Desde inicios de noviembre de 1936 submarinos italianos comenzaron a realizar misiones en aguas del Mediterráneo español, una misiones que debían de ser totalmente de incognito. Los primeros en navegar por aguas territoriales españolas fueron el "Topazio" y el "Naiade", sus misiones incluían atacar y hundir a buques de guerra de la República y a mercantes de bandera republicana o rusa con destino a los puertos de Levante y a tal fin se posicionaron en las proximidades de los puertos de Alicante y Cartagena.
El siguiente submarino pirata en entrar en acción fue "Torricelli". El día 22 de noviembre divisó frente a Cartagena al crucero "Miguel de Cervantes", se sitúa en posición de lanzamiento y dispara un torpedo que alcanza al crucero republicano.
El comandante del "Torricelli", capitán de corbeta Giuseppe Zarpellón, relata así el ataque:
"Avistamos al Cervantes confusamente, en las primeras luces del alba, mientras nos acercábamos al puerto de Cartagena (...) Hice en superficie la mayor parte de acercamiento y solo cuando de sumergí llamé al periscopio a Génova, (capitán de corbeta sublevado destinado el el "Torricelli") quién me confirmó que se trataba del Cervantes.
Unos minutos antes del lanzamiento me pasó por la proa y a muy poca distancia un contratorpedero inglés con su bandera desplegada Súbitamente, a mi izquierda y más cerca de la costa que el Cervantes, apareció el Méndez Núñez (...) Unos instantes antes de lanzar salió de entre la niebla, a mi derecha y siempre más hacia la costa que el Cervantes, otro barco de guerra, presentando exactamente la popa. Imposible atacarlo.
Después del lanzamiento descendimos a 60 metros haciendo rumbo a estribor (...) Un cuarto de hora después, sobre nuestra vertical, los hidrófonos señalaron ruidos de hélices, pero no se nos lanzó ninguna carga. Génova me dijo: "Esté tranquilo. A estas horas estarán buscando al jefe de almacén para que les de las cargas de profundidad"
Aunque no se pudo establecer y probar la identidad del atacante, los restos del torpedo indicaron que era de procedencia italiana. El Gobierno de la República denunció ante Europa este acto de piratería pero ningún país europeo tomó medidas.
Los daños sufridos por el "Miguel de Cervantes" fueron graves y numerosos. Pudo ser remolcado hasta el Arsenal de Cartagena, donde tuvo que permanecer inmovilizado a causa de que el dique seco donde debía ser reparado era de menos longitud que el crucero. Una vez alargado el dique comenzaron las reparaciones, trabajos que se prolongaron hasta el mes de marzo de 1938. El crucero republicano estuvo inoperativo cerca de 16 meses.
Benito Sacaluga
Fuente consultada:
- Historia Naval de la Guerra Civil. 1936-1939. Adolfo Morales Trueba. La Esfera de los Libros (2023).
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