domingo, 28 de octubre de 2012

LA IMPUNIDAD DE LOS FRANQUISTAS, DEL FRANQUISMO Y DEL....




Fue en 2008, gobernaba en España el PSOE bajo la presidencia de Rodriguez Zapatero, nunca hasta entonces se habían escuchado en el parlamento español los nombres de muchos de los que lucharon contra Franco. Parece ser que ni Zapatero ni nadie de los que allí se encontraban se avergonzaron de si mismos al oír las contundentes palabras de Tardá.

La prensa, los medios de comunicación, los periodistas, no se hicieron eco de la intervención de Tardá, actuaron ante este discurso según les indicó Juan Carlos de Borbón, en 1973, todavía príncipe de Asturias, con ocasión de la entrega de los premios nacionales de periodismo:

 “Vuestra labor es difícil y de gran responsabilidad, pues necesitáis, además de unas condiciones especiales para captar la realidad, una gran ponderación y sacrificar, incluso, algún éxito personal en aras de la discreción”

Sesión de las Cortes, Madrid, 25 de noviembre 2008-11-26
Diputado de ERC D. Joán Tardá   

Señorías,


¿Conciben que en el Parlamento alemán pudiera existir una sala dedicada a un jerarca nazi? ¿Conciben que en la Alemania actual pudiera desfilar en una parada militar un representante de la Legión Cóndor? ¿Conciben una Alemania con la cruz gamada en los edificios públicos porque son patrimonio histórico? 
Evidentemente, no. En Alemania, no. Pero aquí, sí, Aquí, en este parlamento existe una sala dedicada a un ministro franquista corresponsable de muertes y ejecuciones. Aquí se ha promovido por parte del ministerio de Defensa la participación de un miembro de la División Azul un 12 de Octubre. Y sólo hace falta pasear por calles y plazas para darse cuenta  de  la excepcionalidad y la anomalía del caso español. 
La llegada al poder del PSOE en 2004 renovó la esperanza que, finalmente, el Estado español dejaría de ser una democracia incapaz de metabolizar su pasado totalitario. Gestos como la mención a su abuelo fusilado por parte del Presidente del Gobierno en el discurso de investidura o el compromiso adquirido por  la Vicepresidenta de proceder a la anulación de la sentencia de  Lluís Companys vino a reforzar la esperanza de miles de víctimas de la Dictadura y de sus descendientes. 
Pero el resultado de la ley fue muy otro. Hoy, el presidente del Gobierno no podría articular aquellas palabras. Tanto es así, que no solamente no piensa modificar la ley, sino que pretende dar carpetazo a las demandas de las entidades memorialistas al afirmar que todo lo que “esté en el olvido más profundo de la memoria colectiva de la sociedad española, será un buen dato”. Ya en otra ocasión, los republicanos catalanes le instamos a no defraudar a las víctimas, de  manera que  sus descendientes y nuestros jóvenes puedan sentirse  tan orgullosos de nosotros como nosotros nos sentimos deudores hacia las víctimas antifascistas, allegadas familiarmente o no. Sus últimas  palabras denotan que las  pronunciadas en la sesión de investidura no eran sinceras. 
La llamada Ley de la Memoria no es suficiente y ofende  por no reconocer a todas las personas represaliadas ni  otorgarles la condición jurídica de víctimas. La ley, además, obvia la calificación de Crímenes contra la Humanidad para aquellos realizados sistemáticamente por el Franquismo, no reconoce el derecho inalienable a la verdad y el deber de recordar establecidos por la ONU, no anulan las sentencias de tribunales ilegítimos e ilegales, no    restituyen los patrimonios expoliados y ni tan siquiera  retiran las distinciones y títulos  otorgados a los criminales.  
Señorías, urge modificar  la Ley para reparar a todas las víctimas y para que el Estado asuma todas las responsabilidades que se deriven. Hace un año sólo lo decíamos nosotros. Hoy, el Comité de Derechos Humanos de la ONU nos da la razón. Hoy, la ONU les insta a derogar la Ley de Amnistía de 1977 por la impunidad que consagra. 
Han levantado un edificio argumental sobre los cimientos de la ambigüedad legal del período preconstitucional y no sobre la legislación internacional suscrita por el Estado de acuerdo con la CE.  Por eso, ya es hora que reconozcan y apliquen la legalidad y las recomendaciones de las Naciones Unidas. 
Si los Estados del cono sur americano han sido capaces de hacerlo, la sociedad española también debería. Y más, en un momento en que el perseverante compromiso de las entidades memorialistas, la no claudicación  del republicanismo, la implicación del mundo académico y sobre todo la llegada a la madurez vital y política de una nueva generación de ciudadanos alejados de secuestros mentales y de complicidades ante la impunidad, ha conllevado la socialización del debate del porqué de las víctimas no resarcidas del Franquismo. 
Porque, además, la actual ley crea arbitrariedades  incongruentes, como el hecho de diferenciar a las víctimas de hechos represivos acaecidos antes de 1968 de aquellas otras con posterioridad a esta fecha. ¿Acaso la dictadura y la represión se inició  en 1968? ¿Qué razón justifica que los familiares de Julián Grimau no puedan acceder a las mismas reparaciones que los familiares de sus compañeros de partido asesinados en Atocha en 1975? 
Recientemente, la película Salvador ha permitido que miles de personas revivieran con emoción –y otras con cierta vergüenza por su pasividad-  el asesinato de Estado a garrote del anarquista catalán Puig Antich en 1974. Muchos más, niños y adolescentes entonces, han descubierto la brutalidad de la Dictadura sufrida  por sus padres y abuelos. Y, aún así, ustedes, se han atrevido a reglamentar para excluir a Puig Antich de las reparaciones, como a tantos otros luchadores antifranquistas, mientras torturadores como Melitón Manzanas han recibido honores y reparaciones económicas por parte de la democracia española.  
A pesar de todas las desmemorias, nuestra juventud es consciente del pasado inmediato. Del lastre que significa, todavía hoy día, que el Dictador muriera  matando. Y así fue. El 30 de septiembre de 1975, mandó fusilar a cinco ciudadanos antifranquistas en un mismo día, entre ellos a Juan Paredes Manot “Txiqui”. Ante las protestas internacionales, el Régimen reaccionó mediante una manifestación de adhesión.  Y la historia ha fijado el momento: allí en el balcón, al lado del Dictador, estaba el actual Jefe del Estado Juan Carlos de Borbón. 
Ateniéndonos a tales hechos históricos, ¿cómo es posible que, hoy, el gobierno socialista haya tenido  la desfachatez de dejar al margen del reconocimiento y de las reparaciones a ciudadanos fusilados hace tan solo treinta y pocos años?  
Este parlamento debería legislar –y así lo proponemos- a favor de la anulación de las sentencias dictadas por los tribunales de la Dictadura, no tan solo por ilegítimos sino también por  ilegales.  Ustedes no pueden condenar a las víctimas, a sus descendientes y a los ausentes al calvario, a la ignominia de tener que aspirar a una posible revisión a través de un pleito con el mismo Estado. Muchas de estas familias desde hace treinta años lo estuvieron intentando infructuosamente.  Pregunten a los hijos del ministro de Industria  de la II República Joan Peiró, fusilado en 1942, la frustración que genera que todavía hoy día la Sala Militar del Tribunal Supremo se haya pronunciado  en contra incluso de la revisión de su proceso. Militares lo condenaron, militares lo asesinaron, militares de la democracia  le niegan la revisión. 
Habíamos creído que Rodríguez Zapatero enterraría  el desprecio hacia las víctimas republicanas de los campos de exterminio nazis del presidente del gobierno Felipe González cuando rechazó asistir a los actos de celebración del cincuenta aniversario de la liberación del campo de Mauthausen en el año 1995 y que, finalmente, se  dilucidarían las responsabilidades del Estado español. Pero la ley lo omitió  todo. Ustedes no quisieron atender a ninguna de nuestras razones. Y en cambio, hoy, ustedes saben que están en una posición muy, muy débil. 
Tan latente es la injusticia que los propios Tribunales de Justicia españoles, y al amparo de la legalidad internacional, se declaran competentes para juzgar los crímenes.  Así, el juez titular del juzgado nº2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno,  se ha declarado competente para juzgar a cinco nazis, actualmente residentes en EEUU, que deberán ser extraditados para que puedan ser juzgados en Madrid por Crímenes contra la Humanidad.
A menos que ustedes consigan impedirlo. ¿Qué harán ahora? ¿Van a comprometerse a favor de la justicia o se visualizará, de nuevo, la voluntad del aparato estatal de obstruir su camino? ¿Actuarán de igual forma como han procedido  con el juez Garzón, presionando políticamente mediante la Fiscalía General del Estado?  ¿Ordenarán a los fiscales territoriales el archivo de las denuncias presentadas? ¿Coaccionarán la judicatura prefigurando la prescripción de los delitos? ¿Qué le espera ahora al juez Ismael Moreno? Porque ustedes saben que si se  juzga en Madrid a los nazis asesinos de republicanos habrá que poner encima de la mesa los pactos Himmler-Serrano Suñer y la condena por  parte de Naciones Unidas del régimen franquista. Y les recuerdo que Lluís Companys fue deportado y entregado por la misma Gestapo a la policía española. 
La labor ingente de las entidades memorialistas alimenta el anhelo de justicia y nos acerca a las víctimas ignoradas de la Dictadura,  como los niños secuestrados  que fueron otorgadas a familias adictas al régimen, como en Argentina. No debe sorprendernos tanta maldad, debería hacernos reflexionar el gran desconocimiento que tiene la sociedad, jóvenes y también mayores, de la crueldad de la Dictadura. Una Dictadura sanguinaria y prolongada. Franco fusiló entre 1939 y 1947 una media de 10 personas al día, el mayor genocidio de las dictaduras occidentales del siglo XX en época de paz. Y con campos de concentración como en la Alemania nazi. Con prisioneros esclavos de fábricas que capitalizaron empresas hoy día boyantes.  
Y ante ello, ustedes, y en palabras del propio Presidente del gobierno coincidiendo -¡qué casualidad!- con el extremista Rouco Varela, nos piden que olvidemos. 
Por no abrir heridas, por no alentar venganzas, por conseguir la reconciliación… ¿Acaso el conocimiento de la crueldad nazi ha abierto heridas en Alemania? ¿Acaso en Francia los homenajes a la Resistencia pretenden ser venganzas contra los colaboracionistas de Vichy? ¿Acaso los monumentos a  los partisanos en Europa impiden la reconciliación? ¿Por qué en el Estado español, pues,  los guerrilleros, homenajeados por la república francesa siguen considerándose bandoleros?
No señores y señoras diputadas. No hay reconciliación sobre el olvido. Como dice Amnistía Internacional, no se puede pasar página sin antes haberla leído.
Y puestos a leer páginas, hemos de leer también las de la II República Española. 

Porque la sublevación militar de 1936 fue un intento de acabar con la etapa de democratización y progreso social que instauró la República. Una República, que es el embrión del actual Estado democrático, social y de Derecho. Una República de libertades como el sufragio universal, la pluralidad y descentralización territorial o la separación Iglesia-Estado. Una República de derechos como el de la enseñanza universal gratuita, de la protección social de las clases trabajadoras o del matrimonio civil y el divorcio.
Señoras y señores diputados, me siento orgulloso de los logros de esa República, y me avergüenza que ustedes –y especialmente la izquierda española- no lo sientan igual. Sin complejos. Sin censuras.
Es por ello que la segunda parte de la ley que hoy presentamos está dirigida a reconocer y recordar la República, tanto pedagógicamente, como institucionalmente, instaurando el 14 de abril como el Día de la Memoria Histórica.
Apelamos a esta Cámara, y especialmente a la izquierda española –PSOE e IU- y a los nacionalistas gallegos, vascos y catalanes que votaron la actual Ley de Memoria. Les apelamos para que sin olvidar a los ya recordados, podamos legislar para hacer justicia y recordar a los olvidados. Mientras esto no suceda, no podrá haber reconciliación. El pasado no puede quedar enterrado en fosas. Hay que desenterrarlo para que los muertos descansen en paz. Para que sus hijos e hijas también lo puedan hacer.  El Estado no puede promover la abertura de fosas como si se tratara de una excavación arqueológica de un cementerio romano. Si en Bosnia, Argentina o Chile se han investigado las desapariciones, la policía Judicial, la fiscalía y la justicia española tienen que ser las responsables de investigar las causas de las muertes, quienes fueron sus responsables y la identificación de las víctimas. ¿O es que no estamos en un estado de derecho?
En  una sociedad democrática madura este proceso lo debería llevar a cabo el gobierno y este Parlamento. Y culminar la catarsis mediante la intervención del Jefe de Estado, la máxima representación institucional del mismo Estado, pidiendo perdón a las víctimas. Porque además Juan Carlos de Borbón fue el heredero nombrado por Franco, fue él quien  juró desde esta misma tribuna  los principios del Movimiento Nacional. A él, se le debe exigir este acto de honradez y de coherencia a  fin y efecto de simbolizar la plena superación por la democracia del pasado  autoritario del Estado.
Señorías, solicitamos su apoyo para dar luz verde a la proposición de ley de los republicanos catalanes para que, finalmente, podamos disponer de un texto legislativo que permita al Estado español homologarse al resto de sociedades democráticamente maduras. En beneficio de la justicia y de la verdad, y en  favor del fortalecimiento de los valores democráticos de la ciudadanía. No lo duden, sólo reparando previamente todas las injusticias del pasado nuestra sociedad  estará en condiciones de superar las violencias presentes y las  incertidumbres futuras.
Gracias.

jueves, 25 de octubre de 2012

LA NUEVA VIEJA BANDERA DE ESPAÑA




Artículo publicado en el New York Times y recogido en el blog:  Sociología Critica


22 octubre 2012
Autor : Jonathan Blitzer


Cada jueves por la noche, en medio de la Puerta del Sol, una pequeña multitud se reúne alrededor de una estatua ecuestre del rey Carlos III llevando a cabo una manifestación modesta. Rara vez hay más de 25 personas, la mayoría de ellos en los 70 años. Lo primero que varios de ellos hacen es desplegar una pancarta que dice: “. Contra la impunidad, en solidaridad con las víctimas del franquismo”A continuación, algunos otros izan la bandera tricolor de la Segunda República Española. Sus bandas de color amarillo, rojo y morado nos remontan a la era de la promesa democrática. Ese período tumultuoso, que comenzó en 1931 con la elección de una coalición de izquierda que envió al rey Alfonso XIII al exilio, tuvo su cuota de disputas políticas y la violencia reaccionaria. Pero también trajo euforia vertiginosa y una serie de reformas igualitarias. Una nueva Constitución consagra el sufragio femenino y la libertad de expresión, mientras que apea a la nobleza de sus antiguos privilegios.

Esos días tenían un aire palpable de celo reformista y la ambición. Hoy en día, en medio de una dolorosa recesión y una crisis de liderazgo político, la promesa de aquella era pasada tiene un apoyo renovado.
El público español se tambalea. Pero a diferencia de los años de la Segunda República, gran parte del drama gira en torno a lo que parece estar sucediendo fuera de España. Los políticos nacionales han sido reducidos a espectadores asediados. La bandera republicana es un acosador símbolo de cosecha propia que subraya el estado enervado de la clase política actual.

Dadas las circunstancias, su relevancia y significado están cambiando. Hasta hace poco, los ancianos españoles que recuerdan los años del dictador Francisco Franco, justo después de la Segunda República, consideraban la bandera republicana con una mezcla de nostalgia dolorida y un destello de fervor militante. 

Y los españoles nacidos después de que la democracia fuese restaurada en la década de 1970 tendía a pensar en ella más como un artefacto recóndito que un símbolo de galvanización. Ahora se está haciendo una reaparición de ellos, también, gracias al creciente déficit democrático en la Unión Europea en general, y específicamente en España.

En las manifestaciones públicas contra las medidas de austeridad, una cada vez más diversa variedad de manifestantes, incluidos los jóvenes, ondea la vieja tricolor. El periodista Javier Valenzuela me dijo: “Los jóvenes de entre 20 y hasta 30 años están identificando la bandera como símbolo de protesta contra el actual estado de cosas.”

Los portadores de la bandera republicana en las manifestaciones públicas dicen que tiene una variedad de significados. Algunos citan la memoria histórica de las atrocidades de la Guerra Civil y su legado perdurable de enemistades insepultas. Otros, basándose en la historia de la Segunda República, mencionan el ocaso del prestigio de la monarquía española.

Aún más, llevándola a las manifestaciones como un llamado a la justicia económica en un momento en que el gobierno no está haciendo nada por reducir la brecha creciente entre los ricos y los pobres, un tema principal también durante los primeros años de la República. Como un activista remarcó: “La pregunta no debería ser ¿Por qué estamos viendo más banderas republicanas ahora?, debería ser ¿Por qué no vimos más en los años anteriores?”

La bandera es, fundamentalmente, un cajón de sastre. En el marasmo político actual es difícil para los ciudadanos comprometidos a saber exactamente dónde apuntar con una crítica puntiaguda. Todo parece ir mal. La bandera republicana invita y sostiene el activismo al mismo tiempo que mantiene la crítica flexible y abierta.

El jueves pasado, alrededor de las 7 de la tarde, dos jóvenes de 18 años caminaron hasta el centro de la Puerta del Sol. Uno de ellos llevaba una mochila. Se detuvo un momento, como si estuviera pensando dos veces, y ante la insistencia de su amiga abrió la cremallera de su bolso y sacó una bandera republicana. La bandera cubría sus hombros y se unieron al grupo de mayores manifestantes.
“¿Por qué esta bandera? ¿Por qué ahora? “Le pregunté. “Es porque no me identifico con la bandera española actual”, dijo. Luego, señalando a la bandera vieja colgando de sus hombros, ella se encogió de hombros: “Me siento más cerca de ésta.”

Jonathan Blitzer es periodista y traductor residente en Madrid.

martes, 23 de octubre de 2012

LA REPÚBLICA Y LOS JOVENES




Un buen amigo republicano me envía por correo un vídeo grabado con ocasión de la celebración del 68 Aniversario de la Liberación de París  en el que se incluye un rendido homenaje a la bandera republicana española, en agradecimiento a los 150 republicanos españoles que integraban la "9" de Lecrerc, más conocida por La Española, primeros en pisar suelo parisino durante su liberación de la tropas fascistas. El presidente de la República francesa cerró un acto de reconocimiento a todos los que colaboraron en la derrota de los fascistas, un acto público celebrado al aire libre, en la Plaza de la Concordia, y al que asistían un nutrido grupo de republicanos españoles portando orgullosos la allí homenajeada bandera tricolor de España.Esto ocurría el pasado 25 de agosto.Desde el 25 de agosto de 1944, esa bandera no había vuelto a aparecer en las conmemoraciones.


Hace un par de días, por correo electrónico me remite una reseña sobre un acto celebrado también en París en recuerdo de las Brigadas Internacionales que vinieron a España a combatir contra el fascismo, camino que desde Francia algunos de ellos iniciaron el 22 de octubre de 1936, tres meses después de la rebelión militar de parte del ejercito español y su alzamiento en armas contra la República Española, contra España en definitiva. Los brigadistas que no cayeron en los campos de batalla o no fueron apresados por los fascistas, hace ahora 74 años que iniciaron un penoso e incierto viaje de regreso. Justo homenaje a unos hombres que desinteresadamente lucharon al lado de España en defensa de la autentica libertad.

Su envío incluye unas palabras, unas reflexiones, una crónica del acto firmada por Rose-Marie Serrano, hija del ex combatiente republicano Daniel Serrano, incansable embajadora de los republicanos españoles.Una crónica teñida por la nostalgia de unos tiempos en los que la  juventud vivia ilusionada en los ideales republicanos, crónica dedicada a la defensa del Pueblo y la Paz que los Brigadistas llevaron a cabo,en la que no podían faltar los versos dedicados a los Brigadistas por Alberti "¡Hermanos!, Madrid con vuestro nombre,  se agranda y se ilumina",  y por Neruda "Por vuestros muertos,... pasa un inmenso río con palomas de acero y de esperanza."


Sigue el mensaje de mi amigo, ya con "fondos propios", pone de manifiesto la falta de ilusión republicana que existe en la juventud española, a pesar de ser protagonistas de iniciativas recientes de gran calado en la opinión pública, y que sin embargo carecen del "hilo conductor" que les uniría a las tesis e ideas republicanas, prefiriendo protagonizar en exclusiva nuevas reivindicaciones que en si mismas son tan antiguas como las que defendían otros jóvenes y por las que dieron su vida sin contemplaciones. Rechaza de plano mi amigo la "mansedumbre" con la que gran parte de la juventud actual contempla la destrucción de su futuro, dedicados solo a lograr su propio bienestar o de asegurar su exclusivo futuro, sin darse cuenta de que esta actitud es el camino equivocado. Estoy de acuerdo.

Mi amigo tiene razón,en  los reportajes sobre las actuaciones republicanas no se ven jóvenes, en las manifestaciones juveniles no se ven banderas republicanas, con rara excepción en algunos casos. Aquellas que ondean pertenecen a los partidos políticos cómplices de la falta de un movimiento republicano renaciente. 

Estoy de acuerdo,se niegan a considerar que la única vía posible para que se cumplan sus reivindicaciones pasa por un sistema republicano de estado, mientras los partidos políticos de izquierdas les aplauden desde la hipocresía y la derecha se frota las manos ante la existencia de tan débil contrincante politico al mismo tiempo que lo despedaza y se ríe a escondidas.

Pero, ¿porqué de este rechazo a considerar la república como el camino adecuado? ¿porque viniendo de una juventud tan preparada en las universidades y escuelas de todo tipo?. La respuesta, la explicación a este abandono tiene sus raíces en una ausencia de información veraz y en un exceso de información falsa demoledora. Pretender que largos años de dictadura demonizando la república no influyan, aún en la actualidad, en la concepción personal que de ella tienen millones de jóvenes y muchos de los nacidos a partir de los años 50, es un grave error. Finalmente una "transición" anti-republicana hizo el resto. Por otro lado la juventud es amiga de tomar atajos, de estrenar modelos, de infravalorar el pasado reciente, de poner fecha de caducidad a aquello que no les diferencia de sus mayores.

La multitud de organizaciones republicanas que hoy en día existen no logran desprenderse de la imagen negativa que el franquismo consiguió crear de ellas, ellas mismas no consiguen aparcar al franquismo, apartarlo de sus actividades de una vez por todas y olvidan que antes de su derrota militar consiguieron verdaderas victorias, todas ellas sin hablar reiteradamente del pasado y precisamente hablando exclusivamente del futuro, que es lo que a la juventud realmente le importa. A través de sus medios de comunicación ponen diariamente excesivo empeño en sus criticas al rey, fácil teniendo en cuenta el rey que tenemos, y dejan de lado la verdadera cuestión, que no es otra que la exposición razonada de los inconvenientes de las monarquías en general, junto con la información sobre las ventajas de un sistema republicano. Tampoco hacen conocer a la opinión pública el significado de la república como forma de estado, eliminando así de un plumazo las nefastas pero inevitables comparaciones con "otras repúblicas" que no lo son más que en el nombre.

La desunión entre estas organizaciones es una realidad, y lo es simplemente porque no pueden existir organizaciones republicanas con diferentes intereses,con diferentes denominaciones,caminando por diferentes senderos, matizando lo que ya está meridianamente claro. ¿Intereses partidistas? ¿Ambiciones personales? ¿Carreras hacia el liderazgo? ¿Nuevos conceptos?, si ,de todo esto un poco, desgraciadamente, pero sobre todo la voluntaria perdida de un horizonte cercano al cual dirigirse unidos de forma determinada, se ve lejos, muy lejos y difícil la Tercera, una lejanía que debería ser considerada como un reto y no como un obstáculo que tal vez mañana alguien saltará, y estos planteamientos a la juventud no le valen y a mi tampoco.

No nos equivoquemos, otra vez, la caída de la monarquía no tiene porqué significar necesariamente la reinstauración automática de la República, para que eso suceda hacen falta republicanos y las aulas están vacías por ausencia de profesores. 

Un buen número de iniciativas personales en forma de blog consiguen cada día que la red no se encuentre huérfana de la historia y las ideas republicanas, sin temor y con respeto, y sin más interés que  difundir unos principios y unos valores en los que asegurar la libertad real, para todos ellos mi sincero agradecimiento, por la formación que me proporcionan y por la ilusión que me transmiten.

Benito Sacaluga.


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miércoles, 17 de octubre de 2012

ESCLAVOS DEL FRANQUISMO



De forma masiva, sistemática y organizada, la dictadura franquista utilizó, entre 1937 y 1970, a centenares de miles de prisioneros políticos como fuerza laboral barata, absolutamente dócil y completamente segura, casi siempre recluida en alguno de los numerosos campos de concentración creados al efecto por toda España ,en el libro de Javier Rodrigo Sánchez, Los campos de concentración franquistas. Entre la historia y la memoria.  figuran documentados 72 campos de concentración, casi la mitad de ellos funcionando ya desde la misma guerra civil, con  un total de aproximadamente unos 180.000 internados debidamente contabilizados–, con lo que además de conseguir pingües beneficios económicos consiguió descongestionar las numerosas cárceles existentes en todo el territorio nacional, todas ellas abarrotadas durante los años de la más inmediata posguerra a causa de las sucesivas oleadas de detenciones masivas que se produjeron en España entera al término de la guerra civil.

Presos republicanos en un campo de concentración

El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, eufemismo con el que se intentaba ocultar el nombre de los campos de concentración, fue en realidad el encargado de centralizar el uso y abuso que el franquismo hizo de sus prisioneros políticos como trabajadores forzados o esclavos, dando origen incluso, con la creación de sus campos de concentración y la instalación en las cercanías de las familias de algunos de los prisioneros en ellos internados, a la creación espontánea de nuevos núcleos de población surgidos entonces, como El Palmar de Troya, Dos Hermanas, Los Palacios o los barrios sevillanos de Torreblanca y Bellavista, aún en la actualidad formado en su gran mayoría por familiares de antiguos presos políticos esclavizados por el franquismo.

Empleados fundamentalmente en obras públicas de todo tipo –por ejemplo, en la construcción de carreteras, puentes, túneles, vías férreas, canales y marismas–, centenares de miles de prisioneros políticos del franquismo se vieron obligados al trabajo forzado, a modo de nuevos esclavos, tanto en obras tan impresionantes como las de la construcción del Valle de los Caídos –donde trabajaron hasta 1950 un total de cerca de 20.000 presos políticos, hasta la definitiva culminación de las obras de construcción tanto de los accesos por carretera como del monasterio y la cripta de aquella obra faraónica– o del pazo de Aday, como en muchas otras obras al servicio de la Iglesia católica –entre otras, los 15.000 crucifijos para escuelas y otros centros oficiales, que fueron  facturados inmediatamente después de la guerra civil desde los Talleres Penitenciarios, cuya sede central era la cárcel de Alcalá de Henares– y, cada vez en mayor medida, al servicio de gran número de empresas privadas, casi todas ellas adjudicatarias y concesionarias del propio Estado.

Según recoge Isaías Lafuente en su documentado libro, fueron prisioneros políticos quienes construyeron obras hidráulicas como los embalses del Ebro, Benagéver, Entrepeñas, Pálmaces, Mediano, Riosequillo, Revenga, Barasona, Mansilla de la Sierra, González Lacasa, El Cenajo, Torre del Águila, Barrios de Luna, Yesa, San Esteban y Linares, la Real Acequia del Jarama, canales como el Bajo del Guadalquivir, Bajo del Alberche, Montijo, Jarama, Bárdenas, Monegros, Toro-Zamora, Bierzo, Badarán y Linares del Arroyo, amén de saltos como los del Nansa y el Sil.

Fueron, igualmente, prisioneros políticos del franquismo quienes reconstruyeron pueblos y ciudades como Belchite, Brunete, Oviedo, Teruel, Toledo, Huesca, Lleida, Gernika, Amorebieta, Éibar, Potes, Quinto de Ebro, Mediana de Aragón, Puebla de Albortón, Boadilla del Monte, Villamanín, Vilanova de la Barca, Sabiñánigo o Figueres, entre muchas otras poblaciones.

Trabajaron también en las minas de mercurio de Almadén, en los pozos Maria Luisa, Fondón y San Mamés de Duro Felguera, en las minas de antracita de Fabero y en muchas otras empresas mineras, en Asturias, Leñón, Pontevedra, Lleida, Ourense, Teruel, Albacete, Murcia y Cartagena, por ejemplo, y lo hicieron asimismo en gran cantidad de obras públicas, como en la construcción del ferrocarril Madrid-Burgos, Zamora-A Coruña, Tudela de Veguin a Lugo de Llanera, Pedernales-Bermeo o la inconclusa Santander-Mediterráneo, así como en la primera estación ferroviaria de Chamartín, en Madrid, y en carreteras como las de Canfranc, de la carretera de A Coruña a El Escorial, variantes de carreteras como las de Madrid-Valencia Puerto Contreras,  Honrubia, Oropesa, los puertos del Escudo y del Arzobispo, el túnel de Vielha...

Además de la construcción tanto de los accesos como del monasterio y la cripta del Valle de los Caídos, fueron también prisioneros políticos del franquismo quienes construyeron desde aeropuertos como los de Sondica o Labacolla hasta estadios municipales como los de Valladolid y Palencia, pasando por cárceles como la de Carabanchel.

Entre las empresas privadas españolas que más frecuentemente tuvieron a su servicio como trabajadores forzados a prisioneros políticos del franquismo figuraron en lugar muy destacado y constante Dragados y Construcciones, Banús, A. Marroquín, San Román, Hermanos Nicolás Gómez y Construcciones ABC.

Algunas de estas empresas privadas se lucraron con el trabajo forzado y apenas pagado de gran número de prisioneros políticos del franquismo por espacio de más de dos décadas, como lo hizo en concreto la empresa Dragados y Construcciones fundamentalmente en la construcción de gran número de pantanos, mientras que en el caso de Banús lo hicieron todavía hasta el año 1969 en todo tipo de obras y construcciones.

Otras empresas que tuvieron a presos políticos trabajando a su servicio fueron, por ejemplo, Babcock-Wilcox, Carbones Asturianos, Constructora Naval, Industrias Egaña, Talleres La Trefilera, Plasencia de las Armas, Esperanza y Compañía SA, Talleres Murga, Cementos Portland-Iberia, Cementos Asland, Metro de Madrid, Riegos Asfálticos, Sacristán, Portolés y Compañía, Sicot, José M. Padró, Carbonífera Palomar, Montes de Galicia, A.Villalón, E.Osis, Elizarrán, Hidro Nitro Española, Minas del Bierzo, Experiencias Industriales, Gutiérrez Oliva, A.Carretero, Sanz Bueno, Salvador Cuota, Maquinista y Fundición del Ebro, Regino Criado, Ferrocarriles y Minas, Antracitas Gaiztarro, Múgica-Arellano y Cía, Minero Siderúrgica de Orallo, ECIA, Vías y Riegos, Duro-Felguera, C.Peña, Julián A. Expósito, Cimentaciones y Obras, E.Medrano, C.Mardellano, D.L.Pastora, M.Llagostera, I.Arribalaga, J.Dobarco, Sociedad Marcor, Ramón Echave, SAFA, Burés, Industrias Artísticas Agrupadas ...

La Iglesia católica española, convertida prácticamente desde el mismo inicio de la guerra civil en uno de los más importantes e influyentes apoyos de Franco tras haber declarado formal y oficialmente que la insurrección militar era una “Cruzada”, se benefició asimismo del trabajo esclavo de gran número de prisioneros políticos del franquismo. Entre otras construcciones para la Iglesia católica en las que fueron obligados a trabajar como esclavos numerosos presos políticos de distintas regiones españoles, figuran las de la reconstrucción de la catedral y el seminario de Vic, el colegio de los escolapios de San Antón en Madrid, el seminario orensano de Ervedelos, la vallisoletana iglesia del Carmen y los conventos de las madres adoratrices de Cartagena, Valladolid y Alcalá de Henares.

Los beneficios obtenidos por el franquismo a costa de la práctica esclavitud de sus prisioneros políticos: más de 130.000 millones de pesetas, unos 780 millones de euros. Ello se deduce del estudio de las muy detalladas memorias anuales remitidas a Franco por el Patronato para la Redención de Penas entre 1939 y 1970, conservadas aún en los archivos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Sólo entre los años 1939 y 1945, Franco dispuso mensualmente de una media de unos 10.000 presos políticos republicanos convertidos por él en sus esclavos, siendo en total durante aquellos años unos 110.000 los presos políticos laboralmente explotados en colonias, talleres, destacamentos penales y empresas privadas.


El profesor Francisco Moreno Gómez ha cifrado el jornal medio de un preso político esclavizado por el franquismo en 4,75 pesetas, en el caso de ser un hombre con esposa y un hijo a su cargo y que estuviese al servicio de algún organismo público del Estado, y de 14 pesetas si trabajaba al servicio de una empresa privada, de las que sólo 50 céntimos iban a parar al propio preso, 3 pesetas eran destinadas a su familia, 1,40 eran retenidas en teoría para su alimentación y las 9,10 pesetas restantes iban a parar a Hacienda, aunque se ignora bajo qué concepto se les sometía oficialmente a tan cuantiosa exacción fiscal.

Este dinero era periódicamente ingresado por el Patronato para la Redención de Penas en una cuenta cifrada del Banco de España, a nombre del entonces subsecretario de Presidencia del Gobierno, Luis Carrero Blanco, conforme ha podido documentar y probar recientemente el ya citado profesor Antonio Miguel Bernal.

Aunque se tenían algunas referencias merced a la publicación de las memorias de algunos antiguos presos políticos del franquismo, ha sido ahora cuando se ha documentado ya con rigor histórico la existencia en la España de la guerra y la posguerra civil de auténticos campos de exterminio. A diferencia de los campos de concentración, en los que los prisioneros políticos eran utilizados sistemáticamente como “esclavos” y donde en no pocos casos los internados fallecían también a causa de las pésimas condiciones de vida y trabajo a las que se encontraban sometidos, los campos de exterminio franquistas eran, al igual que sus homólogos nazis de tan triste recuerdo, centros destinados fundamental y casi exclusivamente a la pura y simple ejecución de sus internados. Está perfectamente documentada la existencia en la población extremeña de Castuera de un campo de exterminio creado a principios de la guerra civil, inmediatamente después de la toma de Badajoz por las tropas franquistas, a mediados de agosto de 1936, en el que a diario se produjeron fusilamientos y donde existe un gran número de fosas llenas de cadáveres de presos políticos republicanos que allí fueron exterminados.(1)


Lista de algunos de los campos de concentración franquistas que funcionaron durante la guerra civil española o los años siguientes:

Campo de Los Merinales en Dos Hermanas (Sevilla)
Campo de La Corchuela en Dos Hermanas (Sevilla)
Campo de El Palmar de Troya en Utrera (Sevilla)
Hostal de San Marcos de León
Campo de concentración de Miranda de Ebro
Campo de concentración de Castuera
Campo de la península de Llevant en Mallorca
Campo de Formentera
Campo de concentración de La Isleta Gran Canaria
Campo de concentración de Lazareto de Gando Gran Canaria
Campo de concentración "Los Arenales" en las afueras de Cáceres
Campo de concentración de la Cartuja de Porta Coeli (Valencia)1
Campo de concentración de Los Almendros (Alicante)
Campo de concentración de Albatera en la provincia de Alicante
Campo de Concentración de el Pasaje Camposancos – A Guarda.
Campo de concentración de Ronda en Málaga.
Campo de concentración de San Pedro de Cardeña. Burgos
Campo de concentración de Betanzos, antigua fabrica de curtidos.
Campo de concentración de Horta. Barcelona
Campo de concentración de Poblenou. Barcelona
Monasterio de Corbán. Santander
Campo de concentración del cuartel de infantería. Santander
Fábrica de Tabacalera. Santander
Castillo-Faro de Castro Urdiales (Cantabria)
Campo de concentración de Soria
Campo de concentración de Burgo de Osma (Soria)



Benito Sacaluga

(1) Extractado de un articulo de Jordi García Soler, publicado por la Agrupación Madrileña de Profesionales del PCE.


lunes, 15 de octubre de 2012

EL RANCHO DE LA ESCUELA NAVAL POPULAR


En 1938 el Teniente Coronel Maquinista Benito Sacaluga es el Subdirector de la Escuela Naval Popular de Cartagena. La guerra civil y su negativo desarrollo para España no impiden que este centro de formación para marinos siga con su actividad, que incluso se estudien proyectos para la mejora de los planes de estudios.

Como en el resto de España los víveres son escasos y las redes de abastecimiento de los mismos cada vez más precarias para las plazas republicanas. La Escuela Naval Popular no escapa a los racionamientos.

El 26 de noviembre de 1938 Benito Sacaluga emite un informe para general conocimiento de alumnos y plantilla de la Escuela detallando las existencias de víveres y las diferencias existentes con el suministro anterior y cuya copia incluyo más adelante.
....Azucar, judias y garbanzos, café, patatas y boniatos, tomates, experimentan una merma en el ya de por si muy escaso suministro. Aumentan la existencias de arroz, lentejas,carne y pescado fresco.

Al final del informe Sacaluga escribe :

".....Tanto la escasez como la falta de existencias complican notablemente el problema del abastecimiento, al cual la Dirección de la Escuela dedica especial atención, con objeto de que diariamente quede resuelto de modo que las raciones sean lo más abundantes posible y nutritivas dentro de la escasez actual, y tiene la seguridad de que si sufriera el suministro una nueva merma, lo que no es probable, todos lo sobrellevaríamos con el mismo espíritu de sacrificio que los que con la misma o menos ración y soportando las inclemencias del invierno, se encuentran luchando y ofrendado la vida, cada día y cada hora, en defensa de la Independencia de España"



Así pensaban y así actuaban los verdaderos marinos republicanos, ajenos al desaliento y con fe en la victoria, a pesar del desarrollo negativo de los acontecimientos y de compartir filas con marinos traidores camuflados al servicio de los franquistas, informadores y saboteadores,que más tarde lucirían en sus manchados uniformes esplendidos galones y entorchados como pago a sus servicios.

Benito Sacaluga





Gráfico por países del seguimiento del blog

LOS REPUBLICANOS Y SU EXILIO


EXILIO
(Del lat. exilĭum).
1. m. Separación de una persona de la tierra en que vive.
2. m. Expatriación, generalmente por motivos políticos.
3. m. Efecto de estar exiliada una persona.
4. m. Lugar en que vive el exiliado.


En todas las guerras hay ganadores y perdedores. La mayoría de los enfrentamientos se producen entre diferentes países, entre diferentes naciones o pueblos, todos los soldados que en ellas intervienen ansían su fin, un fin a ser posible con resultado de victoria, pero sobre todo un fin que les permita volver a sus países  a sus hogares, con los suyos, una vuelta a veces complicada y larga pero cierta para aquellos que han combatido hasta el fin por la defensa de su país, de su patria, y para aquellos que cautivos del enemigo han soportado largos años de prisión en incomprensibles campos de concentración. Separemos de estos soldados a los criminales de guerra, ellos tampoco volverán a sus hogares, se refugiaran al amparo de algún dictador, a las orillas de un mar templado, metamorfoseados en modélicos ciudadanos aficionados a la jardinería, auto mantenidos por los botines logrados a costa de vidas ajenas.

En otras guerras, en las llamadas guerras civiles, en las guerras entre ciudadanos del mismo país, el fin de las  mismas en caso de derrota no garantiza el regreso a aquellos que marcharon huyendo del conflicto y los que se quedaron para combatir o se negaron a la huida se ven  obligados a salir de su patria por primera vez y con poca o ninguna esperanza de regresar, huyendo de la muerte o de la prisión, de las represalias, simplemente por haber combatido en el bando perdedor o ser portadores de unas ideas diferentes. Obligados a protagonizar un exilio que les salvará la vida. Sus ideas y la defensa de ellas son, en la inmensa mayoría de los casos, la única causa. Unas ideas que desde la derrota y la opresión transmutan ,en muchos casos, hacia la sensación de haber tomado decisiones equivocadas solo fruto de la generosidad.

En el caso de España, no podemos engañarnos, si la victoria hubiera sido republicana los protagonistas del exilio habrían sido aquellos que apoyaron la sublevación. Esto no sucedió y por tanto solo cabe imaginar. Lo realmente acontecido desde abril de 1939 está hoy al alcance de todos, no lo ha estado siempre, solo desde la muerte del dictador Franco empezaron a abrirse los cajones, todavía quedan muchos por abrir, y a manifestarse las prisioneras memorias de los protagonistas, todos involuntarios objetivos de una venganza sin limites ni razón y de la que aún hoy pueden verse y sentirse sus consecuencias.

Antes de comenzar la guerra, y durante el primer trimestre de 1936, fueron cientos de miles los españoles que cruzaron las fronteras huyendo de la hostilidad y de la violencia. Un exilio que fue constante y  cuyas condiciones nunca llegaron a ser aventuradas por sus protagonistas, de haber sido así muchos habrían preferido quedarse en España, con todas las consecuencias, más aún  si aquellos que escogieron Francia como país de destino hubieran podido intuir la inminente invasión de los nazis.

En Francia  oleadas de refugiados españoles cruzan desde enero de 1939 las recién abiertas fronteras franco-españolas, a los pocos días de la caída de Barcelona, y se distribuyen principalmente por las regiones del sur, Burdeos, Toulouse y algunas poblaciones de las costa atlántica francesa. Dos meses más tarde, desde el puerto de Cartagena parte rumbo a África lo que queda de la Flota. Desde Alicante inician el camino algunos buques mercantes repletos de republicanos.

Se estima en casi medio millón el numero de españoles que en marzo de 1939 se habían refugiado en Francia, entre ellos casi 200.000 eran civiles.Iniciada la invasión nazi, muchos de los procedentes del ejercito republicano se unirán al poco tiempo a la resistencia francesa contra la ocupación alemana, otros son enviados por el Régimen de Vichy a realizar trabajos forzados. Aquellos que se unieron a la resistencia, luchando para conseguir la derrota del aliado de Franco, albergaban la esperanza de que esa derrota propiciase la liberación de España. Cuando las tropas del general Lecrerc luchaban por la liberación de Paris, fue la sección española de su ejercito la primera que puso los pies en suelo parisino.

Mejico acoge a más de 20.000 españoles, Estados Unidos acepta una acogida selectiva de españoles, entre ellos se encontraban Severo Ochoa y Ramón J.Sender. Procedentes de Francia unos cuantos miles de refugiados se instalan en Argentina, Venezuela y Colombia, algunos en Cuba. 
Mejico y Sudamérica dan hogar a,Max Aub, Ramón J. Sender, Arturo Barea, Manuel Andújar, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Buñuel, Picasso,Sánchez Albornoz, Vicente Aleixandre.... y miles de españoles anónimos. Los cuadros y dirigentes del Partido Comunista de España son acogidos junto con sus familias en la Unión Soviética. Unos 10.000 españoles son deportados y enviados a los campos de concentración nazis.

Este éxodo no acaba en 1939, ni en 1945, la policía y el aparato franquista persigue de forma implacable cualquier semilla de oposición a su dictadura, sus labores de depuración son minuciosas y constantes, realmente la salida de españoles no termina hasta que se produce la muerte del dictador en 1975. En resumen tres años de guerra y treinta y seis de posguerra.

Unos exiliados a los que la propaganda franquista presentaba como fugitivos de la justicia, como activistas contra el pueblo español, como "rojos" asesinos, comunistas, anarquistas.... o como revolucionarios sin bandera, cuando en realidad solo huían de la muerte o de los campos de concentración del aparato franquista, penas a las que se enfrentaban por el solo hecho de  haber combatido por su libertad y la de los españoles, una libertad que militares sublevados y capitalistas querían abolir y finalmente abolieron con la ayuda de los fascistas italianos y alemanes y la política de no intervención del resto del mundo.



Benito Sacaluga


jueves, 4 de octubre de 2012

FLOTA REPUBLICANA, LA PÉRDIDA DEL ESTRECHO



LA BATALLA DE CABO ESPARTEL




El pasado mes de septiembre se han cumplido 76 años desde que dos destructores de la Flota Republicana, el "Almirante Ferrandiz" y el "Gravina" se enfrentaban en combate con dos cruceros de las fuerzas sublevadas, el "Canarias" y el "Almirante Cervera". La batalla se desarrolló en aguas del Estrecho de Gibraltar, en aguas atlánticas próximas al Cabo Espartel, en el norte de Marruecos y a escasos kilómetros de Tánger.

La guerra acababa prácticamente de comenzar y las maniobras de los sublevados estaban prácticamente centradas en trasladar desde Canarias y  África, vía Ceuta los contingentes de tropas y armamento con el que continuar la invasión de España desde el sur, todo ellos con total afán de notoriedad por parte del general Franco, "independizándose" en sus acciones del resto de los sublevados en el Norte comandados por Mola.

En esos momentos se difundió el rumor de que Mola estaba preparando un ataque definitivo sobre Bilbao, ciudad que junto a Gijón y Santander seguía siendo plaza republicana, una vez perdidas las posiciones de San Sebastián, Irún y Fuenterrabía. Los puertos de estas plazas republicanas del Cantábrico se encontraban sometidos a un fuerte bloqueo por parte de la escuadra sublevada y los suministros para estas ciudades muy comprometidos.

La conjunción de las dos situaciones, la amenaza de una ofensiva sobre Bilbao y los problemas de suministros a causa del bloqueo franquista, provocaron que el ministerio de Prieto tomara una decisión poco meditada y que sin embargo influyó de forma desproporcionada en el resultado de una guerra que acababa de comenzar, muy especialmente en lo que a la marina de guerra se refiere.

Prieto, Ministro de Marina y Aire, ordena que el grueso de la Flota Republicana abandone sus bases en el Mediterráneo y se dirija al Cantábrico para romper el bloqueo y además proteger Bilbao de un supuesto ataque. Con esta operación las aguas del estrecho quedan muy desprotegidas, en ellas el Almirante Ferrandiz y el Gravina siguen vigilando el tráfico desde Ceuta hacia la península

De forma apresurada y sin tiempo para realizar los aprovisionamientos que hubieran sido aconsejables, doce unidades navales bajo el mando del entonces Jefe de la Armada, el CN Miguel Buiza Fernandez-Palacios parten hacia el Norte, Los navíos que el 21 de septiembre partieron hacia el Cantábrico fueron :

  • Acorazado Jaime I, con Benito Sacaluga como Comandante de Máquinas.
  • Crucero Libertad como Buque Insignia
  • Crucero Miguel de Cervantes
  • Destructor José Luis Diez
  • Destructor Escaño
  • Destructor Lepanto
  • Destructor Almirante Valdés
  • Destructor Almirante Antequera
  • Destructor Almirante Miranda
  • Tres submarinos de la Clase C.
En sus bodegas transportaban importantes cantidades de municiones de guerra para el ejercito republicano de tierra y bombas de aviación, municiones de las que carecían los republicanos de esas plazas y  que  con su entrega  permitieron prolongar su defensa.

El día 24 los barcos fueron avistados desde las costas vascas, con su llegada se quebrantó el bloqueo y se consiguió el reabastecimiento  de la población y de las tropas. Cierta normalidad en las aguas y la seguridad que proporcionaban las unidades de la Flota, permitieron que buena parte de la flota pesquera de bajura  de Vizcaya y Asturias volviese a faenar.

Mientras que esto sucede y en contra de todas las previsiones del Gobierno, los sublevados consiguen poner en funcionamiento el crucero "Canarias" y, casi precipitadamente, parte junto al "Almirante Cervera" rumbo a las desprotegidas aguas del Mediterráneo, el día 29 ya han pasado el Estrecho de Gibraltar. Ese mismo día avistan al "Almirante Ferrandiz" y lo identifican, el "A. Ferrandiz" navega a 16.000 metros del "Canarias". En ese momento el "Canarias" se dispone a estrenar sus ocho cañones de 203 mm y lanza sus andanadas sobre el Ferrándiz, una de ellas, la segunda, le impacta a 16.000 metros, otra a 20.000 metros con el destructor en retirada, en total recibe seis impactos de 203 mm y se hunde incendiado sin haber realizado ni un solo disparo con su artillería y con toda su tripulación, en total 160 marinos. Parte de ellos son recogidos por el "Canarias", otros por un mercante francés que se encontraba en las inmediaciones, la mayor parte de la tripulación pereció.

Al mismo tiempo que el "Canarias" bombardea al "Ferrandiz", su compañero, el crucero ligero "Almirante Cervera", hace lo propio con el "Gravina", desde luego con mucha menos puntería que la conseguida por el "Canarias" sobre el "Ferrandiz", después de más de 300 disparos de su artillería consigue que dos proyectiles impacten en el "Gravina", el cual logra retirarse hasta el puerto de Casablanca. 

Ese mismo día, los dos cruceros sublevados comenzaron a dar escolta a los convoyes franquistas procedentes de África, y desde aquel día los sublevados no tuvieron ningún problema en esas aguas, ninguna dificultad para sus transportes de tropas y suministros, el Gobierno Republicano nunca dio instrucciones a la Flota para que se impidiera.    

Ante esta victoria de la armada sublevada, Prieto ordena que la Flota vuelva urgentemente al Mediterráneo, solo permanecerán en la costa norte el "José Luis Diez", un torpedero y dos submarinos de la clase C.

Poco o nada positivo se obtuvo del traslado de la Flota a Bilbao, sin embargo las consecuencias de esta decisión fueron desastrosas, tampoco, y a pesar de su enorme capacidad, la Flota enviada al norte tomó ninguna iniciativa, se limitó a mantener una postura estática, no recibió ninguna orden de participar en acciones de guerra y permitió que el tráfico de los mercantes alemanes, cargados de material para los sublevados siguieran sus rutas sin ningún tropiezo.

ALMIRANTE FERRANDIZ


 Astilleros SECN de Cartagena
Clase Churruca
Alta en la Flota : 1.929
Hundido : 1.936

Desplazamiento a plena carga : 1.800 T.
Eslora : 101,00 metros
Manga : 9,60 metros
Calado : 3,30 metros

Armamento

5 Cañones de 120 mm
1 Cañón antiaéreo de 76,20 mm
4 Ametralladoras
6 Tubos lanzatorpedos de 534 mm
2 Lanzadores de cargas de profundidad

Maquinaria

2 Turbinas Parsons
4 Calderas Yarrow
2 Hélices
Potencia : 42.000 CV
Velocidad punta : 36 nudos = 67 Kms/hora
Autonomía : 4500 millas a 14 nudos

Tripulación : 160 


Destructor Gravina


Benito Sacaluga


Más sobre la pérdida del Estrecho en este enlace: