Reproduzco a continuación el testimonio de un testigo casual del fusilamiento de Benito Sacaluga, publicado en Memoria Histórica de Cartagena, su último grito es la denuncia extrema. La denuncia de un sistema exento de libertades, impuesto por la fuerza de las armas, de un sistema que destruye en él cualquier duda refugiándose en la democracia representada por la República haciéndola así justa causa de su muerte.
Una mañana, ya acabada la guerra, Juan que entonces tenia 15 años se sitúo en un promontorio en el barrio de la concepción, cerca de la rambla de Benipila desde donde se podía ver el patio de deportes del arsenal militar, ya que la muralla tenia una altura inferior a la actual, desde allí pudo ver un grupo de hombres armados, entre ellos reconoció a uno, bajito y rechoncho, era el sin duda, D. Benito. Le había servido las muestras de comida en la sede del estado mayor donde trabajaba como pinche de cocina.
D. Benito y los demás fueron conducidos cerca del muro donde ya no le podía ver, pero pude oír como un oficial pregunto ¿tienen algo que decir?….y se pudo oír en voz alta, ¡VIVA LA REPUBLICA!. Sin duda alguna era Benito Sacaluga Rodríguez. Una persona de trato agradable y entrañable.
Juan el pinche de cocina era: Juan Gómez Hurtado, hijo de Juan Gómez Rodas fogonero de la Armada en aquella época desaparecido.
La espuma de las aguas, a esas horas
aún dormidas,
alejadas de la luz de las noches,
que aplicadas
intentan borrar
la muerte sin sentido,
consiguiendo así dibujar
la sangre derramada,
insulto póstumo
a los asesinos
aún anónimos.
Benito Sacaluga