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El régimen reacciona en el ámbito político: “prietas las filas”, recuerdo a los “camisas viejas” y premio a los represores.
En el ámbito político, el régimen se vio obligado a tomar algunas iniciativas importantes con objeto de neutralizar la disidencia interna y afirmar su autoridad; mostrar a los aliados una cierta toma de distancia respecto a Hitler; y ensayar algunos aspectos de cambio político que ayudaran a dar una visión menos totalitaria del régimen. Las iniciativas políticas de alcance general fueron las siguientes:
A.- En política internacional, el cambio de status internacional de España, respecto a la II GM, de NO BELIGERANCIA a NEUTRALIDAD (3/10/43); y el comienzo de la retirada de la División Azul (12/12/1943).
B.- En política interior, una decidida campaña de afirmación política, así como algunos cambios institucionales que mostraran hacia adentro y hacia afuera, una cierta evolución del régimen: apertura de las Cortes Orgánicas franquistas (17/3/1943); convocatoria de las primeras elecciones sindicales (17/7/1943) de la Central Nacional Sindicalista, CNS; resolución simultánea de 6.665 expedientes de puesta en libertad vigilada de presos políticos de las cárceles franquistas (30/9/1943), en conmemoración del “la onomástica del Caudillo”.
Carnet de la C.N.S |
C.- En política social, aunque forma parte de la política interior, además de la convocatoria de las primeras elecciones sindicales, podemos señalar, el incremento del Subsidio Familiar (4/8/1943); así como un papel propagandística y formalmente más activo de la organización sindical fascista, la CNS, en la defensa de los derechos y prestaciones sociales de los trabajadores.
El cambio de status internacional fue más formal que real. La retirada de la División Azul fue el primer signo de la nueva política de neutralidad y supuso el fin de la intervención militar directa del Ejército español junto a la Alemania nazi, en el frente ruso. No obstante ello, la supuesta neutralidad fue permanentemente transgredida y vulnerada por el régimen franquista, como anteriormente hemos demostrado, en el intento de sabotaje del buque cisterna Lavoro.
Además de esas medidas de carácter general el régimen cerró filas, con objeto de reafirmarse, incrementar su cohesión interna y mostrar públicamente que afrontaban la situación política con entereza y sin falsos temores. Así, por ejemplo, la falange cartagenera ordenó a sus afiliados y afiliadas la obligación de vestir diariamente la camisa azul, como acto de afirmación falangista. El gobierno condecoró a personajes como el Brigada Vidal, tristemente conocido en Cartagena por su especial crueldad en la represión de “rojos y masones: "como premio a sus relevantes servicios en el desempeño de su cometido".
El Gobernador Civil Cristobal García fue también distinguido con el “Aspa Verde”138. Queipo de Llano fue también condecorado con la Laureada de San Fernando.
A nivel local, fueron agraciados con el título de “Hijo adoptivo y predilecto de Cartagena”, el Almirante Basterreche y el Alcalde López Andújar.
«DIOS SALVE A CARTAGENA, EN MANOS DE BASTARRECHE Y LÓPEZ ANDÚJAR CON LA PROTECCIÓN DE NUESTRO CAUDILLO»
así rezaba el titular del Noticiero, que daba cuenta del acto de entrega de los respectivos títulos, recibidos según el periódico en medio de una manifestación de entusiasta apoyo popular. Hasta el punto que el autor del artículo se permitía tildar de desafectos al Régimen y arrebatar la condición de cartageneros, a todos aquellos que no se habían sumado al acto de forma entusiasta:
« […] Las minorías abúlicas que a esas horas estaban sentadas a las puertas de los cafés, casinos, etc. son los que merecen figurar en las listas de enemigos del Régimen y borrarse el nombre de cartageneros […] ».
El texto no necesita comentarios. Una vez más, el mensaje de la unidad Marina-Falange, está presente en la imagen que el Régimen quiere proyectar de sí mismo, en Cartagena. Eso sí, ahora se amplía a Dios-Bastarreche-López Andújar-Caudillo, el paraguas protector para la ciudad y sus habitantes.
Asimismo, el Capitán General de la III Región Militar, Miguel Abriat Cantó, fue inusualmente recibido en “olor de multitudes” en Cartagena, el 9 de septiembre de 1943 con bando expreso y previo de la alcaldía ordenando engalanar balcones, cerrar establecimientos comerciales y empresas industriales, y salir a la calle para recibir a tan ilustre personaje. Nunca el titular de la Capitanía General de Valencia había sido recibido en Cartagena con tales honores.
Fermín Sanz Orrio en 1950 |
Como también había que calificar de insólita y excepcional a la simultánea visita a Cartagena y Murcia de tres ministros, Ibáñez Martín (Educación), Salvador Moreno (Marina) y Arrese (Secretaría General del Movimiento), en abril de 1944, a la que anteriormente hemos hecho referencia. También la Jefa Nacional de la Sección Femenina, Pilar Primo de Rivera y el Delegado Nacional de Sindicatos, Fermín Sanz Orrio: «honraron a la provincia y a la ciudad departamental con su visita».
Ni antes, ni después, fueron los murcianos y los cartageneros “de la presencia de autoridades franquistas tan bien servidos”. Esta masiva presencia político-institucional y militar demuestra la intensidad de la movilización política del régimen, en este período crítico.
Otro de los elementos utilizado en este cierre de filas del régimen fue el recuerdo y el homenaje a sus viejos militantes y a sus caídos, por otra parte siempre presente en su actuación política. Como había hecho en otras provincias donde la desafección al régimen era más acentuada, Arrese vino a presidir la ceremonia de imposición de 576 medallas como reconocimiento a todos los falangistas murcianos y cartageneros de la “Vieja Guardia”, así como a los familiares de aquellos “camisas viejas”, caídos por Dios y por España. No sabemos de donde salieron tantos falangistas veteranos pues de la breve historia de la falange murciana y cartagenera, antes de la guerra civil, se deduce que su número era inferior a la cuarta parte de los condecorados.
En resumen, el uso obligatorio de la camisa falangista contribuyó a teñir levemente de azul, el tono grisáceo del paisaje ciudadano de la posguerra. La irrupción de las más altas autoridades civiles y militares ocupó las calles y saturó las tribunas públicas y los teatros en respuesta defensiva por el aislamiento internacional del régimen ante el avance de las tropas aliadas. Las dos máximas autoridades de la Marina y el Ejército, el brazo militar del Régimen en la región, Bastarreche y Abriat, recibían la aclamación del pueblo, en prevención de que las cosas cambiaran y tuvieran que liderar militarmente una hipotética reacción. El refuerzo propagandístico del binomio “Marina-Falange por la Gracia de Dios”, en ese crítico período, resucitó al eje Dios-Bastarreche-López Andújar-Franco, que vino a sustituir, en Cartagena, al progresivamente agónico Berlin-Roma-Tokio. Se recordó y honró a los numerosos “camisas viejas” que surgieron por doquier. Los represores quedaran públicamente enaltecidos y distinguidos, en la persona de uno de sus más conspicuos representantes, Manuel Vidal Alvariño.
Otro de elementos esenciales de la política interior en su vertiente sindical y social fue la convocatoria de elecciones sindicales. Esta convocatoria constituyó algo más que un proceso electoral en el ámbito laboral. No sólo fueron sólo las primeras elecciones en el marco de la legalidad sindical del nuevo régimen, sino el primer proceso electoral del franquismo; su primera experiencia de representación corporativa electoral. El inicio fáctico de lo que los teóricos del régimen llamarían la “democracia orgánica”. El objeto de esta medida fue demostrar a las potencias aliadas la posibilidad de una cierta evolución del régimen totalitario franquista.
Benito Sacaluga
* Texto recogido íntegramente de "Cartagena 1939-44: falangistas, republicanos y espías, en medio del hambre, la represión y la II Guerra Mundial". Autor :Antonio Martinez Ovejero.Publicado en Cartagena Histórica (Ediciones Aglaya, Monográfico nº34, marzo 2008