domingo, 27 de abril de 2025

MAQUINISTAS DE LA ARMADA DE LA REPÚBLICA SOMETIDOS A CONSEJO DE GUERRA EN CARTAGENA

 

Listado incompleto de miembros del Cuerpo de Maquinistas de la Armada de la República sometidos a Consejo de Guerra en el Departamento Marítimo de Cartagena (Murcia). Periodo 1939 a 1940.






Benito Sacaluga.



Fuente: 

Fiscalia del Departamento Marítimo de Cartagena

domingo, 20 de abril de 2025

LA QUINTA COLUMNA EN LA BASE NAVAL DE CARTAGENA



"La expresión Quinta Columna, atribuida por unos a Mola y por otros al General Varela, se usa desde 1936 para denominar en tiempos de conflicto bélico a los sectores de la población y ejército que mantienen lealtad hacia el bando enemigo, colaborando con este desde la clandestinidad e infiltrados en el ejército que defiende la zona o el país. Se trata pues de un conglomerado de personas desleales a la comunidad donde residen, colaboracionistas de muy diversas formas con el enemigo."


Cartel republicano denunciando a la 5.ª Columna.


El profesor de Historia en la Universidad de Murcia Pedro Mª Egea Bruno publica en 2022, un amplio y excelente trabajo del que se hace eco la Revista Internacional de la Guerra Civil (1936-1939), bajo el título de "El sabotaje durante la Guerra Civil: la industria naval de Cartagena". (https://portalinvestigacion.um.es/documentos/63c0b38b3df4c204fbb04dfb) , del que he extractado lo que sigue a continuación.

La implantación y desarrollo de la Quinta Columna en Cartagena se vio favorecida por la decisión del ministro de Marina de reponer en la Armada (Decreto de siete de mayo de 1937) a aquellos oficiales que habían sido dados de baja en la misma por su participación en la sublevación de Julio de 1936.  

Derivados de esta decisión, el 18 de mayo de 1937 se llevaron a cabo nombramientos de responsabilidad a, entre otros, Patricio Rodríguez Roda, habilitado de teniente coronel de Ingenieros, fue designado Jefe del Arsenal; Lorenzo Pallarés Cachá, teniente coronel de Artillería de la Armada fue designado como Jefe de de los Servicios Industriales de fabricación de Bombas y Proyectiles; Antonio González Guzmán, capitán de Intendencia de la Armada ocupó el cargo de los Servicios de Intendencia y José Muñoz Vizcaino, coronel de Carabineros pasó a ser el Jefe de los Servicios de Orden Público.

Durante el periodo comprendido entre diciembre de 1937 y diciembre de 1938 se siguen incorporando a la Base a partidarios del la sublevación del 36. Carlos Esteban Hernández, alférez de navío, de filiación falangista, fue designado Jefe del Estado Mayor de la Base, a éste le sucedió el teniente de navío Fernando Oliva Llamusi, de igual significación, puesto que ocupó hasta el 1 de abril de 1939. José Montoya Pascual un fascista declarado, fue designado secretario de la Jefatura del Arsenal.

Los quintacolumnistas campaban a sus anchas por la Base, y lo que es peor de forma evidente. A los pocos días del sabotaje del acorazado “Jaime I”, el Comisario General de la Flota transmitía a Indalecio Prieto, ministro de Marina: «La impresión que tengo es que en la base y en Cartagena están incrustados muchos fascistas», Prieto no actuó. Más tarde, el 11 de mayo de 1938, el Jefe del Estado Mayor de Marina, con Prieto ya cesado en sus cargos, escribía a Juan Negrín, nuevo ministro de Defensa Nacional, tras una visita a la Base:  «Moral derrotista. Mucho fascista con entera libertad de acción». Sin lugar a dudas la actuación de Quinta Columna en Cartagena fue demoledora tanto para la Armada como para la industria de guerra ubicada en Cartagena. 

El 1º de noviembre de 1937, Prieto, a propuesta de Bruno Alonso, nombra al capitán de Ingenieros Rafael Crespo Rodríguez director jefe del Astillero, se olvidaba de que sobre él pesaba la sospecha de la voladura del acorazado "Jaime I" cuatro meses antes.

Con Crespo se inició el sabotaje a gran escala. Según su propio testimonio mantuvo sin ocupación a gran parte de la plantilla, a veces más del 50%. Redujo los turnos obreros de tres a dos, lo que implicaba la paralización de la actividad desde las 10 de la noche hasta las seis de la mañana. Multiplicó los costes de producción y retrasó de forma sistemática las obras a ejecutar, contando con la colaboración de los marinos. Una de las prácticas utilizadas fue el escalonamiento en las peticiones de obras. Dilató y entorpeció la compra de materiales, con errores en las medidas, «inexplicables en un ingeniero de su capacidad técnica, dejando de observar las más elementales reglas de previsión y coordinación de pedidos, con los consiguientes retrasos, ensayos y trabajos innecesarios Ocurrió tanto en la obra naval como en la fabricación de proyectiles, cuya producción diaria de 150 unidades se podía haber multiplicado con una mano de obra aleccionada por la dirección. La labor de Crespo se distinguió por las dificultades que opuso al alargamiento del dique seco proyectado en 1933, a pesar de su urgente necesidad, como aparecía reflejado en la memoria presentada a Indalecio Prieto por Luis González de Ubieta, jefe del Estado Mayor de la Marina. Crespo dio cuenta de la peligrosidad de su empleo, falseando cálculos y boicoteando las bombas de desagüe para simular filtraciones, consiguiendo retardar la rehabilitación del crucero "Libertad", alcanzado por la aviación enemiga el 17 de junio de 1938, obviando que meses atrás se había varado en las mismas condiciones al "Miguel de Cervantes" . 

Las dilataciones lastraron la eficacia de la flota. Ese fue el objetivo declarado por Crespo: «El criterio mantenido de retardar las operaciones y el entrelazado de éstas, permiten asegurar que solo en rarísimas ocasiones han salido los tres cruceros rojos juntos a la mar», retrasos en las reparaciones que se puede ver en el siguiente Cuadro:

Las consecuencias eran de una enorme gravedad, como declaró Pedro Rodríguez Contreras, coronel auditor de la Armada: «…siempre había fuera de servicio tres o cuatro destructores» . De este modo, el "Libertad" tuvo que combatir solo con los barcos enemigos que, desde noviembre de 1937, tras el control del Cantábrico, incrementaron su presencia en el Mediterráneo.

En las filas republicanas hubo más que sospechas de aquellas acciones. Desde el ministro y el comisario al último eslabón de la cadena, pasando por las distintas afiliaciones políticas y sindicales. A la impunidad contribuyeron la ineficacia de las medidas adoptadas, el papel del Servicio de Información Militar (SIM), más pendiente de las cuestiones políticas que industriales, la nula formación técnica de los comisarios y la propia red quintacolumnista, que sirvió de amparo a los saboteadores. En última instancia, contaron con el respaldo del Cuerpo Jurídico, que imposibilitó la actuación de la justicia contra los responsables de las acciones encubiertas.

Hubo denuncias, como las cursadas por el propio jefe de la flota, Miguel Buiza, entre otras sobre la reparación del destructor "Sánchez Barcáiztegui", dando un parte «redactado en términos casi violentos», en el que aludía a la necesidad de realizar una rápida y rigurosa investigación sobre las actuaciones de los ingenieros, en particular de Pedro Vargas Serrano y Patricio Rodríguez Roda. Hizo otro tanto el también jefe de la flota González Ubieta cuando solicitó enjuiciar a los responsables de las averías y consiguiente inutilización del destructor "Lazaga". También el SIM acusó al Taller de Óptica, «…por demora en las obras y sabotaje». Se abrieron sumarios, pero quedaron en nada, como los instruidos a Pedro Vargas y Rafael Crespo. Las detenciones por sabotaje fueron contadas, sin que se produjera ningún procesamiento.

El balance no pudo ser más negativo para la República.



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miércoles, 9 de abril de 2025

EL FACTOR HUMANO DEL ACORAZADO “JAIME I” EN 1936

 




(Extractado de “Entre la Historia y la Propaganda: Las dos sublevaciones del acorazado Jaime I en 1936”.  Pedro Mª Egea Bruno. Universidad de Murcia)


El Estado General de la Armada de 1936, con pequeñas diferencias sobre la realidad de julio, nos aproxima al factor humano del acorazado. Se anotan 854 hombres, bajo el mando de 30 jefes y oficiales del Cuerpo General. La primera característica a destacar es la juventud de la oficialidad. La media de edad no llega a los 30 años. Todos han recibido su primer nombramiento con el régimen monárquico, algunos durante la regencia de María Cristina, la gran mayoría a lo largo del reinado de Alfonso XIII y los más recientes en la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

La antigüedad en el empleo que ostentan apenas supera los tres años, es decir casi todos han tenido su último ascenso en el bienio radical-cedista, en concreto el 56,5%, a lo que se añade el 17,4% que lo recibieron en la etapa primorriverista. Sólo el 26,1%, ha sido promovido durante el primer bienio, el período más genuinamente republicano. La inmensa mayoría se incorporará al barco a lo largo de 1935. Tan corto espacio de tiempo, para concitar las necesarias complicidades, argumenta que las solidaridades sean ideológicas o de clase. Las de la tripulación también.

En junio de 1936 se encuentran a las órdenes del comandante Julio Iglesias y Abelaira, capitán de navío de 57 años, ascendido en 1932, que ha tomado posesión de su puesto en mayo de 1935 y que es sustituido del cargo en Santander el 15 de julio de 1936 por el también capitán de navío Joaquín García del Valle. El segundo comandante, Francisco Guimerá y Bosch, es capitán de fragata, tiene 48 años y ha alcanzado su empleo en agosto de 1931; está pendiente de tomar plaza y la sublevación lo impide debiendo permanecer en Cartagena. Figuran dos terceros comandantes con el grado de capitán de corbeta, Carlos Aguilar Tablada y Tejón, de 35 años, y Rafael Moro Reyna, de 33.

Se alistan ocho tenientes de navío, entre los que se distinguen por su posterior intervención en el desarrollo de los hechos, José Mª Otero Goyanes, de 30 años, José Cañas Arce, de 28, y Félix Fernández Fournier, de 31. Con ellos, cinco alféreces de navío y seis de fragata. Concurren un capitán de Intendencia, que hace de habilitado, Luis López de Longoria, y un teniente médico, José A. Solana y Gutiérrez-Solana. También oficiales, los especialistas del Cuerpo de Maquinistas de la Armada asumirán, en forma significada, un papel contrario al resto de oficiales del Cuerpo General. Son los casos del comandante Benito Sacaluga Rodríguez, jefe de máquinas, del capitán Tomás Acción Golpe, 2º jefe de máquinas, y del teniente Ricardo Castro Calvelo.

Por debajo, el Cuerpo de Suboficiales (oficiales terceros y auxiliares) con un protagonismo singularizado en la sublevación y en el control del buque a partir de julio de 1936, en particular los maquinistas y el personal de Radio. Se destacarán Antonio Antúnez Aguilar, José Caneiro Pernas, Salvador Corrales Vidal, Manuel Gómez García, Daniel García Rego, José Díaz Peña y Manuel Fernández Olivares. No eran desde luego la mayoría. Para el capitán de fragata Bernardo Navarro Capdevila, “adoptaron una actitud muy cómoda, no interviniendo en la rebelión, sin ponerse en contra tampoco para evitar las consecuencias que ello les hubiera podido traer”. Se contabilizan seis auxiliares navales, 11 de artillería, dos de sanidad, tres de oficinas y archivos, 16 de maquinistas, dos de radiotelegrafía, dos de buzos, cinco de electricidad y 18 de máquinas. Su edad media se eleva a los 35 años por la presencia del personal de máquinas, cuyo promedio es de 42,5. Sin ellos se reduce a 30. El 50% ha ingresado en el escalafón durante los años de la II República y más del 80% ha ascendido durante esta etapa. Un elevado número, algo más del 75%, se ha incorporado al acorazado durante 1935. El resto lo ha hecho en 1934 (17%), 1936 (6%) y 1933 (2%). La dotación se completa con 158 cabos y 578 marineros.


Tenerife. Mayo de 1936

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viernes, 4 de abril de 2025

INDALECIO PRIETO Y EL TESORO DEL "VITA"

 

El yate "Vita" fue el medio utilizado para transportar desde el puerto francés de El Havre un preciado cargamento, entre lo transportado estaban parte de los bienes incautados, desde el 23 de septiembre de 1936 por la Caja General de Reparación, a civiles que hubieran apoyado o apoyasen la sublevación militar del 18 de julio de 1936. 

Según Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla, autores del libro "El Tesoro del Vita", editado por la Universidad de Barcelona en 2014, el cargamento reunía objetos y colecciones pertenecientes al patrimonio histórico-arqueológico español que fueron requisados por el gobierno de la República en las catedrales de Toledo y Tortosa, el Palacio Real de Madrid y los monetarios del Museo Arqueológico Nacional y de la Casa de la Moneda, así como una parte de las reservas económicas de la Generalitat de Catalunya, además de parte de los ya citados bienes incautados a civiles controlados por la Caja General de Reparaciones.


"Vita"


El 28 de febrero de 1939 el "Vita" zarpa del citado puerto francés con su valioso cargamento, llegando el 28 de marzo al puerto de Veracruz (Méjico), en un principio dicho cargamento estaría destinado para ser utilizado como ayuda a los servicios de auxilio a refugiados españoles.

Aún a día de hoy se desconoce con claridad el valor del cargamento total del "Vita", tampoco está claro en su totalidad el destino dado al mismo, nada extraño si como sabemos fue Indalecio Prieto, en contra de la voluntad de Juan Negrín, quien se encargó de recibir y administrar el tesoro. Residente en la capital azteca desde febrero de 1939, Prieto se convirtió en la primera personalidad política de la España republicana en instalarse de manera definitiva en México, circunstancia que unida a su amistad y sintonía ideológica con el presidente Lázaro Cárdenas iba a ser determinante para la suerte de los exiliados. Cárdenas confió el contenido del "Vita" a Prieto, aunque el destinatario era el doctor José Puche Álvarez (1), enviado a México por Negrín para recibir el cargamento.

Reproduzco a continuación una declaración jurada, ante la Fiscalia de la Audiencia Provincial de Bilbao, del que fuera el capitán del yate en esa travesía, José Ordorica, residente en Méjico, con ocasión de una visita a su pueblo natal, Lequeitio, en 1970.


DON JUAN CESAREO ORTÍZ URCULO, Abogado Fiscal de la Audiencia Provincial de Bilbao, en funciones de Secretario en la declaración prestada, para su constancia en la Causa General (2), por D. José Lucio Ordorica Ruíz de Asúa, de 74 años de edad, casado, con domicilio en Méjico y accidentalmente en Lequeitio (Vizcaya), testimonio a continuación la expresada declaración.-


En Lequeitio, a 24 de julio de 1970, ante el Fiscal de la Audiencia Provincial de Bilbao, Ilustrísimo Sr. D. Fernando Barrilero Turel, asistido del Abogado-Fiscal, en funciones de Secretario, D. Juan Cesáreo Ortiz Urculo, se aviene a prestar declaración D. José Lucio Ordorica Ruiz de Asúa, advirtiéndole que la misma es a efecto de su constancia en la Causa General.- Desde el año 1934 se encontraba navegando fuera de España.- 

En el año 1938, el buque "El Neptuno, que era el que mandaba, de la Cia. Marítima Unión, se amarró por embargo, como los demás españoles que allí estaban, debido a la ocupación de Bilbao por las fuerzas nacionales, en el puerto inglés de Southampton. En este mismo puerto le contrató D. Marino Gamboa, propietario del yate "Vita", al que conocía por ser antiguo amigo y convecino de Lequeitio (el Sr. Gamboa era filipino de nacimiento y súbdito americano), para mandar esa embarcación, lo que aceptó por razón de su amistad y porque en aquel momento carecía de trabajo. 

Al mando de este barco realizó varios viajes de turismo para la familia y amigos del Sr. Gamboa, fundamentalmente por el Mar del Norte. Cree que hacia marzo de 1939 en los puertos de nantes y El Havre, recibió orden de embarcar unas ciento sesenta maletas y cuatro cajas ignorando peso y contenido, sin conocimiento de embarque y sin manifiesto de carga, siendo entregada esta carga por un señor del que solo sabe que se llamaba Lozano que cree representaba al Ministerio de Hacienda en Madrid. Embarcaron con esta mercancía cuatro señores de los que solo recuerda que dos se llamaban Enrique Puente y el otro Sabater, ignorando los nombres de los otros dos. Antes, hacia enero, habian llegado a bordo D. Mariano Manresa, Capitán de la Marina Mercante que venía como administrativo sin asumir el mando del buque. 

Con este cargamento recibió orden de zarpar hacia Méjico (Veracruz). Llegados a Veracruz, los Sres. Puente y Sabater fueron a la capital a entrevistarse con el Sr. Prieto, Indalecio, sin que esto lo pueda asegurar porque cree que allí se dijo así. Se recibió a bordo una visita de la Aduana y , aunque no encontraron nada que les llamase la atención, se produjo una inquietud al no llegar nadie para hacerse cargo de la mercancía, en vista de lo cual el Sr. Puente requirió del Capitán, el declarante, que le acompañase a Méjico D.F. para sostener una entrevista con el Sr. Prieto y le preguntó al declarante a que hora podía llegar a Tampico procedente de Veracruz, contestándole el Sr. Ordorica que podía llegar al mediodía siguiente. En efecto a las doce horas del día siguiente llegó a Tampico y allí les esperaba el señor que el día antes había estado en el departamento del Sr. Prieto, que posteriormente se enteró que se trataba del señor Nuñez que cree era general. Este señor Nuñez dispuso las órdenes precisas y se descargó la mercancía y ya no sabe más de la suerte que pudiera correr ésta. 

El declarante continuó prestando servicios en el mismo buque y haciendo los viajes que le ordenaba su propietario.- El Sr. Ordorica insiste en que desea se haga constar su ignorancia absoluta respecto a la clase de mercancía que contenían los expresados bultos y la suerte que posteriormente pudieran correr así como que por este viaje recibiera órdenes o instrucciones diferentes al resto de los que vino realizando al mando del barco.- 

Y a efectos de la constancia expresada en el encabezamiento, firma esta declaración, después de leída ante el Sr. Fiscal y los testigos D. Antonio Moral Echevarrieta y D. Luís San Sebastian Bengoechea, de todo lo que doy fe como Secretario.- Firmas ilegibles. Y para su constancia expido el presente testimonio en Bilbao a veintisiete de Julio de mil novecientos setenta con el visto bueno del Sr. Fiscal.


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Benito Sacaluga

 

(1) José Puche Álvarez. Lorca (Murcia), 31 agosto de 1895 – Ciudad de México (México), 3 de noviembre de 1979. Médico. Comprometido políticamente, comenzada la Guerra Civil fue gobernador civil en Palencia en 1936 y rector de la Universidad de Valencia (1936-1938). En este período asumió también la Dirección General de Sanidad. Coronel Médico en 1938. Terminada la contienda civil se exilió en México, no abandonando su actividad política, ya que se hizo cargo del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles y fue delegado del Gobierno Republicano en el exilio. En México fue catedrático del Instituto Politécnico Nacional (1939-1946) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (1945-1965). A partir de ese momento publicó trabajos sobre el hambre en Europa coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial en base a su experiencia en la guerra española.





(2) Causa General.- Por decreto de 26 de abril de 1940, se conceden amplias facultades al Fiscal del Tribunal Supremo para que proceda a instruir la Causa General, con el objeto de averiguar los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la "dominación roja". Ante la complejidad que va adquiriendo la averiguación, se establece que, por Decreto de 19 de junio de 1943, se designe a un Fiscal Jefe de la Causa General que, bajo la exclusiva y directa dependencia del Ministro de Justicia, asuma las facultades que hasta ese momento tenía asignadas el Fiscal del Tribunal Supremo; aunque, por Decreto de 25 de abril de 1958, se dispone que quede de nuevo bajo la dependencia del Fiscal del Tribunal Supremo y se le restituyan sus facultades. El Ministerio Fiscal, bajo la dirección del Fiscal del Tribunal Supremo, asumió la tarea de recoger toda la documentación que sirviera para tal fin, formando la denominada "Causa General", hasta que el Decreto-Ley de 31 de marzo de 1969 reconoció la prescripción de las posibles responsabilidades penales por hechos acaecidos antes del 1 de abril de 1939.


Fuentes utilizadas: 

www.webmar.com

Real Academia de la Historia

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Portal de Archivos Españoles (PARES)