En los días posteriores al fracaso del alzamiento, setenta y dos horas después, concretamente el 23 de julio y desde el Ministerio de la Gobernación, Indalecio Prieto entona un discurso en parte preocupante y en parte esperanzador. Hace gala de la resistencia ofrecida a los sublevados e incluso llega a expresar que la sublevación encuentra en pleno decaimiento a pesar de haber sido la subversión de mayor magnitud registrada hasta la fecha en la historia de España.
Analiza con detenimiento todos los factores que han contribuido al fracaso del golpe y en uno de sus párrafos afirma lo siguiente :
"A mi entender, el movimiento subversivo está perdido desde el instante en que le falló una de sus piezas más fundamentales. Esa pieza fundamental a que aludo fue la Escuadra, la Armada Española.
Contaban quienes han preparado la subversión, con la adhesión incondicional de la flota de guerra española. Y esa flota de guerra española está al lado del Gobierno de la República. Cierto que ello ha sido posible después de deponer los mandos con los cuales contaban. pero la adscripción a la legalidad republicana vigente por parte de la Armada española, regida hoy en su mayor parte por los que ostentan los puestos de mando en los puentes de cada uno de los barcos, imposibilita la aportación a los campos de lucha de la Península, del Ejercito de África, el cual, por la misión que allí desempeña, es un Ejercito a cuyas unidades hay que atribuir mayor eficiencia que a las unidades peninsulares.
El Ejercito de África, sus elementos bélicos, no pueden pasar el Estrecho.Quedan allí confinados." (*)
Efectivamente el bloqueo del Estrecho era una estrategia fundamental para impedir el abastecimiento de fuerzas a la ciudades ya tomadas de Cádiz, Sevilla y Algeciras, impidiendo consolidar su posición de punta de lanza para una ofensiva hacia el interior con efectivos llegados del norte de África, ofensiva hasta entonces solo apoyada por los bombardeos de la aviación alemana sobre la flota republicana.
Por todo lo anterior resulta cada vez más desconcertante la orden que Prieto en su calidad de Ministro de Marina cursa dos meses después de su discurso ,el 21 de septiembre, al grueso de la Flota situada en aguas del estrecho, para que abandone esa posición y parta al Cantábrico con el fin asegurar la defensa de Bilbao, dejando en la zona del estrecho únicamente a dos destructores, situación que los nacionales aprovechan para ,con el Canarias recién reparado, hundir el 29 de septiembre en Cabo Espartel a 14 Kms. de Tánger, al Almirante Ferrandiz y tomar el control de las aguas norteafricanas. Prieto intenta corregir el error ese mismo día y la flota parte desde Bilbao a Almería, pero el daño ya está hecho.
Inexplicable.
Benito Sacaluga
(*)Extractado de "Madrid Julio 1936"Aut. Maximiano García Venero.Eds.Tebas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario