Me parece justo dedicar esta entrada, aunque sea muy resumidamente, a las Marinas Mercante y de Pesca existentes durante la II República, no en balde muchos de sus capitanes y tripulaciones, y también muchos de sus barcos, prestaron servicio en la Flota Republicana durante la Guerra de España.
(1) La Marina civil, como ocurrió con la militar, fue objeto de profundas reformas con la llegada de la República. Estas reformas quedaron plasmadas en la Ley de 12 de enero de 1932, que creaba una Subsecretaria de la Marina Civil, absolutamente separada del estamento militar y que asumía competencias en materia de navegación, puertos, inscripción marítima, pesca y construcción naval.
Las antiguas Comandancias y Ayudantías de Marina, controladas por la Armada, se sustituían por Delegaciones y Subdelegaciones Marítimas de ámbito civil. En cada provincia marítima se nombraría un delegado con jurisdicción en materia de navegación, servicios portuarios e inscripción marítima. De él dependían tantos subdelegados como distritos marítimos existieran en la provincia; los subdelegados eran a la vez capitanes de puerto de su demarcación. La inspección pesquera se organizó separadamente en Delegaciones regionales de Pesca. Para cubrir estos puestos se creó el Cuerpo General de Servicios Marítimos, al que se incorporarían tanto capitanes de la Marina Mercante, como oficiales del Cuerpo General de la Armada o de la Reserva Naval. La administración periférica tomaba de este modo también un carácter netamente civil.
Bandera de las embarcaciones de vigilancia de la Compañía Arrendataria de Tabacos (1933) Imagen: svahistoria.blogspot |
La Subsecretaría de Marina llegaría a disponer de su propia flotilla dedicada a la vigilancia pesquera que, en 1936, contaba con una quincena de pequeñas lanchas guardapescas. Las lanchas se identificaban con la inicial “V” seguida de un número. También existía otro servicio de vigilancia marítima, independiente de la Subsecretaría, se trataba del “Servicio Especial de Vigilancia Terrestre y Marítima de Tabacalera”, con cerca de una veintena de lanchas, identificadas con las letras “I” (las mayores de 100 toneladas) y “C” (las menores de 100 toneladas) seguidas de un número.
A comienzos de 1936, la Flota Mercante y de Pesca de la República española alcanzaba 1.180.000 toneladas de registro bruto (TRB), repartidas en cerca de un millar de unidades de más de 100 toneladas, lo que le situaba en el puesto número diez del ranking mundial. Una mayoría de estas unidades eran de matrícula vasca, concretamente 353 buques con 555.000 TRB.
La situación de la Flota no era precisamente la mejor de los últimos años. La crisis del mercado de fletes había arruinado a muchos armadores y había obligado a amarrar un buen número de mercantes en espera del inevitable desguace.
Imagen: todocoleccion |
Las más importantes navieras de la época eran: la Cía. Naviera Sota y Aznar, de Bilbao (49 buques con 171.991 TRB); seguida de la Cía. Transmediterránea, de Barcelona (52 buques con 122.954 TRB); Ibarra y Cía., de Sevilla (25 buques con 103.052 TRB); Cía. Transatlántica, de Barcelona (15 buques con 106.451 TRB), y CAMPSA, de Barcelona (21 buques con 79.510 TRB). Aparte de Sota y Aznar, Bilbao era sede de un buen número de compañías importantes.
La Flota de Pesca estaba integrada por media docena de bacaladeros, varios cientos de embarcaciones de arrastre tipo “bou” y “pareja”, en su mayoría de vapor, y un sinfín de boniteras, bacas y demás embarcaciones de pequeño tonelaje. En total unas 270 unidades de más de 100 toneladas con 50.165 TRB. En 1936 la mayoría de estas embarcaciones se concentraba en el Cantábrico, en especial en el puerto de Pasajes. La matrícula guipuzcoana tenía inscritos un centenar de pesqueros por encima de 100 toneladas, con 23.023 TRB, lo que representaba el 37% de las embarcaciones y el 46% del tonelaje de toda la Flota pesquera del Estado. Aunque si se contabilizaban todas las embarcaciones que operaban habitualmente desde Pasajes, incluso las más pequeñas y las pertenecientes a armadores de otros lugares, la cifra alcanzaba las 160 unidades con unas 25.000 TRB.
Bocana del Puerto de Pasajes. Golfo de Bizkaia. |
El nivel de sindicación era muy alto, los capitanes y pilotos estaban agrupados generalmente en asociaciones profesionales de carácter territorial (Agrupaciones Náuticas o Sindicatos de Capitanes y Pilotos) y los maquinistas en la Asociación General de Maquinistas Navales, aunque no faltaban tampoco los afiliados a organizaciones de clase. La práctica totalidad de las tripulaciones estaban sindicadas en la UGT y CNT y, en Euskal Herria, además, en Solidaridad de Trabajadores Vascos.
Poco antes de la guerra, todas las organizaciones sindicales y agrupaciones de oficiales crearon un órgano de coordinación y enlace denominado Alianza de Federaciones Marítimas. En Pasajes, el Sindicato de mayor implantación era “Avance Marino” de la CNT, con unos 1.000 afiliados, le seguía “La Unión Marítima” de la UGT con 700 y STV con 400. En Vizcaya, en cambio, era mayoritaria la afiliación a STV y menor el peso relativo de la CNT.
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Bacaladero (Bou) "Vendaval" Imagen: Vida Marítima |
Características principales
Año de construcción: 1928
Ton. Registro Bruto: 1.204
Eslora: 65,40 metros
Manga: 10.40 metros
Calado: 5,79 metros
Puntal: 5,85 metros
Velocidad: 11 nudos
Dotación: De 42 a 50 tripulantes
Armamento en Noviembre de 1936
1 cañon Vickers-101’6/50 mm
2 ametralladoras Steyr-8 mm
1 fusil ametrallador Hotchkiss-9 mm
En Febrero de 1937
2 cañones Vickers-101’6/50 mm
2 ametralladoras Steyr-8 mm
1 fusil ametrallador Hotchkiss-9 mm
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(1) Extractado de "La Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi (1936-39)". Juan Pardo San Gil. Edición del Museo Naval de San Sebastián.
(2) Guipuzcoakultura.net