lunes, 23 de noviembre de 2020

EL “ANDUTZ MENDI” Y EL SUBMARINO “GENERAL SANJURJO”

 

Agosto de 1937

El submarino pirata “General Sanjurjo”, ex “Torricelli” italiano (1), que había salido de Sóller (Mallorca) el día 22, al mando del capitán de corbeta Francisco Núñez Rodriguez (2), atacó con torpedos a las 19,00 horas del día 26 a un vapor de unas 1.500 toneladas, a una milla al este de Cabo Cervera, sin obtener resultado, ninguno de los torpedos lanzados alcanzó al vapor. 




A las 08,00 del día 28, en los límites de la frontera con Francia atacó a un vapor cargado, escoltado por patrulleros, sin resultado, los torpedos pasaron de largo. El vapor se refugió en Puerto de la Selva (Gerona).

El 29 a las  07,00 volvió a atacar a un convoy, a unas 10 millas al este de la frontera. El convoy estaba compuesto por dos petroleros de Campsa y el carguero “Andutz-Mendi” (3) de la naviera Sota y Aznar, protegido por dos destructores republicanos hasta cerca de Cabo Creus (Gerona).

El ataque con torpedos falló. El submarino salió a flote y se dirigió a cortarle la derrota a Marsella. A las 15,00 del día 29 alcanzó al convoy y lo atacó con sus cañones de 10 mm., a unas 4 millas al sur de la farola de Aguas Muertas, incendiando y averiando seriamente al “Andutz-Mendi” y causando la muerte de 20 miembros de su tripulación; el carguero se refugió en aguas francesas.




Posteriormente, el “Andutz-Mendi” logró llegar a Barcelona y ya reparado continuó sus viajes a la URSS, para terminar hundido por la aviación sublevada en el puerto de Barcelona en enero de 1939. Fue reflotado y recuperado en febrero de 1940 siendo rebautizado como “Monte Buitre”. Fue desguazado en 1962.


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(1) El "Torricelli", rebautizado "General Sanjurjo", primero cedido por Italia y posteriormente, en abril de 1937, comprado por los sublevados junto con el "Archimede", rebautizado como "General Mola". Como dato curioso, el propio Franco ordenó que dichos submarinos llevaran los numerales C-5 y C-3 respectivamente, lo que sembró el desconcierto entre la Flota leal, dado que ambos sumergibles ya habian sido hundidos se especuló con que habian sido reflotados por los sublevados, con ese nombre figuraron hasta bien entrado el verano de 1937. La primera misión de estos submarinos piratas con pabellón franquista (Mayo de 1937) fue patrullar el Canal de Sicilia en busca de mercantes con destino a puertos republicanos.

 

(2) Francisco Núñez Rodriguez, ferrolano, hijo del que fuera ministro interino de Marina en 1930 vicealmirante José Núñez Quijano. Capitán de corbeta en 1936, fue uno de los principales colaboradores del alzamiento militar de julio de 1936 en Ferrol. Puso en estado de defensa la Base de La Graña, de la que era Jefe, y logró dominar los conatos de resistencia de la marinería leal a la República. Durante la Guerra Civil fue comandante de varios buques, entre ellos el destructor "Velasco". Comandante del submarino "General Sanjurjo" desde 1938. Tras la Guerra Civil ascendió sucesivamente a capitán de fragata (1940) y capitán de navío (1945). Jefe del Estado Mayor de la Escuadra (1950). Comandante del crucero "·Almirante Cervera" (1951-1953). Secretario General del Gobierno de Guinea (1955-1957). Contralmirante (1957). Gobernador General de Guinea Ecuatorial (1962-1963). Vicealmirante (1963). Capitán General del Departamento de Ferrol (1966-1968). Almirante (1966). Tuvo la Gran Cruz de las Órdenes de San Hermenegildo, Mérito Naval y Cisneros, la Encomienda con Placa de la Orden de África y varias cruces y condecoraciones de campaña. (RAH).

 

(3) El “Andutz Mendi” fue construido en 1929, en los astilleros Willian Gray & Company Ltd, (West Hartlepool, Inglaterra) para la naviera Sota y Aznar.. Tenia una eslora de 98,63 metros, 11,90 de manga, con 1.800 TRB y 3.030 TM de carga, 900 CV de potencia en máquinas, combustible fuel-oil y una velocidad nominal de 11 nudos. (Naviera Sota y Aznar).


sábado, 21 de noviembre de 2020

LOS NÁUFRAGOS DEL "BALEARES" Y LA GRAN BRETAÑA.

 


Noche del 5 al 6 de marzo de 1938.- Una vez hundido el crucero faccioso “Baleares” por buques de la Flota Republicana, dos destructores ingleses proceden a recoger a los náufragos, entregándolos después a la marina sublevada. 



El que fuera contralmirante de la Armada Republicana, Valentín Fuentes López, Subsecretario de Marina en la fecha del hundimiento, no conforme con la entrega de los náufragos a los franquistas, con fecha del 13 de marzo de 1938 se dirige por Oficio a Indalecio Prieto, ministro de Defensa en los siguientes términos:


MINISTERIO DE MARINA

Excmo. Sr. Ministro de Defensa Nacional

Consultado el Jefe de la Asesoría Jurídica de esta Subsecretaría sobre los hechos acaecidos con motivo del combate naval últimamente celebrado, me manifiesta lo siguiente:

En cumplimiento a su respetable orden, tengo el honor de informar a V.E. lo siguiente: En el combate naval celebrado en Cabo de Palos el día 5 del actual, entre la Flota Republicana y los cruceros facciosos “Baleares”, “Canarias” y “Almirante Cervera”, con el resultado ya conocido, es notorio que dos horas después del encuentro llegaron a aquel lugar los destructores ingleses “Boreas” y “Kempenfelt”, encontrándose el “Baleares” abandonado por los demás buques de su escuadra y hundiéndose lentamente envuelto en llamas.

Ambos destructores ingleses prestaron auxilio a los tripulantes del crucero rebelde y a ellos se debe el salvamento de los supervivientes, está probado que cuando, ya de día, acudieron los demás cruceros facciosos no se decidieron a arriar los botes y emprendieron inmediatamente la fuga al presentarse la aviación leal. No se le oculta al Asesor que suscribe el generoso gesto de la Marina de Guerra británica, merced al cual salvaron la vida de unos náufragos, abandonados en trance de muerte por sus compañeros. Y el Gobierno legítimo de la República, que lo es de todos los españoles, debe agradecer el auxilio oportuno de los buques de esa nación amiga, y se complace en reconocerlo así. 

A esta noble intervención humanitaria nada habría de añadirse después de lo dicho, sino que fuera que después de haber quedado los náufragos al amparo del pabellón británico y gozado con ello del beneficio de esta territorialidad, al pisar las cubiertas de esos buques de guerra, fueron devueltos aquellos a los buques facciosos, con lo que se facilitó al rebelde el concurso de tripulaciones avezadas que puedan tomar de nuevo las armas contra el Gobierno legítimo de su nación.

Con el Gobierno de S.M. Británica sostiene el de España relaciones de amistad, que se han fortalecido, negándole aquel reiteradamente a los sublevados el derecho de beligerancia y manteniendo su representación diplomática con el de la República soberana.

Por Decretos de 25 de julio y 14 de agosto de 1936, declaró el Gobierno legítimo que los buques rebeldes quedaban fuera de la ley, excluidos de las listas de la marina militar y sin derecho a usar el pabellón español, perdiendo todo carácter militar las dotaciones que los tripulan, y debiendo, en consecuencia, ser considerados como piratas, que podían ser detenidos y apresados en alta mar o en cualquier puerto en que se encontrasen, para ser juzgados sus tripulantes, con arreglo a las normas internacionales que persiguen la piratería y conforme a la legislación penal del país del buque que realizase su captura.

Conforme al artículo segundo del Convenio signado con la Gran Bretaña, el 4 de julio de 1878, se pactó que ambos estados se concederían recíprocamente la extradición por los siguientes crímenes según el artículo veintiuno. Crímenes que se cometan en el mar: Apartado a) Piratería.

Más como la entrega inmediata de  de los delincuentes a los buques del mando rebelde, efectuada por los destructores ingleses que intervenían en el salvamento, invalidó la acción del Gobierno legítimo de la República para formalizar su demanda de extradición contra los culpables, resultando evidente que por los buques “Boreas” y “Kempenfelt” se infringió el artículo 1º del Convenio y se ha colocado el caso en una situación irreparable que perjudica al Gobierno de España. Debe llamar el que informa a V.E la atención, respecto a la paradójica consecuencia que el caso expuesto revela.

Si Inglaterra hubiera reconocido la beligerancia a los rebeldes, el obligado cumplimiento de las leyes internacionales hubiera hecho preciso el internamiento de los náufragos. Pero la realidad es otra; el Gobierno de la Gran Bretaña no ha reconocido el derecho a beligerancia a los sublevados y, según ha declarado explícitamente, no reconoce otro representante de la nación que el de la República Española. Ahora bien, si en el primer caso, más favorable a los rebeldes, era obligado el internamiento de los náufragos, en el segundo, más favorable a Gobierno legítimo, se imponía, cuando menos, una solución de este tipo, cosa que, por otra parte, hubiera supuesto una interpretación errónea del mencionado Convenio de extradición.

Lo que tengo el honor de trasladar a V.E. a los efectos que sean oportunos. Barcelona 13 de marzo de 1938.- El Subsecretario.- Valentín Fuentes –rubricado-.

 


En los Archivos y unida a lo anterior se encuentra el siguiente párrafo: 

Séptimo.- Al ser transbordados a otros navíos facciosos, o desembarcados en territorio sometido a los rebeldes, los supervivientes del “Baleares” que recogieron los navíos británicos, transbordo y desembarque seguramente efectuados sin tomar siquiera la filiación de los náufragos, el Gobierno Británico, implicado en el Comité de No Intervención, ha perdido una magnifica coyuntura para probar que otras naciones, partícipes de dicho Convenio  lo infringen con pleno descaro, pues seguramente habría podido descubrir entre los tripulantes del “Baleares” a individuos de nacionalidad italiana y alemana pertenecientes a las respectivas flotas militares que coadyuvan a la acción de los rebeldes españoles a bordo de los buques de que estos disponen, como coadyuvan a la misma acción en el ejercito de tierra y las fuerzas aéreas de la facción muchos individuos que pertenecen a los ejércitos de tierra y del aire de Italia y Alemania.

A buen seguro que el Gobierno de España pondría lo sucedido en conocimiento del Gobierno británico, pero como bien se dice en la comunicación al ministro de Defensa la actuación de los destructores ingleses era ya irreparable. Lo peor de todo es que este tipo de "condescendencias" de los ingleses para con la armada sublevada y sus socios italianos y alemanes fue habitual durante toda la guerra; muchas, y a todos los niveles, fueron las quejas presentadas por el Gobierno republicano ante las autoridades encargadas del cumplimiento de los términos del Pacto de No Intervención, pero todas fueron en vano y las consecuencias de tales incumplimientos decidieron contundentemente el desarrollo y resultado de la guerra.

 

Fuente del documento: PARES

lunes, 9 de noviembre de 2020

APUNTES SOBRE LA FLOTA REPUBLICANA

 

(Publicado en "Ímpetu" el uno de enero de 1939)


Al lector coaccionado de antiguo por una política de tipo antimarítimo, le será difícil comprender el arduo y heroico papel que el destino reservaba a la Marina leal en el drama español. De antes pensaban los conjurados otorgarle una misión de gran importancia.



El curso de la Escuela de Guerra Naval terminó poco antes de estallar la sublevación militar. Tomaban parte en él algunos oficiales y jefes de Marinas extranjeras. La Escuadra iba a efectuar maniobras. Cuando todos los alumnos estaban preparando sus equipajes para embarcar, llegó una orden: "Los marinos extranjeros no podrán asistir a las maniobras." ¿Por qué? se preguntaron ellos, ¡Si hasta la celosa Albión lo permite! Algunos se acercaron al jefe del Estado Mayor Centra1 de la Armada  "No, no podrán asistir ustedes a las maniobras." Quedaron perplejos ante una negativa tan categórica.

Pronto iba a desvelárseles la dramática razón que les ponía el veto para ir bordo. La oficialidad comprometida quería estar a solas para organizar su sublevación aprovechando la concentración de la Escuadra con motivo de las maniobras.

Precipitáronse los acontecimientos en la forma conocida. El grito lanzado en África en la tarde del 17 de Julio repercutió dolorosamente en los corazones leales. Los rebeldes aprovechaban algunos destructores para el transporte de tropas a la Península. Otras unidades estaban en la base de Ferrol. Alguna frente a las costas lusitanas, en camino hacia el Sur. Las tripulaciones ignoraban la sublevación. La República carecía virtualmente de Armada. Para la República era preciso tomar la Flota. La radio funcionó incesantemente desde Madrid para localizar a las distintas unidades. Las dotaciones, enteradas de la rebelión, se hicieron dueñas de casi todos los barcos. Alguno, como el "Almirante Cervera" estuvo pocas horas en manos de la marinería. Encerrado en la ría ferrolana, amenazado por las baterías de tierra y la aviación, hubo de rendirse. Los otros, incorporados de nuevo a la bandera republicana, hicieron rumbo hacia los puertos leales. EI primer episodio, el más difícil, el de la toma de la Escuadra, estaba terminado.


Siguió después el periodo que podemos llamar de reorganización de la Armada. Mermados considerablemente los cuadros de Mando por la defección o el castigo de quienes los constituían, se hacía preciso reorganizarlos para dotar de eficacia a los buques. Había que crear una oficialidad enlazada en la marinería por lazos de la más severa disciplina. Surgió entonces la Escuela Naval (1), y los hombres de ella salidos, sumados los jefes y oficiales que no habían querido hacer el papel triste de agregados a la traición, reorganizaron en pocos meses los servicios a sus órdenes. El ministerio de Defensa Nacional elaboró el esquema de una organización sometida una disciplina de hierro, que nace no del temor, sino del mutuo afecto de la comprensión por cada uno de cuál es su deber para con España, de cómo por modesto o insignificante que parezca ese deber, España le necesita apremiantemente. 

A esto sigue, y se perfecciona con creciente eficacia en nuestros días, el período de la Marina organizada. Para el público destacan dos hechos de importancia: el hundimiento del "Baleares" y el paso del Estrecho por el "José Luis Diez". Para el técnico, los dos acontecimientos tienen un relieve mucho mayor que el que pueda darles el hombre ajeno a la táctica de la guerra naval. El "Lepanto” incorpora una página nueva a la historia de la Marina al destruir con un torpedo una unidad infinitamente más poderosa que él. Las unidades grandes es lo que más temen, el ataque del torpedo 

El destructor se lo juega todo. Cuando los destructores despliegan para llegar a un ataque, saben que antes de colocarse en la posición de lanzamiento les barrerá la artillería media y gruesa del enemigo. Es tan cierto esto, que en el anecdotario naval se recuerda la frase del jefe de una de las divisiones de destructores, en la batalla de Jutlandia, al recibir la orden del almirante Jellicoe para lanzarse sobre la flota alemana: "Y ahora, ¿a dónde vamos, mi comandante?, le preguntó su segundo, "Al cielo derechos, no le quepa a usted duda", respondió impávido el comandante.

La hazaña de la Flota leal al pelear en condiciones de notoria inferioridad con la enemiga, destruirle su unidad más poderosa es la mejor confirmación de la disciplina, del conocimiento y del valor de nuestros marinos. 

Finalmente, la fría audacia y la serenidad con que el “José Luis Díez", pobre barquito sin protección, débilmente artillado, salvó el círculo de hierro del enemigo, confirman el denuedo y la pericia de la Flota republicana frente la impotencia y la mala técnica del enemigo.

Y aún hay que mencionar otra labor, casi totalmente desconocida para el público, la protección de convoyes. Páginas novelescas románticas de todas las unidades de la Escuadra, pero muy en particular de esos valientes guardacostas que a diario salvan los cargamentos destinados la España leal.




(1) La Escuela Naval Popular comenzó a funcionar en diciembre de 1937.


viernes, 6 de noviembre de 2020

EL COMBATE NAVAL DE CABO DE PALOS



Una visión técnica.

(Publicado en Nuestro Ejército. Abril de 1938)



Casi todos los días llegaba a nosotros, en tono derrotista, la información de la superioridad naval de la Escuadra facciosa. Si ésta se medía de unidad a unidad, era justo el apreciarlo así, pero es totalmente falso el juzgar de esta forma la superioridad o inferioridad de una flota. Para justipreciar el valor de las fuerzas navales, se hace imprescindible tener en cuenta desde luego, la potencialidad militar de cada unidad, hacer un conjunto-flota, estudiar el valor militar de él, y al compararlo con el enemigo podremos sacar una conclusión que más se acerque a la realidad.

Es sabido que nuestros cruceros son inferiores a los iguales del tipo “Baleares”; esta inferioridad desaparecería porque nuestra flota está compuesta, además, de tres cruceros, por la escuadrilla de destructores, arma valiosa, máxime cuando se tiene enfrente una Escuadra que no cuenta con categoría de buques y esto, unido a la capacidad del Mando y demás personal de las dotaciones, fue lo que nos dio la victoria.

Indudablemente que jugó un rol importante en este combate naval, el hecho de verse el enemigo entre nuestros buques y tierra y el temor de ser lanzado a la costa le llevó a tratar de romper nuestra formación, separando la escuadrilla de destructores de nuestros cruceros, lo que, para él, significaba asegurarse el éxito del combate.

Este movimiento táctico, que le hubiera dado buen resultado de contar con destructores que pudiera emplear a vanguardia, fue una parte esencial de su derrota, puesto que así acercó sus cruceros a tiro de torpedo. Dos mil quinientos metros era la distancia que separaba a las dos flotas. 

Mando firme y temple sereno, incapaz de hacer inmutar a los hombres ante las siluetas potentes de cruceros rebeldes que avanzaban a toda la velocidad de sus turbinas, era la condición precisa para que el tiro de nuestros destructores fuese infalible. Y así fue. Para mejor comprender el desarrollo del combate naval, la capacidad del Mando, la preparación específica del Cuerpo Auxiliar, de cabos y marineros, la valentía y coraje de todos, en fin, vamos a señalar las características relevantes de la capacidad militar de los buques que se enfrentaban.

La flota facciosa estaba compuesta por los cruceros «Canarias», «Baleares» y «Almirante Cervera» (los primeros de la clase “County” británica, modernos y reputados como uno de los mejores en la actualidad) el último igual a los nuestros tipo «Libertad» (hay una nota en que se dice que además eran acompañados por varios destructores tipo «Poerio», pero esto no está confirmado). La flota de la República estaba integrada por los cruceros «Libertad» y «Miguel de Cervantes» (este último inferior en desplazamiento y poder ofensivo a todos los anteriores) y por la flotilla de destructores compuesta por el «Sánchez Barcaiztegui», «Lepanto» y «Antequera» ; «Gravina» y «Lazaga», este último inferior a los demás.

Los ocho cañones que montan los cruceros tipo «Canarias», de un diámetro de 203 mm., tienen un alcance de 30 km., con un peso de proyectil de 116 kg., lo que hace un total de peso por andanada de 928 kg. El armamento del «Cervera» es de 6 cañones de 152 mm. de diámetro, con un peso de proyectil de 45 kg., lo que significa un total por andanada de 360 kg. y con un alcancede 14 km. De estos datos se desprende que, además de la enorme ventaja en alcance de la artillería enemiga, en lo que respecta a los buques tipo «Canarias», el peso total por andanada de sus barcos que entraron en acción es de 2.216 kg., mientras que la de los nuestros es de 630 kg., pues hay que tener en cuenta que el crucero «Méndez Núñez» sólo lleva seis cañones de 152 mm.



Otra ventaja de los buques enemigos es la mayor velocidad; si bien es cierto que todos ellos dieron una velocidad de 33 nudos al ser entregados a la Marina, a excepción del «Méndez Núñez», que dio 29, hay que tener muy en cuenta el tiempo que llevan navegando, pues ello significa desgaste y, por lo tanto, pérdida de potencia en sus turbinas. Nuestros cruceros hace diez años que navegan, mientras el «Canarias» y el «Baleares» fueron puestos a navegar, por los facciosos, después del 18 de julio de 1936.

El poder defensivo de estos buques (tipo «Canarias») es también superior. El blindaje de cintura de estos cruceros es de 101 mm., y el de los buques leales es de 75 mm.; además, los primeros cuentan con cubierta blindada ,de cuya defensa carecen nuestros cruceros.

En la preparación del combate, como en el desarrollo del mismo, nuestro mando tuvo en cuenta el valor agresivo y defensivo de las dos flotas, y considerando la potencia militar que daba a la nuestra la flotilla de destructores empleándola en un golpe audaz, que bien podía compensar la desproporción entre los cruceros, ordenó un movimiento estratégico que, como decimos más arriba, obligó al enemigo a colocarse a una distancia inferior a 3.000 metros de nuestros destructores, haciendo eficaz, por lo tanto, el ataque por torpedos, de tal forma, que alguno de los buques facciosos tenía que ser tocado.



El feliz resultado de esta acción, en la que se ha demostrado plenamente la capacidad táctica y el perfecto estado de la disciplina y entrenamiento de las dotaciones, ha tenido una gran importancia, toda vez que casi ha igualado la potencialidad naval en lo que respecta a los buques de línea. En cuanto a las fuerzas sutiles (destructores, submarinos) siempre fué superior nuestra Armada, puesto que los facciosos cuentan únicamente con el destructor “Velasco” aparte, claro está, de los destructores y submarinos que les ceden los italianos y alemanes, cuyo número es imposible precisar.

Si tenemos en cuenta la experiencia de este combate y ponemos en tensión todos nuestros recursos, podremos en breve plazo estar dispuestos a batir el resto de la flota rebelde, en forma absoluta, aun con la pretendida «superioridad» naval de los facciosos, y lo que esto nos traería de posibilidades para nuestra lucha sería inmenso.  


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