sábado, 13 de julio de 2013

LAS DOS VERSIONES SOBRE BASTARRECHE

En la ciudad de Cartagena sigue existiendo una plaza dedicada al Almirante fascista Francisco Bastarreche y Diaz de Bulnes en la que además se encuentra un busto del mismo. Desconozco como van las gestiones encaminadas a la retirada del busto y el cambio del nombre de la plaza.

Según los fascistas Bastarreche era un héroe y un patriota, según la documentación oficial y los historiadores que ahora pueden contar su visión de los sucedido Bastarreche era un militar golpista y un criminal de guerra.

Dejo a continuación dos publicaciones sobre Bastarreche , una de ellas , la primera, se corresponde con una noticia publicada en El Noticiero de Cartagena el día 8 de diciembre de 1941 y la otra recogida del blog de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena se motiva solicitando la retirada de su busto y el cambio de nombre de la plaza cartagenera.

EL NOTICIERO DE CARTAGENA

El Almirante Bastarreche, prestigio de la Marina 


Día señalado el de hoy por la  festividad que se conmemora, la de la Patrona de España y de la Infantería española, y porque, por esta causa, ha sido el mis indicado para rendir un culto exaltado a la Virgen Purísima y demostrar nuestra admiración al Ejército. 

Y en esta admiración no podía faltar la Marina de guerra, por dos razones: por ser un elemento armado de la Patria y por estar tan vinculada a la vida e historia de Cartagena. 

Y como la Marina está simbolizada en nuestra ciudad en la persona de un almirante ilustre, en  el que concurren todas las solvencias, el almirante Bastarreche, en la persona del mismo, por lo que representa y por lo que en sí es él, rendimos hoy públicamente el testimonio de nuestra gratitud y admiración, de nuestro patriotismo. 

El almirante Bastarreche, que si no es cartagenero, aquí pasó la alegría de su juventud—su padre, como él, fué Capitán General de este Departamento—, al iniciarse el Movimiento salvador de España mandaba la Base Naval de Marín, y con sus hídros logró someter la provincia pontevedresa, tomando él parte directa en las operaciones. 

Ascendido a Capitán de Navío, tomó el mando del «Canarias», en el que demostró sus dotes de marino experto y de patriota hondo, combatiendo con éxito a los buques marxistas, apresando buques y haciéndose el dueño, con sus barcos, del Estrecho, del que arrojó a la escuadra roja, con lo cual se estableció la comunicación entre África y España. 

Entre sus apresamientos mas destacados figura el del “Mar Cantábrico”(*), con un valioso botín de guerra. Luego, como almirante de la escuadra, desempeñó comisiones importantes que le acreditaron ante el Caudillo y su gobierno.
Su entusiasmo por el porvenir de la Marina, le llevó a ser el promotor de los Flechas Navales, esa cantera de la que saldrán las nuevas dotaciones de los buques de guerra integrados por marineros ambientados desde la niñez en las cosas del mar y, sobre todo, en el amor a la Patria, por encima do todo y de todos. 

Y todo por amor a España y a la Marina.

MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA

Almirante Bastarreche, Golpista y Criminal de Guerra

En 1º de enero de 1898 ingresa como aspirante de Marina en la Escuela Naval. Hijo del vicealmirante Félix Bastarreche y Herrera, su carrera es la esperada: guardiamarina (1900), alférez de fragata (1901), alférez de navío (1912), capitán de corbeta (1921), capitán de fragata (1928), capitán de navío (1935), contralmirante (1937), vicealmirante (1939) y almirante (1941). Pasa a la situación de reserva por decreto de 14 de agosto de 1950[1]. Sus ascensos -en paralelo a otros militares de similar talante y proyección-, vienen determinados por la campaña de África, el bienio de derechas de la II República -después de intervenir en la represión de la huelga general de octubre de 1934-, la Guerra Civil y el régimen franquista. Su carrera política no desmiente su implicación con un régimen dictatorial. Por decreto de 24 de marzo de 1938 es designado consejero de FET-JONS, el 17 de enero de 1948 procurador en Cortes[2] y el 24 de enero de 1948 consejero del Reino[3].

La trayectoria le será reconocida por Ley 57/1952 de 21 de julio, que concede una pensión extraordinaria a su viuda, doña Concepción Moreno Fernández: “Son bien conocidas las excepcionales cualidades que concurren en el excelentísimo señor don Francisco Bastarreche y Díez de Bulnes, quien, además, de haber tomado parte activa en las campañas de África, dirigió con el mayor éxito decisivas operaciones navales durante la guerra de Liberación. En su larga vida al servicio de España desempeñó los más destacados puestos dentro de su brillante carrera profesional, así como fuera de ella, especialmente como Consejero nacional y Consejero del Reino”[4].

En su trayectoria personal se le reconocen los siguientes hechos:      

Torturador        
El 31 de agosto de 1934 es nombrado director de la Escuela de Tiro Naval “Janer”. Toma posesión de este destino el 14 de septiembre. No tarda en distinguirse por su actuación política: “… De una violencia bereber en sus pasiones políticas […] D. Francisco Bastarreche era creyente y bárbaro de corazón. A los detenidos por los sucesos de Octubre, recluidos en el barco Minerva, los perseguía con su ferocidad de gato montés vestido de blanco y azul. Prohibió que se curase a los heridos y a los enfermos…”[5]. El 5 de enero de 1935 fue ascendido a capitán de navío.

Golpista
Participa activamente, y por iniciativa propia, en la sublevación militar contra un gobierno constitucional, cuya legitimidad estaba fuera de toda duda.  El relato de su actuación lo realiza el propio Bastarreche en su hoja de servicios, con una especial concepción de la ortografía[6]: “El día 20 [de julio] tuvo una conferencia en Pontevedra con el General Comandante Militar y a pesar de que este determinó no declarar el Estado de Guerra y de tener orden de no hacerlo antes que Pontevedra, lo declaró en Marín por la tarde en vista de que los paisanos se armaban contraviniendo lo acordado con el gobernador civil deteniendo a veintitantos dirigentes marxistas y mandando a Pontevedra un hidro y proclamas que se lanzaron al mismo tiempo que disparaba la ametralladora, lo que determinó al Comandante Militar a declarar el Estado de Guerra en la capital. El día 22 por la mañana se descubrió por el propio jefe un complot, que fue causa de evacuar los presos y tomar precauciones, consiguiendo abortarlo sin necesidad de tomar medidas violentas y separando y arrestando a los más destacados, que a los 3 o 4 días, cuando estaba alejado el peligro fueron deteniéndose y procesando; además se armó con fusiles y correajes a las más destacadas personas de orden al mando de los jefes de Falange y Acción Popular. Se nombró alcalde de Marín y otros pueblos, dominando toda la península de Morrazoy dedicando parte de las fuerzas a proteger a los campesinos que venían con víveres a los pueblos. Con los 5 hidros afectos a las Escuelas fue ayudándose a pacificar aquellos focos rebeldes que aún quedaban en Tuy, Vigo, Noya, Villagarcía, bombardeando sus concentraciones. También bombardearon el crucero A. Cervera estando en el dique de Ferrol, siendo esto, además de un radio falso transmitido desde la estación de Marín causa de que se rindiera aquella dotación“.
Motivos más que sobrados para que el gobierno de la República lo expulsase de la Armada por decreto de 26 de julio de 1936, “… con pérdida de empleos, prerrogativas, sueldos, gratificaciones, pensiones, honorarios, condecoraciones y demás que les correspondan”[7] 

Criminal de guerra
Comandante del crucero  Canarias entre el 13 de septiembre de 1936 y el 27 de enero de 1937[8]. En su hoja de servicios aparece el siguiente apunte del mes de enero: “Comandante del crucero Canarias navegó por el Mediterráneo bombardeando el puente de San Miguel de Cullera; se apresó el vapor Campuzano con 7.500 toneladas de gasolina. Se bombardeó el puerto de Málaga y un vapor que entraba. Se coadyugó a la toma de Estepona y Marbella: esta última llevando a bordo al general Queipo de Llano que dirigía las operaciones. Continuó por el Mediterráneo y el día 27 en el puerto de Cádiz, entregó el mando del buque por haber sido destinado de comandante naval de Baleares por disposición del día 9”.
Los hechos protagonizados como comandante del Canarias son bien conocidos, bombardeando a la población civil que huye tras el asedio de Málaga: “Todos huyeron por la carretera del Sol, camino de Almería por Motril, un pasillo estrecho entre la roca de la montaña y el mar […] Cien mil personas de todas las clases sociales, una masa desesperada, que se atropellaba y no podía caminar sino por la ruta de la costa, a la vista de los barcos enemigos y bajo el vuelo rasante de la aviación italo-alemana que descendía para ametrallarla […] El Canarias y el Baleares, con sus torres gemelas de 20,32 cm., y el Cervera, con sus baterías de 15,24 hacían fuego por andanadas […] La metralla rebotaba en la pared rocosa y las piedras y el hierro arrancaban brazos y cabezas…”[9].         
Semejante actuación figurará entre sus méritos. En posesión de la especialidad de tiro naval, por orden ministerial del día 22 de junio, “le fue concedida la Medalla de Oro del Tiro con Cañón, por su actuación como comandante del crucero Canarias en el hundimiento del destructor rojo Almirante Ferrándiz. 

Actuación en Cartagena
El 2 de agosto de 1941 es ascendido a almirante, y por decreto de igual fecha nombrado comandante general del Departamento Marítimo de Cartagena[10]. Toma posesión el día 30 de aquel mes y permanece en este destino entre el 30 de agosto de 1941 y el 11 de agosto de 1950. Durante, 8 años, 11 meses y 11 días sembró el terror en Cartagena. Firmará 48 penas de muerte. La primera el 19 de septiembre de 1941, a los 20 días de su llegada. Se trata en casi todos los casos de ejecuciones múltiples. Por ejemplo, 11 fusilamientos el día 11 de enero de 1944[11].
Tiene a sus órdenes a Manuel Vidal, de reputada fama como torturador, pudiéndose aportar cientos de testimonios. Valga la declaración de una de sus víctimas. “Durante dos semanas fueron sometidos a unos interminables interrogatorios en los locales del SIMP emplazados, por entonces, en la Alameda de San Antón. Allí pasaron por las manos de toda una galería de torturadores, entre los que destacaban por su crueldad los antedichos Manuel Vidal y Alcaraz. En este contexto Tomás Moreno recuerda que, no obstante, llevar más ropa de la necesaria para amortiguar algún tanto los golpes, la piel se le quedaba pegada a la camisa. De allí saldría con una lesión de corazón. No es necesario añadir que estos interrogatorios, jamás se realizaron en presencia del juez instructor…”. Por su parte, Ramón Marín Sánchez señala, “… que menudearon los casos en que los penados, fruto de los malos tratos, eran fusilados casi cadáveres…”[12]. Algunos, atados a una silla.
Su imagen de benefactor de la ciudad de Cartagena –conectada a la llegada del agua del Taibilla en 1946-  arranca de una comprobada falacia. El proyecto y las primeras obras son aprobadas y realizadas durante los años de la II República. Será nombrado delegado del Gobierno en la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, confiriéndole las funciones de presidente del consejo de administración y de su comité, por decreto de 10 de agosto de 1950[13].

[1] Boletín Oficial del Estado, 17-VIII-1950, p. 3.608.
[2] Boletín Oficial del Estado, 18-I-1948, p. 250.
[3] Boletín Oficial del Estado, 27-I-1948, p. 386.
[4] Boletín Oficial del Estado, 23-VII-1962, p. 10.290.
[5] Manuel D. BENAVIDES, La escuadra la mandan los cabos, México, D.F., 1976, p. 39.
[6] Archivo del Cuartel General de la Armada (Madrid), Hoja de Servicios de Francisco Bastarreche y Díez de Bulnes.
[7] Gaceta de la República, 28-VII-1936, p. 878.
[8] Boletín Oficial del Estado, 12-I-1937, p. 40.
[9] M.D. BENAVIDES, op. cit., pp. 443 y 446-447.
[10] Boletín Oficial del Estado, 11-VIII-1941, p. 6.101.
[11] Pedro Mª. EGEA BRUNO, La represión franquista en Cartagena, Cartagena, 1987, pp. 90-92.
[12] Ibídem, pp. 52 y 79.
[13] Boletín Oficial del Estado, 24-VIII-1950.

Existen en las hemerotecas, especialmente de los diarios y publicaciones de Cartagena, numerosos artículos y noticias sobre Bastarreche, todos en el periodo de la dictadura (1936-1975), y todos con el mismo cariz que el que se ha transcrito del Noticiero de Cartagena, si tienen interés los pueden consultar en

(*) El Mar Cantábrico era un buque mercante desarmado.