Juan Negrín, a las 0.21 horas del día 6, desde su cuartel general, "Posición Yuste", en Elda (Alicante), emite el siguiente teletipo: "El ministro de Defensa Nacional a jefe flota. Dominada situación creada en Cartagena, disponga que flota se reintegre a la base". A las 4,28 horas, desde Portman, Negrin emite otro teletipo: "Dominada situación en Cartagena, sírvanse reintegrarse a la base naval". A las 5,54 el jefe de la flota cambia el rumbo y los buques ponen proa a Cartagena. Poco después se intercepta un mensaje de los sublevados confirmando que las baterías de costa de Cartagena volvían a estar en su poder, (una información errónea que perjudicó incluso a los barcos sublevados que se dirigían a tomar Cartagena y que provocó el hundimiento del "Castillo de Olite" por los disparos efectuados desde la batería de la Parajola). En base a esta información se decide retornar al rumbo que les conduciría a Äfrica. La flota pretende fondear en Argel y allí repostar combustible, desconocen la realidad de lo que sucede en Cartagena, todo aconseja preservar la Flota. En la mañana del día 6 los buques republicanos esperan para entrar en Argel, pero las autoridades francesas se lo impiden y les ordenan poner rumbo a Bizerta, puerto al que arriban por la noche.
Como se ha dicho, el 5 de marzo la Flota Republicana zarpa de Cartagena, y lo hace sin saber cual sería el futuro de sus buques y sus marinos. El día 7 de marzo de 1939 los buques bajo bandera republicana fondean en Bizerta (Túnez), en total tres cruceros: "Cervantes", "Libertad" y "Mendez Núñez; ocho destructores "Lepanto", "Almirante Valdés", "Almirante Antequera", "Gravina", Jorge Juan", "Almirante Miranda", "Escaño" y "Ulloa", al día siguiente se les une el submarino "C-4".
El 27 de marzo de 1939 el destructor sublevado "Ciscar" llega a Bizerta, al mando del capitán de fragata Diaz del Río-Pita da Veiga, llevando a bordo al 2º Jefe del Estado Mayor de la Armada franquista, contralmirante Salvador Moreno, junto con un representante diplomático, el vizconde Montblanch, nombrado ministro plenipotenciario de España, para gestionar ante las autoridades de la entonces colonia francesa de Túnez la toma de posesión de los buques republicanos allí fondeados. Recordemos aquí que el 25 de febrero de 1939 Francia y Gran Bretaña habían reconocido como legítimo al gobierno de Franco y suprimido sus relaciones con el Gobierno de la República. Desde el 14 de marzo la Flota Republicana quedó bajo vigilancia francesa, obligada dicha Flota a arriar la bandera republicana de sus unidades (16 de marzo).
Nada más llegar a Túnez, el contralmirante franquista y el representante diplomático inician las gestiones encaminadas a la recepción de la Flota Republicana ante el almirante M. Brery, prefecto marítimo de Bizerta. Se acuerda que las dotaciones republicanas, internadas desde el 15 de marzo en el campo Maknassy, que quisieran volver a España se concentrarian en el crucero "Cervantes", y que los buques serían entregados dos días más tarde, por los franceses y no por los mandos republicanos, devolviendose a los buques, para su rearme, los cierres y llaves de fuego de sus cañones y las ametralladoras, que, previamente habían sido desmontadas y trasladadas a tierra por las guardias francesas que habían ocupado los buques el 14 de marzo. (1)
El día 30, el mismo día que Casado y su grupo de golpistas contra Negrín abandonan Denia en el "Galatea", los buques republicanos son entregados al contralmirante Salvador Moreno, el cual el 2 de abril, a las 18,30 horas, radiaba al Jefe del Estado Mayor franquista lo siguiente: "En este momento salgo del lago Bizerta con toda la escuadra sin novedad". Un día más tarde acababa la guerra y comenzaba la dictadura y la represión en toda España.
Durante la travesía hasta la península los marineros republicanos que, confiando en las promesas franquistas decidieron volver a España, ya prisioneros fueron obligados a rendir homenaje a los muertos del "Baleares" en el mismo lugar donde lo habían hundido los buques republicanos. La venganza empezaba. Moreno insistía en que los marinos republicanos repatriados voluntariamente incluían a "significados criminales" e "individuos de cuidado", para los que deberían prepararse campos de concentración (2). Después de su llegada a la península comenzaron los Consejos de Guerra Sumarísimos para los marinos republicanos engañados en Bizerta, penas de muerte y de prisión de 1 a 30 años coparon las sentencias.
Los marinos republicanos que se quedaron en Túnez comenzaron su trágico exilio y su paso por los campos de concentración. Unas experiencias sobrecogedoras recogidas por Victoria Fernández Díaz en su excelente libro "El Exilio de los Marinos Republicanos".
Benito Sacaluga.
(1) Cartagena Histórica. Manuel Rolandi Sánchez-Solis
Nada más llegar a Túnez, el contralmirante franquista y el representante diplomático inician las gestiones encaminadas a la recepción de la Flota Republicana ante el almirante M. Brery, prefecto marítimo de Bizerta. Se acuerda que las dotaciones republicanas, internadas desde el 15 de marzo en el campo Maknassy, que quisieran volver a España se concentrarian en el crucero "Cervantes", y que los buques serían entregados dos días más tarde, por los franceses y no por los mandos republicanos, devolviendose a los buques, para su rearme, los cierres y llaves de fuego de sus cañones y las ametralladoras, que, previamente habían sido desmontadas y trasladadas a tierra por las guardias francesas que habían ocupado los buques el 14 de marzo. (1)
El día 30, el mismo día que Casado y su grupo de golpistas contra Negrín abandonan Denia en el "Galatea", los buques republicanos son entregados al contralmirante Salvador Moreno, el cual el 2 de abril, a las 18,30 horas, radiaba al Jefe del Estado Mayor franquista lo siguiente: "En este momento salgo del lago Bizerta con toda la escuadra sin novedad". Un día más tarde acababa la guerra y comenzaba la dictadura y la represión en toda España.
Durante la travesía hasta la península los marineros republicanos que, confiando en las promesas franquistas decidieron volver a España, ya prisioneros fueron obligados a rendir homenaje a los muertos del "Baleares" en el mismo lugar donde lo habían hundido los buques republicanos. La venganza empezaba. Moreno insistía en que los marinos republicanos repatriados voluntariamente incluían a "significados criminales" e "individuos de cuidado", para los que deberían prepararse campos de concentración (2). Después de su llegada a la península comenzaron los Consejos de Guerra Sumarísimos para los marinos republicanos engañados en Bizerta, penas de muerte y de prisión de 1 a 30 años coparon las sentencias.
Los marinos republicanos que se quedaron en Túnez comenzaron su trágico exilio y su paso por los campos de concentración. Unas experiencias sobrecogedoras recogidas por Victoria Fernández Díaz en su excelente libro "El Exilio de los Marinos Republicanos".
Benito Sacaluga.
(1) Cartagena Histórica. Manuel Rolandi Sánchez-Solis
(2) Michael Alpert. La Guerra Civil Española en el Mar.
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