Para aquellos, sobretodo los más jóvenes, que quieran comprobar la magnitud y similitudes del recién llegado franquismo con los movimientos dictatoriales europeos que en aquellos momentos se encontraban en plena ebullición, transcribo el preámbulo de la Ley 1 de marzo de 1940, aprobada y promulgada por Franco según el Decreto Orden 54/1940, más conocida como la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Con esta ley se puso fin a la carrera profesional de muchos de los maquinistas españoles, independientemente del bando en que hubieran combatido en la guerra civil.
Desde luego el texto del preámbulo no tiene desperdicio, dice así :
"Acaso ningún factor entre los muchos que han contribuido a la decadencia de España influyó tan perniciosamente en la misma y frustró con tanta frecuencia las saludables reacciones populares y el heroísmo de nuestras armas como las sociedades secretas de todo orden y las fuerzas internacionales de índole clandestino.Entre las primeras ocupa el puesto principal la y entre las que sin constituir una sociedad secreta propiamente, se relacionan con la masonería y adoptan sus métodos al margen de la vida social,figuran las múltiples organizaciones subversivas en su mayor parte asimiladas y unificadas por el comunismo...
Estos graves daños inferidos a la grandeza y bienestar de la Patria se agudizan durante el postrer decenio y culminan en la terrible campaña atea, materialista,antimilitarista y anti española que se propuso hacer de nuestra España satélite y esclava de la criminal tiranía soviética".
Articulo 1º.- "Constituye figura de delito, castigado conforme a las disposiciones de la presente Ley, el pertenecer a la masonería, al comunismo, y demás sociedades clandestinas a que se refieren los artículos siguientes".
Esta decidida persecución de la masonería y todo lo que a sus principios pudiera parecerse aún de lejos , junto con el relativamente elevado número de maquinistas relacionados con la masonería y el amplio calado de los ideales republicanos entre sus miembros, tuvo como consecuencia una especial persecución de los maquinistas por parte de las tropas franquistas,tanto durante la guerra como en años posteriores.
La fe republicana de la mayoría de los maquinistas era sobradamente conocida y sin ambages exaltada por ellos, así en el Boletín del Circulo de Maquinistas de mayo de 1933, publicado bajo el titulo Amanecer se podía leer el siguiente editorial :
"Maquinista : este boletín que tienes en tus manos, es algo que forma parte de tu propia vida, es el reflejo de tu espíritu, de tu inteligencia...En él dejas escritas para siempre, las ideas que en noches de vela y en horas de descanso fuiste hilvanando una a una para exponer, ante la luz de la verdad y de la justicia, cual es el puesto que debes ocupar en la sociedad.
Si el sello característico de los regímenes republicanos y democráticos es la cultura y ésta se consigue con el estudio y el trabajo,no olvides la obligación de poner en estas paginas tu firma.
Nosotros, la corporación más republicana de la marina, la que ha gestado las verdaderas ideas de democracia y justicia en el infierno de las cámaras de calderas, tiene que ser la primera en marcar nuevas normas de estudio y de cultura, relegando para siempre la esclavitud y la barbarie.
Ten fe en ti mismo y contempla el alborear del día en que el triunfo republicano marcará nueva ruta a tu vida"
Este tipo de "manifiestos" coincidían a los ojos del franquismo con los principios en los que se sustentaba la masonería : democracia, derechos humanos, libertad, estudio,cultura, igualdad......
Manifestaciones como esta y, lo que es más importante, su aplicación a la tarea diaria, convirtieron al Cuerpo de Maquinistas en un objetivo primordial del franquismo, al igual o peor que si de afiliados a un partido de izquierdas se tratase.
La dureza y complejidad de los estudios necesarios a seguir, tanto para ingreso en el Cuerpo como para el paso a categorías superiores, junto con las condiciones de trabajo y el injusto trato que recibían, en total discordancia con el aplicado al resto de Cuerpos de la Marina, especialmente con el Cuerpo General, como ya he manifestado en otras ocasiones, fueron un caldo de cultivo hacia el asociacionismo en busca de la libertad y la igualdad de oportunidades.
Características generales para la obtención del grado de Tercer Maquinista, último del escalafón :
- Ingreso por oposición.
- Edad : Entre 14 y 17 años.
- Duración : 5 Años.
- Practicas : 2 Años.
- Curso de Ascenso.
Primer año:
- Aritmética
- Ordenanzas Publicas
- Códigos de la Marina
- Instrucción Militar
- Trabajos de lima en talleres.
Segundo año:
- Álgebra
- Geometría Plana
- Trabajos de forja
- Ejecución de empaquetaduras y frisas a bordo de Buque Escuela
Tercer año:
- Geometría Descriptiva
- Elementos de Mecánica Práctica
- Física Aplicada
- Dibujo Técnico
- Trabajos de Prácticas en Buque Escuela
Cuarto año:
- Electricidad
- Alumbrado
- Máquinas de vapor
- Croquis acotados del natural
- Planos a escala
- Montajes en Talleres de construcción
- Practicas en Talleres de calderería
- Prácticas en Talleres de cobre.
Quinto año :
- Máquinas de vapor
- Ajuste y trazado de piezas
- Composición y montaje de máquinas a flote
- Pruebas de máquinas en navegación.
Una vez en el empleo de Primer Maquinista se podía optar al de Oficial Maquinista que comprendía entre otras las asignaturas de Trigonometría, Geometría Descriptiva, Mecánica ampliada.Máquinas de Vapor.Máquinas Eléctricas y Resistencia de Materiales.
En la marina moderna si de algo no se podía ni puede prescindir en un buque es de los maquinistas, esta dependencia adquiere aún más importancia si cabe en los barcos de guerra. El éxito en las batallas navales dependía en enorme medida de la pericia de los maquinistas en el control de los motores y otros elementos auxiliares, permitiendo la ejecución correcta y rápida de las maniobras, tanto de ataque como de defensa, incluso de huida ante un enemigo superior.
En la marina moderna si de algo no se podía ni puede prescindir en un buque es de los maquinistas, esta dependencia adquiere aún más importancia si cabe en los barcos de guerra. El éxito en las batallas navales dependía en enorme medida de la pericia de los maquinistas en el control de los motores y otros elementos auxiliares, permitiendo la ejecución correcta y rápida de las maniobras, tanto de ataque como de defensa, incluso de huida ante un enemigo superior.
Benito Sacaluga
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