En el mes de mayo de 1937 una escuadrilla de aviones republicanos (Tupolev- SB2 -Katiuska) ataca, cerca de Ibiza, al acorazado de bolsillo alemán "Deutschland", al confundirlo con el crucero "Canarias" y provocando numerosas bajas entre su tripulación.
El gobierno alemán de Hitler toma represalias y ordena bombardear la ciudad de Almería, con pocas defensas ante ataques por mar y fuera del espacio marítimo de control alemán fijado a partir de las 20 millas náuticas desde la costa.
A diferencia con el bombardeo de Guernica, el ataque alemán a Almería prácticamente ha pasado desapercibido en los libros de historia y totalmente oscurecido en los medios de información franquistas. En el amanecer del 31 de mayo de 1937 y sin previo aviso se produce el ataque alemán sobre la población civil de Almería.
Participan en el mismo el acorazado "Admiral Scheer" y cuatro destructores, cuyas piezas de artillería abren fuego sobre Almería alrededor de las 6,00 de la mañana, a 12 kilómetros de la costa, violando el espacio marítimo legal de ocupación, de forma discrecional, sin objetivos de tiro fijados. El bombardeo dura casi una hora, hasta que los buques alemanes se retiran bajo el tímido fuego de las baterías costeras republicanas, una vez cumplida su siembra de muerte y caos entra la inocente población almeriense.
Cierto es que el numero de víctimas mortales fue muy inferior al producido en Guernica, aunque pudieron ser incluso mayores, se calcula que fueron más de 200 los obuses que impactaron en el centro de Almería, con el resultado de más de medio centenar de muertos entre la población civil, un numero incalculable de heridos e importantes destrozos en edificios y calles. Es fácil concluir que si el bombardeo se hubiese efectuado más entrada la mañana las víctimas se habrían multiplicado.
Tras el bombardeo, el Gobierno de la República, reunido en Valencia y a propuesta de Indalecio Prieto, valoró la posibilidad de dar respuesta al ataque nazi bombardeando a la flota alemana sita en el Mediterráneo, lo que habría supuesto un conflicto armado con Alemania, finalmente Azaña no autorizó la operación. Se iniciaron gestiones diplomáticas ante Europa, especialmente ante Francia y Gran Bretaña, nadie ayudó a la República, el tema quedó en el olvido y sin consecuencia alguna para los nazis.
Nada de extraño tiene la misión que llevó a cabo el "Admiral Scheer", como todos los de su clase, acorazados de bolsillo, en la IIGM su principal cometido era el de atacar a los convoyes con poca o ninguna protección, desapareciendo instantes después. En caso de enfrentamientos con navíos de guerra más potentes, intentaban rehuir el combate, huyendo gracias a su mayor velocidad. En el caso de combates con barcos de su misma capacidad de navegación su supremacía se basaba en un mayor nivel de armamento artillero. En este caso, las limitaciones que en cuestión de armamento los aliados impusieron Alemania al final de la guerra europea de 1914, supusieron un imprescindible avance en el campo de la ingeniería naval, logrando construir buques de guerra dentro de los tonelajes establecidos por los aliados, pero más rápidos, mejor armados y por tanto más eficaces.
En total el "Admiral Scheer" hasta su hundimiento en 1945, logró hundir 13 navíos y capturar a otros cuatro.
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