martes, 27 de octubre de 2020

EL TRASATLANTICO “JUAN SEBASTIAN ELCANO” AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA

 

Construido en los astilleros de Sestao (Bilbao), botado en noviembre de 1926. Era el primero de una serie de tres, construidos para la flota de la Compañía Trasatlántica Española. 

Tenía 145,13 metros de eslora, 9,79 m. de puntal y 17,14 m. de manga, completando un peso de 9.900 toneladas de registro bruto, con un desplazamiento máximo de 13.200 toneladas y 6.200 toneladas de peso muerto. Se propulsaba gracias a dos grupos de turbinas Curtiss-Parsons que funcionaban con el vapor obtenido de cinco calderas alimentadas por fuel-oil que, con quince hornos, trabajaban a una presión máxima de 25,20 kilos/cm2.

El 18 de julio de 1936, el trasatlántico se encontraba en San Juan de Puerto Rico. De allí zarpó en viaje a Santo Domingo, La Guaira y Puerto Cabello y después de recalar de nuevo en San Juan, hizo viaje directo a Barcelona, a donde arribó el 15 de agosto. 

A su llegada fue requisado por el Gobierno de la República para el alojamiento de refugiados, situación en la que permaneció hasta el mes de octubre. Ante la necesidad que tenía el Gobierno de la República de disponer de barcos de capacidad y velocidad para asegurar el suministro de armamento y municiones, el 15 de enero de 1937, armado con 2 cañones antiaéreos y 4 ametralladoras A.A.,  inició una ruta insólita para él hasta ese momento, se trataba de Odessa, localidad ucraniana a orillas del Mar Negro. Allí cargó trigo, algodón y material de guerra, arribando a Barcelona el 20 de febrero. Sería el primero de tres viajes; en marzo volvió, esta vez para descargar en Valencia, y el 11 de julio, deja atrás España para ya no volver. 

En septiembre de 1937, ya cargado en Odessa para partir rumbo a España, las autoridades rusas advirtieron de la presencia de submarinos italianos y alemanes en los Dardanelos esperando al buque para apresarlo o hundirlo. El buque fue incautado por la Unión Soviética, incorporándose a la Armada Soviética con el nombre de “Volga” y usado como transporte de guerra con base en Sebastopol. Más tarde fue transformado en buque hospital y su nombre fue cambiado por el de “Odessa”. Acabó sus días como mercante, con el nombre de “Jakutia” hasta su desguace en 1968.


La tripulación fue trasladada a un campo de concentración donde no eran considerados ni prisioneros de guerra, ni delincuentes, ni siquiera enemigos, solo permanecían allí. Fueron consultados sobre su deseo de regresar a España o, por el contrario, quedarse en la Unión Soviética. Unos decidieron quedarse en la URRS, otros regresar a España, como es el caso de José Conde Galiñanes, Auxiliar de Artillería del “Jaime I” y destinado al trasatlántico tras el hundimiento del acorazado, ya en España fue condenado a 30 años de cárcel por el régimen franquista; otros pidieron ser llevados a otros países europeos o sudamericanos.

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Extractado de: EcuRed./ Archivo Histórico del PCE. Memorias de José Conde Galiñanes/ Buques.org / Escoben.


martes, 20 de octubre de 2020

LAS OPERACIONES NAVALES SEGÚN EL JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA FLOTA REPUBLICANA.




El "Artabro", hundido en Málaga, febrero 1937 (1)


Con fecha del 2 de enero de 1937, Luis G. Ubieta, Jefe del Estado Mayor de la Flota, elabora una memoria dirigida al Mº de Marina y Aire sobre los puntos débiles de las fuerzas navales, entre otras puntualizaciones más, le dice al ministro:

“Es sabido que las operaciones navales tienden a un solo fin: disputarse y conseguir el dominio del mar. Si las fuerzas contendientes son muy desiguales, la inferior tendrá que limitarse a estorbar el dominio de la otra; si las fuerzas se equilibran, se disputará el dominio. En este segundo caso, vencerá el que cuente con bases de apoyo suficientes y estratégicamente dispuestas; el problema para nosotros es, pues, más de bases que de fuerzas a flote.”

Como todos ya sabemos, la armada sublevada es extremadamente inferior a la republicana en lo que se refiere a unidades navales, cuenta con Bases en el Cantábrico (Ferrol), el Atlántico (Ferrol y Cádiz) y el Mediterráneo (Palma de Mallorca), sin embargo la Flota republicana solo cuenta con la base de Cartagena (Murcia) estratégicamente bien situada en el Mediterráneo, pero lejos de Algeciras, punto caliente del tráfico entre África y la península (Punta Europa). 

En su informe, Ubieta da por prácticamente perdida cualquier opción de recuperar cualquier base facciosa, incluso la de Mallorca, limitándose a imponer la necesidad de conservar y potenciar Málaga como Base Naval, ya habilitada oficialmente como tal el 24 de julio de 1936, para así facilitar el control del Estrecho con parte de las unidades navales entonces basadas en Cartagena.

Como todos sabemos, Málaga fue totalmente abandonada a su suerte, y el 8 de febrero de 1937, transcurrido poco mas de un mes desde el informe de Ubieta, Málaga cae en poder de las tropas sublevadas. Antes de ser tomada la Base, el jefe de la base hunde el “Artabro”, el “Xauen” y dos lanchas patrulleras en evitación de que caigan en manos facciosas.




(1) Imagen publicada en "Malaga: Base Naval Accidental". Luis M.Cerdera.