domingo, 18 de diciembre de 2022

LOS CRUCEROS FACCIOSOS "CANARIAS" Y "BALEARES" HUYEN DE LA FLOTA REPUBLICANA

 

La Libertad. 27/04/1937

Nuestra Escuadra cañoneó eficazmente los puertos de Málaga, Motril y Torrox.
Los cruceros rebeldes "Canarias" y "Baleares ' huyeron ante la Flota republicana



Valencia, 26.-   El Ministerio de Marina y Aire ha facilitado, a la una de la tarde, el siguiente parte:

El jefe de la Flota ha comunicado al ministro de Marina y Aire lo siguiente: 

En la noche del viernes salieron de Cartagena los cruceros “Libertad” y “Méndez Núñez” y cinco destructores  para efectuar un bombardeo en las costas rebeldes. Con anterioridad habían salido de Cartagena para Almería dos destructores a fin de proteger la salida del acorazado “Jaime I” de aquel puerto y acompañarle hasta su unión al resto de la Flota. Ésta, al salir de Cartagena, se vio en la necesidad de tener que despistar al crucero alemán “Leipzig”, que hace su guardia de control permanente a la vista de dicho puerto, y que más que otra cosa es un espía avanzado del enemigo.

 

 

El crucero y el destructor salidos de Cartagena se unieron al sur de Almena con el “Jaime I” y demás fuerzas a las nueve horas del día 24. Al unirse el “Jaime I” se destacaron dos destructores para Málaga, con objeto de bombardearla a la misma hora que el resto de la Flota efectuaba la vigilancia de la costa.

Reunidos el “Jaime I”, el “Libertad”, el “Méndez Núñez” y cinco destructores, se dirigieron, en perfecta formación, a la costa facciosa. Al llegar a la altura de Motril se abrió el fuego por todos los buques sobre la fábrica de azúcar  y otros establecimientos industriales, haciéndose magníficos blancos y apreciándose desde a bordo los efectos causados.

En Motril contestó a nuestro fuego una pequeña batería, cuyos proyectiles cayeron todos al agua. Continuose el bombardeo a todo lo largo de la costa de Motril a Torrox, tomándose también como objetivo la fábrica de azúcar de Almuñécar y Salobreña y los puentes de la carretera.

 

 

El fuego fue intensísimo y los resultados perfectos. El bombardeo duró desde las tres a las seis de la tarde, haciéndose un millar de disparos. Los destructores que se destacaron a Málaga bombardearon con gran precisión el puerto y los depósitos de la Campsa. Fueron contestados por une batería del 15, emplazada en las proximidades de Málaga, y que no consiguió hacer blanco.

A poco de iniciarse el bombardeo se elevó en Málaga la aviación facciosa, logrando uno de nuestros buques derribar a uno de los apáralos. Al retirarse los destructores, salieron de Málaga dos lanchas torpederas, que se limitaron a lanzar sus torpedos a una distancia de 9.000 metros de nuestros buques, sin resultados positivos, refugiándose las demás embarcaciones en el puerto de Málaga, ante la barrera infranqueable de fuego con que les recibieron los destructores.

En la mañana del domingo, al entrar la Flota en Cartagena, un crucero tipo “Cananas”, amparándose en la densa niebla, abrió fuego sobre un destructor, lanzándole cuatro salvas a gran distancia y desapareciendo acto seguido a gran velocidad. Más tarde, el destructor “Sánchez Barcáiztegui”, que se retiraba a la base, fue agredido por los cruceros facciosos “Canarias” y “Baleares”, aproximadamente a veinte millas de Cartagena. Ambos cruceros abrieron fuego sobre el destructor a 12.000 metros. El “Sánchez Barcáiztegui” contestó a la agresión, entablando combate y haciendo sobre el enemigo 160 disparos en los treinta minutos que duró el mismo. 

 

 

La Flota, que ya se encontraba en puerto, salió de nuevo al mar en persecución del enemigo, que huyó a gran velocidad por el sur de Cartagena. Se le buscó por espacio de tres horas, sin que hiciera acto de presencia.

El comandante del “Sánchez Barcáiztegui” informó que durante el combate que sostuvo con el enemigo pudo apreciar que el crucero alemán “Leipzig”, que estaba en sus proximidades, pero desenfilado, comunicaba con los cruceros enemigos por medio de un proyector. También se observó que, al salir la Flota del puerto, en persecución del enemigo, la radio del “Leipzig”, con onda de cinco metros, comunicaba constantemente en cifrado con un buque próximo, lo cual hace suponer que informaba al enemigo de la salida y movimientos de nuestros buques.