miércoles, 16 de marzo de 2011

UN ESPEJO PARA TODOS




Rebuscando entre los datos que aún no he ordenado , me he topado con un artículo publicado por D.Bruno Alonso Gonzalez, en el diario Amanecer, publicación que se editaba desde el Acorazado Jaime I y en la que Benito Sacaluga colaboraba con cierta asiduidad.




Referente a D.Bruno Alonso ( 1887 - 1997), Diputado por el PSOE en las tres legislaturas de la II República (1931-1939), destacado sindicalista, conocido por su sencillez, honradez y su posicionamiento radical frente a la corrupción, hasta el punto que era identificado como "la honradez del socialismo", durante la guerra civil desempeño el cargo de Comisario General de la Flota Republicana, al final de ésta y después de varios años de periplo por el norte de África  llegó hasta México donde falleció. Existen numerosas publicaciones sobre su figura y una Fundación que lleva su nombre.





AMANECER 
Año 1 Número 6.- Sábado 23 de enero de 1937.- Acorazado Jaime I.



UN ESPEJO PARA TODOS



El espejo a que me refiero es el que fue Maquinista de nuestra Flota, camarada Guillermo Martínez.

Era yo Comisario General de Guerra en la provincia de Santander, cuando últimamente visitaba nuestra Flota aquel puerto donde tantas veces se baño mi juventud. Guillermo Martinez fue allí desembarcado presentándose a mis ordenes sin explicarme el motivo. Era un hombre como un roble, alto, mofletudo, colorado y de anchas espaldas, me dejó perplejo porque no sabia quien era ni en que podíamos emplearlo. Quería ir a las Milicias a luchar frente al enemigo y dudábamos emplearlo por no conocerlo.

Asturias estaba mal y pedía nuestro auxilio, Santander, presuroso, mandaba sus batallones en los cuales se enrola el Maquinista Guillermo dándole el grado de Alférez. La lucha es dura porque el enemigo ha recibido refuerzos y ataca el cerco de Oviedo. El batallón de Guillermo defiende una posición desde la cual se causan al enemigo, compuesto de falangistas,moros y mercenarios, infinidad de bajas. El enemigo se da cuenta y carga con todas sus fuerzas sobre aquella posición cuyos defensores acorralados por las ametralladoras,cañones y aviación va cediendo poco a poco su resistencia anterior.

La posición no se puede sostener más, la gente es bisoña e inferior en número y elementos y tiene que replegarse, Guillermo Martinez se resiste y se queda en la posición amparando con su pecho el repliegue de sus compañeros. Continua solo, disparando contra el enemigo que está a menos de 100 metros, hasta que una bala le desploma para no levantarse, dando en su aliento postrero un viva a la República.

Guillermo Martinez fue un gigante de la Flota, mejor dicho fue un espejo para todos.


Bruno Alonso.



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