metros, proa/popa, estas trabajaban en OC y OM pero siempre con el submarino en superficie. En OC podían transmitir/recibir en superficie, con buena propagación recibían a mucha distancia y tenía un alcance en transmisión de mas de 500 millas, eso si, solo funcionaban en Morse, mientras que por OM el funcionamiento era en Morse y en fonía. En resumen el submarino en inmersión, incluso a cota periscópica, estaba completamente aislado en cuanto a comunicaciones con superficie se refiere. Según lo anterior, entiendo que se debería haber considerado que la falta de respuesta del submarino se debía a que navegaba en inmersión, cosa que no se hizo y se acudió simplemente a la suposición de que estaba hundido. Por otro lado no hay constancia de los intentos realizados para contactar con el submarino, tampoco explicación de la razón por la cual se dejó de intentar en la tarde del día 31 y días posteriores.
Nos encontramos ante el hundimiento de un submarino con toda su tripulación a bordo, calificarlo de desaparición solo obedece a determinados intereses. Recordemos que el hundimiento del submarino ‘C-3’ fue deliberadamente ocultado por la Marina de Guerra Alemana y por el gobierno español de posguerra, en el caso que nos ocupa la actuación de alemanes y españoles apunta en la misma dirección, además no podemos afirmar con seguridad que la Marina de Guerra de la República contara la realidad de lo sucedido dadas las contradicciones de sus relatos.
Según lo que se ha puesto de manifiesto en este informe, las únicas opciones barajadas como causa del hundimiento, a saber, avería grave imprevista o sabotaje de su comandante, son solo suposiciones sin datos objetivos que las apoyen, y a nuestro modo de ver carecen de peso frente a la posibilidad de una amenaza real o un ataque al submarino por parte de los buques de guerra alemanes, tanto de superficie como submarinos presentes en la zona en las mismas fechas en las que el ‘C-5’ se perdió.
Dicho posible ataque estaba contemplado en las órdenes cursadas a los comandantes de los buques alemanes en el caso de que barcos republicanos agrediesen o apresasen a barcos mercantes de bandera alemana. El incidente del mercante alemán ‘Palos’ venía a justificar la represalia alemana, aunque todos sabemos que los alemanes no necesitaban justificación alguna para atacar a buques republicanos, algo que queda demostrado con los ataques llevados a cabo según se relacionan en el Cuadro insertado en este informe, en el que recogen 11 ataques en el contexto de la Operación Úrsula, uno de ellos contra el ‘C-3’ con el resultado de su hundimiento.
El supuesto ataque o amenaza bien pudo producirse el mismo día de su salida de Portugalete, el 30 de diciembre, pero teniendo en cuenta las contradicciones sobre las fechas de actividad del submarino hay que considerar una horquilla que al menos va desde el día 30 citado al 3 de enero siguiente, última fecha en la que se afirma que el ‘C-5’ está navegando.
Dichas contradicciones son difíciles de asumir, tengamos en cuenta que involucran a la Jefatura de las Fuerzas Navales del Cantábrico y al Ministerio de Marina y Aire, más aún si tenemos en cuenta que el Jefe de las FNC era en esas fechas el capitán de navío Valentín Fuentes, marino de excelente reputación. No obstante, hay que considerar que Valentín Fuentes asumió esa jefatura el 27 de diciembre de 1936, tan solo tres días antes de la última salida del ‘C-5’, sin que hubiera tenido aún la posibilidad de organizar a su personal y depurar posibles comportamientos inadecuados. Por tanto, cabe la posibilidad de que el primer comunicado dando por desaparecido al ‘C-5’ la noche del día 30 no fuera redactado directamente por Fuentes, pero de lo que no cabe duda es que el que se emite al Ministerio con fecha dos de enero está redactado por él en primera persona e informa de la situación de operativo del ‘C-5’. No olvidemos la carta enviada por el ministro de Marina al Comisario General de la Flota en febrero de 1937 en la que se reconoce la ocultación del hundimiento del submarino.
En la zona había al menos dos cruceros alemanes, el ‘Karlsruhe’ y el ‘Königsberg’ además de un número no determinado de submarinos (U-boot) de los que solo hemos podido identificar al ‘U-26’, con base en Pasajes.
Cualquiera de ellos pudo ser el causante del hundimiento del ‘C-5’, no obstante, después de lo investigado hemos centrado nuestra atención en el 'Königsberg'.
Tanto el periodo de tiempo comprendido entre el 30 de diciembre y el tres de enero, como en las zonas de navegación estimadas existen muchas posibilidades de que el ‘C-5’ y el ‘Königsberg’ coincidieran, de hecho en su última salida el "C-5" tenía órdenes de atacar al "Königsberg" si lo encontraba.
Si el submarino navegaba de día en superficie, bien por imprudencia de su comandante o bien porque sufría una avería que desaconsejaba la inmersión, pudo ser fácilmente localizado por el crucero alemán, tanto por su radar como visualmente, y dirigirse a él sin que el submarino se percatase hasta que lo tuvo a corta distancia. En esta situación caben cuatro posibilidades: 1) Una vez que el submarino se vio en peligro inicio una rápida inmersión sin tener en cuenta posibles problemas en ello y una vez en inmersión y a causa de averías le fue imposible emerger a superficie. 2) El buque alemán lanzó cargas de profundidad que consiguieron afectar al submarino. 3) El submarino no tuvo tiempo de sumergirse, o no podía hacerlo, y el crucero lo embistió y hundió. 4) El crucero disparó sus cañones contra el ‘C-5’ hundiéndolo cuando el submarino estaba en superficie.
Por supuesto, y en las cuatro posibilidades detalladas, la Kriegsmarine ocultó celosamente el incidente tal y como lo tenía establecido su Estado Mayor en sus órdenes para este tipo de operaciones, al igual que lo hizo días antes con el hundimiento del ‘C-3’.
Cabe recordar que la información sobre las causas del hundimiento del ‘C-3’ se debe a que el comandante de ‘U-34’ no destruyó completamente todo lo relacionado con su intervención en la Operación Úrsula, conservando parte de los informes, especialmente los relativos al ataque al ‘C-3’. Esta, digamos, negligencia y la incorporación años más tarde a los Archivo alemanes de la documentación conservada por el comandante fue lo que permitió esclarecer las verdaderas causas del hundimiento del ‘C-3’, (recordemos que hasta conocerlas el hundimiento se atribuyo a una explosión interior espontánea), de no haberse conservado estos documentos nunca se habría podido demostrar la intervención alemana en este hundimiento, algo que en el caso del C-5’ necesariamente debe ser tenido en cuenta.
Las causas del hundimiento del ‘C-5’ no las encontraremos en los archivos españoles, de ellos, sin embargo, en el Archivo Histórico de la Flotilla de Submarinos. Cartagena (AHFS) y a partir de documentación girada entre el submarino y las FNC, si que podríamos establecer la fecha estimada de su hundimiento y la zona en que se produjo, algo aún muy confuso y sin establecer con claridad, pero para ello habrá que esperar a que el recién creado Archivo Histórico de la Armada Sede Juan Sebastián Elcano en Madrid colabore. Desde el 30 de septiembre de 2024 hemos realizado varias solicitudes de información al Archivo mencionado, sin que hasta la fecha hayamos recibido contestación.
Terminar, de momento, reflexionando sobre las consecuencias que se derivarían hoy de la intervención alemana en este caso para la historia ya escrita sobre la Guerra de España. Por otro lado, y como ya se ha dicho, lo más importante, es conseguir que los descendientes de los miembros de la dotación del submarino conociesen las causas y al responsable de la pérdida de sus familiares, algo que llevan esperando casi un siglo.
Con lo puesto de manifiesto a lo largo de los nueve capítulos de los que se compone este trabajo, entendemos que la teoría de que el hundimiento del "C-5" fuese a causa de un ataque de la marina de guerra alemana debe ser seriamente considerada y sumada con fuerza a las otras dos que hasta la fecha se han venido exponiendo desde 1937. No en vano el ataque alemán, por unos u otros motivos, necesitaba realmente mantenerse en secreto. Como ya se ha demostrado el ministro de Marina decidió ocultar el hundimiento alegando las repercusiones que podría tener entre la moral de los marinos republicanos, eso si sin conocer las causas del hundimiento, por su parte los franquistas estaban obligados por los alemanes a ocultar que intervino un buque de guerra alemán, y por la parte alemana es conocida la orden de mantener en el más absoluto secreto sus ataques a buques republicanos.
Más importante que el hundimiento del buque lo es la situación de desaparecidos de los 40 marinos de su dotación. Nadie los ha buscado, nadie ha profundizado en la causa de sus muertes. Que no se haya localizado el pecio, ni siquiera intentado, no le da la simple condición de desaparecido. El ‘C-5’ reposa en el fondo de algún lugar del Cantábrico, esto es indiscutible. No es posible determinar la causa o causas del hundimiento del ‘C-5’. Ninguna de las dos teorías, digamos que oficiosas, podrían darse por ciertas sin más, pero hay suficientes indicios de la existencia de una causa más, siendo ésta la intervención de un buque de guerra alemán.
Habrá que seguir investigando y profundizando en lo ya conocido, es la única forma de acceder a la verdad de lo que sucedió.
Benito Sacaluga
ANEXO 1.-
Dotación del ‘C-5’ desaparecida con el submarino
La dotación del "C-5" al 30 de diciembre de 1936, fecha de su última misión, estaba compuesta por los 40 marinos que se relacionan a continuación. Dicha relación está publicada en la segunda edición (2003) del libro “Submarinos republicanos en la guerra civil española”, sus autores citan como fuente de la misma el Archivo Histórico de la Flotilla de Submarinos. Cartagena. Dicho Archivo está ilocalizable, según nos indican es posible que esté en cajas para su traslado al nuevo Archivo Histórico de la Armada en Madrid, aunque como se ya se ha dicho anteriormente no nos han confirmado este extremo.
Como ya se ha dicho en este Informe, toda la dotación desapareció con el submarino. Los familiares de todos ellos desconocen tanto la fecha exacta de sus muertes, como el lugar y las circunstancias en que estas se produjeron.
Relación que se cita, ampliada con datos personales de algunos de sus componentes:
A la vista de lo expuesto en los capítulos anteriores, y a modo de resumen, podemos establecer las siguientes:
CONCLUSIONES PRELIMINARES
• El ‘C-5’ estaba adscrito a las denominadas Fuerzas Navales del Cantábrico, una subdivisión territorial de la Flota Republicana creada tras la retirada a sus Bases de la expedición que Indalecio Prieto envió al Norte en octubre de 1936. Una expedición compuesta por el grueso de la Flota que nunca se debió llevar a cabo. En el Norte quedaron tres unidades, el destructor ‘José Luís Díez’ y los submarinos ‘C-2’ y ‘C-5’. Ya en 1937 se incorporaron a dichas Fuerzas Navales los submarinos ‘C-4’ y ‘C-6’ y el destructor ‘Ciscar’.
El rendimiento de dichas fuerzas navales fue escaso, por no decir nulo, debido principalmente a que la mayoría de los oficiales de los buques eran partidarios de los sublevados, llevando a cabo sabotajes y políticas de desmoralización de las tripulaciones, además de los problemas de entendimiento con el Gobierno Vasco y su Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi, creada en octubre de 1936, para ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y a la actividad pesquera en aguas propias y mantuviera libres de minas submarinas los accesos a los puertos vascos.
• Desde que desapareció el submarino ‘C-5’ hasta hoy han pasado ya 89 años. A pesar del tiempo transcurrido siguen sin conocerse la causa o causas de su hundimiento, tampoco hay constancia de que se halla llevado a cabo ningún estudio serio y documentado que aporte a las victimas y a la historia algún dato objetivo sobre el final de este submarino.
1.- Sabotaje del comandante2.- Averías sobrevenidas a causa del deficiente estado general del submarino. (Atribuida también en el caso del hundimiento al hundimiento del ‘C-3’ y que posteriormente se demostró falsa).
• Tanto en la documentación oficial consultada como en el total de lo publicado, se omite de forma absoluta la posibilidad de que la causa del hundimiento fuese el ataque de un buque de guerra, y todo ello a pesar de la documentación conocida sobre las intenciones alemanas.
• Desde aquí descartamos que el supuesto buque de guerra responsable de hundimiento perteneciese a la marina sublevada. De haber sido así, los franquistas inmediatamente habrían divulgado su hazaña con generosidad de detalles, fecha, hora, situación, barco atacante, etc. Nada de esto se produjo, ni consta referencia indiciaria en ningún lado.
• Los únicos buques de guerra extranjeros que en esas fechas navegaban por la costa del Cantábrico eran alemanes y utilizaban Ferrol y Pasajes como bases. En diciembre de 1936 aún no se habían hecho realidad las zonas de control naval correspondientes a las armadas extranjeras, derivadas del Acuerdo de No Intervención y por tanto nada impedía a los alemanes estar presentes en el Cantábrico, eso sí, estaban obligados a cumplir con el Acuerdo. Recordemos que el Acuerdo de No Intervención en la Guerra de España fue suscrito a finales de agosto de 1936 por 27 países, entre los que se encontraba Alemania. Un pacto que entre otros acuerdos figuraba el siguiente:
"Abstenerse rigurosamente de toda injerencia, directa o indirecta, en los asuntos internos de ese país" y prohibían "la exportación... reexportación y el tránsito a España, posesiones españolas o zona española de Marruecos, de toda clase de armas, municiones y material de guerra"
• El incumplimiento del Acuerdo por parte de alemanes e italianos fue constante desde el inicio de la guerra y se prolongó hasta su final. A pesar de las numerosas reclamaciones presentadas en Londres ante el Comité de No Intervención por parte del Gobierno de la República ninguna de ellas fue debidamente atendida. Las marinas de guerra italiana y alemana actuaron siempre con total impunidad. En el Cuartel General de Franco se tenía siempre conocimiento de las actuaciones de alemanes e italianos. El Jefe de las Fuerzas Navales franquistas, el entonces contralmirante Moreno tenía contacto directo con los responsables en España de la Kriegsmarine y la Regia Marina.
• Un resumen de la actividad desarrollada en el Cantábrico por el crucero ‘Königsberg’ ya se ha detallado en este informe, de la que se desprende una clara posibilidad de que este crucero fuese el responsable del hundimiento del ‘C-5’, teoría que hay que añadir a las dos ya existentes (sabotaje del comandante y/o averías)
• Sabemos que el ‘Königsberg’ llegó a Ferrol el 28 de diciembre de 1936 y que permaneció en aguas españolas hasta el 12 de enero de 1937. También está documentado que el ‘Königsberg’ coincidió en fechas y zonas con la ruta habitual seguida por el ‘C-5’ en sus patrullas, es decir toda la costa cantábrica comprendida entre Bilbao y Galicia.
• Está documentada la orden cursada a los buques de guerra alemanes de atacar a buques de guerra de la Armada de la República. En el caso de que se tratase de submarinos republicanos se recomendaba embestirles con la proa en lugar de efectuar disparos con la artillería.
• Cuando el 30/121936 el ‘C-5’ salió de Portugalete tenía orden de atacar al ‘Königsberg’ si lo encontraba en su ruta.
• El ‘Königsberg’ solo pudo localizar al ‘C-5’ de dos formas, una visualmente durante el día y otra mediante el radar que llevaba instalado y solo en el caso de que el submarino navegase en superficie tanto de día como de noche. El radar instalado en el ‘Königsberg’ era de los primeros desarrollos del Seetakt, en pruebas su alcance de localización llegó a 4,32 millas náuticas con una precisión de 50 metros. Este modelo del Seetakt no podía localizar submarinos en inmersión ni tan siquiera si estos navegaban a cota periscópica. Si la localización fue visual se debió a que el ‘C-5’ navegaba de día en superficie, o bien, de forma mucha más improbable, casi descartable, si navegaba a cota periscópica delatado por la estela que dejaba el periscopio. Entendemos que la localización visual por la noche no hay que tenerla en cuenta, ya que descartamos que el submarino llevara encendidas las luces de situación.
• Si la localización fue mediante el radar pudo producirse durante el día o la noche, pero siempre con el submarino en superficie. Según lo anterior y en los dos casos posibles, visual o radar, sin tener en cuenta la navegación a cota periscópica, tanto de día como de noche era necesario que el ‘C-5’ navegase en superficie. Que el ‘C-5’ navegase de día en superficie es algo atribuible a una decisión peligrosa y totalmente incorrecta del comandante o de quién diera las órdenes, o bien debido a una avería que le impedía o desaconsejaba la inmersión.
• Desde las F.N.C se asegura que el ‘C-5’ debía volver a Portugalete el mismo día de su salida, el 30/12/1936. Se informa que durante la noche del día 30 y primeras horas del 31 se intentó comunicar por radio con el submarino sin conseguirlo. En aquellos tiempos este sistema de comunicación solo era posible si el submarino se encontraba navegando en superficie.
• Posteriores comunicados, telegramas, etc. cruzados entre las FNC y el Ministerio de Marina nos vienen a decir que, textualmente, el ‘C-5’ se encontraba navegando al menos hasta el día 3 de enero, y precisamente en la zona donde el ‘Königsberg’ estaba actuando contra barcos mercantes de bandera republicana. Unos ataques encuadrados dentro del plan de represalias elaborado por los alemanes en caso de que buques de bandera alemana fueran atacados. Recordemos las órdenes estrictas dictadas a las tripulaciones alemanas por parte del Estado Mayor alemán de mantener en el más absoluto secreto los ataques a buques de guerra republicanos. Tengamos también en cuenta que el mercante alemán ‘Palos’ fue ilegalmente apresado por bous vascos cuando navegaba en aguas internacionales, ataque que entre otras cosas provocó la intervención directa del "Königsberg".
Benito Sacaluga
Del ‘Königsberg’ sabemos que salió de su base de Kiel hacia las costas españolas el 25 de diciembre de 1.936, recalando en Ferrol el día 28, y permaneciendo en aguas españolas hasta el 12 de enero de 1.937.
Crucero 'Königsberg'
El ‘Königsberg’ se presentó frente a Bilbao el 28 de diciembre, exigiendo la inmediata liberación del mercante alemán ‘Palos’ con toda su tripulación y mercancías. El mercante alemán salió esa misma noche de Bilbao escoltado por los bous de la Marina Auxiliar ‘Gipuzkoa’ y ‘Nabarra’.
La liberación del barco no puso fin al incidente. La tripulación del ‘Palos’ informó a los oficiales del ‘Königsberg’ de que parte de la mercancía se hallaba requisada en Bilbao, al igual que el pasajero español, por lo que éstos consultaron con el Cuartel General de la Marina de guerra alemán acerca de cómo reaccionar.
Siendo ya el 29 de diciembre, el crucero ‘Karlsruhe’ se unió al ‘Königsberg’ mientras este aguardaba una respuesta de sus superiores. La respuesta que recibieron del Cuartel General fue mandar de nuevo al ‘Königsberg’ a Bilbao para recuperar la mercancía substraída. El bou ‘Gipuzkoa’ recogió una carta firmada por el comandante del crucero en la que se exigía la inmediata devolución de las mercancías requisadas y del detenido, y que en caso de no cumplimentar estas exigencias, se tomarían las medidas pertinentes.
Según el secretario particular de la Presidencia del Gobierno Vasco en declaraciones al ABC de Madrid, el Gobierno Vasco respondió manteniendo la posición firme y serena hecha pública con anterioridad, advirtiéndole al comandante del ‘Königsberg’ que el proceso de este asunto se ha enviado a nuestra Embajada en Londres para su entrega a la Comisión de Control del Comité de No Intervención.
Ante esta respuesta, el 30 de diciembre el Cuartel General alemán pidió a uno de los cruceros que se quedase alrededor de Bilbao, con la orden de detener al primer mercante español que apareciese con rumbo a dicho puerto. Pese a que el ‘Karlsruhe’ pasó la noche patrullando la zona no encontró barco alguno que parar. Al día siguiente se dieron a todos los buques de guerra alemanes en aguas españolas las siguientes órdenes:
1.- En caso de que cualquier buque de guerra o mercante alemán sea atacado por las fuerzas navales rojas [sic] se permitirá el uso de armas a todos los buques alemanes contra cualquier fuerza naval rojas [sic] en el mar. Los disparos frente a la proa [como señal] para detener el barco no se consideran ataques. No se permite el bombardeo de puertos.
2.- En caso de que se hallen submarinos rojos [sic] en navegación subacuática cerca barcos alemanes o sea avistado un periscopio, se entiende que el submarino intenta atacar y se debe atacar al submarino por ejemplo embistiéndolo.
Embestir a un submarino era una de las respuestas planificadas ante la posibilidad de que éste torpedease un buque. Si bien, en caso de impactar, significaba un movimiento arriesgado para el barco de superficie, era terminal para el submarino. Por ejemplo, durante la Primera Guerra Mundial, el acorazado británico ‘Dreadnought’ embistió y hundió al submarino alemán ‘U 29’. Desde luego la embestida podía llevarse a cabo sin necesidad de que el submarino lanzase ningún torpedo, o se preparase para ello según los alemanes, o incluso si el submarino estaba detenido por averías.
Este mensaje del Cuartel General alemán extendía la misión de capturar mercantes españoles al resto de la flota en aguas españolas. Aconsejaba, además, prudencia antes de confirmar el avistamiento de un submarino ya que, según la experiencia recabada durante la Primera Guerra Mundial, era difícil diferenciar los efectos que un periscopio o un sumergible en inmersión provocaban en el oleaje de los movimientos propios del mar.
El 3 de enero, el Cuartel General alemán informó al Ministerio de Asuntos Exteriores alemán de su intención de tomar medidas más rigurosas contra las autoridades republicanas. Para ello, pedía permiso para ordenar al comandante de los cruceros alemanes en aguas españolas la emisión de un ultimátum al comandante de Bilbao, estipulando que debido a que no se habían cumplido sus demandas – devolución de la carga sustraída y del pasajero detenido – y considerando esto como una afrenta a la soberanía alemana, este gobierno tomaría nuevas medidas contra la República, a no ser que se liberasen la carga y el pasajero del Palos. Unas medidas que consistirían en:
1.- Nuevas medidas contra los vapores republicanos que navegasen en convoy
2.- Medidas contra las fuerzas navales republicanas que se hallasen en la costa norte de España
3.- Un posible bombardeo contra un puerto español republicano
Al menos están documentadas dos actuaciones más del crucero alemán ‘Königsberg’ contra barcos españoles, concretamente contra los vapores ‘Marta Junquera’ y ‘Sotón’, fruto ambas de las constantes patrullas que el crucero llevaba a cabo desde Asturias a Bilbao, prácticamente toda la costa cantábrica aún en poder de la República.
El día uno de enero de 1937 el ‘Königsberg’ intentó capturar al vapor de la Duro Felguera ‘Sotón’, pero el capitán evitó el apresamiento metiéndose a tierra y embarrancando en la Punta de San Carlos, en Santoña, donde el crucero alemán lo cañoneó, por fortuna para el ‘Sotón’ sin lograr ningún impacto. Como ya se ha dicho anteriormente, este incidente provocó la orden de desplazarse a la zona a dos submarinos republicanos (‘C-2’ y ‘C-5’) y el destructor ‘José Luís Díez’.
Días más tarde, el mismo ‘Königsberg’ conseguía capturar al ‘Marta Junquera’, de la naviera santanderina Vapores Costeros, lo condujo a Ferrol y lo entregó a las autoridades sublevadas, a cuyo servicio quedó a partir de entonces, no así su tripulación, que permaneció a bordo del crucero alemán y fue desembarcada en un bote frente a Lastres (Asturias) días antes de que el crucero regresara a su base alemana.
Benito Sacaluga
La Kriegsmarine (Marina de Guerra Alemana) hace su aparición en aguas españolas en julio de 1936. El 22 de julio, solo cuatro días después de producirse la sublevación militar, Adolf Hitler autoriza al almirante Erich Raeder para que envíe unidades navales a aguas españolas. El 24 de julio, bajo el mando del almirante Rolf Carls, parten desde la base de Wilhemshaven los acorazados ‘Deutschland’ y ‘Scheer’. El 28 zarpaba el crucero ‘Köln’; el 12 de agosto lo hacían tres torpederos de la tercera flotilla, días más tarde, el 14 de agosto, lo hace el crucero pesado ‘Admiral Graf Spee’; el 27 zarpa rumbo a España el crucero ‘Nürnberg. A finales de agosto de 1936 practicamente la mitad de la flota alemana estaba en aguas españolas apoyando decididamente los intereses de Franco, quien el tres de agosto ya se había reunido en Ceuta con el almirante Carls a bordo del ‘Deutschalnd’.
Las unidades de la Kriegsmarine en aguas españolas se repartieron entre el Cantábrico y el Mediterráneo. En el norte, teniendo como bases Coruña y Ferrol, operaban desde Galicia hasta la frontera francesa. En la zona del Mediterráneo, con bases en Cádiz y Tánger, cubrían las zonas de Málaga, Almería, Cartagena, Valencia, Barcelona y Palma de Mallorca, sobre el papel la protección del tráfico mercante de ayuda alemana a Franco estaba garantizada. Desde el uno de septiembre de 1936 los alemanes deciden mantener en España una fuerza naval de tres cruceros y dos flotillas de torpederos.
El dos de septiembre el almirante Carls es relevado por el almirante Herman Boehm como comandante de las fuerzas navales alemanas en España. A bordo del crucero ‘Nürnberg’, Bohem recibe nuevas órdenes desde Alemania:
Sostener a las fuerzas del general Franco y cooperar con los italianos.
Tras recibirse esta orden, la actividad de la flota alemana se orientó a una intervención marcadamente militar a favor de los sublevados. El 30 de septiembre Hitler envía la Legión Cóndor y dos U-boot (submarinos) al Mediterráneo.
Debemos señalar que a finales de agosto de 1936 se firmó en Londres el Acuerdo de No Intervención en la Guerra de España, 27 fueron los países que se adhirieron al mismo, entre ellos Alemania e Italia. Un Pacto que entre otras disposiciones contemplaba como de obligado cumplimiento lo siguiente:
"Abstenerse rigurosamente de toda injerencia, directa o indirecta, en los asuntos internos de ese país" y prohibían "la exportación... reexportación y el tránsito a España, posesiones españolas o zona española de Marruecos, de toda clase de armas, municiones y material de guerra"
Dichas patrullas de control naval operaban por zonas en todas las costas españolas y estaban integradas por fuerzas navales de Alemania, Inglaterra, Italia y Francia. A Alemania le correspondió la responsabilidad sobre las aguas internacionales de la zona del Mediterráneo peninsular que va desde Cabo de Gata (Almería) hasta Oropesa (Castellón).
Teniendo en cuenta que la adjudicación de las zonas de patrulla no fue efectiva hasta marzo de 1937, hasta dicha fecha y desde julio de 1936 los buques de guerra alemanes siguieron actuando en las costas de Cantábrico y de todo el Mediterráneo español y siempre, y en todos los sentidos, en ayuda de Franco, no solo contraviniendo de forma clara el Acuerdo firmado en Londres en agosto de 1936, también llevando a cabo ataques contra buques de guerra republicanos.
En el siguiente Cuadro se relacionan los buques de la Kriegsmarine que operaron en aguas españolas desde 1936 hasta 1939:
El uno de noviembre, con las zonas de patrulla aún sin determinar, el almirante Reader ponía en marcha la Operación Úrsula, operación en la que los U-boat actuarían conjuntamente con la Marina italiana en las costas republicanas del Mediterráneo. De esta operación estaba informado Franco a través del agregado naval en Salamanca Kurt Meyer-Döhner. Cada país, Alemania e Italia, debía ocupar los sectores de Cartagena y Valencia. La totalidad de la operación se mantendría en el más absoluto secreto:
Los U-boot tendrían que permanecer invisibles, evitar la circulación durante su tránsito, navegar sin pabellón, sin numeral y sin nombre. Las tripulaciones debían firmar el compromiso, bajo pena de muerte, de permanecer mudos durante toda su vida sobre lo que se refería a la operación.
Los dos primeros U-boot designados fueron el ‘U-33’ y el ‘U-34’ y recibieron los nombres en clave de ‘Tritón’ y ‘Poseidón’. En sus mensajes serían los cargueros ‘Ursula’.
A las 14:19 hemos hundido submarino de la clase C delante de Málaga, en la bahía se hallaba fondeado destructor inglés.