(1) Aquel día, 18 de septiembre, un corresponsal decía que: "La adopción de la bandera rojo y gualda por parte de las tropas nacionalistas frente a la tricolor republicana, patentiza la existencia de "dos España" que luchan cada una bajo su propia bandera".
Esta división hecha de España se acentúa con el reconocimiento, por parte de algunas naciones, de la Junta de Defensa de Burgos como el legítimo gobierno de España, mientras que otros países solo reconocen a la República como verdadero gobierno. El enfrentamiento no puede ser, pues, más claro. Al mismo tiempo el cardenal primado de España, Pla y Daniel, declaraba en Salamanca que: "La guerra es una cruzada contra los hijos de Caín", con lo cual legitimaba el alzamiento de la nación en armas. De este modo la Iglesia se situó claramente del lado nacionalista.
Mientras tanto, por aquí, la fiera desatada estaba en su apogeo criminal y aquel mismo dieciocho de septiembre organizaron otra de sus ejecuciones colectivas. Como drogados con el síndrome de abstinencia, pero esta vez de sangre y muertes. Eran unos seres malvados e irrecuperables.
La selección fue de madrugada y se componía de hombres jóvenes e inocentes, que fueron llevados al caño de "La Jarcia", cerca del Penal de La Carraca y allí acribillados a balazos.
Ninguno de ellos confesó, no se dejó convencer de que confesándose estaría mejor en la otra vida, así que el cura y su presencia resultó de la más absoluta inutilidad ante aquellos martires, minutos antes de morir.
Fueron ejecutados los siguientes:
Ramon Dehesa Morales. Cabo de Radio de la Armada.
José María Fernández Lafón. Marinero de Segunda. En Cádiz tenía un tío, José Lafon Sánchez, en la calle A. de Castro-13-3º. Vivía en Linares (Jaén).
Cesar López Mosquera. Marinero de Segunda.
José Antonio Moreno Jaspe. Cabo primera. Natural de Ferrol, 30 años. Casado con Casilda Aspiasun. Hijo de Antonio y María del Carmen. Tenía hijos. Vivía en Fuenterrabia (Guipuzcoa).
Avelino Ortas Valdés. Marinero fogonero.
Modesto Parada Ruiz. Soldado de Infantería de Marina.
Baldomero Cerezuela Galván. Marinero de segunda.
Fueron enterrados en San Fernando pero una vez más no hay indicios del lugar. Podría haber sido en el cementerio militar que estaba situado en los Mixtos, por la vuelta afuera, o en fosa clandestina. Una vez más no puedo creer que hubiera motivos para su fusilamiento. Había que imponer el terror y a aquellos les tocó servir de cabeza de turco.
Nuestro Alcalde, D. Cayetano Roldán, seguía preso en la cárcel del mismo ayuntamiento y el bandido rebelde que lo reemplazó por la gracia de Olivera Manzorro, Capitán Isasi, estaba en su esplendor, nunca había soñado siquiera ser alcalde de una ciudad de cincuenta mil almas. Flotaba de vanidad cuartelera por tantas reverencias recibidas, tantos "buenos días Sr. Alcalde", y tanto pelotilleo a su servicio...para salvar a España y a la cristiandad, nos decían hasta atosigarnos y añadía que en la otra zona, los rojos, estaban matando sin parar, mientras que en la nuestra, "gracias a Dios", no ocurría nada de esas cosas, características en exclusiva de los rojos malos, ¡ que va !, por aquí solo les daban, muy tempranito, una taza de Maggi, que estaba muy de moda por aquellos años.
Se apoderaron de todo, aquella banda de pelotilleros, capillitas, chupatintas e inútiles, y así nos fue la cosa. Nos convertimos en un pueblo apático, sin dinamismo, insensible, herido en nuestro centro, sangrando y debilitándose lentamente, temeroso y, como regla, odiando los recuerdos dolorosos que nos dejaron y si no hubiesemos sido así, no seriamos personas humanas, seriamos salvajes, como ellos.
En aquellos primeros días del alzamiento, el buque escuela "Juan Sebastian Elcano" se encontraba en La Carraca. Formaron en cubierta y el Comandante ordenó que pusiéranse aparte los que querían seguir fieles a la República y como la radio, entre noticias a favor de los golpistas y marchas militares, daba vivas a la República a la que habían jurado fidelidad, que de todas formas era lo mismo, aparentemente, que defendian a los rebeldes, puesto que la vitoreaban. Así que, una vez seleccionados por el mandamás aquel, ordenó ingresarlos en el Penal del Arsenal y días después fueron todos fusilados.
El cañonero "Canovas del Castillo", también estaba en el muelle del Arsenal y, relativamente cerca, del también cañonero "Lauria", que se encontraba fondeado en el lugar denominado "La Clica". Este buque permaneció fiel a la República y su Constitución y no se entregaba. Entonces ordenaron disparar contra el "Canovas", pero la tripulación se negó. Entraron fuerzas rebeldes en este último buque y seleccionaron a los que fueron llevados días más tarde al paredón tras pasar por Cuatro Torres. Luego, ya se sabe, dispararon contra el "Lauria", sobre la línea de flotación, hundiendolo y, a la dotación la llevaron a...confesar sus faltas, primera etapa para acabar fusilados después...
(1) Trigo Tronzado. ( (La represión franquista en 1936 en San Fernando – Cádiz). Autor: José Casado Montado. Libro escrito a escondidas. La publicación original fue secuestrada por orden judicial. Autoeditado en 1992. Reeditado a finales de 2016 gracias al "Ateneo Republicano y Memorialista de La Isla" y a una campaña de micromecenazgo.