Placa Laureada de Madrid |
La II República española mantuvo siempre un marcado carácter antimilitarista, de ahí que el pueblo mantuviera cierta indiferencia sobre los actos militares, también sobre las distinciones, condecoraciones y recompensas otorgadas a los militares, aunque hubo excepciones.
El combate de Cabo de Palos, (5 marzo de 1938), supuso el hundimiento del crucero sublevado "Baleares". Con la victoria en este combate crecieron las esperanzas republicanas sobre un resultado favorable de la guerra en el mar.
El combate de Cabo de Palos, (5 marzo de 1938), supuso el hundimiento del crucero sublevado "Baleares". Con la victoria en este combate crecieron las esperanzas republicanas sobre un resultado favorable de la guerra en el mar.
El Gobierno de la República no dudó en conceder condecoraciones a los marinos republicanos que intervinieron en el combate. La Placa Laureada de Madrid le fue impuesta al comandante de la escuadra, Luis González de Ubieta, el Distintivo de Madrid fue para las dotaciones y los buques.
En octubre de 1936 el Ejercito leal a la República incorporaba nuevos uniformes y distintivos, así el denominado Ejército Popular se hacia con una nueva y particular imagen. Por supuesto el cambio afectó de lleno a las condecoraciones. Se crearon nuevas condecoraciones, a saber:
- Placa Laureada de Madrid, la más importante, de valor similar a la Laureada de San Fernando.
- La medalla de las Brigadas Internacionales
- Medalla de la Libertad
- Medalla de Sufrimientos por la Patria
- Medalla del Deber
- Medalla del Valor
- Placa del Valor
- Distintivo de Madrid
- Distintivo del Valor, estas dos últimas como recompensas colectivas.
Placa Laureada de Madrid
La Placa Laureada de Madrid, así denominada por considerarse a Madrid la capital mundial del antifascismo, concedida a González de Ubieta, había sido creada por Decreto el 5 de marzo de 1937, estaba pensada para premiar hechos extraordinariamente heroicos o de capacidad militar, y presenta ciertas peculiaridades que la hacen distinta del resto de recompensas.
El diseño oficial de la Placa mostraba una corona de laurel esmaltada en verde, sobre la que reposaba una estrella de cinco puntas rematada en rojo en cuyo centro había un medallón donde se puede ver un perfil ideal de la República y la inscripción "LA REPÚBLICA A SUS HÉROES", este medallón, así como el lazo de la corona de laurel, debían presentarse en bronce viejo.
Solo tres militares republicanos recibieron esta recompensa: el general José Miaja Menant (concedida el 12 de junio de 1937 por la defensa de Madrid), el general Vicente Rojo Lluch (concedida el 10 de enero de 1938 por la conquista de Teruel) y, finalmente, el capitán de corbeta Luis González de Ubieta (concedida el 16 de marzo de 1938 por el hundimiento del "Baleares".
Solo tres militares republicanos recibieron esta recompensa: el general José Miaja Menant (concedida el 12 de junio de 1937 por la defensa de Madrid), el general Vicente Rojo Lluch (concedida el 10 de enero de 1938 por la conquista de Teruel) y, finalmente, el capitán de corbeta Luis González de Ubieta (concedida el 16 de marzo de 1938 por el hundimiento del "Baleares".
Distintivo de Madrid
La existencia de gratificaciones colectivas permitió extender el agradecimiento a todos los participantes en el combate, ya que se trataba del éxito de una escuadra y no solo de un hombre. Así, buques y hombres recibieron el Distintivo de Madrid, recompensa que junto con el Distintivo del Valor había sido creada por Decreto el 23 de enero de 1938.
El Distintivo de Madrid estaba equiparado en cuanto a méritos a la Placa Laureada de Madrid, hasta el punto de pasar a regirse según su Reglamento. Este distintivo lo ostentaban las banderas o enseñas de las unidades recompensables, aunque también existió un distintivo personal, que podía lucirse, bordado en seda verde, en la manga izquierda de la camisa. El diseño había de ser el mismo que el de la Placa Laureada de Madrid. Además, la bandera de la unidad (en este caso buque) ostentaría el mismo Distintivo en triple tamaño, amén de una corbata con los colores nacionales y dos pequeños distintivos bordados en sus puntas.
Para la ocasión que nos ocupa se creó otro diseño, detallado en una Circular de la Subsecretaría de Marina de agosto de 1938, (DO nº 196). Esta versión del distintivo refleja con meridiana claridad la misma esencia de la distinción, es decir el mito de la ciudad de Madrid como emblema de la lucha por la República española; de hecho, el diseño se corresponde totalmente con el escudo de la Villa de Madrid, bordado en oro y plata. Este modelo de distintivo aparece presentado en dos modalidades. La primera debía bordarse sobre un gallardete; en este caso los laureles se bordaban en verde, para que destacara sobre el amarillo de la enseña nacional. El otro modelo era para el uniforme. Ambos son idénticos y presentan bajo el escudo de Madrid la inscripción "6-3-1938" bordada en rojo.
Extractado de "Recompensas republicanas por el hundimiento del Baleares" Revista de Historia Naval. Nº: 59 (1997). D.Enrique García Domingo. Licenciado en Historia.
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