jueves, 19 de mayo de 2022

TRANSPORTE DE GUERRA "TRAMONTANA"

 


(1) Originalmente era un bacaladero de la compañía PYSBE (2), gemelo del “Mistral” luego transformado en bou “Gipuzkoa”. No llegó a incorporarse a la Marina Auxiliar de Euzkadi porque en septiembre de 1936 fue reclamado por el ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto, cuando estaba seleccionado para ser artillado. 


"Tramontana"


El "Tramontana" operó el resto de la guerra en el Mediterráneo convertido en un buque muy singular. Se le destinó a cometidos especiales, generalmente bajo dependencia directa del Estado Mayor de la Marina Durante toda la guerra mantuvo a la mayoría de su primitiva tripulación de PYSBE que encabezaba el capitán de corbeta de la Reserva Naval Mariano Manresa, santanderino; como lº oficial iba el lequeitiarra Isaac Echave, con categoría de teniente de navío; de jefe de máquinas, el capitán maquinista Alvaro Arechavaleta, de Erandio; de 2º, Manuel Aberasturi, de Arteaga, y de 3º Eduardo Echaniz, de Elgoibar. Más adelante se incorporarían los alféreces de navío de la Reserva Antón Brouard, de Lequeitio, y Amadeo Uribe, de Busturia. También la mayoría de los subalternos y marinería eran vascos y alguno cántabro.

Prieto reclamó el buque para dedicarlo al traslado de oro del Banco de España desde Cartagena a Marsella con el fin de pagar compras de material militar hechas en Francia. El Tramontana realizó cuatro de estos viajes el 12 y 29 de octubre de 1936, el 9 de diciembre y el 10 de enero de 1937, transportando 1.688 cajas con más de 110 toneladas de oro sin sufrir ningún percance. Una vez finalizados los transportes de oro, se dedicó a labores de transporte de guerra, realizando un viaje mensual entre Cartagena y los puertos republicanos del Mediterráneo. En el verano de 1937 se le instaló a popa una ametralladora antiaérea y desembarcó Mariano Manresa, asumiendo el mando del buque el teniente de navío Isaac Echave.

Después del verano los viajes como transporte continuaron al mismo ritmo. En el transcurso de uno de ellos, el 14 de octubre, el “Tramontana” fue atacado por el submarino italiano “Galileo Galilei” (CC Alfredo Criscuolo) que, operando bajo bandera española como “General Mola II”, le lanzó tres torpedos. El ataque se produjo de madrugada cuando el barco cruzaba frente a Tarragona en dirección a Barcelona, a la altura del cabo de Salou. Dos torpedos pasaron por proa y popa sin alcanzar al barco y el tercero, bien centrado, pasó afortunadamente por debajo.


Submarino pirata italiano "Galileo Galilei" (3)


En febrero de 1938 trasladó a Rosas 250 minas que debían servir para establecer las defensas submarinas del puerto. Durante el mes de junio se le montó en Cartagena 1 cañón Vickers de 101’6 mm. a proa, conservando a popa la ametralladora antiaérea. Nunca llegaría a emplear el cañón en acción de guerra y la ametralladora sólo en una ocasión, durante un ataque aéreo contra Barcelona. En julio fue asignado a la Flotilla de Vigilancia y Defensa Antisubmarina de Valencia, muy mermada por varios ataques aéreos, aunque el Tramontana siguió prestando los mismos servicios de transporte entre Cartagena, Valencia y Almería.

El 31 de agosto desembarcó el comandante Isaac Echave y varios tripulantes, reclamados por el ministro de Hacienda para que se presentaran en Barcelona. Más adelante se trasladarían a Francia con Mariano Manresa, el antiguo comandante del buque, para hacerse cargo del tesoro de la República. A ellos se les encomendó conducirlo a México, a bordo del yate “Vita”. A Echave le sustituyó en el mando del “Tramontana” el teniente de navío Manuel Hoyos Amenabar de Santurce, que sólo estaría un mes, pues a finales de septiembre tomaría el mando el alférez de navío Amadeo Uribe, antiguo oficial del bou “Donostia” y permanecería en él hasta el fin de la guerra. 


"Vita"

La tripulación del yate estaba formada por oficiales y marineros vascos y cántabros, bajo el mando del capitán José Ordorika, de Lequeitio, y de Mariano Manresa como administrador responsable de la operación. 

El tesoro llegó a Veracruz en el “Vita” el 23 de marzo de 1939 y sirvió para auxiliar a los republicanos en el exilio después de la guerra. 


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(1) Publicado en La Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi. Marinos Vascos en la Armada Republicana. (gipuzkoakultura.net)

(2) Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España.

(3) En 1937 participó clandestinamente, sin resultados, en la Guerra de España. Al principio operó bajo la bandera italiana, luego, a partir de septiembre de 1937, fue asignado temporalmente a la Armada franquista con la abreviatura L (Legionario). y bautizado "General Mola II" . Ya en la IIGM, el 18 de junio de 1940 es avistado en el Mar Rojo por el "HMS Moonstone" un buque arrastrero armado de la Royal Navy empleado en tareas de guerra antisubmarina, tras lanzar cargas de profundidad el submarino sale a superficie, donde es capturado y remolcado hasta Adem (Yemen).  En 1942 se terminan sus reparaciones y es integrado en la Royal Navy con el nombre de "HMS X2". Causó baja en la Armada británica el 1 de enero de 1946.



lunes, 16 de mayo de 2022

LAS FUERZAS NAVALES DEL CANTÁBRICO Y UNA REUNIÓN ESPERPÉNTICA

 


Durante poco más de un mes, entre el 1 de junio y comienzos de julio de 1937, más de 200 miembros de la Marina Auxiliar sustituyeron a otros tantos tripulantes de los destructores “Císcar” y “José Luis Díez” considerados indisciplinados. Alejo Bilbao, excomandante del bou armado “Bizkaya”, fue nombrado Comisario Político del destructor “Ciscar”. Dimitió de su cargo el 5 de julio, cuando la mayoría de los tripulantes del destructor que procedían de la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi fueron desembarcados.




El 23 de junio de 1937, la Jefatura de las Fuerzas Navales del Cantábrico, a cargo del CN Valentín Fuentes López, convoca una reunión a la que asisten los comandantes de los buques y delegados políticos de la Flota que operan en la zona. La reunión tiene lugar en Santander. Alejo Bilbao asiste a ella en su calidad de Comisario del destructor “Ciscar” y elabora el Informe que transcribo literalmente a continuación. Una reunión que no sirvió para nada. Dos meses más tarde de celebrarse la reunión, Los submarinos “C-2” y “C-4” ponen rumbo a puertos franceses, una vez allí sus comandantes desertan. Los bous vascos también huyeron a Francia y el “José Luis Díez” se refugió en el puerto inglés de Falmouth. En el Norte quedaron el “Císcar”, uno de los destructores más modernos, al mando del entonces alférez de navío Juan Antonio Castro Izaguirre (1), el "Torpedero nº 3", al mando del teniente de navío Ruiz de Ahumada (2) y el submarino “C-6”, al mando del capitán de corbeta ruso Eguipko (3)


 

INFORME SOBRE LA REUNIÓN CONVOCADA EN FUERZAS NAVALES DEL CANTABRICO A LOS COMANDANTES Y DELEGADOS POLITICOS DE LA FLOTA REPUBLICANA (Literal) 

 

El día 23 de los corrientes por la tarde y bajo la Presidencia del Jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico, estando presente el Sr. Jefe del E.M y Comisario Político de las Fuerzas Navales en el Norte, se reunieron los Comandantes y Delegados Políticos de los destructores “Ciscar” y “José Luís Díez” y de los submarinos “C-2”, “C-4” y “C-6”.

El Jefe de las Fuerzas navales explica a los reunidos el motivo de la reunión diciendo que ello obedece a haberse recibido un telegrama del Ministro desde Valencia en el cual hace saber el temor existente de un posible ataque de buques de guerra Alemanes e Italianos (sin indicar lugar) y ordenando se tomen las debidas precauciones y para ello ruega a los reunidos expongan sus puntos de vista.

Hace uso de la palabra el comandante del “C-2” que se expresa en el sentido de que para evitar los lamentables sucesos ya ocurridos nos hace falta conocer la situación exacta, como es la defensa artillera de la costa, la situación de los frentes y la información completa de la costa, cuyas informaciones deberían enviarse diariamente a todos los buques.

El Jefe de las Fuerzas Navales hace saber que hace bastantes días se pidió al E.M. del Ejercito informe sobre la artillería de costa y aún no ha respondido, por lo cual y en compañía de cualquiera de los reunidos se trasladaría inmediatamente al E.M. del Ejército para enterarse de ello. A lo que se refiere a la información de la costa adice que cada media hora y por medio de estaciones costeras se anuncian a las aeronaves dando la situación de los piratas, haciendo saber que si tarda algún tiempo de una aeronave a otra es debido a que no varia la situación de los piratas.

Interviene el Comisario Político diciendo que cree que se ha variado el tema de la discusión pues a su entender lo que hace falta es tener una idea sobre la manera de proceder en caso de un posible ataque.

El comandante del “Ciscar” dice que el entiende que en cuanto se acuse la presencia de buques Alemanes e Italianos se debe perder contacto con ellos y caso de ser atacado replicar la agresión.   

Pregunta el Comisario Político si eso seria dentro de las tres millas, a lo cual todos responden que en todas las aguas.

De nuevo pregunta el Comisario Político si no sería conveniente hacer una llamada telegráfica a los buques de guerra del Control, respondiéndole el comandante y Delegado Político del “Ciscar” que siendo esto la primera medida a tomar, no se debe esperar a replicarles pues mientras acuden los buques del Control puede hundirse el buque atacado, quedando conformes todos en ello.

En cuanto a la defensa toma de nuevo la palabra el comandante del “C-2” para decor que siendo Santander el único puerto que tiene más garantía en el Norte, se debían reunir lo antes posible todos los buques, incluidos el “Torpedero 3” y los Bous para poder disponer de más elementos en caso de una agresión, sumándose a esta manifestación el Delegado político del “José Luís Díez”.

El Comandante del “José Luís Díez” dice que el entiende que siendo por el momento en el Norte el pirata “Cervera” el único enemigo, ya que a los otros se les puede enfrentar, debía de permanecer un destructor en Gijón con objeto de que aquel tenga que andar más vigilante recorriendo toda la costa.

El Jefe de las Fuerzas Navales dice que eso no puede ser puesto que Gijón no tiene petróleo por lo cual tiene que venir por fuerza a Santander y aunque aquí por el momento solamente hay un stock de 390 tons. Se podrá repartir a ambos destructores, quedando todos conformes en esto.

Hace uso de la palabra el Delegado Político del “Ciscar” para decir que en lo que refiere a los Bous se debía proceder a desartillarlos y con los cuatro cañones de estos aumentar la artillería de costa, ya que entiende que la efectividad de los Bous es nula no contando en la defensa que se les pueda hacer desde la costa, pues no podrían salir más de cinco millas y aún dentro de estas cinco millas serían barridos por cualquier pirata debido a la superioridad artillera de estos.

A esta manifestación se une el Comandante del “Ciscar” agregando que los Bous tendrían alguna eficacia si se contara con baterías de costa como en Punta Galea y Lucero, pero aquí e ignorando la batería de defensa que tenemos no tienen ninguna eficacia los Bous, opinando que la artillería de estos se debía emplazar en la costa, para en un momento poder refugiarse a su amparo, quedando todos conformes en que una vez sabido la artillería que hay en la costa proceder o no a desartillarlos.

Insiste el Comandante del “C-2” en que los Bous se deben de dotar de cargas de profundidad y un cañón pequeño contra submarinos, respondiéndole el Comandante del “Ciscar” preguntando haber si tendría efectividad las cargas de profundidad eb los Bous sin lanzacargas, a lo cual contesta el del “C-2” diciendo que los Bous piratas tienen solamente u tubo a popa por donde arrojan las cargas. De nuevo el Comandante del “Ciscar” dice que debido al poco andar de los Bous teme les haga daño dicha carga.

Toma la palabra el Delegado Político del “Ciscar” y dice que el Gobierno Vasco estaba estudiando la manera de dotar a los Bous de cargas de profundidad con sus correspondientes lanzacargas, por lo cual deduce que siendo posible el dotarles de cargas solamente sin lanzacargas ya hubieran estado dotados aquellos, quedando por fin y sin aclarar debidamente lo referente a los Bous.

El Comandante del “Ciscar” toma la palabra para decir que el por su parte entiende que acusando la presencia de un submarino se debe proceder a hundirle inmediatamente y tras varias aclaraciones quedamos conformes con este criterio.

Valiéndose de un interprete hace uso de la palabra el Comandante del “C-6” quien hace las mismas observaciones, respondiéndole estar conformes en todo.

Y por fin preguntando la situación actual de los buques a los Comandantes respectivos por el Jefe de las Fuerzas Navales damos por terminada la reunión, quedando todos en reunirnos con más frecuencia para cambiar impresione

Fuente: Archivo del Comisario Político del destructor “Ciscar”

Que cada cual saque sus propias conclusiones sobre el contenido de la reunión y de los participantes en la misma.

Benito Sacaluga


(1) Juan Antonio Castro Iizaguirre nace en Tolosa el 26 de junio de 1911. Falleció en Biarritz el 23 de junio de 1994. Estudia el bachiller en el Colegio de los PP Escolapios e impulsado por decidida vocación, ingresa en 1931 en la Academia Naval de San Fernando (Cádiz) donde cursa los estudios correspondientes al Cuerpo General de la Armada, saliendo el año 1936 con el grado de Alférez de Fragata. En la guerra civil hace sus primeras armas en tierra, en la defensa de Tolosa y más tarde en Irún, pasando a continuación a la Base Naval de Cartagena donde se le destina al crucero "Méndez Núñez" de segundo Comandante. En abril de 1937 pasa a Bilbao, tomando el mando del destructor "Ciscar" con el cual hace la campaña del Norte hasta su parcial hundimiento en El Musel, puerto de Gijón. De allí pasa a Francia por mar y se reúne con su familia en San Juan de Luz, poniéndose inmediatamente a las órdenes del Gobierno de la República, quien le da orden de tomar el mando del destructor "José Luis Díez", que se encuentra en reparación en el puerto francés de El Havre. Durante parte de 1938 se ocupa de la reparación del destructor, al que cambia de tripulación, rodeándose de algunos marinos vascos de confianza. Más información de Castro Izaguirre en este enlace: Un marino leal a la República.

(2)  José Ruiz de Ahumada, teniente de navío, comandante del Torpedero n.º 3, secretario de la Base Naval Principal de Cartagena y comandante del destructor Gravina, que lleva hasta Bizerta. Volvió con Salvador Moreno. Figura como miembro de la Quinta Columna que “solicitó acreditamiento de su condición una vez terminada la guerra” (Martinez Pastor, 210). Juicio en Cádiz. Fue condenado a seis años y un día y como pena accesoria es dado de baja en la Armada (BOE 30/01/1940, nº 30). Sentencia recurrida en el Supremo que le condenó a 20 años de reclusión militar. Revisada por orden expresa de Franco fue finalmente condenado a 3 años y un día con separación del servicio (Ruiz, op. cit. P. 229). Daba clases preparando para Marina en una academia en Cartagena 1941 (El Noticiero, 27/02/1941). La prisión le duró poco. (Fuente: Buiza en webmar 01/07/2015).

(3) Nikolai Pavlovich Eguipko en Memoria de la Guerra de España (1936-1939) Submarinos Republicanos. Revista de Historia Naval nº 75 (2001)


Nicolai Pavlovich Eguipko

"...La dificultad para mandar un submarino de la República provenía, principalmente, del hecho de no contar con oficiales leales y experimentados, capaces de arrastrar a la dotación a luchar contra el enemigo. Hubo ocasiones en que algunos comandantes se hicieron a la mar, se sumergieron, se posaron en el fondo y permanecieron callados y ociosos, para más tarde, informar de que no habían encontrado al enemigo. Otros, actuando por su cuenta, se dirigieron a puertos franceses y se internaron en ellos. Todas estas circunstancias contribuyeron a que el enemigo, confiado de la pasividad de la Flota republicana, se permitieran actuar descaradamente en las proximidades de las costas para entorpecer el transporte de vivieres y municiones. Nuestra tarea principal en aquellos días era escoltar los convoyes de buques cargados con suministros diversos."





domingo, 8 de mayo de 2022

ALFÉREZ DE NAVÍO CARLOS MOYA BLANCO, DESERTOR DE LA FLOTA REPUBLICANA

 

El destructor republicano "José Luís Díez", se desplazó al Cantábrico el 21/09/1936, junto con el grueso de la Flota. Fondeó en El Musel el 25/09/1936. Cuando la Flota regresó al Mediterráneo, a mediados de octubre, el "José Luís Díez" quedó en el Norte junto a los submarinos C-2, C-5 y el torpedero T-3. En el mes de noviembre de 1936 se lleva a cabo una reestructuración de los mandos de los buques de guerra (Decreto del Ministerio de Marina de fecha 10 de noviembre) y  pasa a ser su comandante el alférez de navío Carlos Moya Blanco, partidario de los facciosos. El destructor se mantuvo inactivo en Bilbao durante largos periodos de tiempo.


Destructor "José Luís Díez"

Lo sucedido en el Cantábrico, que se relata a continuación, viene a confirmar lo que no pocos comandantes de buques de guerra republicanos hicieron para procurar que la guerra la ganasen los sublevados contra la República.

El día 2 de enero de 1937, el Jefe de Marina del Gobierno Vasco emite el siguiente informe para el Consejero de Defensa:


ESTUDIO CRÍTICO DE LA PERSECUCIÓN EFECTUADA POR EL DESTRUCTOR "JOSÉ LUIS DÍEZ" A VARIOS BOUS FACCIOSOS, DIA 2 DE ENERO DE 1937 (1)


Del informe precedente, se deduce que el destructor "José Luís Díez" desde las 11,30 en que se le sitúa a la altura de entre Plencia y Arminza, hasta las 13,00 en que demoraba a 9º al N 1/4 NE. de Lekeitio ha navegado 23'5 millas en una hora y diez minutos a un promedio de 20 millas por hora.

Velocidad ésta muy inferior a la normal, ya que dicho destructor puede desarrollar en condiciones normales hasta 35 millas por hora.

Los bous facciosos, desde las 10,45 horas en que salían de Pasajes, hasta las 12,40 horas en que aun seguían navegando rumbo al O han llegado a navegar 25'5 millas en una hora y cincuenta minutos, a razón de 13 millas por hora, que aunque bien podían desarrollarla alguno de los barcos que componían la flotilla parece algo excesiva para aplicar al conjunto de la misma.

No obstante, se mantendrán en este estudio las velocidades de veinte millas y trece millas por hora respectivamente para el destructor y la flotilla facciosa.

A las 13 horas según las situaciones e informaciones, los bous demoraban a 6 millas al E del destructor, o sea en el límite de alcance de los cañones de éste.

En caso de decidirse el destructor, confiando en su superior potencia artillera, a internarse en la zona de fuego batida por los bous hubiera podido alcanzarles y cortado la retirada hacia las 13,30 o 13,35. En ese momento se hubieran encontrado situados a 10,5 millas de Zumaya, a 14,50 de Donostia, 17 de Pasajes y a 10 de la tierra más próxima, fuera por lo tanto del peligro de las baterías de costa. Pero no ha sido así.

Bou "Galerna"
Bacaladero armado.
Gouache sobre cartón
Autor: José Ramón Rica de la Sota
(Euskadi eus)

Han sido las 15,00 cuando el destructor "Díez" ha abierto fuego contra los bous. De mantener los andares respectivos, debía mediar en ese momento entre ellos la distancia de 5 millas, o sea el límite máximo a que podía alcanzar el cañón de popa instalado en el bou faccioso "Galerna" y que era el único de este calibre que de momento podían valerse en el conjunto de la flotilla facciosa. Teniendo en cuenta que éstos se retiraban a todo vapor a puerto, la única artillería de que podían valerse era la que llevan instalada a popa, pues de haberse permitido el zig-zag, con el retraso consiguiente en su retirada, hubieran dado lugar a que se echaran encima los bous nuestros que acudían al lugar, con lo cual se hubiera apurado más aún la situación crítica en que se encontraban los facciosos.

Por lo tanto, la artillería que ante sí se oponía al "Díez" era en su conjunto la de un cañón de 101 mm, emplazado a popa del "Galerna", más cinco cañones de 47 mm a popa de cada uno de los bous y dos más a cada costado del "Galerna". O sea que en el momento de iniciar el el fuego el destructor se encontraba en situación muy ventajosa para, manteniéndose siempre fuera del alcance de los bous facciosos, poder batirle a su vez con eficacia, ya que dominándoles en marcha por su superior velocidad se podía haber permitido maniobrar convenientemente persiguiéndoles siempre y castigándoles con el total de sus cuatro cañones de 120 mm. En estas condiciones se hubiera podido mantener hasta las 13,50, manteniéndose siempre a más de 10 millas de la costa a fin de resguardarse de las baterías enemigas emplazadas en tierra.

No obstante, y con gran extrañeza del Jefe que suscribe, a las 13,25 horas la distancia que mediaba entre el perseguidor y los perseguidos era la de 9 millas, por lo que se supone que al iniciar el combate el destructor debió de moderar, o aún parar su marcha, abandonando la persecución, y más tarde a las 13,30 viraba decididamente dirigiéndose hacia el O; solo cabe añadir a juicio del Jefe que suscribe que la ocasión de hoy se ha presentado esplendida para, de una vez, haber terminado con la flotilla facciosa de Pasajes, pues todas las circunstancias se han presentado favorables para capturar o destrozar a los referidos bous facciosos por el destructor "José Luís Díez".

Es cuanto tengo el alto honor de elevar al conocimiento de V.E. a los fines que se digne estimar más convenientes.

Bilbao, a 2 de enero de 1937

El Jefe de Marina





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El Informe anteriormente reproducido, ampliamente dotado de datos objetivos, debe ser considerado como ajustado a la realidad de lo que sucedió. Una vez más el comportamiento de los mandos desafectos ponían su grano de arena para la derrota republicana. En marzo de 1937 y durante el combate de Cabo Machichaco, el todavía comandante del "José Luís Díez" Carlos Moya Blanco llevó el destructor hasta Burdeos donde desertó junto a varios oficiales más.

El bou "Galerna" siguió activo durante toda la guerra, llevando a cabo numerosas misiones, especialmente contra el tráfico marítimo de suministros para la República. Peter Gretton, en su libro "El factor olvidado. La marina británica y la Guerra Civil Española"(1984), dice del "Galerna": "Se encontraba en todas partes"

Benito Sacaluga



(1) Archivo de Documentación de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi




 

lunes, 2 de mayo de 2022

ESPIAS Y TORPEDOS ALEMANES E ITALIANOS



La situación que se describe a continuación, y otras muchas más de la misma índole, fueron denunciadas por España repetidas veces ante el Comité de No Intervención en Londres, no sirvió de nada. Los estados europeos adheridos al Pacto, a saber Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Checoslovaquia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, Rumania, Suecia, Turquía, la Unión Soviética y Yugoslavia, miraron para otro lado ante los evidentes y constantes incumplimientos de Alemania e Italia.

La Libertad, 24 noviembre 1936 (1)

Valencia, 23.—A las once de la noche se ha facilitado por el Ministerio de Marina y Aire la siguiente nota:

"El ministro de Marina y Aire, que marchó ayer a Cartagena, de donde regresó esta tarde, informó detalladamente al Consejo de Ministros de la extraña agresión de que ayer fueron objeto, a la boca de aquel puerto, varios cruceros de nuestra escuadra allí fondeados, y expuso, además, antecedentes interesantísimos en orden a la actitud de los buques de guerra italianos y alemanes en el litoral español casi desde el momento mismo de estallar la guerra civil.



El informe del ministro de Marina y Aire cabe resumirlo así: 

No ha sido preciso esperar que los Gabinetes de Berlín y Roma reconociesen al Gobierno de Franco para advertir que los buques militares de ambas naciones, que en número crecido pululan desde Julio último por nuestras costas, realizaban acciones reñidas  con los deberes que impone  la neutralidad, dedicándose al auxilio de las escasas unidades de la escuadra española que quedaron en poder de los rebeldes. La Flota republicana ha sido constantemente espiada por dichos buques extranjeros, que en estratégicas posiciones podían darse cuenta perfecta de los movimientos de aquélla, los cuales eran a! instante conocidos por los buques rebeldes. 

Además, hay señales bastante claras para asegurar que a base de idénticos servicios de espionaje venían efectuándose los ataques aéreos que han sufrido algunas de nuestra naves del Mediterráneo.

Procede, para que esto no se limite a una vaga generalización, formular las debidas puntualizaciones:

El día 4 de Agosto, al disponerse a realizar la flota republicana un ataque contra Ceuta, apareció antepuesto el acorazado alemán "Deutschland", que previamente fondeó delante de la fortaleza del Hacho (Ceuta), por lo cual hubo de desistirse de la operación, encaminada a impedir el envío de refuerzos que los facciosos embarcaban allí.

Durante la estancia en Málaga de la flota republicana, hasta mediados de Septiembre, raro fue el día que no aparecieron en dicho puerto un acorazado, un crucero o un destructor alemán, cuyas estaciones radiotelegráficas participaban al enemigo los movimientos de los barcos. Las noches de bombardeo, el buque alemán de servicio permaneció iluminado, con lo cual se indicaba de modo perfecto el emplazamiento de la ciudad, resultando inútil que en ésta se apagara por completo el alumbrado.

En esa misma forma procedieron un buque de guerra alemán y un italiano la noche que la escuadrilla de Junkers encargada de los bombardeos nocturnos realizó el dispuesto contra Alicante. Con la presencia de barcos de guerra alemanes hicieron alternar siempre otros italianos.

Cuando la Flota republicana se hallaba en el Cantábrico, al salir de Gijón el conjunto de ella, en operación hacia Bilbao, surgió un crucero alemán, que la siguió de cerca hasta llegar a Bilbao la tarde del 26 de Septiembre.

Al día siguiente, cuando la flota marchaba a bombardear algunos objetivos en la costa guipuzcoana, fue objeto también de estrecha vigilancia por el mismo acorazado, qué apareció a la altura de Ondárroa, convoyando a un buque cablero de la misma nacionalidad. La disposición de los pescantes del cablero hizo sospechar que fuera él quien minó el puerto de Bilbao, pues conviene advertir que entonces no contaban los rebeldes con ningún buque minador, siendo muy difícil efectuar operación semejante a embarcaciones no preparadas especialmente.

Al regresar del Cantábrico la Flota y salir de Cartagena el "Méndez Núñez" y tres destructores para reunirse a ella, fue comunicada esta salida a los rebeldes por un destructor alemán que se hallaba a la entrada del referido puerto. A partir de entonces se ha acusado frecuentemente la presencia de un buque de guerra alemán a la entrada de Cartagena, sin duda con el encargo de comunicar a diario la situación de nuestros barcos. A veces ese buque levaba anclas y describía un círculo completo alrededor de nuestras naves para informarse de la situación de cada una de ellas y de su estado de conservación, apareciendo de nuevo más tarde para comprobar si continuaban en el mismo fondeadero.

Esta última semana se han registrado bombardeos nocturnos desde el mar contra algunos puntos de la costa de Levante y han sido echados a pique varios buques españoles que cargados de víveres navegaban por el Mediterráneo. Uno y otros hechos, efectuados siempre de noche, han sido atribuidos al crucero rebelde "Canarias". Hay motivos suficientes para creer que esas agresiones no ha podido realizarlas totalmente el citado buque, cuya presencia en sitios muy distantes de los lugares en que ocurrieron algunos ataques pudo ser perfectamente comprobada. Por lo tanto, es lógico deducir que buena parte de esas agresiones cometidas al amparo de la obscuridad corrieron a cargo de buques de guerra extranjeros.

Expuestos estos antecedentes, llegamos al relato de lo ocurrido ayer en Cartagena:

A las nueve de la mañana, dos de nuestros cruceros, él "Cervantes" y el "Méndez Núñez", que juntamente con el acorazado "Jaime I " se hallaban a la entrada del puerto, fueron atacados por varios submarinos. Los torpedos que se lanzaron contra el "Méndez Núñez" no dieron en el blanco. Uno de los disparos contra el "Cervantes" lo alcanzó en popa por la banda de estribor produciéndole averías. Los puntos, muy distantes entre sí, en que se hallaban el "Méndez Núñez" y el "Cervantes", y el escaso tiempo que medió entre los disparos contra uno y otro, así como la opuesta dirección del lanzamiento de los torpedos, permite afirmar que los submarinos agresores fueron, cuando menos, dos. 

Estos sumergibles forzosamente han de pertenecer a una escuadra extranjera. Los rebeldes no han dispuesto en ningún momento de submarinos, pues todos los de bandera española han permanecido fieles al Gobierno. De nuestros arsenales, sólo uno, el de Cartagena, que está en nuestro poder, se halla capacitado para construcción de esa clase de buques. Los rebeldes, por consiguiente, ni contaban con submarinos ni los han podido construir.

En la Jefatura de la Base Naval de Cartagena hay trozos del torpedo que averió al “Cervantes". Los torpedos italianos son iguales a los que usa la Marina española. El examen del material recogido permite asegurar que el torpedo no es ni español ni italiano, apreciándose claramente la diferencia en la clase de los tornillos.

Después de la agresión relatada, se aproximó a la entrada del puerto de Cartagena un destructor alemán que durante el ataque estuvo a la vista, pero bastante alejado, v después de apreciar los efectos de la agresión volvió a alejarse."


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Entrada de las tropas del general Mola en San Sebastián (12 de septiembre de 1936). El desfile estuvo encabezado por la bandera rojigualda flanqueada por las de Italia y de Alemania 

(Imagen Marín-Kutxa_Fototeka)

Benito Sacaluga



(1) Documento facilitado por Willyam Romero