martes, 17 de junio de 2025

PESCADORES ASTURIANOS EJECUTADOS EN LA PUNTA DEL MARTILLO

 

Los pesqueros "Nuevo Elisa" y "Nuevo Soledad" fueron capturados el 28 de julio de 1937 por el crucero auxiliar de la flota sublevada "Ciudad de Palma" (1), en sus bodegas llevaban un gran cargamento de pescado con destino al puerto de Avilés. 


"Ciudad de Palma"


A bordo de los dos pesqueros realizaban su trabajo veinticinco marinos, que fueron apresados y sometidos a consejo de guerra, siete de ellos fueron condenados a muerte y fusilados los días 4 y 5 de marzo de 1938, a las siete de la mañana en la Punta del Martillo en el extremo sur del Arsenal de Ferrol.

Los condenados a muerte:

Ángel Menéndez, Fogonero, 30 años.

José Alfredo Blanco, 21 años.

Antonio Blanco, Marinero, 35 años.

Luís Fernández, Fogonero, 26 años.

Gonzalo F. Cadavieco, Marinero, 20 años

Hipólito Santos, 27 años

Joaquín Cuervo, 25 años


Once tripulantes más son condenados a penas de prisión:


2 penas de 20 años

1 pena de 15 años

4 penas de 12 años y

4 penas de 10 años.


El motivo para justificar las penas reseñado en el Consejo de Guerra fue principalmente:

"Los víveres en la zona de referencia escaseaban y eran tan importantes para mantener la rebelión, como pudieran ser las armas y municiones, y al igual que estas indispensables".


Benito Sacaluga.



(1) "Ciudad de Palma". Buque de pasaje de la Cia. Trasmediterránea. De 5.560 Tn de desplazamiento 101,52 metros de eslora, 14,93 metros de manga y calado de 5,78 metros. La propulsión se procuraba por medio de un motor diésel de 6.200 CV que le proporcionada una velocidad máxima de 12 nudos. Fue construido en 1930 por la italiana Cantieri Navale Triestrino. Bautizado como "Príncipe D. Alfonso", fue cambiado de nombre en 1931 al instaurarse en España la II República.

Al producirse la sublevación se encontraba en Palma. Quedó integrado en la flota sublevada como crucero auxiliar tras ser artillado en La Spezia (Italia). Se le instalaron dos cañones Armstrong de 120/45 mm, dos Armstrong de 76,2/40 mm y dos ametralladoras Scotti de 20/70 mm. 

Realizó patrullas entre las aguas de Sicilia y Favignana y en el Estrecho de Gibraltar hasta que fue a prestar servicio en el Cantábrico. En 1938 se le desmontó la artillería y fue reconvertido en buque hospital, con 500 camas. El 21 de marzo de 1939 fue devuelto a la naviera propietaria, Trasmediterránea. Desguazado en 1968.




Fuentes consultadas: 

  • Crónica Negra de la Marina Española. Xosé Manuel Suárez
  • Historia Naval de España (todoavante.es)

miércoles, 11 de junio de 2025

LA CAPTURA DEL "ESLES", CON MILES DE REFUGIADOS.

 

El "Esles" era un mercante a vapor construido por William Doxford & Sons en 1888 por encargo de la Compañía Bilbaína de Navegación y bautizado "Junio". Embargado por el Banco Urquijo fue entregado a la Compañía Naviera Baracaldesa para su gestión. En 1921 fue vendido a la Compañía Naviera Orio y renombrado "Orio". En 1923 es adquirido por la naviera Luis Liaño Trueba y rebautizado como "Esles". Durante la Guerra de España quedó en zona republicana realizando varios servicios de transporte.

Tenía un Peso Muerto de 3.500 TM, 83 metros de eslora, 12,1 de manga y un puntal de 7,0 metros. Propulsado por una máquina alternativa de triple expansión que le daba una potencia de 995 CV. Fue desguazado en Bilbao en 1938.


Vapor "Esles"
(Imagen: buques.org)


Según lo relatado en el libro "Crónica Negra de la Marina Española" de Xosé Manuel Suárez:

"El "Esles" había salido de Gijón la noche del 4 al 5 de septiembre de 1937, navegando hacia el nordeste, con las luces apagadas y con mil seiscientas mujeres del País Vasco y Cantabria, que acompañaban a hijos y sobrinos en una huida de los peligros de la guerra y sus represalias.

El "Esles" se dirigía hacia Francia, al exilio, pero fue descubierto por el "Cervera" aquella madrugada. El crucero y el mercante se toparon de casualidad en medio de una mar con marejada del noroeste y niebla. El barco sublevado ordenó al "Esles" apagar la radio, que el vapor estaba utilizando para enviar mensajes de socorro. Los bous de vigilancia de Avilés se hicieron cargo de la presa republicana para conducirla a Galicia. Ya en Ferrol se dispuso que las pasajeras con los niños fueran devueltas a sus ciudades de origen: 729 a Santander, 653 a Bilbao, 273 a San Sebastián.

En el proceso seguido se condenó al capitán del buque a quince años de reclusión y al mayordomo Lauro Mateo a muerte por adhesión a la rebelión. 

Del capitán se dice en el veredicto del 10 de enero, que sus antecedentes le señalan como ideologicamente marxista y que prestó diversos servicios propios de su profesión, con plena voluntariedad, al Gobierno del Frente Popular. Mientras, Lauro sería en el buque delegado político del Gobierno y representante sindical, individuo destacadísimo de las Juventudes Libertarias, peligroso extremista propagador de doctrinas disolventes, animador principal del jornal Acracia (1), que en Gijón alentaba a los rebeldes a persistir en su actitud. En el sumario de incluye como prueba un ejemplar de la publicación.

 




Se aplica al reo el art.128 del Código Penal de la Marina de Guerra que tipificaba el delito de rebelión militar, y considerando que sus antecedentes y conducta lo demuestran como dirigente rebelde se le condena a muerte, mientras el capitán sería cómplice según el art.24."


(1) Acracia: Semanario órgano de las Juventudes Libertarias del Norte de España (1936 - 1937)    


Benito Sacaluga




martes, 3 de junio de 2025

EL SUBMARINO PIRATA ITALIANO “DIASPRO” Y EL PETROLERO “WOODFORD”

 


Al amanecer del uno de septiembre de 1937 el submarino pirata italiano “Diaspro”, al mando del capitán de corbeta Giuseppe Mellina, avistó, próximo a la costa, en las inmediaciones de Benicarló a un petrolero que navegaba rumbo sur. Se trataba del petrolero “Woodford”, construido en 1914, de 6.200 toneladas, con pabellón británico, comandado por el búlgaro Gregorij Dimitrov y una tripulación total en este viaje de 33 marinos.  Transportaba un cargamento para la República, procedente de Constanza (Rumania) con destino Valencia. Hizo escala en Barcelona el 27 de agosto. 


Petrolero "Woodford"


El "Diaspro" decide atacar al petrolero, como quiera que no podía alcanzarlo en inmersión, el submarino pirata lo hace en superficie lanzándole dos torpedos que el petrolero consiguió eludir, al tiempo que maniobraba para abordar al submarino. El “Diaspro”, para evitar la colisión, le lanzó otros dos torpedos que alcanzaron blanco en el centro del buque, provocando su hundimiento a 40 millas al Nord-Este de Castellón y a 15 millas al Norte de las Islas Columbretes. 


Capitán y oficiales del "Woodford" en Benicarló (Imagen BNE)


En el hundimiento perdió la vida el 2º Maquinista, de nacionalidad griega, resultando heridas ocho personas. Los 32 supervivientes llegan al puerto de Benicarló en barcas de salvamento, los heridos fueron trasladados a Valencia.



Algunos de los pescadores de Benicarló que ayudaron al rescate 
de los náufragos del "Woodford" (Imagen BNE)

Según el almirante británico Peter Gretton, el cónsul inglés en Palma había sido advertido de que el petrolero estaba siendo vigilado por la armada sublevada. El contralmirante británico Somerville advirtió al contralmirante franquista Bastarreche, a través del cónsul, que el barco era inglés y no podía ser detenido en alta mar. Bastarreche contestó que: 

"No se atacaría a ningún barco británico en alta mar". 

Sin embargo, el “Woodford” fue atacado y hundido por el “Diaspro”. El pirata italiano regresó a su base italiana cuatro días más tarde. Durante la Guerra de España y la II Guerra Mundial, y a pesar de las numerosas misiones en que participó en esta última, el "Diaspro" solo consiguió hundir a un buque, el petrolero, desarmado y sin escolta, "Woodford".



Submarino pirata italiano "Diaspro"

En 2009, unos pescadores detectaron un fuerte olor a petróleo al norte de las Islas Columbretes y dieron parte a las autoridades. Salvamento Marítimo actúa e identifica al “Woodford” descansando en el fondo del mar a 80 metros de profundidad. Las labores de extracción del hidrocarburo (fuel ligero) las llevó a cabo en 2012 el buque de salvamento marítimo "Clara Campoamor", con la participación externa de 42 personas, entre ellos 10 buceadores altamente cualificados y adiestrados, además de técnicos y personal de apoyo. 


Benito Sacaluga



Fuentes consultadas:

  • Foro todoavante
  • Diario Levante
  • Biblioteca Nacional de España (BNE)


sábado, 31 de mayo de 2025

COMBUSTIBLE SOVIÉTICO PARA LA ARMADA REPUBLICANA

 


La decisión de ayudar a la República española fue tomada personalmente por Stalin, una ayuda que, en un principio, solo estaría subordinada a la prioridad de los intereses soviéticos en política exterior.

Las primeras ayudas se llevan a la práctica a partir del 22 de julio de 1936 y se concretan en el suministro de combustible para los buques de guerra de la Armada de la República.



El primer envío se hace a través del petrolero “Remedios” de la flota de Campsa desde el puerto de Batumi, ciudad portuaria de Georgia, situada en la costa oriental del mar Negro, próxima a la frontera con Turquía, e integrante de la U.R.S.S. hasta 1991.




El “Remedios” fue construido en 1921 por la compañía británica Armstrong Withworth para la Sociedad Comercial de Oriente y bautizado como “Conde de Churruca”. En 1927 fue vendido a la Compañía de Tacacos de Filipinas, comprado a ésta por Campsa en 1928 y rebautizado “Remedios”. Fue desguazado en Barcelona en 1959.


"Conde de Churruca"
Imagen: Portada del libro “Los buques tanque y la Sociedad Comercial de Oriente”. Ignasi Sanahuja Piera y Vicente Sanahuja Albiñana.2020. ISBN. 978-84-09-43445-9

El 4 de agosto de 1936, el periódico Pradva publicaba un llamamiento para recaudar fondos para España, recaudándose distintas cantidades, amén del envío de alimentos y ropas. Stalin seguía recibiendo información de la realidad española, y el 18 de agosto remitió un telegrama a Lázar Moiséyevich Kaganóvich, vicepresidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, indicando:

"Considero necesario vender inmediatamente petróleo a los españoles en las mejores condiciones posibles y, caso de ser preciso, a un precio de amigos. Si les hicieran falta cereales y alimentos en general también deberíamos vendérselos en condiciones de favor. Dime urgentemente cuánto petróleo ya hemos suministrado. El Comisariado para el Comercio Exterior debe encargarse de ello rápidamente y con exactitud".


Benito Sacaluga



Fuentes consultadas:


  • Ángel Viñas. La decisión de Stalin de ayudar a la República: un aspecto controvertido en la historiografía de la Guerra Civil.
  • Buques.org


miércoles, 28 de mayo de 2025

MUSSOLINI, FRANCO Y UNOS BUQUES DE GUERRA



Todo el mundo sabe que tanto la Alemania nazi como la Italia fascista contribuyeron a la victoria de Franco y sus ejércitos sublevados en julio de 1936. Una contribución importantísima, sin la cual, Franco habría perdido la guerra.


Destructores de procedencia italiana "Teruel", "Huesca" y "Melilla" 
en el puerto de Palma de Mallorca durante la guerra.
(Imagen: balearspotting)


Si nos centramos en la ayuda de la armada italiana (Regia Marina), sabemos que Mussolini accedió siempre a todo aquello que Franco le solicitaba para impedir el tráfico de buques mercantes con destino a puertos republicanos. Buques de guerra de la marina italiana, junto con buques cedidos por Italia a Franco que actuaron bajo bandera franquista, fueron los encargados de entorpecer primero y anular más tarde el tráfico republicano de armas y suministros por el Mediterráneo.

La inicial superioridad naval de la República frente a la marina sublevada fue reduciéndose rápidamente a causa de la ayuda italiana y finalmente la supremacía en las aguas del Mediterráneo pasó a manos de los sublevados.

Numerosos cargamentos con destino al ejercito republicano fueron apresados o enviados al fondo del mar, hasta tal punto fue así que con el Mediterráneo cerrado la Unión Soviética tuvo que modificar las rutas de sus buques de suministros, algo que también se vieron obligados a hacer los buques mercantes neutrales fletados por el Gobierno de la República. Una situación que supuso que los suministros de guerra tuvieran que entrar en España a través de territorio francés y la frontera de los Pirineos, algo que provocó una disminución y unos tremendos retrasos en la recepción de los tan necesarios suministros.

Julio Álvarez del Bayo, ministro de Estado de la República durante la Guerra de España, denunció en Europa y en repetidas ocasiones la intervención alemana e italiana en la guerra española, al mismo tiempo que criticó duramente la política de no intervención franco-británica por entender que era contraria al Pacto de la Sociedad de Naciones, creada tras el fin de la IGM.

Según Álvarez del Bayo,  tomaron parte en la Guerra de España 91 buques de guerra y submarinos italianos que consiguieron hundir barcos mercantes por un total 72.800 toneladas.

Bollati y del Bono, en su obra “Le Force Armate”, publicada en junio de 1939, nos dicen que en aguas españolas intervinieron 140 unidades de la Marina de Guerra italiana, realizando 870 misiones, en las que entre sus tripulantes se concedieron medallas al Valor Militar, 7 medallas de plata y 23 de bronce.

El almirante franquista Francisco Moreno escribió en 1938: 

“Después de casi dos años de campaña, nuestro Ejército estaba cada vez mejor pertrechado. Los repuestos, las municiones, todos los efectos para la guerra moderna, sin olvidar el petróleo, estaban asegurados. La retaguardia nacional disponía de víveres sin restricciones. Todo, absolutamente todo de lo que no se producía en España, llegaba por mar en tráfico incesante”.

Sumemos a la ayuda naval italiana la representada por la Kriegsmarine alemana, con varios cruceros y submarinos en el Cantábrico y el Mediterráneo. Una fuerza naval, la alemana, que no solo impedía el tráfico mercante, también atacaba a unidades navales republicanas, y comprenderemos la falta de eficacia de la Flota republicana. Una ayudas alemanas e italianas que consiguieron junto a la escasa fuerza naval sublevada el dominio del mar, algo que tuvo una importancia decisiva en el desarrollo y desenlace de la guerra.

El ocho de mayo de 1956, el entonces contralmirante franquista y procurador en Cortes Luis Carrero Blanco decía lo siguiente durante una sesión de las Cortes franquistas:

“Entre el 18 de julio de 1936 y el 1º de enero de 1939, cuando ya la guerra estaba prácticamente ganada, el tráfico marítimo nacional ascendió a 24.774.826 toneladas (16.231.678 toneladas de exportaciones con las que, naturalmente, pagábamos parte de los recibido, y 8.543.768 toneladas de importaciones) y se transportaron por mar 316.000 hombres, en 65.931 viajes, de los que en 50.523 (77 %), el buque llevaba a popa la bandera nacional. Los rojos no nos apresaron ni un solo transporte; por el contrario, la Flota nacional apresó 238 buques rojos y 99 extranjeros al servicio del enemigo, cuyos cargamentos, en ocasiones armamento y material de transporte que nos era necesario, pasó a nuestras manos”.

En total, el franquista Carrero nos aporta una cifra total de 337 apresamientos de buques con destino a la República, una cifra de apresamientos imposible de llevar a cabo con los efectivos navales de los que disponía la armada sublevada en 1936, que solo contaba con cuatro unidades mayores en estado de combatir con garantías, a saber el crucero “Almirante Cervera”, dos cruceros pesados en construcción, el “Canarias” y el “Baleares” (hundido en marzo de 1938), que no entraron en servicio hasta septiembre y diciembre de 1936 respectivamente, (el acorazado “España” estaba en servicio reducido) y un destructor, el “Velasco”. Una cifras de apresamientos, las relatadas por Carrero Blanco, que jamás se habrían producido sin la ayuda de las 140 unidades navales italianas que actuaron junto a Franco, además de los buques de guerra (destructores, submarinos y lanchas torpederas) cedidos o  vendidos por Mussolini a Franco desde 1937, relacionados en el siguiente Cuadro:




Benito Sacaluga.



Fuente consultada:

La Marina Italiana en la Guerra de España. J.L. Alcofar Nassaes. Editorial Euros. 1975




sábado, 24 de mayo de 2025

EL DESTRUCTOR “SÁNCHEZ BARCAÍZTEGUI” EL 25 DE ABRIL DE 1937.

 


En la mañana del 25 de abril de 1937, el crucero sublevado “Canarias” localiza en el Mediterráneo a la Flota republicana, conformada en esta ocasión por los cruceros "Libertad", "Méndez Núñez" y cinco destructores, pero la pierde vista a causa de una espesa bruma. En el mismo escenario, el también sublevado “Baleares” abre fuego contra un destructor republicano y es contestado con una salva de torpedos.



A unas 20 millas de Cartagena, los dos cruceros sublevados localizan al destructor “Sánchez Barcaíztegui” y le disparan con sus artillerías de proa a una distancia de 12.000 metros. El destructor, bajo el mando del alférez de navío Álvaro Calderón, zigzagueó  a la vez que lanzaba una cortina de humo y  disparaba contra el “Baleares”. Ninguno de los buques implicados consiguen impactos. Los cruceros sublevados, al percatarse de que se encuentran al alcance de las baterías de costa republicanas, huyen del escenario a toda velocidad. Los cruceros leales “Libertad” y “Méndez Núñez” salen del puerto de Cartagena en persecución de los cruceros sublevados pero, debido a su menor velocidad, no llegaron a avistarlos, pasadas tres horas suspenden la búsqueda.

El comandante del “Sánchez Barcáiztegui” informó al Jefe de la Flota de lo siguiente:

Durante el combate que sostuvo pudo apreciar que el crucero alemán “Leipzig”, que estaba a sus proximidades poco desenfilado, comunicaba con los cruceros enemigos por medio de proyector. También se observó que, al salir la Flota del puerto en persecución del adversario, la radio del “Leipzig”, en onda de 5 metros, comunicaba constantemente en cifrado con un buque próximo, lo cual hace suponer que informaban al  enemigo de la salida y el movimiento de nuestros barcos. 

En definitiva, la niebla imposibilitó que el encuentro entre las dos flotas fuera decisivo. Todo se redujo al intento de caza de un destructor republicano (“Sánchez Barcaíztegui”), una acción finalmente abortada por el comportamiento del destructor y las baterías de costa republicanas.


Crucero "Baleares"


Según el consejero ruso a bordo del “Almirante Antequera”: 

“El Sánchez se comportó con pericia, valor y agresividad, utilizando todas sus ventajas y efectuando 150 disparos en treinta minutos. Algo de elevado mérito, considerando que mandaba el buque un alférez de navío”.


Benito Sacaluga



Fuentes consultadas:

  • Extractado de "La Guerra Civil Española en el Mar". Michael Alpert. Ed-.Crítica (2008)
  • Cartagena Nueva (27/4/37)

martes, 20 de mayo de 2025

CAPITÁN MAQUINISTA SANTIAGO LÓPEZ JIMÉNEZ

 


Nacido en Ferrol el 12 de octubre de 1895. Por parte paterna sus ascendientes eran de Cuenca y por la materna sevillanos y de Badajoz. Ingresó en la Armada en 1916. Capitán Maquinista desde el 10/06/1933. Jefe de Maquinas del destructor “Almirante Valdés” cuando se produjo la sublevación militar de julio de 1936.


Dentro del círculo el Capitán Maquinista Santiago López Jiménez


Tuvo un gran protagonismo en apoyo y dirección de los marinos republicanos que detuvieron a los oficiales del Cuerpo General a bordo del destructor “Almirante Valdés”, el 18 de julio en la mar tras unos confusos momentos en Melilla.

López Jiménez mandó el barco en su travesía hacia Cartagena adonde llegó el 19 a las cinco de la tarde. Su llegada fue una espoleta para la explosión de los sucesos en el Arsenal:

“…cuando a las cinco de la tarde, tal y como tenía anunciado, arriba a puerto el destructor “Almirante Valdés”, viene al mando el capitán jefe de máquinas Santiago López Jiménez y trae prisionera a toda la oficialidad. El Valdés fue objeto de un recibimiento popular apoteósico. Entre vítores y adhesiones a la causa republicana, un enorme gentío lleva a hombros al capitán hasta el Ayuntamiento, donde es obligado a salir al balcón y dirigir un parlamento a la muchedumbre”

El capitán López Jiménez entregó a los prisioneros, con una orden escrita, siendo trasladados posteriormente al buque prisión “J.J.Sister” fondeado en Málaga.


"J.J. Sister". Compañía Trasmediterránea 


Como a tantos otros, las autoridades franquistas lo habían separado del servicio (BOE 103/37-Burgos), por no presentarse a las autoridades sublevadas. La República lo ascendió a comandante (DO 246/37).

Acabada la guerra marchó al exilio. Curiosamente no hay noticias de que se le abriera Consejo de Guerra, simplemente los franquistas le dieron de baja en la Armada.


Benito Sacaluga



Fuentes consultadas:


  • El Cuerpo de Maquinistas de la Armada (1850-1950). Mº de Defensa (2009)
  • República y Guerra Civil en Cartagena, 1931-1969. J. Martínez Leal
  • Revista Ahora del 28 de julio de 1936


domingo, 18 de mayo de 2025

GUILLERMO MARTÍNEZ LÓPEZ, SEGUNDO MAQUINISTA DE LA FLOTA DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA

 


Nacido el 11/11/1902 en Ferrol, hijo de Evaristo, mecánico, e Isolina, ambos naturales de Ferrol. Casado con Ginesa García Ballester, hermana de los también maquinistas Lutgardo y José. Ingresó en la Armada en el año 1920. Segundo Maquinista desde el 09/09/1933. Cuando se produce la sublevación facciosa se encuentra destinado en el submarino “C-3”. Miembro de la Logia “Atlantida nº5” desde 1931, con el nombre simbólico “Guillermo Tell”.


Dotación del submarino "C-3"
Posiblemente entre estos marinos se encuentre Guillermo Martínez López


Llegó a Santander, a bordo del submarino "C-3", cuando la Flota acudió al Frente Norte. Pidió combatir en tierra y así se le concedió. Desembarcó en Santander y se le asignó una Sección como Alférez en uno de los tres batallones que acudieron al socorro del frente de Asturias.

Falleció combatiendo, al frente de sus hombres, el 14 de octubre de 1936 en Nonín (Oviedo). El general jefe de Operaciones del Norte, Mariano Gamir Ulibarri, ordenó que el auditor de guerra del Ejército instruyese juicio contradictorio para la concesión de la Laureada de San Fernando. Antes, Gamir había afirmado: 

“Murió heroicamente en el ataque a Nonín…Reiteradamente este Estado Mayor se ha dirigido al Excmo. Sr. Ministro de Marina y al Comisario de Guerra en Santander señalando la ejemplaridad de su conducta y de la muerte del citado oficial, quien se hizo en todo momento merecedor de los máximos honores de la guerra”.

El Comisario de la Flota, Bruno Alonso, escribió un artículo titulado “Un espejo para todos” dedicado a Martínez López en el periódico del acorazado “Jaime I” Amanecer, número 6, fechado el 23 de enero de 1937.


UN ESPEJO PARA TODOS


El espejo al que me refiero es el que fue Maquinista de nuestra Flota camarada Guillermo Martínez.

Era yo Comisario general de Guerra en la provincia de Santander, cuando últimamente visitaba nuestra Flota aquel puerto donde tantas veces se baño mi juventud. Guillermo Martínez fue allí desembarcado presentándose a mis órdenes sin explicarme el motivo.

Era un hombre como un roble, alfo, mofletudo, colorado y de anchas espaldas, me dejó perplejo por que no sabía quien era ni en que podríamos emplearle. Quería ir a las Milicias a luchar frente al enemigo y dudábamos emplearlo por no conocerlo.

Asturias estaba mal y pedían nuestro auxilio, Santander, presuroso, manda sus batallones en los cuales se enrola el Maquinista Guillermo dándosele el grado de Alférez.

La lucha es dura porque el enemigo ha recibido refuerzos y ataca el cerco de Oviedo. El batallón de Guillermo defiende una posición desde la cual se causan al enemigo, compuesto de falangistas, moros y mercenarios, infinidad de bajas.

El enemigo carga con todas sus fuerzas sobre aquella posición cuyos defensores acorralados por las ametralladoras, cañones y aviación va cediendo poco a poco su resistencia.

La posición no se puede sostener más, la gente es bisoña e inferior en número y elementos y tiene que replegarse. Guillermo Martínez se resiste a replegarse y se queda en la posición amparando con su pecho el repliegue de sus compañeros. Continúa solo, disparando contra el enemigo que está a menos de 100 metros hasta que una bala traidora le desploma para no levantarse, dando su aliento postrero en un viva a la República.

Guillermo Martínez fue un gigante de la Flota, mejor dicho, fue un espejo para todos.

Bruno Alonso.


La esposa de Guillermo se exilió al terminar la guerra, estableciéndose en Méjico. El hijo de ambos, también llamado Guillermo, era en 1985 ingeniero director general de la empresa Industrias CHSA en Tlanepantla, Méjico.




Fuente consultada:

El Cuerpo de Maquinistas de la Armada Española. Antonio de la Vega Blasco. Ministerio de Defensa 2009.




miércoles, 14 de mayo de 2025

EL ACORAZADO "JAIME I" EN CONSTANTINOPLA

 

En 1922, prácticamente un año después de ser entregado a la Armada, se ordena al acorazado dirigirse a Constantinopla con el objetivo de defender los intereses españoles durante la revolución que protagonizó Mustafá Kemal Ataturk, por lo que el "Jaime I" zarparía de Cartagena a media tarde del día 28 de septiembre con rumbo a la que sería la primera escala de aquel viaje, La Valeta (Malta). 


El "Jaime I" en el dique flotante de Pula


En aquella ocasión su plana mayor estaba formada por los siguientes oficiales: capitán de navío y comandante Adriano Pedrero; capitán de fragata y segundo comandante José Ochoa; capitanes de corbeta y terceros comandantes Fernando Delgado, Manuel de la Cámara y Francisco Moreno; tenientes de navío Rafael Fernández, Carlos Vila, Indalecio Núñez, José Luís de Rivera, Emilio Cano-Manuel y Nicolás Piñero; alféreces de navío José María Ragel, Carlos Navarro, Rodolfo Royo, Carlos Aguilar-Tablada y José Galán;  como contador de navío José Sicilia, capitán médico Luís Uturbe, teniente médico Alfredo Couto, Maquinista Oficial de 1ª Manuel Osorio y Maquinista Oficial de 2ª Emilio Gómez.

Tras sufrir los embates de un duro temporal, arribaría a la isla maltesa el 1 de octubre, y tras una semana en puerto, reemprendió viaje. El 10 de octubre cruza el "Jaime I" los estrechos de Zea y Doro, alcanzando Dardanelos para seguir con rumbo a Constantinopla haciendo una breve escala en Chanek para llegar a media tarde al Bósforo (Turquía), donde un oficial francés le indicó el fondeadero que se le había asignado.

Durante el desarrollo de esta comisión tres miembros de su dotación fallecieron - José Teijido, Ernesto Martínez y Ramiro González -, siendo enterrados en el cementerio católico de la ciudad.

Cumplida la misión y cuando el acorazado regresaba a España, sufriría el abordaje del mercante austriaco "Graz", colisión que le produjo una vía de agua en la amura de babor que inundó uno de los compartimentos estancos.

Reparados los daños de forma provisional, permanecería en aquellas aguas hasta el 13 de mayo de 1923 día en el que zarpó con rumbo a Pula (actual Croacia) donde arribaría el día 18, al ser este el astillero el elegido para dejar como nuevo su casco, a la vez que se aprovechaba también para hacer un recorrido general de su artillería.

Hasta el 30 de agosto no emprenderá el viaje de regreso a Cartagena, arribando a la capital departamental mediterránea en la tarde del 4 de septiembre siguiente.



Fuente:

Extractado de "Los Dreadnoughts Clase España". García, Castroviejo y Anca (Real de Editores)


Lectura recomendada:

"Un Suceso Oscuro". Kiff Corus. Revista General de Marina. Abril 2018.




jueves, 1 de mayo de 2025

FLOTA, ESCUADRA Y FLOTILLAS EN LA ARMADA

 


A lo largo de las entradas publicadas en este Blog, se citan con profusión los términos Flota, Escuadra y Flotilla para referirnos a agrupaciones de buques de guerra, como por ejemplo Flota Republicana, Flotilla de Submarinos, etc. términos muchas veces utilizados de forma errónea en las fuentes primarias. Al objeto de aclarar algunas dudas que me plantean los lectores voy a intentar definir estos términos, de forma resumida, acudiendo a la Enciclopedia General del Mar, publicada por Ediciones Garriga en 1958.


Flotilla de destructores en Santa Cruz de La Palma durante las maniobras navales de Mayo de 1936.


FLOTA


Se denomina Flota al conjunto de todos los buques pertenecientes a la Marina de Guerra de un país (1). También se llama Flota a una parte de esos efectivos de guerra, formando una unidad estratégica, constituida por la reunión de varias escuadras concentradas para llevar a cabo una misión principal.


ESCUADRA


Conjunto de buques de guerra que constituyen una unidad táctica mandada por un almirante y que puede estar integrada por una o varias divisiones de unidades mayores, por lo menos cruceros, formadas aquellas por a lo más cuatro unidades y mandadas también, por lo general, por almirantes subordinados.
Al conjunto de dos buques mayores se le suele llamar división, aunque algunos le denominan también sección, siendo esta palabra generalmente usada para el conjunto de dos destructores.

Atendiendo a la misión de la Escuadra puede calificarse como ofensiva, defensiva, guardacostas, de reserva, de observación, de exploración, de apoyo (para un desembarco), o de instrucción.

A  nivel mundial y en los tiempos de la Guerra Civil española, este concepto de Escuadra era más rígido; una Escuadra solía constar de una fuerza compuesta por dos o más divisiones de acorazados llamada también a veces Escuadra de combate, unas divisiones de cruceros y varias Flotillas de destructores.

FLOTILLA


Se llama así a la reunión de buques de guerra de pequeño desplazamiento (hasta destructores) formando un conjunto orgánico subordinado a un jefe.

También es una unidad orgánica en la que se agrupan destructores, corbetas, submarinos o lanchas. El número de buques que la forman es variable según los casos. En el caso de los destructores el número de los que constituyen una Flotilla es variable según los países. Así puede estar constituida una Flotilla por ocho buques y mandada por un capitán de navío. La Flotilla se divide en este caso en dos escuadrillas y cada una de éstas en dos Secciones de dos barcos. En muchas ocasiones también al conjunto de cuatro o seis buques se le denominó Flotilla.


Flotilla de Submarinos. Cartagena 1934


ESCUADRILLA


Conjunto táctico formado por dos o tres Secciones (dos unidades por Sección) de buques de guerra menores que los cruceros, como son los destructores, torpederos, submarinos y lanchas rápidas. La agrupación de dos o tres escuadrillas constituye una Flotilla.



Benito Sacaluga.

 


(1) También se denomina Flota al conjunto de buques mercantes de un país.



domingo, 27 de abril de 2025

MAQUINISTAS DE LA ARMADA DE LA REPÚBLICA SOMETIDOS A CONSEJO DE GUERRA EN CARTAGENA

 

Listado incompleto de miembros del Cuerpo de Maquinistas de la Armada de la República sometidos a Consejo de Guerra en el Departamento Marítimo de Cartagena (Murcia). Periodo 1939 a 1940.






Benito Sacaluga.



Fuente: 

Fiscalia del Departamento Marítimo de Cartagena

domingo, 20 de abril de 2025

LA QUINTA COLUMNA EN LA BASE NAVAL DE CARTAGENA



"La expresión Quinta Columna, atribuida por unos a Mola y por otros al General Varela, se usa desde 1936 para denominar en tiempos de conflicto bélico a los sectores de la población y ejército que mantienen lealtad hacia el bando enemigo, colaborando con este desde la clandestinidad e infiltrados en el ejército que defiende la zona o el país. Se trata pues de un conglomerado de personas desleales a la comunidad donde residen, colaboracionistas de muy diversas formas con el enemigo."


Cartel republicano denunciando a la 5.ª Columna.


El profesor de Historia en la Universidad de Murcia Pedro Mª Egea Bruno publica en 2022, un amplio y excelente trabajo del que se hace eco la Revista Internacional de la Guerra Civil (1936-1939), bajo el título de "El sabotaje durante la Guerra Civil: la industria naval de Cartagena". (https://portalinvestigacion.um.es/documentos/63c0b38b3df4c204fbb04dfb) , del que he extractado lo que sigue a continuación.

La implantación y desarrollo de la Quinta Columna en Cartagena se vio favorecida por la decisión del ministro de Marina de reponer en la Armada (Decreto de siete de mayo de 1937) a aquellos oficiales que habían sido dados de baja en la misma por su participación en la sublevación de Julio de 1936.  

Derivados de esta decisión, el 18 de mayo de 1937 se llevaron a cabo nombramientos de responsabilidad a, entre otros, Patricio Rodríguez Roda, habilitado de teniente coronel de Ingenieros, fue designado Jefe del Arsenal; Lorenzo Pallarés Cachá, teniente coronel de Artillería de la Armada fue designado como Jefe de de los Servicios Industriales de fabricación de Bombas y Proyectiles; Antonio González Guzmán, capitán de Intendencia de la Armada ocupó el cargo de los Servicios de Intendencia y José Muñoz Vizcaino, coronel de Carabineros pasó a ser el Jefe de los Servicios de Orden Público.

Durante el periodo comprendido entre diciembre de 1937 y diciembre de 1938 se siguen incorporando a la Base a partidarios del la sublevación del 36. Carlos Esteban Hernández, alférez de navío, de filiación falangista, fue designado Jefe del Estado Mayor de la Base, a éste le sucedió el teniente de navío Fernando Oliva Llamusi, de igual significación, puesto que ocupó hasta el 1 de abril de 1939. José Montoya Pascual un fascista declarado, fue designado secretario de la Jefatura del Arsenal.

Los quintacolumnistas campaban a sus anchas por la Base, y lo que es peor de forma evidente. A los pocos días del sabotaje del acorazado “Jaime I”, el Comisario General de la Flota transmitía a Indalecio Prieto, ministro de Marina: «La impresión que tengo es que en la base y en Cartagena están incrustados muchos fascistas», Prieto no actuó. Más tarde, el 11 de mayo de 1938, el Jefe del Estado Mayor de Marina, con Prieto ya cesado en sus cargos, escribía a Juan Negrín, nuevo ministro de Defensa Nacional, tras una visita a la Base:  «Moral derrotista. Mucho fascista con entera libertad de acción». Sin lugar a dudas la actuación de Quinta Columna en Cartagena fue demoledora tanto para la Armada como para la industria de guerra ubicada en Cartagena. 

El 1º de noviembre de 1937, Prieto, a propuesta de Bruno Alonso, nombra al capitán de Ingenieros Rafael Crespo Rodríguez director jefe del Astillero, se olvidaba de que sobre él pesaba la sospecha de la voladura del acorazado "Jaime I" cuatro meses antes.

Con Crespo se inició el sabotaje a gran escala. Según su propio testimonio mantuvo sin ocupación a gran parte de la plantilla, a veces más del 50%. Redujo los turnos obreros de tres a dos, lo que implicaba la paralización de la actividad desde las 10 de la noche hasta las seis de la mañana. Multiplicó los costes de producción y retrasó de forma sistemática las obras a ejecutar, contando con la colaboración de los marinos. Una de las prácticas utilizadas fue el escalonamiento en las peticiones de obras. Dilató y entorpeció la compra de materiales, con errores en las medidas, «inexplicables en un ingeniero de su capacidad técnica, dejando de observar las más elementales reglas de previsión y coordinación de pedidos, con los consiguientes retrasos, ensayos y trabajos innecesarios Ocurrió tanto en la obra naval como en la fabricación de proyectiles, cuya producción diaria de 150 unidades se podía haber multiplicado con una mano de obra aleccionada por la dirección. La labor de Crespo se distinguió por las dificultades que opuso al alargamiento del dique seco proyectado en 1933, a pesar de su urgente necesidad, como aparecía reflejado en la memoria presentada a Indalecio Prieto por Luis González de Ubieta, jefe del Estado Mayor de la Marina. Crespo dio cuenta de la peligrosidad de su empleo, falseando cálculos y boicoteando las bombas de desagüe para simular filtraciones, consiguiendo retardar la rehabilitación del crucero "Libertad", alcanzado por la aviación enemiga el 17 de junio de 1938, obviando que meses atrás se había varado en las mismas condiciones al "Miguel de Cervantes" . 

Las dilataciones lastraron la eficacia de la flota. Ese fue el objetivo declarado por Crespo: «El criterio mantenido de retardar las operaciones y el entrelazado de éstas, permiten asegurar que solo en rarísimas ocasiones han salido los tres cruceros rojos juntos a la mar», retrasos en las reparaciones que se puede ver en el siguiente Cuadro:

Las consecuencias eran de una enorme gravedad, como declaró Pedro Rodríguez Contreras, coronel auditor de la Armada: «…siempre había fuera de servicio tres o cuatro destructores» . De este modo, el "Libertad" tuvo que combatir solo con los barcos enemigos que, desde noviembre de 1937, tras el control del Cantábrico, incrementaron su presencia en el Mediterráneo.

En las filas republicanas hubo más que sospechas de aquellas acciones. Desde el ministro y el comisario al último eslabón de la cadena, pasando por las distintas afiliaciones políticas y sindicales. A la impunidad contribuyeron la ineficacia de las medidas adoptadas, el papel del Servicio de Información Militar (SIM), más pendiente de las cuestiones políticas que industriales, la nula formación técnica de los comisarios y la propia red quintacolumnista, que sirvió de amparo a los saboteadores. En última instancia, contaron con el respaldo del Cuerpo Jurídico, que imposibilitó la actuación de la justicia contra los responsables de las acciones encubiertas.

Hubo denuncias, como las cursadas por el propio jefe de la flota, Miguel Buiza, entre otras sobre la reparación del destructor "Sánchez Barcáiztegui", dando un parte «redactado en términos casi violentos», en el que aludía a la necesidad de realizar una rápida y rigurosa investigación sobre las actuaciones de los ingenieros, en particular de Pedro Vargas Serrano y Patricio Rodríguez Roda. Hizo otro tanto el también jefe de la flota González Ubieta cuando solicitó enjuiciar a los responsables de las averías y consiguiente inutilización del destructor "Lazaga". También el SIM acusó al Taller de Óptica, «…por demora en las obras y sabotaje». Se abrieron sumarios, pero quedaron en nada, como los instruidos a Pedro Vargas y Rafael Crespo. Las detenciones por sabotaje fueron contadas, sin que se produjera ningún procesamiento.

El balance no pudo ser más negativo para la República.



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miércoles, 9 de abril de 2025

EL FACTOR HUMANO DEL ACORAZADO “JAIME I” EN 1936

 




(Extractado de “Entre la Historia y la Propaganda: Las dos sublevaciones del acorazado Jaime I en 1936”.  Pedro Mª Egea Bruno. Universidad de Murcia)


El Estado General de la Armada de 1936, con pequeñas diferencias sobre la realidad de julio, nos aproxima al factor humano del acorazado. Se anotan 854 hombres, bajo el mando de 30 jefes y oficiales del Cuerpo General. La primera característica a destacar es la juventud de la oficialidad. La media de edad no llega a los 30 años. Todos han recibido su primer nombramiento con el régimen monárquico, algunos durante la regencia de María Cristina, la gran mayoría a lo largo del reinado de Alfonso XIII y los más recientes en la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

La antigüedad en el empleo que ostentan apenas supera los tres años, es decir casi todos han tenido su último ascenso en el bienio radical-cedista, en concreto el 56,5%, a lo que se añade el 17,4% que lo recibieron en la etapa primorriverista. Sólo el 26,1%, ha sido promovido durante el primer bienio, el período más genuinamente republicano. La inmensa mayoría se incorporará al barco a lo largo de 1935. Tan corto espacio de tiempo, para concitar las necesarias complicidades, argumenta que las solidaridades sean ideológicas o de clase. Las de la tripulación también.

En junio de 1936 se encuentran a las órdenes del comandante Julio Iglesias y Abelaira, capitán de navío de 57 años, ascendido en 1932, que ha tomado posesión de su puesto en mayo de 1935 y que es sustituido del cargo en Santander el 15 de julio de 1936 por el también capitán de navío Joaquín García del Valle. El segundo comandante, Francisco Guimerá y Bosch, es capitán de fragata, tiene 48 años y ha alcanzado su empleo en agosto de 1931; está pendiente de tomar plaza y la sublevación lo impide debiendo permanecer en Cartagena. Figuran dos terceros comandantes con el grado de capitán de corbeta, Carlos Aguilar Tablada y Tejón, de 35 años, y Rafael Moro Reyna, de 33.

Se alistan ocho tenientes de navío, entre los que se distinguen por su posterior intervención en el desarrollo de los hechos, José Mª Otero Goyanes, de 30 años, José Cañas Arce, de 28, y Félix Fernández Fournier, de 31. Con ellos, cinco alféreces de navío y seis de fragata. Concurren un capitán de Intendencia, que hace de habilitado, Luis López de Longoria, y un teniente médico, José A. Solana y Gutiérrez-Solana. También oficiales, los especialistas del Cuerpo de Maquinistas de la Armada asumirán, en forma significada, un papel contrario al resto de oficiales del Cuerpo General. Son los casos del comandante Benito Sacaluga Rodríguez, jefe de máquinas, del capitán Tomás Acción Golpe, 2º jefe de máquinas, y del teniente Ricardo Castro Calvelo.

Por debajo, el Cuerpo de Suboficiales (oficiales terceros y auxiliares) con un protagonismo singularizado en la sublevación y en el control del buque a partir de julio de 1936, en particular los maquinistas y el personal de Radio. Se destacarán Antonio Antúnez Aguilar, José Caneiro Pernas, Salvador Corrales Vidal, Manuel Gómez García, Daniel García Rego, José Díaz Peña y Manuel Fernández Olivares. No eran desde luego la mayoría. Para el capitán de fragata Bernardo Navarro Capdevila, “adoptaron una actitud muy cómoda, no interviniendo en la rebelión, sin ponerse en contra tampoco para evitar las consecuencias que ello les hubiera podido traer”. Se contabilizan seis auxiliares navales, 11 de artillería, dos de sanidad, tres de oficinas y archivos, 16 de maquinistas, dos de radiotelegrafía, dos de buzos, cinco de electricidad y 18 de máquinas. Su edad media se eleva a los 35 años por la presencia del personal de máquinas, cuyo promedio es de 42,5. Sin ellos se reduce a 30. El 50% ha ingresado en el escalafón durante los años de la II República y más del 80% ha ascendido durante esta etapa. Un elevado número, algo más del 75%, se ha incorporado al acorazado durante 1935. El resto lo ha hecho en 1934 (17%), 1936 (6%) y 1933 (2%). La dotación se completa con 158 cabos y 578 marineros.


Tenerife. Mayo de 1936

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viernes, 4 de abril de 2025

INDALECIO PRIETO Y EL TESORO DEL "VITA"

 

El yate "Vita" fue el medio utilizado para transportar desde el puerto francés de El Havre un preciado cargamento, entre lo transportado estaban parte de los bienes incautados, desde el 23 de septiembre de 1936 por la Caja General de Reparación, a civiles que hubieran apoyado o apoyasen la sublevación militar del 18 de julio de 1936. 

Según Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla, autores del libro "El Tesoro del Vita", editado por la Universidad de Barcelona en 2014, el cargamento reunía objetos y colecciones pertenecientes al patrimonio histórico-arqueológico español que fueron requisados por el gobierno de la República en las catedrales de Toledo y Tortosa, el Palacio Real de Madrid y los monetarios del Museo Arqueológico Nacional y de la Casa de la Moneda, así como una parte de las reservas económicas de la Generalitat de Catalunya, además de parte de los ya citados bienes incautados a civiles controlados por la Caja General de Reparaciones.


"Vita"


El 28 de febrero de 1939 el "Vita" zarpa del citado puerto francés con su valioso cargamento, llegando el 28 de marzo al puerto de Veracruz (Méjico), en un principio dicho cargamento estaría destinado para ser utilizado como ayuda a los servicios de auxilio a refugiados españoles.

Aún a día de hoy se desconoce con claridad el valor del cargamento total del "Vita", tampoco está claro en su totalidad el destino dado al mismo, nada extraño si como sabemos fue Indalecio Prieto, en contra de la voluntad de Juan Negrín, quien se encargó de recibir y administrar el tesoro. Residente en la capital azteca desde febrero de 1939, Prieto se convirtió en la primera personalidad política de la España republicana en instalarse de manera definitiva en México, circunstancia que unida a su amistad y sintonía ideológica con el presidente Lázaro Cárdenas iba a ser determinante para la suerte de los exiliados. Cárdenas confió el contenido del "Vita" a Prieto, aunque el destinatario era el doctor José Puche Álvarez (1), enviado a México por Negrín para recibir el cargamento.

Reproduzco a continuación una declaración jurada, ante la Fiscalia de la Audiencia Provincial de Bilbao, del que fuera el capitán del yate en esa travesía, José Ordorica, residente en Méjico, con ocasión de una visita a su pueblo natal, Lequeitio, en 1970.


DON JUAN CESAREO ORTÍZ URCULO, Abogado Fiscal de la Audiencia Provincial de Bilbao, en funciones de Secretario en la declaración prestada, para su constancia en la Causa General (2), por D. José Lucio Ordorica Ruíz de Asúa, de 74 años de edad, casado, con domicilio en Méjico y accidentalmente en Lequeitio (Vizcaya), testimonio a continuación la expresada declaración.-


En Lequeitio, a 24 de julio de 1970, ante el Fiscal de la Audiencia Provincial de Bilbao, Ilustrísimo Sr. D. Fernando Barrilero Turel, asistido del Abogado-Fiscal, en funciones de Secretario, D. Juan Cesáreo Ortiz Urculo, se aviene a prestar declaración D. José Lucio Ordorica Ruiz de Asúa, advirtiéndole que la misma es a efecto de su constancia en la Causa General.- Desde el año 1934 se encontraba navegando fuera de España.- 

En el año 1938, el buque "El Neptuno, que era el que mandaba, de la Cia. Marítima Unión, se amarró por embargo, como los demás españoles que allí estaban, debido a la ocupación de Bilbao por las fuerzas nacionales, en el puerto inglés de Southampton. En este mismo puerto le contrató D. Marino Gamboa, propietario del yate "Vita", al que conocía por ser antiguo amigo y convecino de Lequeitio (el Sr. Gamboa era filipino de nacimiento y súbdito americano), para mandar esa embarcación, lo que aceptó por razón de su amistad y porque en aquel momento carecía de trabajo. 

Al mando de este barco realizó varios viajes de turismo para la familia y amigos del Sr. Gamboa, fundamentalmente por el Mar del Norte. Cree que hacia marzo de 1939 en los puertos de nantes y El Havre, recibió orden de embarcar unas ciento sesenta maletas y cuatro cajas ignorando peso y contenido, sin conocimiento de embarque y sin manifiesto de carga, siendo entregada esta carga por un señor del que solo sabe que se llamaba Lozano que cree representaba al Ministerio de Hacienda en Madrid. Embarcaron con esta mercancía cuatro señores de los que solo recuerda que dos se llamaban Enrique Puente y el otro Sabater, ignorando los nombres de los otros dos. Antes, hacia enero, habian llegado a bordo D. Mariano Manresa, Capitán de la Marina Mercante que venía como administrativo sin asumir el mando del buque. 

Con este cargamento recibió orden de zarpar hacia Méjico (Veracruz). Llegados a Veracruz, los Sres. Puente y Sabater fueron a la capital a entrevistarse con el Sr. Prieto, Indalecio, sin que esto lo pueda asegurar porque cree que allí se dijo así. Se recibió a bordo una visita de la Aduana y , aunque no encontraron nada que les llamase la atención, se produjo una inquietud al no llegar nadie para hacerse cargo de la mercancía, en vista de lo cual el Sr. Puente requirió del Capitán, el declarante, que le acompañase a Méjico D.F. para sostener una entrevista con el Sr. Prieto y le preguntó al declarante a que hora podía llegar a Tampico procedente de Veracruz, contestándole el Sr. Ordorica que podía llegar al mediodía siguiente. En efecto a las doce horas del día siguiente llegó a Tampico y allí les esperaba el señor que el día antes había estado en el departamento del Sr. Prieto, que posteriormente se enteró que se trataba del señor Nuñez que cree era general. Este señor Nuñez dispuso las órdenes precisas y se descargó la mercancía y ya no sabe más de la suerte que pudiera correr ésta. 

El declarante continuó prestando servicios en el mismo buque y haciendo los viajes que le ordenaba su propietario.- El Sr. Ordorica insiste en que desea se haga constar su ignorancia absoluta respecto a la clase de mercancía que contenían los expresados bultos y la suerte que posteriormente pudieran correr así como que por este viaje recibiera órdenes o instrucciones diferentes al resto de los que vino realizando al mando del barco.- 

Y a efectos de la constancia expresada en el encabezamiento, firma esta declaración, después de leída ante el Sr. Fiscal y los testigos D. Antonio Moral Echevarrieta y D. Luís San Sebastian Bengoechea, de todo lo que doy fe como Secretario.- Firmas ilegibles. Y para su constancia expido el presente testimonio en Bilbao a veintisiete de Julio de mil novecientos setenta con el visto bueno del Sr. Fiscal.


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Benito Sacaluga

 

(1) José Puche Álvarez. Lorca (Murcia), 31 agosto de 1895 – Ciudad de México (México), 3 de noviembre de 1979. Médico. Comprometido políticamente, comenzada la Guerra Civil fue gobernador civil en Palencia en 1936 y rector de la Universidad de Valencia (1936-1938). En este período asumió también la Dirección General de Sanidad. Coronel Médico en 1938. Terminada la contienda civil se exilió en México, no abandonando su actividad política, ya que se hizo cargo del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles y fue delegado del Gobierno Republicano en el exilio. En México fue catedrático del Instituto Politécnico Nacional (1939-1946) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (1945-1965). A partir de ese momento publicó trabajos sobre el hambre en Europa coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial en base a su experiencia en la guerra española.





(2) Causa General.- Por decreto de 26 de abril de 1940, se conceden amplias facultades al Fiscal del Tribunal Supremo para que proceda a instruir la Causa General, con el objeto de averiguar los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la "dominación roja". Ante la complejidad que va adquiriendo la averiguación, se establece que, por Decreto de 19 de junio de 1943, se designe a un Fiscal Jefe de la Causa General que, bajo la exclusiva y directa dependencia del Ministro de Justicia, asuma las facultades que hasta ese momento tenía asignadas el Fiscal del Tribunal Supremo; aunque, por Decreto de 25 de abril de 1958, se dispone que quede de nuevo bajo la dependencia del Fiscal del Tribunal Supremo y se le restituyan sus facultades. El Ministerio Fiscal, bajo la dirección del Fiscal del Tribunal Supremo, asumió la tarea de recoger toda la documentación que sirviera para tal fin, formando la denominada "Causa General", hasta que el Decreto-Ley de 31 de marzo de 1969 reconoció la prescripción de las posibles responsabilidades penales por hechos acaecidos antes del 1 de abril de 1939.


Fuentes utilizadas: 

www.webmar.com

Real Academia de la Historia

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Portal de Archivos Españoles (PARES)

jueves, 27 de marzo de 2025

DESOLACIÓN Y MUERTE EN EL ACORAZADO "JAIME I"

 


Junio de 1937, el acorazado se encuentra en Cartagena, atracado en el muelle de La Curra, reparando las averías y desperfectos ocasionados por los recientes bombardeos aéreos selectivos contra el acorazado, llevados a cabo por la aviación rebelde los días 21 y 25 de mayo anterior estando atracado en el puerto de Almería.


Estado tras la explosión de la torre de babor


El 17 de junio siguen los trabajos de reparación, parte de los más de 800 hombres que componen su dotación, se dedican a la descarga del contenido de los pañoles de pólvora y proyectiles al objeto de garantizar la seguridad en la ejecución de las operaciones. En lugar de empezar por los pañoles de pólvora, por ser los más peligrosos, se dará preferencia a la descarga de los proyectiles almacenados en los extremos del buque.

La delicada y peligrosísima operación se va realizando con calculada y recomendada lentitud y precaución. En las torres se están dando clases teóricas a otra parte de la dotación, en imprudente cercanía con los pañoles abiertos de las pólvoras.

A las 15,30, con un cielo azul zafiro completamente despejado de nubes y un sol canicular castigando inclemente tierra y mar, sin que nada haga presentir la horrorosa catástrofe que se va a registrar a bordo, se produce una estruendosa y apocalíptica explosión en la torre de babor, que origina el fulminante desprendimiento de las tres cubiertas y la chimenea, y la voladura a gran altura de la parte alta del caparacho blindado de la torre.

La espantosa y ensordecedora deflagración conmueve y alarma a toda la ciudad, que en los primeros momentos la atribuye a uno más de los muchos y violentísimos bombardeos que ha sufrido el puerto, el Arsenal y el casco urbano de la población.

Lo mismo piensan en los primeros momentos los propios marinos del acorazado que, al grito de ¡Aviones! ¡Aviones!, abandonan la cubierta y corren a refugiarse en las entrañas del buque, al amparo del techo blindado que forma la cubierta del acorazado. Allí quedarán mortalmente atrapados por la vorágine de las llamas que, como una devastadora y espeluznante ola de fuego barre y arrasa el barco de proa a popa, mientras se suceden encadenadas explosiones a bordo. Hasta cuarenta se registran en una especie de infernal aquelarre de muerte, gritos de agonía y de terror y desolación por doquier.



La violencia de las explosiones es tan brutal, que lanza a gran distancia fuera del barco lanchas de salvamento, botes y marineros…Convertidos en alucinantes antorchas humanas, dando espantosos alaridos de dolor, aparecen sobre cubierta centenares de hombres que se arrojan de cabeza por la borda del buque buscando el alivio de las aguas, que no harán sino despertar y aumentar el dolor insufrible de las quemaduras. Agarrados fuertemente a las cadenas de las anclas, se arraciman los heridos. Decenas y decenas de cuerpos humanos horriblemente mutilados, despedazados o calcinados, saltan por los aires mezclados con toneladas de hierros, maderas y cascos de metralla de los proyectiles. Muchos perecen asfixiados en los compartimentos del buque.

Trescientos cincuenta y dos marinos muertos, y un centenar largo de heridos (tan graves algunos de ellos que no sobrevivirán a las terribles quemaduras y mutilaciones sufridas) es el sangriento balance de esta luctuosa efemérides, acaecida en una tarde cálida y luminosa a bordo del más potente navío de guerra español.


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Extractado de “Motín en la Flota” de Ernesto Méndez Luengo. Ediciones Leonesas. ISBN: 84-8012-291-9.


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Nota del Blog: Las causas de la explosión siguen sin esclarecerse. Se abrió una investigación en la Sala Sexta del Tribunal Supremo y las pruebas periciales fueron encargadas a la dirección de la Constructora Naval. Se barajaron varias posibles causas, entre ellas un acto de imprudencia y un sabotaje de la Quinta Columna. No se llegó a una conclusión definitiva. Varios historiadores e investigadores se decantan por el sabotaje.

Para mayor información visitar el siguiente enlace:







martes, 25 de marzo de 2025

LA TRIPULACIÓN DEL CRUCERO AUXILIAR "LEALTAD"

 


  El "Lealtad" era en realidad el "Darro", un mercante para frutas de cinco bodegas con entrepuentes, 88,39 metros de eslora y 3.160 toneladas de desplazamiento, construido en 1931 por la Compañía Euskalduna de Construcción y Reparación de Buques para la Naviera Pinillos. Fue incautado por el Gobierno de la República, artillado y cambiado de nombre. Se le instalaron en Cartagena un cañón Vickers de 101 mm. y un Nordenfelt de 47 mm. y se pintó de gris plancha. El 26 de enero de 1939 fue devuelto a sus armadores y recuperó su antiguo nombre. En 1964 fue vendido a Sucesor de Viuda de  Enrique Illueca y cambió su nombre por el de "Rosa N. Illueca". Permaneció en activo hasta 1978, año en el que fue desguazado.



El "Darro" antes de su incautación y cambio de nombre.


DOTACIÓN DEL "LEALTAD"

(Fecha desconocida)

Comandante: José Esteve Coll. Capitán de corbeta de la Reserva Naval
Segundo Comandante: Pascual Vidal Ruíz. Teniente de navío de la Reserva Naval
Cifrador: Hermenegildo Santos Suarez
Oficial de Navegación: Antonio Gerardo Egusquiza
Capitán Maquinista: Gerardo Elicechea
Teniente Auxiliar Naval: Emilio Lozano Otón
Teniente Maquinista: Juan León Casadevall 
Auxiliar Naval: Joaquín Martínez Cordero
Auxiliar Naval: Fernando Rico López
Tercer Maquinista: Antonio Alcacer Martí
Tercer Maquinista: Francisco Gómez López
Tercer Maquinista: Francisco Marín Naranjo
Auxiliar de Máquinas: Fidel Pérez Expósito
Auxiliar de Oficinas: Dionisio Paredes Ramos
Auxiliar de Artillería: Pascual Barreiro Ruíz
Auxiliar Alumno de Artillería: Crescencio Sintes Pons
Auxiliar Alumno de Artillería: Francisco González Sellés
Auxiliar Alumno de Máquinas: Pedro Martín Ortega
Auxiliar Alumno de Máquinas: José Cañavate Barreda
Auxiliar Alumno de Máquinas: Juan López Tudela
Cabo de Oficinas: Manuel Buide Ventura
Cabo de Artillería: José Clemares Celdrán
Cabo de Marinería: Salvador Romero Romero
Cabo Fogonero: José Vázquez Martínez
Cabo Fogonero: José Casal Chao
Cabo Fogonero: Ramón Rodeiro Fraga
Cabo Fogonero: Luis Sabín del Valle
Marinero Telemetrista: Manuel Muñiz Muñiz
Marinero de 1ª Artillero: Juan Montaner Castaño
Marinero de 1ª Artillero: Servando Prado Feijó
Marinero de 2ª Artillero: Manuel Juncal Cabaleiro
Marinero de 2ª Artillero: Pedro García Momeriano
Marinero de 2ª Artillero: Antonio Rufino Jiménez
Marinero de 2ª Artillero: Emilio Carabias Saez
Marinero de 2ª Artillero: Moisés Sánchez Piñeiro
Marinero de 2ª Artillero: Esteban León Navarro
Marinero de 2ª Artillero: Mariano Lucas Imbernón
Marinero de 2ª Artillero: José Jiménez Clemente
Marinero de 2ª Artillero: Francisco Rodríguez García
Marinero de 2ª: Elías Moro García
Marinero de 2ª: Manuel Álvarez Biescas
Marinero de 2ª: Emilio Camisellas Blanco
Marinero de 2ª: Carlos Víctor Cabezón
Marinero de 2ª Timonel: Santiago Peña Colina
Marinero de 2ª Timonel: Pedro Arruza Elórtegui
Marinero de 2ª: José María Navarrto Aguilera
Marinero de 2ª: Antonio Arruza Bilbao
Marinero de 2ª: Enrique Aldecoa Marcaida
Marinero de 2ª: Manuel Bilbao Lecumberri
Marinero de 2ª: Rafael Martín Camino
Fogonero Preferente: José Santiago Rein
Fogonero Preferente: José Castañeira Díaz
Fogonero Preferente: José Torres Hernández
Marinero Fogonero: Diego Vera Madrid
Marinero Fogonero: Cayetano Jiménez Galvez
Marinero Fogonero: Andrés Muñoz Navarro
Marinero Fogonero: Sebastian Serrano
Mayordomo: Agustín Salvador Mentó
Cocinero: Luís Friera Ricatre
Cocinero: Bernardo Bilbao Lecumberri
Marinero Enfermero: Alfonso Olivares
Marinero de 2ª Repostero: Juan Inchausti Iraola
Marinero de 2ª Repostero: Mariano Huerga
Marinero de 2ª Repostero: José López López
Marinero de 2ª Radio: Manuel García Dominguez
Repostero: Ángel Martínez Martínez
Maestre Radio: José Ramos Melero
Auxiliar de Sanidad: Andrés Pardo Ros

Total tripulación: 68 marinos






Benito Sacaluga