lunes, 15 de febrero de 2016

EL TESTIGO QUE NUNCA LO FUE


Acorazado "Jaime I"
En la causa abierta contra Benito Sacaluga (4/39) se le acusa, entre otros supuestos delitos, de ordenar la subida abordo del "Jaime I" de un número indeterminado de prisioneros con el fin de que efectuasen las labores del carboneo del acorazado y de ser el responsable de la muerte de varios de ellos, entre los cuales se encontraban el Obispo de Guadix y el de Almería, personas que como más tarde se demostró no fallecieron en el "Jaime I". (1)

En sus declaraciones ante el Juez Instructor, ratificadas durante el Consejo de Guerra Sumarisimo, Sacaluga niega tal responsabilidad, la cual atribuye al comandante del acorazado, el maquinista Garcia Rego añadiendo que lejos de aprobar tal iniciativa recomendó que, de llevarse a fin, a los prisioneros se les encomendase exclusivamente labores en cubierta, por un lado para evitar un esfuerzo al que no estaban acostumbrados y por otro para conseguir que el estibamiento del carbón fuera óptimo en aras de conseguir la mayor carga posible.

(2) "Además de los individuos que formaban parte de los tres comités que existieron en el Jaime I estaban asignados a dicho barco dos hermanos maquinistas, Joaquin y Daniel García Rego. El primero titulado Comandante del Jaime y Jefe de las fuerzas navales de Almería, llevó a bordo a este buque con ocasión de un carboneo a varios presos de un buque mercante fondeado en el puerto. De ello me dio noticia el Maquinista de guardia, o el de cargo D.Juan Lorenzo, no lo recuerdo bien, al enterarme de ello fui a interesar al comité que tales individuos no interesaba que estibaran las carboneras, pues debiéndose hacer el relleno saldríamos con  mucho carbón de menos.

Aparte de esta causa me propuse que los presos políticos, en caso de que les hicieran trabajar fuera en cubierta acarreando espuertas, donde estuvieran a la vista y no fueran maltratados dentro del barco"...

(1) La propia Iglesia católica se hace eco de las declaraciones de Sacaluga: 

Benito Sacaluga, jefe de los Servicios de Máquinas de la Escuadra de la República, ante el Consejo de Guerra en relación con los asesinatos en Almería, manifestaba“ de quien decían ser un Obispo, y Oficiales de la Guardia Civil …fueron traídos al buque "Jaime I" para hacer la estiba de las carboneras y él llegó por la mañana, … donde estaba el Comité, y el Cabo Arias le dijo: todos esos Obispos y Guardias Civiles que hay ahí encerrados vamos a buscarlos para que hagan la estiba de las carboneras” “… Que ese mismo día el declarante vio en la cámara de dinamos, en donde tenía el destino, al que decían era el Obispo de Guadix, allí asfixiado… (le confunde con el Padre jesuita Martín Santaella)… me propuse que los presos políticos, en caso de que les hicieran trabajar, fuera en cubierta acarreando espuertas, donde estuvieran a la vista y no fueran maltratados dentro del barco."

(3) " En la declaración en cuestión afirma, según lo comunicado por Juan Lorenzo, que el traslado de los presos desde un buque mercante fondeado en el puerto se efectúa en cumplimiento de una orden dada por el Maquinista Joaquin Garcia Raga, a la sazón investido Comandante del Jaime I. A continuación Sacaluga declara que una vez conocida esta orden se dirigió a los mandos del Comité para hacerles saber que no interesaba que dichos presos estibaran las carboneras, ya que tratándose de una labor de relleno, la falta de experiencia y aptitud prevista de los presos supondría salir a la mar con bastante menos carbón del posible, recomendando al mismo tiempo que si estos presos debían  efectuar labores de carboneo lo mejor sería que lo hiciesen en cubierta acarreando espuertas".

Parece evidente que la declaración, ante el Juez Instructor del Maquinista, de Juan Lorenzo,  habría aclarado de forma contundente de quien provenía la orden de trasladar al acorazado a los prisioneros, que no fue otro que Joaquin García Raga, persona además con suficientes poderes para emitirla y hacerla cumplir y no de Sacaluga como era la posición y pretensión del Instructor en base a la declaración de un testigo de cargo comprado, Jose Prieto Gil.

Un testigo de este calado (Juan Lorenzo Castro) para la defensa de Sacaluga debería haber comparecido ante el juez Instructor para prestar declaración, máxime estando igualmente detenido desde el 6 de abril y por tanto a plena disposición del Juez. En el contenido de la Causa contra Sacaluga no existe, o al menos no permanece en ella, ningún indicio de declaración de Juan Lorenzo, ni de que el Juez Instructor mantuviese conversación alguna con él. Si tenemos ahora conocimiento de que la causa abierta contra Juan Lorenzo Castro (1189/39) fue sobreseída en su momento, con resultado de su puesta en libertad.

Una vez en mi poder la Causa 1189/39 y leída la declaración del maquinista Juan Lorenzo Castro se pone de manifiesto la veracidad de las declaraciones de Sacaluga en relación con la orden de utilizar a los prisioneros en el carbonero del barco:

Del Departamento Marítimo de Cádiz para

Excmo. Sr. Comandante General del Departamento


A los fines que procedan tengo el honor de pasar a manos de V. E la única declaración jurada que me entrega el 2º Maquinista (Alférez) D. Juan Lorenzo Castro, que se encuentra en este Campo de Concentración de Prisioneros y Presentados a la que acompaña documento que acredita su personalidad y empleo y escritos que le avalan respecto a sus antecedentes politico-sociales.


Once de mayo de 1939. Año de la Victoria.


JUAN LORENZO CASTRO, 2º Maquinista de la Armada, en la actualidad en este Campo de Prisioneros de Rota, declara por su honor y bajo juramento lo siguiente:



.....Al poco tiempo de llegar a Málaga embarcó en el “Jaime I” mucho personal que trajo el “Almirante Lobo” desde Cartagena, a parte de este personal culpo yo de cuantas maldades se hicieron en nombre del “Jaime I”. Entre los que embarcaron se encontraban los hermanos maquinistas Daniel y Joaquín García Rego y un paisano llamado Santamaría, este creo que estaba embarcado como Auxiliar de Máquinas. Se forma la Guardia Roja cuyo jefe es el maquinista Daniel García Rego, de esta solo recuerdo el nombre del jefe y del fogonero preferente Carlos Brage.



..... En los primeros días de septiembre salimos para Almería, donde atracados en el muelle hicimos carbón. Uno de los días en que se efectuaba este carboneo al llegar al barco, procedente de los Almacenes del carbón me enteré de que el Comité había metido en las carboneras para estibar  a dos venerables ancianos, Obispos de Almería y Guadix, oficiales de la Guardia Civil y algún paisano, causando el fallecimiento de uno de ellos y la asfixia de otros. Indignado protesté por tan horrible crimen por lo que me dijo el maquinista Daniel García Rego que yo era un fascista y que habría que darme el paseo.


Según se  desprende de la declaración de Juan Lorenzo Castro fue el Comité quién dio la orden de que los presos efectuaran los trabajos de carboneo y fue el Comité quien vigiló que así de hiciera. Por otro lado y según queda recogido en la prensa franquista el obispo de Guadix salió con vida del "Jaime I", al igual que el de Almería y ambos fueron "paseados" bastantes días después de salir del acorazado y fusilados por miliciano junto al barranco de "El Chisme".


Recordar aquí que el Tt. Coronel Benito Sacaluga fue condenado a muerte al imputarsele y dar como probada la orden de que los presos llevasen a cabo el carboneo del "Jaime I" en Almería, además del cargo de rebelión militar por haber permanecido fiel a la República. En lo referente al cargo relativo al carboneo y a la muerte del Obispo de Guadix ha quedado demostrada su inocencia en tales acciones, una inocencia que podría haberse demostrado si en el transcurso del Consejo de Guerra el Tribunal hubiese aceptado interrogar a Juan Lorenzo Castro tal y como Sacaluga solicitó, en ese momento Lorenzo Castro estaba prisionero en Cartagena a pocos metros de la sala del tribunal. Tal inocencia de nada le habría servido para evitar su condena a muerte, ya que su fidelidad a la República quedó ampliamente demostrada y solo esto era motivo más que suficiente para que fuera ejecutado, pero al menos no se habrían vertido mentiras, acusaciones de asesinato, sobre su persona. Las fuerzas franquistas no podían renunciar a demonizar a los marinos republicanos, haciéndoles responsables de atrocidades sin más prueba que la representada por delatores pagados por los golpistas, más aún, si como es el caso, se trataba de liquidar las cuentas pendientes sobre los sucesos del "Jaime I", principalmente sobre los acaecidos en los días inmediatos al golpe de estado.

Benito Sacaluga






Nota.- En referencia a los hermanos García Rego, uno de ellos tiene como nombre propio Daniel y es citado en ocasiones como Manuel, el otro hermano figura a veces como Joaquín y otras como José.


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