viernes, 6 de marzo de 2020

LUIS PÉREZ CARBALLA, CORONEL MÉDICO DE LA ARMADA DE LA REPÚBLICA.


Extracto a continuación un excelente trabajo de José María López-Dafonte Sanjuán, que lleva por título "Luis Pérez Carballa, un buen español" , publicado en la web de la Asociación Cultural  Estudios Históricos de Galicia.

Luis Pérez Carballa nació en Sanxenxo (Pontevedra) el 30 de noviembre de 1881. El 16 de marzo de 1937 los marinos sublevados lo ejecutan en Ferrol.  


Coronel Pérez Carballa


Ingresa por oposición en el Cuerpo de Sanidad de la Armada en diciembre de 1905, con la calificación de sobresaliente.  Desde 1908 y hasta 1918 estuvo embarcado en los buques de guerra “Pelayo”, “Álvaro de Bazán”, Princesa de Asturias” y “Nautilus”, pasando también, en 1918 por la Estación Torpedista de Ferrol. Desde 1920 hasta 1934, fecha de su retiro,  pasa a desempeñar servicios en tierra, concretamente como Jefe de Clínica en el Hospital de Ferrol, Jefe de Sanidad en el Hospital de Ferrol, Subdirector del Hospital de Ferrol y Jefe de los Servicios de Higiene y Desinfección y finalmente como Jefe de los Servicios Sanitarios en la Base Naval Principal en Cartagena y Director del Hospital de Marina de la misma.

A lo largo de su carrera militar, Luis Pérez Carballa recibirá las siguientes cruces y condecoraciones: Cruz Roja del Mérito Naval de primera clase, Cruz de Caballero de la Corona de Italia,  Medalla conmemorativa de los terremotos de Sicilia, y Calabria y Pasador “Beni Bu Gafar” en la Medalla de Melilla.

Pertenecerá a la Logia Breogán nº 16 de los Wall .•. de Ferrol, en donde alcanzará el grado 3º (maestro). Su nombre simbólico será “Geley”. Con fecha 1 de agosto de 1933 figurará como experto de este taller.

Pocos meses antes de la sublevación militar, concretamente el 21 de febrero de 1936, Luis Pérez Carballa escribirá una carta a Marcelino Domingo Sanjuán, entonces ministro de Agricultura y después de Instrucción Pública y Bellas Artes,  en donde le hace partícipe de su alegría por la victoria del Frente Popular en las últimas elecciones de la República, al mismo tiempo le manifiesta sus temores ante una posible Dictadura Militar: 
“Ilustre y distinguido amigo: Ya hemos triunfado, después de dos años de ignominias y opresión. Ahora es necesario no sólo conservar el triunfo sino preparar actividades que nos lleven a armas insospechadas. La vida es una espiral….Por de pronto ya comienzan con una campaña de bulos y engaños para producir el desasosiego, pensando en una dictadura militar…"
El mismo 18 de julio de 1936 escribirá al ministro de Marina, Giral:

“(…) Acabo de saber- si bien lo esperaba hace mucho tiempo- que estalló un movimiento revolucionario contra nuestra amada república (…) Ante esto, no solo por deber sino respondiendo a sentimientos muy hondos que llevo en el alma desde niño, me permito escribirle para, en su persona, manifestar mi más inquebrantable adhesión, al régimen, al Gobierno y a la persona de V. Asimismo me ofrezco con el máximo sacrificio para cuanto me estime de utilidad, por si mis servicios pudieran ser de utilidad. 
Y sin otro particular (…) le saluda cordial y respetuosamente su buen amigo y correligionario (…) Luis Pérez Carballa.= Rubricado.= Ferrol 18 de Julio de 1936.= S.C.- Sinforiano López 157-1º”.

Desgraciadamente para Pérez Carballa la carta a Giral es interceptada en Ferrol por los sublevados, su contenido  le costará una avalancha de humillaciones que le conducirán a la muerte. El 3 de septiembre se le conmina a firmar un documento, en el cual no sólo aparece su firma, sino también se puede ver las firmas de los testigos, Nicanor López, Benedicto Martín. También aparecen otros, cuya firma es ilegible:
“El que suscribe Luis Pérez Carballa por la presente y ante los testigos que también la suscriben, hace constar: 
1º).- Que habiendo pertenecido a la Masonería está convencido de que esta Secta, es perjudicial, dañoso y anti-patriótica. 
2º).- En vista de lo anteriormente manifestado, jura solemnemente por su honor, romper desde este momento toda relación , con dicha tenebrosa Secta , quedando nulos en absoluto, las promesas y juramentos que a ella le ligaron. 
3º).- Como cristiano que es, ratifica ante Cristo el anterior juramento, firmando la presente después de hacer constar, que estas manifestaciones son espontáneas y responden a un íntimo convencimiento”.

Dos días después aparecía en “El Correo Gallego” un escrito de Luis Pérez Carballa:

“Otra carta. La del señor Pérez Carballa" 
Nuestro querido amigo el capitán de la Benemérita, Delegado de Orden público, don Victoriano Suanzes (1), nos ruega la publicación de la siguiente carta que le dirige el señor Pérez Carballa ( D. Luis )”. 
Esta sutil presentación, que parece festejar una buena nueva, daba paso a un obligado texto que resulta imposible reproducir dada la extrema crueldad que contiene, en el que Luis Pérez Carballa se arrepiente públicamente de su relación con la masonería.Victoriano Suanzes, de triste recuerdo, había hecho su trabajo. Luis Pérez Carballa confesaba públicamente su "herejía" y hacía camino hasta su destrucción total. 
La carta finalizaba así: “¡¡ Arriba España!!,¡¡Viva España!!, Luis Pérez Carballa. Coronel Médico de la Armada, retirado, Simbólico “Geley”.

Pocos días después, el 11 de septiembre, el mismo periódico daba la noticia de su traslado forzoso a Tudela (Navarra), a donde va desterrado con pérdida del percibo de sus haberes. Dicha sanción será impuesta por el vicealmirante jefe de la Base Naval de Ferrol, como desafecto al movimiento salvador de España.

Con fecha 12 de diciembre Luis Pérez Carballa es obligado nuevamente a firmar un documento en Pamplona, “ante el Tribunal de personas honorables que están presentes” en el que declara:

“1º.- No estar conforme con la política del llamado Frente Popular, con los procedimientos de que éste se vale y se ha valido para destrozar y hundir nuestra amada España, con la vileza de sus directivos y hombres de Gobierno, con sus asesinatos y robos, con la sumisión a Rusia, con la desmembración de la Patria, protestando de que si alguna vez pudo desviarme como ideal demócrata, lo repugno actualmente. 
2º.- No pertenecer a la secta masónica, ni tener relación con ella, creyéndola vil, miserable y enemiga de la Patria, de mi familia y de mi dignidad como hombre español.
3º.- No pertenecer a ningún partido político, ni afiliarse en lo sucesivo mientras me encuentro en el servicio activo de la Armada. 
4º.- Estar de acuerdo con la alteza de miras, patriotismo y nobles finalidades que ha conducido al, movimiento salvador de nuestro Ejército y Armada. 
Autorizo para que se haga de este documento el uso que tengan por conveniente”.
Rubricado, Luis Pérez Carballa. También firmarán al final de esta declaración “las personas honorables” a las que antes se alude. 

Sin duda alguna la táctica del miedo y del terror daba buenos resultados. Al “movimiento salvador” no le faltará mucho tiempo para acabar con la vida de Luis Pérez Carballa. Pronto orquestará la ceremonia final: el Consejo de Guerra.

Debido a su quebrantada salud tendrá que ingresar en el hospital. A su vuelta a Ferrol, a inicios de febrero de 1937, el Juez Instructor de su Causa nº 21/1937, Manuel Vela Bermúdez, disponía su traslado al transporte “Contramaestre Casado”.

Mientras la Jefatura de Policía de El Ferrol, con fecha 9 del mismo mes enviará un informe a Luis de Castro Arizcun, relacionado con Luis Pérez Carballa. Luis de Castro lo hará llegar al general de artillería de la Armada y Juez Instructor de la Causa, Manuel Vela. En dicho informe se hace constar que Luis Pérez Carballa no se encuentra afiliado a ningún partido político, y que no llevó a cabo actividad alguna en las “elecciones del Frente Popular”. Asimismo que aparece afiliado a la logia masónica Breogán, en la que causó baja con plancha de quite en marzo de 1933.

El 10 de febrero de 1937, queda constituido el Consejo de Guerra, bajo la presidencia del vicealmirante Tomás Calvar Sancho y compuesto por:

  • José María Franco de Villalobos y Victoriano Sánchez- Barcáiztegui, contralmirantes.
  • Jesús Carro Sarmiento, general de infantería de marina.
  • Eulogio Perille Pita, coronel de infantería de marina
  • José Gómez Barreda y León, comandante del cuerpo jurídico.
  • Fiscal.- El comandante auditor Jaime Martín de Santaolalla.
  • Defensor.- El comandante médico de la Armada, José Hidalgo Delgado


El estado de salud de Luis Pérez Carballa, que estará presente en su Consejo de Guerra, no era bueno. Ya en Tudela, a donde había sido deportado, tuvo que ser trasladado al hospital de Pamplona. También, los médicos de la Armada, Gabriel Elorriaga y Adolfo Gil Blanco emiten un informe a instancias del Juez instructor de la Causa, en el que respecto a su estado nervioso y central se le aprecia, entre otras patologías, un estado de depresión.

El contenido de la carta dirigida al ministro de Marina José Giral y Pedreira, el 18 de julio de 1936, estará presente en todo momento en el transcurso de su Consejo de Guerra y se convertirá, como ya se dice antes, en la causa principal de su condena.

Dice la Sentencia: 
“Fallamos: Que debemos condenar y condenamos al coronel médico Luis Pérez Carballa como autor de un delito consumado de rebelión militar en calidad de adherido a la misma previsto y penado en el artº 128 punto 2º del Código Penal de la Marina de Guerra a la pena de muerte”.
"El Compostelano”, entre otros diarios, del 16/03/ 1937 daba la triste noticia:

“ A las cinco y media de ayer, en cumplimiento de la sentencia dictada por el Consejo de Guerra de oficiales generales, ha sido pasado por las armas en el parque del Arsenal de Ferrol, el coronel médico de la Armada, Luis Pérez Carballa (…)”. 
El terror había que publicitarlo, el asesinato era un ejercicio de poder, fundamento de una larga dictadura.

El 23 de julio de 2019 el digital "Nueva Tribuna" publica un artículo sobre la figura del coronel Pérez Carballa, firmado por Arturo Maira Rodríguez, Capitán de Navío retirado, Portavoz del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas,  a modo de prólogo Maira escribe:

… Me parece que el conocimiento de la historia debe ser completo; es decir: victorias y derrotas; glorias y descalabros; valor y cobardía; héroes y villanos; sacrificio y opresión, vida ofrecida en el combate y horror aplicado vilmente para vencer. Toda la historia. 
En los ejércitos y en las escuadras, hay colectivos que ocupan posiciones completamente distintas en la jerarquía, en el sacrificio, y en el reconocimiento. No todas las vidas tienen el mismo valor. La gloria no se reparte por igual.  La sangre la vierten unos más que otros.   
La Historia Militar se debe contar teniendo en cuenta a los distintos colectivos que forman parte de ella. 
También se deben contar los actos de barbarie. Esos también forman parte, a veces dominante, de la realidad. 
La Armada omite sistemáticamente su ominosa historia que, para no ir más atrás, comienza el 18 de julio de 1936. 
Si no contamos esa historia, y no la hacemos nuestra, con horror y tristeza, no mejoraremos nunca. Seremos un peligro potencial para nuestro pueblo.





(1) "El capitán de la Guardia Civil, Victoriano Suanzes, también delegado de Orden Público, supervisó una represión especialmente salvaje y permitió que los escuadrones falangistas eliminaran a los republicanos en su "paseos" sin ningún tipo de restricción". (Paul Preston en "El Holocausto español").