miércoles, 26 de febrero de 2014

LOS HERMANOS OTERO GOYANES








En los primeros días de julio de 1936, el teniente del Cuerpo Jurídico, Joaquín Otero Goyanes, acompañado por Tomás Garicano Goñi, visitan a su hermano José María, teniente de navío de treinta años destinado en el acorazado "Jaime I", amarrado en el puerto de Vigo. 

No era estrictamente una visita familiar. Ambos hermanos estaban involucrados en una trama de conspiración, cuyo objetivo era preparar un levantamiento militar contra el régimen republicano. En el interior del buque, José María Otero Goyanes actuaría de enlace por ser el oficial más antiguo. Subieron a bordo el comandante jurídico del ejército Joaquín Otero Goyanes  y el capitán del mismo cuerpo Tomás Garicano Goñi, para poner en su conocimiento lo que iba a suceder, explicando todo lo referente al "Movimiento" e informando que se había llegado a un acuerdo con el oficial de radio Félix Fernández Fournier para que fuesen avisados en el momento oportuno. También se informó de las ramificaciones de la operación, en la que también participaban parte de la sociedad civil representada por miembros de la CEDA, los monárquicos de Renovación Española y los militantes de  Falange Española. Esa misma noche regresaron a Coruña en la seguridad de la participación de la oficialidad del "Jaime I" en la sublevación.

Tomás Garicano Goñi,
General del Cuerpo Jurídico del Ejercito del Aire,
 en el centro de la imagen.
(Foto: El País)
Sin embargo había dudas preocupantes sobre la VIII División Orgánica, dudas que se extendían a los niveles más altos de la cadena de mando. El general Salcedo, máxima autoridad, permaneció indeciso y Caridad Pita, jefe de la XV Brigada, era un convencido republicano, leal y fiel al Gobierno, (ambos serán fusilados en los primeros días de la insurrección).  El contacto directo de Mola en Coruña era Garicano Goñi (posteriormente ocupó altos cargos en la dictadura, entre ellos Gobernador Civil de Barcelona, ministro de Interior y miembro del Consejo Nacional de FET y de las JONS.), quien actuaba de enlace con el coronel Martín Alonso. En los primeros días de julio, los enlaces de Mola, Otero Goyanes y Garicano Goñi, llevaron a Luis de Castro Arizcun, contralmirante en la reserva, un mensaje en clave para los conspiradores de Ferrol. Unos días antes habían estado en Coruña para entregar información de los preparativos del levantamiento al abogado Eugenio Vegas Letapié, amigo de Joaquín Otero. Ambos pertenecian al circulo monárquico madrileño ligado a la revista ultraconservadora Acción Española e ingresaron en el cuerpo jurídico militar al mismo tiempo.

Los hermanos Otero Goyanes eran hijos de Joaquín Otero Bárcena (1874-1956), abogado, quien ocupó cargos políticos importantes en la monarquía de Alfonso XIII, Gobernador Civil, diputado en el Parlamento y gentilhombre de la Casa del Rey. La casa de la familia era un palacio situado en un pazo de Santiago y ésta pasaba la época de verano en Ribeira, donde está enterrado.

Rebelión militar.

Al llegar las primeras noticias de la rebelión militar en Marruecos el Jaime I está atracado en Santander, donde recibió la orden de zarpar hacia Cádiz, pasando previamente por Vigo para cargar carbón. Se dirige a la salida de la ría en la mañana del día 20, unas horas antes de que se proclamara el estado de guerra en esa ciudad. La marinería y los cabos sospechan que la oficialidad pretende apoderarse del acorazado en alta mar, por lo que al día siguiente y adelantándose a los oficiales se sublevan contra el mando. La mayor parte de la oficialidad es sorprendida cuando se encontraba en el comedor, el resto se encuentra en el puente de mando, iniciándose un tiroteo con el resultado de dos oficiales muertos y varios heridos , entre ellos Otero Goyanes que es herido en un hombro y atendido en la enfermería del buque. La marinería toma el mando del buque y pone rumbo a Tánger para unirse al resto de la Flota. Una vez allí se desembarca a los heridos.  Pasadas una semanas Otero Goyanes consigue pasar a zona sublevada con la ayuda del director del Hospital donde se encontraba internado. Desde Tánger llega a Tetuán y se presenta ante el mando de los sublevados. Esta acción le valió al sublevado José Mª Otero Goyanes la concesión de la Medalla Militar individual, que le fue concedida el 10 de noviembre de aquel mismo año.

Es en el mismo mes de noviembre, cuando en sesión plenaria, presidida por el industrial conservero José Pérez Martínez, apodado el Abadiño, el Ayuntamiento de Ribeira aprueba nombrar hijo adoptivo de esta ciudad a D. José María Otero Goyanes. La exposición de motivos se efectúa en el lenguaje propio de su tiempo, basados en el heroísmo para hacer frente a las "hordas envenenadas por las ideas anarquistas (...) solo obedientes a las consignas recibidas de sus secuaces de Moscú". En ese mismo pleno, también se acordó cambiar el nombre de la Puerta del Sol, por el nombre del “valiente marino”, con motivo de la nueva reconquista de España, cambio que autoriza el alcalde, ordenando la compra de una placa adecuada al propósito y su “colocación en la casa propiedad del señor Joaquín Otero Bárcena, padre del ilustre marino”.

Durante la Guerra Civil, José María prestó servicio en el Estado Mayor de la Armada, entonces basado en el Cuartel General del Generalísimo. De allí pasa  al crucero "Baleares",  más tarde como comandante de los buques “Huesca” y "Hernán Cortés". En enero de 1940 ascendió a capitán de corbeta, y permaneció en el Estado Mayor como ayudante-secretario del almirante jefe, encargándose también del negociado de Armas Submarinas (1940-1943). Después pasó destinado como segundo al buque-escuela Juan Sebastián Elcano (1943-1944), para más tarde ser comandante del destructor Huesca (1945-1946) y jefe de la Flotilla de Lanchas Rápidas. En julio de 1945 fue promovido a capitán de fragata, fue comandante del crucero Galicia (1947) y del cañonero Hernán Cortés (1947-1949), para retornar al Estado Mayor de la Armada como secretario (1949-1952), y de allí pasar a la Embajada de Lisboa como agregado naval (1953-1955). Capitán de navío en diciembre de 1955, fue jefe de la tercera sección del Estado Mayor de la Armada. 


Destructor "Huesca" ex "Alessandro Poerio" (1915-1953)
Entregado por Italia a Franco en octubre de 1937

Imagen: Todoavante

El hermano de José María, Joaquín, Marqués de Revilla, aunque civil, licenciado en Filosofía y Letras, también se une a la sublevación. Destituye en Santiago de Compostela a los miembros del Consejo Provincial el 27 de julio de 1936, tomando posesión de la presidencia y continúa su carrera participando como fiscal y juez en múltiples consejos de guerra en Galicia y Asturias, tanto contra civiles como contra militares, alcanzando el grado militar de Auditor General. El caso más conocido es el consejo de guerra que tuvo lugar en Barcelona en abril de 1939, contra el general de la Guardia Civil de Galicia, José Aranguren, una sesión que no duró más de dos horas, en la que se acusa a Aranguren de sedición, siendo condenado y ejecutado cinco días más tarde.

También Joaquin Otero vio recompensada su ayuda a la sublevación militar y posterior represión. En 1944 fundó Metalúrgicas del Noroeste, una empresa con sede en Vilagarcía de Arousa que se dedicaba a la extracción y explotación de tungsteno y luego estaño, exportando estos materiales a  varios países del mundo; era propietario de Minerales Compostela y en 1961 fundó la fábrica de conservas. Northwest Refrigerators , hoy Frinsa.

Además, y como terrateniente, heredó de su familia numerosas tierras, incluidas las de la Isla de Sálvora , que se completó en 1958 cuando recibió la transferencia de la propiedad de la Isla por parte de la dictadura franquista, una cesión en usufructo por un tiempo de 99 años.

El pasado 25 de febrero de 2014, el Ayuntamiento de Ribeira, desestimó con los votos del Partido Popular la solicitud de retirada de la placa y cambio de nombre de la plaza, contraviniendo lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica. El motivo alegado por el Alcalde para el incumplimiento de la Ley fue en base a evitar la “apertura de nuevas heridas sin cerrar otras”, incumpliendo claramente la Ley, cuyo Art.15 reproduzco a continuación:

Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura: 
Artículo 15. Símbolos y monumentos públicos. 
1. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas. 
2. Lo previsto en el apartado anterior no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley. 
3. El Gobierno colaborará con las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales en la elaboración de un catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y la Dictadura a los efectos previstos en el apartado anterior 
4. Las Administraciones públicas podrán retirar subvenciones o ayudas a los propietarios privados que no actúen del modo previsto en el apartado 1 de este artículo.

¿Por qué razón se permite al Partido Popular el incumplimiento reiterado, público y notorio de la ley?



Benito Sacaluga



Fuentes consultadas:



Archivo del Cuartel General de la Armada
    Comisión para la recuperación de la Memoria Histórica de Barbanza
      Real Academia de la Historia



        domingo, 23 de febrero de 2014

        LA MARINA LEAL







        Febrero de 1937, Madrid resistía desde 1936, e impecablemente, los ataques de los ejércitos franquistas. La Batalla del Jarama acababa de comenzar, y al poco Málaga caía en manos de los sublevados, el día ocho.

        La ofensiva sobre Málaga, aislada ya de las posiciones republicanas, comenzó a mediados de enero partiendo de Ronda, con la colaboración de unidades expedicionarias italianas avanzando desde Motril y Alhama, y la utilización de la costa como línea de avance. Una línea que permitía contar con el apoyo desde el mar de los cruceros "Almirante Cervera", "Baleares" y "Canarias", protegidos por submarinos italianos, en operaciones de bombardeo intensivo de los objetivos militares....y de la población civil. Marbella, Fuengirola, Torremolinos y finalmente Málaga recibieron todo el potencial de fuego de los cruceros sublevados y la aviación.

        La masacre de la carretera Málaga-Almeria puso el broche asesino a la operación. Una vez tomada Málaga se inició una de las mayores represiones conocidas desde la llevada a cabo en Badajoz.  En solo una semana se asesinó en las playas a más de 4.000 civiles. Por otro lado, y paralelamente, las detenciones y consejos sumarísimos se llevaban a cabo con gran intensidad, dirigidos por un grupo especial de fiscales, 16.952 personas fueron sentenciadas a muerte en pocos meses, un grupo de fiscales entre el que se encontraba el excarcelado Carlos Arias Navarro "El carnicero de Málaga", a la postre último presidente de Gobierno franquista, el mismo que treinta y ocho años más tarde, con lágrimas en los ojos, dio al mundo la noticia de la muerte del dictador, un verdugo que murió en su cama bajo la protección de la Ley de Amnistía.

        Las posibilidades de Málaga para resistir eran nulas, la ciudad estaba desprotegida militarmente ante un enemigo tan potente, los milicianos hicieron lo que pudieron con escasez de armamento y sin más estrategia que la defensa a ultranza de la posición. La Flota Republicana no intervino en ninguna de las fases. En esas fechas solo se encontraba en Málaga el  guardacostas "Xauen", finalmente hundido por el Jefe de la Base para evitar que cayese en manos del enemigo. El grueso de la Flota Republicana se encontraba en Cartagena.


        Guardacostas "Xauen"

        A finales de enero, la Flota había iniciado tímidas operaciones de búsqueda de barcos sublevados cercanos al litoral malagueño, una operación realizada bajo la amenaza de la segura existencia de submarinos alemanes en la zona, y que se dio por concluida sin resultados, en base a la observación efectuada por el Jefe del Estado Mayor de la Armada, el Capitán de Corbeta Luis Junquera, al Jefe de la Flota, relativa a que en caso de tener que iniciar combate contra los cruceros sublevados pocas serian las posibilidades de éxito para los republicanos "Libertad" y "Mendez Núñez". La importancia de Málaga no era tanta como para arriesgar unidades de la Flota en acciones navales de dudoso resultado, eso pensaba Junquera y por supuesto Indalecio Prieto, Ministro de Marina, estaba de acuerdo. Finalmente la Flota Republicana no intervino y Málaga fue bombardeada a placer. Que gran error poner a Prieto como ministro de Marina y Aire.

        Crucero "Méndez Núñez"

        La caída de Málaga provocó la exigencia por parte de los comunistas de ceses fulminantes en el Ministerio de la Guerra, se llegó a pedir el cese de Largo Caballero y de su Estado Mayor. La Flota Republicana también fue blanco de criticas y acusaciones de falta de iniciativa y deslealtad. El colaboracionismo de sus mandos con el enemigo se intuía como causa del desastre, y las criticas negativas alcanzaron también a las tripulaciones, criticas injustificadas que el Comisario Bruno Alonso combatió en el seno de la Flota y ante la opinión pública.


        Largo Caballero e Indalecio Prieto


        El 16 de febrero el diario "Cartagena  Nueva" publicaba el siguiente Editorial:

        LA MARINA LEAL
        A propósito de la proclama que el Comisario político de la Flota ha dirigido a todas las dotaciones, se nos vienen a los puntos de la pluma algunas consideraciones que vamos a tratar de coordinar y exponer desde esta columna.
        A la Marina Leal le ha salido una serie de defensores gratuitos que nada tienen que defender porque -que nosotros sepamos- ningún órgano responsable la ha atacado. Nuestro fraternal colega "Solidaridad Obrera" destacó, razonandola, la incapacidad manifiesta del Ministro de Marina y Aire. Censuró su actuación y pidió su dimisión fulminante, pero ni en uno solo de sus escritos atacó a las dotaciones.
        La CNT, por medio de sus Comités de Propaganda, ha hablado de la ineficacia evidente de nuestra Flota, pero ha sabido apreciar con justeza donde tiene su origen esta ineficacia. Y allí donde ésta radicaba la ha descubierto y la ha atacado. Nadie ha osado poner en sus discursos o en sus escritos censura ni crítica agrias para la actuación de la Marina Leal, nadie que sea responsable. 
        Es por eso por lo que estimamos inútil la defensa. La Marina del Pueblo está exenta de toda culpa porque, disciplinada y leal, va allí donde le ordenan ir. Si no es culpable de la falta de eficacia, como nos consta, huelgan los defensores, a menos que estos se adjudiquen el título de tales para congraciarse con la Marina que -dicho sea de paso- maldita la gracia que le hará saberse defendida de un delito que solo existe en la mente calenturienta del defensor sin defensa. Todo esto tiene un tufillo marcadísimo de proselitismo hábil.
        La proclama del Comisario Político de la Flota, deja entrever que de la calle llega el rumor derrotista contra la Marina, evidentemente es un rumor que debe ahogarse. El texto de la proclama, enérgico y atinado, advierte a las dotaciones del peligro de este rumor insensato y aporta medidas para evitar su propaganda. Nos parece muy bien. Como celebramos igualmente la actitud adoptada por el camarada Bruno Alonso respecto a la callada labor de propaganda partidista que, al parecer se realiza en la Flota. Como revolucionarios compartimos su criterio y elogiamos la forma y el fondo de la proclama que comentamos. 
        Ya lo sabe la Marina Leal. Nadie medianamente responsable la ha atacado. Nadie, pues, tiene por qué defenderla. Las dotaciones se deben a una disciplina que acatan. Cada cual en su puesto tiene un deber que cumplir. Cúmplase como hasta ahora y acoja los rumores callejeros con el desprecio que merecen. !Ah¡, y puesto que no los precisa, jubile a sus defensores espontáneos. 

        En definitivas cuentas otra actuación "desafortunada" de Indalecio Prieto, Ministro de Marina y Aire, ni barcos ni aviones acudieron en defensa de Málaga, ni tan siquiera lo intentaron, Prieto lo decidió así, no las dotaciones de los buques.



        Benito Sacaluga