miércoles, 2 de noviembre de 2016

VALENTIN FUENTES LÓPEZ, CONTRALMIRANTE DE LA FLOTA REPUBLICANA



 Contralmirante Valentín Fuentes, marino y español ejemplar al que conviene recordar ahora, cuando España parece dominada por la patente de corso, la mediocridad y la deslealtad.

Murió en el exilio.




Contralmirante Valentin Fuentes López
Imagen: En Posidonia
(1) Valentín Fuentes López nace en Huesca el veintiséis de Febrero de 1882. En 1898 aprueba la oposición para el ingreso en la Escuela Naval.  Fue el primero de su promoción. Condecorado  por su actuación destacada en el desembarco de Alhucemas (1925). En 1936, figuraba el primero en el escalafón de los capitanes de fragata. Valentín Fuentes era también ingeniero geógrafo al servicio del Instituto Geográfico y Catastral. En Julio de 1936, llevaba ya un año al mando del destructor “Lepanto” y, siguiendo las instrucciones del gobierno, contribuyó decisivamente con la amenaza de sus cañones al fracaso de la sublevación en Almería.

Ante la sublevación de sus oficiales reunió a la dotación del "Lepanto" y simplemente les dijo: "Mis oficiales se han sublevado, arréstenlos" (2). Sin duda alguna, desobedeció las instrucciones de fondear en Melilla cursadas por los golpistas, manteniendo buque y tripulación al servicio de la República.

En octubre de 1936, siendo capitán de navío, fue nombrado por el ministro de Defensa Nacional, Indalecio Prieto, Jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico. Nada más llegar a Santander comienza a reconstruir la Marina republicana en el Cantábrico, puesto en el que permanece hasta finales de febrero de 1937, fecha en la que es nombrado Jefe de la base Naval de Cartagena. Poco a poco, bajo el mando de Fuentes, se fueron recuperando los buques de guerra y las unidades auxiliares destacadas en la zona, se enrolaron nuevas dotaciones y se nombraron nuevos oficiales.



Destructor "Lepanto"
Clase Churruca

Esquivando el bloqueo de los sublevados, se mantuvo el tráfico marítimo, vital para la alimentación de la población y el suministro del ejército. En los últimos días de agosto de 1937 se tuvo que abandonar a toda prisa el puerto de Santander ante el imparable avance de las fuerzas de tierra franquistas e italianas.

En aguas asturianas encontraron refugio los destructores “Císcar” (3) y “José Luis Díez”, los submarinos “C-2”, “C-4” y “C-6”, el torpedero Nº 3, los bous “Bizcaia”, “Guipuzkoa” e “Ipareko Izarra”, de la antigua Marina Auxiliar Vasca, además de otras embarcaciones menores dedicadas al dragado de minas y la vigilancia costera.


La Legión Cóndor redobló los bombardeos sobre los puertos asturianos de Gijón y Avilés. Especialmente duro fue el del 28 de Agosto sobre El Musel,  varios mercantes fueron alcanzados por las bombas y hubo muertos y heridos entre las tripulaciones. El petrolero "Elcano" se incendió y tuvo que ser remolcado fuera del puerto y hundido. Los submarinos “C-2” y “C-4” ponen rumbo a puertos franceses, una vez allí sus comandantes desertan. Los bous vascos también marcharon a Francia y el “José Luis Díez” se refugió en el puerto inglés de Falmouth. Quedaban el “Císcar”, uno de los destructores más modernos, al mando del alférez de navío Castro Izaguirre, el "Torpedero nº3", al mando del teniente de navío Ruiz de Ahumada y el submarino “C-6”, al mando del capitán de corbeta ruso Nicolai Pavlovich Eguipko, experimentado comandante de submarino de la flota soviética en el Pacífico, que actuó en España bajo los seudónimos de "Severino Moreno López" y "Matisse".


Destructor "Ciscar"

En el transcurso de la evacuación de Asturias, ante la inminente llegada de las tropas sublevadas, el 20 de octubre de 1937 Valentin Fuentes, a bordo del "Torpedero nº 3" consigue romper el bloqueo y llegar a Burdeos. A bordo iban altos mandos militares, incluido el jefe de las fuerzas republicanas, coronel Prada, con su hijo, y la dotación del “C-6”. La del “Císcar” y el resto de personal de Marina también se pudo poner a salvo a bordo del remolcador “Plutón” y del mercante inglés “Stanbrook”.


Remolcador "Plutón"
(Imagen: Vida Marítima)

Cincuenta y nueve embarcaciones de todo tipo arribaron a los puertos franceses del Atlántico con miles de milicianos y civiles que, rápidamente, fueron enviados por ferrocarril hacia Cataluña. Otros fueron recogidos en alta mar por barcos de guerra y cargueros ingleses, que los desembarcaron en Francia. Veintiocho pesqueros y mercantes, abarrotados de gente, fueron capturados por el crucero franquista “Almirante Cervera” y por la flota de bloqueo. Estos miles de prisioneros fueron conducidos a campos de concentración en Galicia.

Los mandos del Ejército del Norte que consiguieron escapar de Asturias en Octubre de 1937 y pasar a Cataluña fueron ascendidos un grado. Valentín Fuentes fue designado Jefe del Estado Mayor de la Flota y ascendido a contralmirante semanas después. Fue el único marino republicano que alcanzó el almirantazgo por vía reglamentaria. 

Ya nombrado Subsecretario de Marina, Valentin Fuentes se exilió en Francia a comienzos de 1939, después de la ocupación de Cataluña por el ejército franquista. Residió primero en París, durante la ocupación alemana marchó Marsella, bajo el gobierno de Vichy, sobreviviendo en penosas condiciones.

Valentin Fuentes salió de España el 29 de enero de 1939, desde Cadaqués hacia Port-Vendres. Dejó a su familia en España, negándose a que tuviera que compartir con él la injusticia del exilio., aunque siempre con orgullo, siguió muy de cerca la vida de sus hijos. Participó en los Gobiernos de la República en el exilio que se constituyeron hasta 1949. Vivió gracias al Servicio Social de Ayuda a los Refugiados del Ayuntamiento de París, rechazando cualquier otra asistencia "por no querer ser molesto para nadie". Se mantuvo en el exilio, digno, firme y tenaz, a la vez que afable, querido por todos. Además era modesto, "pues toda su actividad, todo su combate, lo hizo naturalmente, sin darle importancia ninguna. Era para él, sencillamente, el cumplimiento del deber".(4)

Ramón Álvarez Palomo en 2003
(Imagen: El País)
El dirigente anarquista asturiano Ramón Álvarez Palomo (5), consejero de Pesca con Belarmino Tomás, le encontró en París en los años sesenta. Vivía el almirante republicano acogido en un asilo para ancianos desamparados y era una de sus mayores alegrías la de invitar a los amigos exiliados a merendar una tortilla española cuando conseguía hacerse con unas patatas y unos huevos. Hablaba Ramón Álvarez de él con cariño, pues, era una persona de ideología liberal y buen corazón que, según se decía, tenía dos hijas monjas, pero había mantenido su juramento de fidelidad a la República y cumplido con sus obligaciones.

Fue también Ramón Álvarez el que dio una explicación coherente de lo ocurrido con el “Císcar” y la “famosa” orden de Prieto, desobedecida, de que zarpara:

"Valentín Fuentes comunicó al Consejo Soberano la orden de zarpar recibida del ministro; entonces, Ramón y Segundo Blanco fueron al Musel y trajeron con ellos a Valentín Fuentes, “medio como prisionero”, porque si el “Císcar” escapaba, el enemigo se daría cuenta de que comenzaba la huida y reforzaría todavía más el bloqueo naval. Se trataba tan solo de retrasar la salida del destructor veinticuatro horas. Le convencieron, pero la mala suerte quiso que el diecinueve de octubre los bombarderos alemanes acertaran al destructor con varios impactos y se hundiera. Eso explica que a su llegada a Barcelona, Valentín Fuentes no fue expedientado, sino ascendido". 
"A destacar el heroísmo del cabo artillero vasco Totorica, que se encargaba de la única ametralladora antiaérea disponible, y que, el día del hundimiento, estuvo haciendo fuego hasta que la escora del barco se lo impidió".

En noviembre de 1939, estando exiliado, los franquistas le dieron de baja en la Armada. En julio de 1941 fue encausado por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas, de Madrid, que inició una minuciosa y tenaz pesquisa por toda España para localizar propiedades y cuentas bancarias a su nombre, pero sin resultado alguno. Fue condenado en junio de 1945, en ausencia, a tres años de inhabilitación para cargo público y al pago de tres mil pesetas. El periodista y escritor Vicente Talón, que entrevistó a Valentín Fuentes en París, cuenta que éste quiso regresar a España en los sesenta, pero el Régimen franquista no se lo permitió. Su mujer, con una enfermedad incurable, tuvo que cruzar la frontera francesa en una ambulancia para verle y despedirse de él.

Murió el almirante republicano en su exilio de París el seis de junio de 1975, a los noventa y tres años. En Le Monde se publicó una necrológica escrita por el capitán de fragata republicano David Gasca (6),  titulada “La muerte de un almirante”. En ella decía de Fuentes que era “un ejemplo raro de lealtad” y añadía que “no era un caso único entre la sacrificada generación de los republicanos españoles exiliados”. Finalizaba interrogándose sobre “cuántos de estos hombres admirables han desaparecido en silencio, lejos de su tierra natal, pero con la España sublime en el fondo de su corazón”.



Benito Sacaluga.





(1) Extractado de: Asturias Republicana  Artículo de Marcelino Laruelo.

(2) El Exilio de los Marinos Republicanos. Victoria Fernández Díaz.  Pág.: 167

(3) Destructor de la Marina Española, botado el 25-11-32 en Cartagena  construido por la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN). Al comenzar la guerra estaba en Cartagena terminando de ser armado. Subió al Cantábrico en abril de 1937 para reforzar las fuerzas navales republicanas. Tomó parte en el bombardeo de las tropas italianas en Bermeo (1-5-37) y en varios servicios de escolta de buques mercantes. Por orden de la Marina Republicana, la mayoría de su tripulación fue desembarcada (31-5-37) y sustituida por 100 miembros de la Marina de Euzkadi, incluido el nuevo comisario político, Alejo Bilbao (comandante del bou Bizkaya). Con los cambios se mostró más activo, llegando a intercambiar fuego con el crucero "Almirante Cervera" (10-6-37). Al caer Bilbao entró en Burdeos cargado de refugiados (15-6-37). De regresó a Santander muchos de sus antiguos tripulantes volvieron a embarcar. Después de caer Santander marchó a Gijón, donde acabaría por ser hundido en un ataque aéreo (20-10-37). Fue reflotado (21-3-38), reparado e incorporado a la Marina franquista poco antes de acabar la guerra. Fue dado de baja en 1957 y desguazado. (www.marinavasca.eu)

(4) El Exilio de los Marinos Republicanos. Victoria Fernández Díaz. Págs.: 301 y 302.

(5) Álvarez Palomo, Ramón. Gijón (Asturias), 7.3.1913 – 14.11.2003. Sindicalista y escritor. Estudia en la escuela laica de Eleuterio Quintanilla. Comienza a trabajar a los doce años (como recadero y después panadero), y tres años después se afilia a la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) y a la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Pronto desempeña cargos de responsabilidad en el sindicato anarcosindicalista: en 1932, secretario del Sindicato de la Alimentación de Gijón, y en 1933, secretario general de la CNT de Asturias, León y Palencia. Participa en la revolución de octubre de 1934 y, tras el fracaso, se refugia en París de donde regresa después del triunfo del Frente Popular.

Al producirse la sublevación militar, forma parte del Comité de Defensa de Gijón, y luego fue consejero de Pesca, en representación de la FAI, en el Consejo Interprovincial de Asturias y León. En octubre de 1937 se traslada a Cataluña, donde fue secretario de Segundo Blanco, ministro de Instrucción Pública y Sanidad.

En Francia, en el exilio, reorganiza la CNT y fue secretario del Comité Nacional de la CNT, defensor de la acción clandestina en el interior, enfrentado al sector de Federica Montseny. En 1945 fue nombrado secretario del Comité Regional de Asturias en el exilio, cargo para el que fue reelegido tras su regreso a Gijón en 1976. A favor de la participación en las elecciones sindicales, al crearse la Confederación General del Trabajo (CGT) será elegido secretario general de la CGT en Asturias. Desde 1978 y hasta 1994 fue director del periódico Acción Libertaria publicado en Gijón. Fallece en Gijón el 14 de noviembre de 2003. Fuente: Real Academia de la Historia

(6) David Gasca Aznar. Marino republicano leal a la República. Fue comandante de los destructores "Almirante Miranda" y "Lepanto". A bordo de "Lepanto" participó en el hundimiento del crucero "Baleares". Exiliado en Francia. Falleció en Sanary sur Mer, en el Var, entre Marsella y Toulon. Fuente. El Exilio de los Marinos Republicanos. Victoria Fernández Días. Pág.: 302.