- A.D.A.R
- PARES
- GACETA DE LA REPÚBLICA
Teniente Coronel Maquinista de la Armada. Submarinista.Jefe de Máquinas del Acorazado "Jaime I". Jefe de los Servicios de Inspección de Máquinas de la Flota Republicana - Director de la Escuela Naval Popular de Cartagena - Cádiz 1.882 - Cartagena 1.939
En abril de 1931 España se deshace democráticamente de la Monarquía para convertirse en una República. Se extingue por tanto el juramento de obediencia y fidelidad que las Fuerzas Armadas españolas habían prestado ante la monarquía. Se hace imprescindible que los miembros de las Fuerzas Armadas se comprometan con su fidelidad a la República, con la obediencia a sus leyes, y que empeñen su honor en defenderla con las armas.
La revolución del 14 de abril, que por voluntad del pueblo ha instaurado la República en España, extingue el juramento de obediencia y fidelidad que las fuerzas armadas de la nación habían prestado a las Instituciones hoy desaparecidas.No se entienda en modo alguno que las fuerzas de mar y tierra del país estaban ligadas en virtud de aquel Juramento por un vínculo de adhesión a una dinastía o una persona. La misión del Ejército, dice el artículo 2.° de la ley Constitutiva, es sostener la independencia de la Patria .Esta doctrina tan sencilla y tan clara, sobre la cual fundará la República su política militar, va a tener ahora, un desarrollo completo y su perfección. El Ejército es nacional así como la nación no es patrimonio de una familia. La República es la nación que se gobierna a si misma. El Ejército es la nación organizada para su propia defensa.Resulta pues evidente que tan sólo en la República pueden llegar el Estado y sus servidores en armas a la identidad de propósitos, de estímulos y de disciplina, en que se su sustenta la paz Interior, y en caso de agresión, la defensa eficaz de su suelo.Al tender hoy la República a los generales, jefes y oficiales de su Ejercito la fórmula de una promesa de fidelidad, de obediencia a sus leyes y de empeñar su honor en defenderla con las armas, les brinda la ocasión de manifestar libre y solemnemente los sentimientos que, como a todos los ciudadanos españoles dirigen hoy su conducta.El Gobierno de la República se complace en declarar su satisfacción por el comportamiento de los militares en los días que acaban de transcurrir y asegura a cuantos desde ahora la sirven que en el régimen y gobierno del Ejército seguirá las mismas normas de legalidad y responsabilidad de severa disciplina, de benigna consideración a los sentimientos respetables y de recompensa a las virtudes cívicas que se propone aplicar en todos los organismos e institutos del Estado.Respetuosa la República con la conciencia individual, no exige las promesas de adhesión, los que opten por servirla otorgarán la promesa; los que rehúsen prestarla será que prefieren abandonar el servicio.La República es para todos los españoles, pero solo pueden servirla en puestos de confianza los que sin reservas y fervorosamente adopten su régimen. Retirar del servicio activo a los que rehúsen la promesa de fidelidad no tiene carácter de sanción, sino de ruptura de su compromiso con el Estado.Fundado en estas consideraciones y a propuesta del ministro de la Guerra, el Gobierno provisional de la República decreta:Artículo 1.- Todos los Generales en situación de actividad o reserva, y todos los Jefes, Oficiales y asimilados que no estén en la situación de retirados o separados del servicio habrán de prestar en el plazo de cuatro días, contados desde la fecha de publicación de este Decreto en la Gaceta de Madrid, solemne promesa de adhesión y fidelidad a la República.Artículo 2.- El texto de la promesa se ajustará a la siguiente fórmula:
“Prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas”Artículo 3.- En todos los Cuerpos y dependencias militares se dispondrán pliegos enteros encabezados con la fórmula prevista en el Artículo anterior. Los generales, jefes, oficiales y asimilados de los Cuerpos, centros o dependencias militares estamparán su nombre, apellidos y rúbrica en los pliegos dispuestos, mencionando el Cuerpo, centro o dependencia en que están destinados.Firmará primero el jefe del Cuerpo, centro o dependencia, y ante él, o ante el jefe en quien delegue, irán firmando o los generales, jefes y oficiales de plantilla o agregados a su unidad o establecimiento.El personal en situación de reemplazo, disponibilidad, reserva o supernumerario, firmará en los pliegos dispuestos en el Gobierno Militar del lugar de su residencia. La misma norma se aplicará a los transeúntes o en uso de licencia o permiso, utilizando pliegos distintos para los de cada empleo y Arma o Cuerpo. Los que se encuentren en el extranjero con destino, comisión o licencia comparecerán a firmar en la Embajada o Consulado de la nación. El plazo concedido en el Artículo 1º. Del presente Decreto se entenderá prorrogado para este personal, lo mismo que para el de las Islas Baleares y Canarias, posesiones españolas de África y zona del Protectorado en Marruecos, hasta el tercer día en que la fórmula sea conocida oficialmente en las Embajadas o Consulados o por la autoridad militar superior respectiva.A los hospitalizados se les invitará a firmar por el Director del Hospital Militar en que se encuentren. A los que estuvieran en clínicas particulares o de baja en su casapor enfermedad, los jefes de los Cuerpos, centros o dependencias les harán llevar los pliegos de firmas. Entre las autoridades y jefes de Cuerpos, centros o dependencias militares se darán los debidos conocimientos del personal no presente en sus destinos que hubieran estampado su firma en lugar distinto al de su residencia.No tendrán validez los pliegos con firmas que carezcan del encabezamiento prescrito en el Artículo 3.Artículo 4.- Las autoridades regionales remitirán sin dilación al Ministerio de la Guerra los pliegos con las firmas del persona a sus órdenes y una relación de los que voluntariamente no hubieran firmado, así como de los que por hallarse en ignorado paradero, no cumplan tampoco con los dispuesto en el Artículo anterior.Los pliegos de firmas y relaciones pasarán a las respectivas secciones del Ministerio de la Guerra para la debida anotación en las hojas de servicio de los generales, jefes, oficiales y asimilados.Artículo 5.- Los generales, jefes, oficiales y asimilados que, en uso de la libertad que se les confiere, no otorguen la promesa con las formalidades prescritas y dejen por tanto de figurar en los pliegos de firmas, causaran baja en el Ejército, pasando los generales a la situación de separados del servicio que define la Ley de 29 de junio de 1918, y los jefes y oficiales a la de retirados, con el haber pasivo que les corresponda.Artículo 6.- Cuando el Ministerio de la Guerra lo determine, las autoridades regionales darán las órdenes e instrucciones precisas para demandar la promesa a las clases e individuos de tropa de los Cuerpos, centros o dependencias de la región. A ello queda igualmente obligado el personal con asimilación militar que sirve en fábricas, talleres, parques y laboratorios, aunque no estén como clases o individuos de tropa.Dado en Madrid a 22 de abril de 1931.El presidente del Gobierno ProvisionalNiceto Alcalá-Zamora y Torres.El ministro de la GuerraManuel Azaña
Fuente: Marinos Republicanos en los Campos de Concentración Soviéticos. 1938-1956. José Vicente García Santamaría y Juan Carlos Sánchez Illán. Ed. Catarata (2025). ISBN: 978-84-1067-214-7
CONCLUSION FINAL
No es posible determinar la causa o causas del hundimiento del ‘C-5’. Ninguna de las dos teorías, digamos que oficiosas, podrían darse por ciertas sin más, pero hay suficientes indicios de la existencia de una causa más, siendo ésta la intervención de un buque de guerra alemán.
Desde las Fuerzas Navales del Cantábrico se informó que, a pesar de los intentos de comunicación con el submarino los días 30 y 31 de diciembre, les fue imposible ningún tipo de contacto, situación ésta que viene a justificar sin más la "decisión" de dar por perdido al "C-5". Sobre este punto debemos considerar que el sistema de comunicaciones instalado en el submarino dejaba totalmente de funcionar cuando se navegaba en inmersión a cualquier profundidad.
Los submarinos de la Clase C tenían tres antenas que podían recibir, la del radiogoniómetro, instalada en la vela con el receptor multibanda, OC, OM, y emisoras comerciales terrestres instalado en la estación radio, la antena de cubierta fija, que recorría el buque desde las bases de las antenas principales pasando sobre la vela en unos soportes aislados y solo servía para OM si estaban secas, y las antenas principales que iban instaladas sobre unos puntales abatibles de 12 metros, proa/popa, estas trabajaban en OC y OM pero siempre con el submarino en superficie. En OC podían transmitir/recibir en superficie, con buena propagación recibían a mucha distancia y tenía un alcance en transmisión de mas de 500 millas, eso si, solo funcionaban en Morse, mientras que por OM el funcionamiento era en Morse y en fonía. En resumen el submarino en inmersión, incluso a cota periscópica, estaba completamente aislado en cuanto a comunicaciones con superficie se refiere. Según lo anterior, entiendo que se debería haber considerado que la falta de respuesta del submarino se debía a que navegaba en inmersión, cosa que no se hizo y se acudió simplemente a la suposición de que estaba hundido. Por otro lado no hay constancia de los intentos realizados para contactar con el submarino, tampoco explicación de la razón por la cual se dejó de intentar en la tarde del día 31 y días posteriores.
Nos encontramos ante el hundimiento de un submarino con toda su tripulación a bordo, calificarlo de desaparición solo obedece a determinados intereses. Recordemos que el hundimiento del submarino ‘C-3’ fue deliberadamente ocultado por la Marina de Guerra Alemana y por el gobierno español de posguerra, en el caso que nos ocupa la actuación de alemanes y españoles apunta en la misma dirección, además no podemos afirmar con seguridad que la Marina de Guerra de la República contara la realidad de lo sucedido dadas las contradicciones de sus relatos.
Según lo que se ha puesto de manifiesto en este informe, las únicas opciones barajadas como causa del hundimiento, a saber, avería grave imprevista o sabotaje de su comandante, son solo suposiciones sin datos objetivos que las apoyen, y a nuestro modo de ver carecen de peso frente a la posibilidad de una amenaza real o un ataque al submarino por parte de los buques de guerra alemanes, tanto de superficie como submarinos presentes en la zona en las mismas fechas en las que el ‘C-5’ se perdió.
Dicho posible ataque estaba contemplado en las órdenes cursadas a los comandantes de los buques alemanes en el caso de que barcos republicanos agrediesen o apresasen a barcos mercantes de bandera alemana. El incidente del mercante alemán ‘Palos’ venía a justificar la represalia alemana, aunque todos sabemos que los alemanes no necesitaban justificación alguna para atacar a buques republicanos, algo que queda demostrado con los ataques llevados a cabo según se relacionan en el Cuadro insertado en este informe, en el que recogen 11 ataques en el contexto de la Operación Úrsula, uno de ellos contra el ‘C-3’ con el resultado de su hundimiento.
El supuesto ataque o amenaza bien pudo producirse el mismo día de su salida de Portugalete, el 30 de diciembre, pero teniendo en cuenta las contradicciones sobre las fechas de actividad del submarino hay que considerar una horquilla que al menos va desde el día 30 citado al 3 de enero siguiente, última fecha en la que se afirma que el ‘C-5’ está navegando.
Dichas contradicciones son difíciles de asumir, tengamos en cuenta que involucran a la Jefatura de las Fuerzas Navales del Cantábrico y al Ministerio de Marina y Aire, más aún si tenemos en cuenta que el Jefe de las FNC era en esas fechas el capitán de navío Valentín Fuentes, marino de excelente reputación. No obstante, hay que considerar que Valentín Fuentes asumió esa jefatura el 27 de diciembre de 1936, tan solo tres días antes de la última salida del ‘C-5’, sin que hubiera tenido aún la posibilidad de organizar a su personal y depurar posibles comportamientos inadecuados. Por tanto, cabe la posibilidad de que el primer comunicado dando por desaparecido al ‘C-5’ la noche del día 30 no fuera redactado directamente por Fuentes, pero de lo que no cabe duda es que el que se emite al Ministerio con fecha dos de enero está redactado por él en primera persona e informa de la situación de operativo del ‘C-5’. No olvidemos la carta enviada por el ministro de Marina al Comisario General de la Flota en febrero de 1937 en la que se reconoce la ocultación del hundimiento del submarino.
En la zona había al menos dos cruceros alemanes, el ‘Karlsruhe’ y el ‘Königsberg’ además de un número no determinado de submarinos (U-boot) de los que solo hemos podido identificar al ‘U-26’, con base en Pasajes.
Cualquiera de ellos pudo ser el causante del hundimiento del ‘C-5’, no obstante, después de lo investigado hemos centrado nuestra atención en el 'Königsberg'.
Tanto el periodo de tiempo comprendido entre el 30 de diciembre y el tres de enero, como en las zonas de navegación estimadas existen muchas posibilidades de que el ‘C-5’ y el ‘Königsberg’ coincidieran, de hecho en su última salida el "C-5" tenía órdenes de atacar al "Königsberg" si lo encontraba.
Si el submarino navegaba de día en superficie, bien por imprudencia de su comandante o bien porque sufría una avería que desaconsejaba la inmersión, pudo ser fácilmente localizado por el crucero alemán, tanto por su radar como visualmente, y dirigirse a él sin que el submarino se percatase hasta que lo tuvo a corta distancia. En esta situación caben cuatro posibilidades: 1) Una vez que el submarino se vio en peligro inicio una rápida inmersión sin tener en cuenta posibles problemas en ello y una vez en inmersión y a causa de averías le fue imposible emerger a superficie. 2) El buque alemán lanzó cargas de profundidad que consiguieron afectar al submarino. 3) El submarino no tuvo tiempo de sumergirse, o no podía hacerlo, y el crucero lo embistió y hundió. 4) El crucero disparó sus cañones contra el ‘C-5’ hundiéndolo cuando el submarino estaba en superficie.
Por supuesto, y en las cuatro posibilidades detalladas, la Kriegsmarine ocultó celosamente el incidente tal y como lo tenía establecido su Estado Mayor en sus órdenes para este tipo de operaciones, al igual que lo hizo días antes con el hundimiento del ‘C-3’.
Cabe recordar que la información sobre las causas del hundimiento del ‘C-3’ se debe a que el comandante de ‘U-34’ no destruyó completamente todo lo relacionado con su intervención en la Operación Úrsula, conservando parte de los informes, especialmente los relativos al ataque al ‘C-3’. Esta, digamos, negligencia y la incorporación años más tarde a los Archivo alemanes de la documentación conservada por el comandante fue lo que permitió esclarecer las verdaderas causas del hundimiento del ‘C-3’, (recordemos que hasta conocerlas el hundimiento se atribuyo a una explosión interior espontánea), de no haberse conservado estos documentos nunca se habría podido demostrar la intervención alemana en este hundimiento, algo que en el caso del C-5’ necesariamente debe ser tenido en cuenta.
Las causas del hundimiento del ‘C-5’ no las encontraremos en los archivos españoles, de ellos, sin embargo, en el Archivo Histórico de la Flotilla de Submarinos. Cartagena (AHFS) y a partir de documentación girada entre el submarino y las FNC, si que podríamos establecer la fecha estimada de su hundimiento y la zona en que se produjo, algo aún muy confuso y sin establecer con claridad, pero para ello habrá que esperar a que el recién creado Archivo Histórico de la Armada Sede Juan Sebastián Elcano en Madrid colabore. Desde el 30 de septiembre de 2024 hemos realizado varias solicitudes de información al Archivo mencionado, sin que hasta la fecha hayamos recibido contestación.
Terminar, de momento, reflexionando sobre las consecuencias que se derivarían hoy de la intervención alemana en este caso para la historia ya escrita sobre la Guerra de España. Por otro lado, y como ya se ha dicho, lo más importante, es conseguir que los descendientes de los miembros de la dotación del submarino conociesen las causas y al responsable de la pérdida de sus familiares, algo que llevan esperando casi un siglo.
Con lo puesto de manifiesto a lo largo de los nueve capítulos de los que se compone este trabajo, entendemos que la teoría de que el hundimiento del "C-5" fuese a causa de un ataque de la marina de guerra alemana debe ser seriamente considerada y sumada con fuerza a las otras dos que hasta la fecha se han venido exponiendo desde 1937. No en vano el ataque alemán, por unos u otros motivos, necesitaba realmente mantenerse en secreto. Como ya se ha demostrado el ministro de Marina decidió ocultar el hundimiento alegando las repercusiones que podría tener entre la moral de los marinos republicanos, eso si sin conocer las causas del hundimiento, por su parte los franquistas estaban obligados por los alemanes a ocultar que intervino un buque de guerra alemán, y por la parte alemana es conocida la orden de mantener en el más absoluto secreto sus ataques a buques republicanos.
Más importante que el hundimiento del buque lo es la situación de desaparecidos de los 40 marinos de su dotación. Nadie los ha buscado, nadie ha profundizado en la causa de sus muertes. Que no se haya localizado el pecio, ni siquiera intentado, no le da la simple condición de desaparecido. El ‘C-5’ reposa en el fondo de algún lugar del Cantábrico, esto es indiscutible. No es posible determinar la causa o causas del hundimiento del ‘C-5’. Ninguna de las dos teorías, digamos que oficiosas, podrían darse por ciertas sin más, pero hay suficientes indicios de la existencia de una causa más, siendo ésta la intervención de un buque de guerra alemán.
Habrá que seguir investigando y profundizando en lo ya conocido, es la única forma de acceder a la verdad de lo que sucedió.
Benito Sacaluga
ANEXO 1.-
Dotación del ‘C-5’ desaparecida con el submarino
La dotación del "C-5" al 30 de diciembre de 1936, fecha de su última misión, estaba compuesta por los 40 marinos que se relacionan a continuación. Dicha relación está publicada en la segunda edición (2003) del libro “Submarinos republicanos en la guerra civil española”, sus autores citan como fuente de la misma el Archivo Histórico de la Flotilla de Submarinos. Cartagena. Dicho Archivo está ilocalizable, según nos indican es posible que esté en cajas para su traslado al nuevo Archivo Histórico de la Armada en Madrid, aunque como se ya se ha dicho anteriormente no nos han confirmado este extremo.
Como ya se ha dicho en este Informe, toda la dotación desapareció con el submarino. Los familiares de todos ellos desconocen tanto la fecha exacta de sus muertes, como el lugar y las circunstancias en que estas se produjeron.
Relación que se cita, ampliada con datos personales de algunos de sus componentes: