El acorazado “Jaime I” llega al puerto Cartagena el 28 de mayo de 1937, procedente del puerto de Almería, donde el día 21 del mismo mes había sido alcanzado por tres bombas de gran tamaño lanzadas por la aviación enemiga. Dos de las bombas cayeron en la cubierta principal, la primera entre el puente y la chimenea, próximo a la Torre nº 2, y la segunda cerca del palo-trípode de popa, por su cara de proa; la tercera y última cayó entre el muelle y el costado de babor del acorazado, bajo el puente de mando, provocando una raja horizontal de 10 metros de longitud, por el filo bajo de la faja acorazada, y siete metros en sentido vertical, con rotura y descosido de planchas, salvándose el buque gracias a la resistencia del doble casco. Esta rotura permitió la entrada de 200 toneladas de agua en el compartimento estanco. Las bombas que cayeron en cubierta, blindada, no provocaron averías de gravedad.
Imagen: García/Castroviejo/Anca |
Tras el ataque se cubrieron totalmente con sacos de arena las partes débiles, consecutivas a los lugares de explosión de las bombas y, previo reconocimiento por un ingeniero y personal técnico, incluso de buzos, por orden del Jefe de la Flota y del Comisario político de la misma personados en Almería, partió el buque para Cartagena y allí ser reparado, realizando el viaje sin novedad al tener las máquinas en buen estado.
Una vez en Cartagena, subió a bordo el Ingeniero Jefe de la Constructora Naval, acompañado de varios capataces para programar el trabajo a realizar, antes de la entrada del buque en dique; trabajos que no eran de excesiva importancia, ni afectaban para nada la posibilidad de navegación del acorazado.
Los trabajos de reparación quedaron establecidos así:
Máquinas.- Recorrido general de las bombas de aire auxiliares, reemplazando o reparando los tubos de inacción de los condensadores auxiliares, los guayacanes de las centrífugas; recorrido general de las bombas de salmuera de los evaporadores, y ajuste de las válvulas de exhaustación de los condensadores auxiliares.
Calderas.- Reconocimiento de las bandejas y tejas de los ceniceros, reemplazando varios trozos de las tuberías de alimentación principal y auxiliar; calibrado de los ejes cigüeñales y vástagos de los ventiladores, reemplazando los aros de pistones y distribuciones y varios angulares en el pie de las calderas; encasquillado y ajuste de las bombas principales y auxiliares de alimentación; recorrido de las prensas de expansión de vapor, arreglo de las maquinillas de izar cenizas, reemplazo de las tubería de vapor de las sirenas y ajuste de las válvulas de los chigres de cubierta; arreglo del compresor de aire de calderas, arreglo de la tubería de apagado de cenizas; terminar con el reemplazo de los tubos taponados de la Sección B y arreglo de las canastas de la tubería de achique de sentinas.
Las mayor parte de las obras y reparaciones en Máquinas y Calderas citadas venían dispuestas desde marzo de 1937, y previstas realizar en la primera arribada de buque a Cartagena.
Cubierta y casco.- Sin especificar.
Todas las reparaciones dieron comienzo en los días siguientes, el comandante del acorazado y el Jefe del Astillero (SECN) se encargaron de organizar los trabajos.
(1) Unos trabajos que nunca se llegaron a concluir, el 17 de junio de 1937, veinte días después de su llegada a Cartagena, una explosión, casi con seguridad producto de un acto de sabotaje, dejó al acorazado semihundido e inservible en el Muelle de la Curra... pero esa es otra historia.
Benito Sacaluga.
Fuente: Tribunal Supremo. Juzgado Especial de Cartagena. Auditoría de la Flota Republicana. Explosiones en al Acorazado "Jaime I". Pieza Principal. Trozo Tercero. Págs.: 813-814.
(1) Párrafo no incluido en la documentación judicial citada.
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